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REINEMOS por maria819

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Notas del capitulo:

Un nuevo capítulo, espero les guste

Los meses pasaron volando y el rey consorte una noche de octubre dio a luz, en la habitación estaban sus donceles de compañía junto a los médicos que atenderían el parto. Al nacer el pequeño toda la habitación quedo en silencio y es que no podían creer lo que veían.

-¿Qué sucede? – Pregunto asustado Minato, el silencio de los demás solo era roto por el llanto del bebé, Orochimaru reacciono y limpio al niño, llevándolo con su madre mientras los demás limpiaban al recién parido.

-Mi rey – Orochimaru le entrego al bebé y todos los demás solo miraban la escena, Minato lo recibió y miro atentamente, la sorpresa fue grande y notoria en su pálido rostro, el niño en sus brazos era…

-Traigan al rey – Ordeno Jiraiya y uno de los médicos salió a llamar al rey y a los duques reales que esperaban con él, unos minutos después entro Fugaku seguido de su padre Madara y su madre Hashirama.

-¿Qué sucede? – El rey hizo la misma pregunta que minutos antes hizo su rubio esposo, el doncel solo le entrego al niño en silencio, al verlo Fugaku se sorprendió muchísimo y sus padres igual.

-Esto no debería pasar – Madara miro a Minato de forma acusadora, el rubio solo le devolvió la mirada de forma retadora.

-No engañe a mi esposo si es lo que piensa – Respondió a la muda acusación de su suegro.

-No es una infidelidad, esto jamás había pasado – Orochimaru miro a Jiraiya preguntando con la mirada si lo que decía era cierto, el otro solo asintió a lo dicho, él tampoco había jamás visto nada así – Por lo menos no que sepamos.

-De haber pasado todo el mundo lo sabría – Izuna que se había mantenido al margen hablo por primera vez – Quiero alzar al príncipe.

-Izuna – Regaño Madara a su hermano, este solo se alzó de hombros, no entendía cuanto revuelo por un bebé hermoso y sano.

-El bebé está sano, es hermoso y es varón ¿Qué más quieren? – Pregunto externando sus pensamientos, era ilógico que no fueran felices, lo único diferente que tenía eran las facciones.

-¿Es varón? – Pregunto Fugaku y los donceles asintieron, el hombre sin creerlo verifico la marca característica en la espalda del bebé constatando que no la tenía, esa era la única forma de reconocer cuando un niño que nacía era doncel o varón, al crecer las diferencias se acrecentaban y la marca se volvía más clara – Lo es.

-¿Entonces? – Pregunto Hashirama a Orochimaru y Jiraiya, esos dos eran las personas que más conocimientos tenían en todo el reino, ambos negaron con la cabeza, no sabían que significaba todo eso.

-Yo sé – Izuna volvió a hablar robándole el bebé a su sobrino, lo tomo en brazos y le hizo arrumacos al bebé que lo miraba atentamente igual que los demás esperando que el doncel dijera algo – Él es una bendición de dios sol.

-Y por eso nació rubio – Jiraiya termino la oración, Izuna asintió y todos se quedaron pensando en eso, el bebé era igualito a su madre, rubio de ojos azules y eso jamás había pasado, los hijos de reyes y rubios eran idénticos a su padre varón y no al contrario.

-Estamos rompiendo un esquema – Menciono Orochimaru y sin mediar palabra tomo lápiz y papel y empezó a escribir, al fin y al cabo este momento había que documentarlo para la posteridad.

 

La noticia se rego como pólvora, había nacido un varón rubio, el primero en toda la historia y era el hijo heredero de uno de los reinos más poderosos del mundo, rápidamente la noticia traspaso las fronteras y personas de todos los lugares del mundo llegaron para conocer al futuro rey de Konoha.

-Fugaku – Minato entro al salón real donde el rey estaba haciendo los preparativos para la fiesta de presentación de su hijo, los aldeanos habían ido a verlo y los reyes no se habían negado, pero al ser tanta la gente que llegaba, sobretodo reyes y nobles de otros reinos se acordó hacer un evento e invitar a todo el mundo y literalmente fue a todo el mundo, la organización estaba tardando seis meses que es lo que demoraría en llegar las personas que están más alejadas de Konoha.

-Dime querido – El rey estaba coordinando las adecuaciones, para que entrara tanta gente tuvieron que tumbar una pared y alargar el salón abarcando todos los jardines, eso sería de forma provisional hasta que pasara la presentación después volverían a poner esa pared y quitarían el resto que pusieron en los jardines.

-No encuentro a tu tío Izuna ¿Lo has visto? – Minato lo llevaba buscando todo el día y es que el doncel se le estaba perdiendo demasiado estos días, sus otros dos donceles de compañía estaban muy ocupados documentando y tratando de encontrar una explicación para el nacimiento de un varón rubio.

-Lo vi con mi tío Tobirama – Fugaku le hablo abrazándolo, aunque hubiesen pasado ya cinco meses del nacimiento de Naruto, con todo el revuelo que causo no han podido tener mucho tiempo en familia – Estaban en el jardín trasero izquierdo.

-Basta – Minato se rio cuando su esposo le paso la nariz por el cuello y respiro en ese mismo lugar – Está noche.

-Ya dijiste – Fugaku le guiño un ojo y sonriéndose cada uno volvió a lo suyo, Minato fue hacia donde su esposo le indico, el lugar era solo porque las adecuaciones ya habían terminado en esa área, cuando terminaran todo iniciarían la decoración pero eso sería las dos últimas semanas.

 

-Lo siento – Tobirama decía y Minato se detuvo ante la escena que veía, Izuna acababa de cachetear al peliblanco.

¿Lo sientes? ¿Es lo único que puedes decir? – Izuna volvió a cachetear al varón y se soltó a llorar.

