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Dos cervezas... y más por KYUNNIE-SJ

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Notas del fanfic:

Sean clementes... es una de mis primeras ff.

Es una traducción de mi ff en italiano.

Después de haber terminado el broadcast de Radio Star, por la noche, los chicos estaban todos en el van, regresando a su empresa para coger sus proprio coches. Kyuhyun estaba nervioso. No escuchaba nada de lo que el manager estaba diciendo y que Leeteuk repetía a los demás para hacérselo entrar mejor en la cabeza. La única cosa a la que pensaba era a sí mismo, durante el broadcast, sentado sobre las piernas de Yesung.


Por toda la durada de las tomas, no había hecho más que pensar a cuanto le había gustado estar ahí arriba. “Es un milagro que no me haya arrojado a él”, continuaba a repetirse mentalmente mientras miraba a Yesung.


“Kyu, ¿hay algún problema?” Preguntó el pelinegro mirando al maknae que tenía la mirada fija en frente a él, como si estuviera contemplando algo. Un escalofrío le recorrió la espalda al solo pensar que pudiera estar mirándolo a él.


“¿Uh? ¿Qué?”


“Que te preguntó que qué tienes”, repitió Heechul, mirando de reojo al más joven y riéndo sarcásticamente por la lentitud de los cerebros de sus dos compañeros. “Ah, estás un poco rojo en la cara… ¿Tienes calor?”


Kyuhyun non entendió las preguntas, ni del uno ni del otro. Ya estaba perdido en su mundo y nada o nadie habría podido bajarlo de las nubes. Excepto Ryeowook con su voz aguda.


“Yah, Cho Kyuhyun. ¿Acaban de decirme que andas con la cabeza por las nubes?” Chilló Ryeowook. Estaba en video llamada con Leeteuk y en ese momento estaba mandando miradas asesinas al maknae.


“Uh, em… No”, respondió asustado.


El eterno maknae lo miró un poco de reojo antes de mirar a Siwon. “Y tú. ¿Qué es esta historia que soy tu acérrimo enemigo? ¿Quieres eliminar mi reputación de angelito?”


El chico mayor se sorprendió porque no se esperaba que Leeteuk habría llamado a Ryeowook, contándole todo. “Solo bromeaba, Wookie-ah. ¿Cómo podría dañar tu reputación?”


Los demás chicos se quedaron un momento en silencio antes de estallar en risas. Tal vez las fan no lo sabían y solo podían sacar teorías, pero Ryeowook era dispótico y si se enojaba, eran problemas para todos. Ryeowook los miró enojado y luego, recordándose que los demás eran sus mejores amigos, casi hermanos, se rió también él.


Cuando llegaron a la empresa, uno de ellos propuso ir a comer juntos pero Leeteuk, severo cuando era necesario, recordó a todos que el día siguiente tenían otros compromisos y que ese era un período muy duro para ellos como debían que promover “Devil” y mientras tanto llevar adelante sus carreras individuales.


Cuando todos los chicos de Super Junior subieron a sus coches, Kyuhyun realizó que él no había ido a la empresa con su automóvil, sino con el taxi y los demás ya se habían ido. Tenía por delante una larga caminata, lo sabía, y por eso se encaminó en la dirección donde se encontraba su apartamento sin darse cuenta que un coche lo estaba siguiendo hasta que este no se le acercó.


“Hey bonita, ¿qué haces caminando a estas horas de la noche por la calle?” Dijo Yesung desde el coche.


“Hyung, me diste un susto”, exclamó el más joven.


“Dale Kyuhyun, sube al auto. Te llevo a tu casa.”


El minor no se lo hizo repetir y abrió la puerta del pasajero, tumbándose sobre el asiento. “Hoy estoy de suerte”, pensó Kyuhyun abrochándo el cinturón de seguridad, “antes estaba sentado encima suyo y ahora a su lado.” El más bajo de los dos le sonrió y puso en marcha, escuchando las direcciones que de vez en cuando le daba el más joven porque no se recordaba donde vivía.


La ciudad era caótica, también por la noche, y estaba llena de atracciones, restaurantes, quioscos y Kyuhyun tenía ganas de decir a Jongwoon de parar e ir a pasear, pero no lo hizo; sabía que Yesung estaba cansado. Después de cinco minutos, el mayor paró en frente al palacio donde Kyuhyun vivía.


“Woonie hyung”, empezó a decir sin levantar la mirada de las manos que tenía sovre el regazo.