-Mis padres quieren que me case con ese doncel – Tobirama le hablo tratando de acercarse pero un nuevo golpe lo envió hacia atrás, esta vez no había sido una cachetada sino un puño que le dolió y mucho.

-Es porque no soy hijo legitimo del rey ¿No es cierto? – Izuna tenía la voz entrecortada, Tobirama solo desvió la mirada ante la verdad, ellos se amaban y aunque Izuna tuviera el apellido real y fuera doncel de compañia real, no podían evitar el hecho de que el doncel era hijo del rey con alguien diferente al consorte real.

-Lo sien… - Izuna volvió a golpearlo, cada vez que el varón trataba de disculparse lo llenaba más de ira, él no quería una disculpa, quería mucho más y ahora con mayor razón, ya que no era solo él.

-Solo tengo una pregunta para ti – Izuna se restregó las lágrimas que tenía en el rostro con rabia, pondría todas sus esperanzas en esa respuesta pero algo le decía que no escucharía lo que quería escuchar – Yo te he dado todo de mí, mi amor, mi virginidad, mi vida y mucho más – Más de lo que sabía el peliblanco pero si no respondía lo que quería oír se iría con todo y secreto abordo – Siempre ha sido bajo tus términos porque te amo y por eso acepte que nadie supiera lo nuestro, pero ahora solo quiero saber ¿Estarías dispuesto a enfrentarte a tu familia por mí?

-Izuna – Tobirama se quedó de piedra, nunca el pelinegro le había exigido nada y pues ahora que le decía que se iba a casar esperaba que el doncel fuera su amante secreto, pero el chico se puso como loco y empezó a decir muchas cosas que él no tenía previsto y por eso no pudo decir nada más, todo había salido mal.

-Entiendo – Izuna se irguió todo lo que pudo y le regalo una mirada de odio al hombre que amaba, porque a pesar de todo lo amaba – Me hare a un lado para que puedas ser feliz con el doncel que tus padres escogieron para ti, te deseo buena vida.

Sin más que añadir el doncel entro al castillo y fue escaleras arriba hacia la habitación del consorte real, sin saberlo siendo seguido por él mismo. Abajo Tobirama asimilaba todo lo que le fue dicho minutos atrás y las implicaciones que eso tenía y no le gustó nada.

 

Minato entro detrás de Izuna asustándolo, el pelinegro tenía los ojos rojos y se veía que aún no acababa de llorar, así que el rubio lo abrazo consolándolo, el doncel solo se aferró al chico llorando a mares.

-No te preocupes, encontraras a alguien para ti, mucho mejor que él – Minato le dejaba implícito que sabía la razón por la cual lloraba el pelinegro.

-No, no lo haré – Izuna sabía al igual que su hermano que por llevar la mancha que llevaba en su concepción era algo difícil pero al fin y al cabo era parte de la familia real con el apellido y todo, el problema residía en otra cosa o más bien en otra persona – Estoy embarazado.

-¿Qué? – Pregunto Minato impactado, había escuchado que ellos llevaban una relación clandestina pero esto era terrible, los hijos fuera del matrimonio eran lo peor, el mismo Izuna vive bajo ese estigma.

-Estoy esperando un hijo – Repitió el doncel, sabía lo que implicaba aquello y con lo que paso hace unos segundos ya sabía qué hacer.

-Debes decírselo – Minato creía que si el peliblanco lo sabía, se haría responsable y casaría con el doncel para que su hijo no naciera bastardo.

-No, me iré muy lejos donde crean que mi bebé fue concebido dentro del matrimonio y no volveré – Izuna le dijo ya dejando de llorar, lo había meditado, puso todas sus cartas sobre la mesa y perdió, era hora de alejarse.

-No dejare que hagas eso – Hashirama hablo por primera vez, llamando la atención de los donceles en la habitación, a su lado estaba Madara quien miraba a su hermanito impactado.

-Madara no – Izuna lo abrazo fuerte reteniéndolo, sabía que su hermano querría matar al bastardo ese – Por favor, deja que me vaya y no le digas a nadie.

-Pero ese bastardo debe hacerse cargo – Madara no tuvo ningún reparo en hablar con acidez de su cuñado aunque su consorte estuviera presente y es que el muy maldito le debía a Izuna su orgullo.

-Por eso mismo, no quiero atarme ni atar a alguien por esto, quiero irme lejos donde digan que me case y cuando nació mi hijo tuve que darle mi apellido porque mi esposo murió – Esa idea se la había dado su madre quien al final de su vida se arrepintió de haberlo expuesto a todo lo que tuvo que pasar cuando se supo que era hijo bastardo del rey.

-¿Estás seguro? – Madara pregunto y Hashirama solo pudo llorar, su hermano amaba al menor de los Uchiha y sus padres lo sabían, era por eso que lo casaban con un doncel de otro reino ¿De qué servía ser el consorte real si no podías evitar que tus familiares sufran?

-Sí – Izuna respondió totalmente seguro de lo que decía, no ataría a Tobirama pero tampoco dejaría que su bebé sufriera por sus errores.

-Está bien, haré todos los arreglos para que sea como quieras – El duque real abrazo a su hermano, no estaba de acuerdo pero respetaría la decisión de su hermanito aunque eso significara tenerlo lejos.

-Gracias a todos – Izuna les dijo de corazón, todos salieron de la habitación y para esa noche Izuna Uchiha salía del reino de Konoha para “casarse” y vivir lejos, mientras que Minato le contaba a un impactado Fugaku lo que había pasado, claro que eso no impidió la noche de pasión que se dio entre la pareja real.

Notas finales:

Hasta aquí viene el prologo, en el siguiente capítulo aparecerán Naruto y Sasuke, gracias por leer


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