“Dime.”


“¿Quieres… Quieres venir adentro a tomar algo?” Preguntó al fin ruborizándose.


“Claro, ¿por qué no?” Respondió Yesung, sonriendo.


Los dos bajaron del coche y entraron al edificio – un palacio con una arquitectura simple por fuera pero que por dentro era uno de los más elegantes que había en Seoul -, dirigiéndose hacia el primer piso, donde el más joven tenía su casa. La había comprado hacia poco y sobretodo porque el dormitorio se estaba vaciando poco a poco, aunque de vez en cuando dormía con los chicos.


Entraron en el apartamento de Kyuhyun, decorado según su gusto, y alcanzaron la cocina, donde Yesung tuvo miedo de perder la vida cuando vio que había mucho que limpiar.


“¿No tienes a una mujer de la limpieza?” Preguntó mientras calculaba cuánto tiempo le habría tomado limpiar todo. “Una media hora, o un poco menos”, pensó acercándose al fregadero y cogiendo los guantes de látex.


“Sí, pero viene solo dos veces por semana”, explicó Kyuhyun ruborizándose aún más. Un escalofrío le recorrió la espalda viendo a su hyung con los guantes y abrir el agua para comenzar a limpiar el caos.


El mayor no respondió, ocupado a limpiar todo. No era un maniático del orden pero le molestaba el estado en al que se encontraba la cocina de su dongsaeng.


Mientras que Yesung estaba ocupado, Kyuhyun fue a ducharse y, encontrándose bajo el chorro de agua, lejos de oídos indiscretos, empezó a cantar las canciones favoritas de Yesung. Le gustaba el echo de que se encontrara en su apartamento en ese momento, delante al fregadero, usando los guantes porque le había parecido malditamente sexy. Sacudió la cabeza y decidió que era hora de salir del cuarto de baño.


Yesung ya había terminado la limpieza y había sacado de la nevera dos latas de cerveza y de la despensa tomó dos vasos. Como sabía que Kyuhyun se había ido a duchar, dio un paseo por la casa, observando cada libro, cada foto y premio que el más joven tenía. Sin quererlo, entró en el cuarto del proprietario.


Proprietario que en ese mismo instante se estaba secando en su cuarto. Yesung se ruborizó y estaba por hablar – porque habría tenido que hacerlo – pero la vista que tenía en frente se lo impedía. Estaba paralizado, no lograba mover algún músculo. Kyuhyun no habrá sido el más delgado entre los chicos de Super Junior, ni el más atlético, pero a los ojos de Yesung simplemente era perfecto, con todas sus imperfecciones – incluyendo su cicatriz que le atravesaba en diagonal su pecho – y muchas veces había pensado que era el más bello.


Kyuhyun se dio conto que estaba siendo observado solo luego de que se había puesto una pantaloneta. Se dio la vuelta para coger el suéter que había puesto sobre la cama y vio a su hyung de pie que lo miraba.


“¿Yesung hyung?” Preguntó acercándose lentamente.


El otro no respondió. No podía. Lo único que habría podido decirle era “Tú, desnudo, cama, cuarto, solos”, que era lo que su cerebro le estaba mostrando con una película y que él deseaba tanto. Muchísimo. Pero habría seguramente espantado al más joven se hubiera dicho esas cosas. Además, Kyuhyun, todavía con el pecho desnudo, se estaba acercando a él. Y ahora estaba muy cerca. Muy cerca.


“Ehi, ¿hay algún problema?” Preguntó Kyuhyun apoyando la mano en la frente del otro.


Eso pareció despertar Yesung de su trance. Susultó y dio un paso hacia atrás, llevando las manos en frente. “Estoy bien, Kyu-ah, en serio.”


Kyuhyun habría podido hacerle lo que quería pero se había resistido. No tanto por el atmósfera que se habría creado entre ellos, pero porque no quería espantarlo o hacer un paso adelantado sin su consentimiento por parte del mayor.


Para seguir con su decisión, se puso el suéter y regresó a la cocina, encontrando sobre el mesón dos latas de cervezas. Yesung lo siguió, tomó una de las dos latas y fue a sentarse sobre el sofá, seguido por Kyuhyun.


No hablaron mucho. Yesung se sentía intimidido por la presencia física del otro más que nunca porque quería que Kyuhyun lo besara, le hiciera todo lo que deseaba desde años. Kyuhyun, por su parte, estaba pensando al mejor modo para hacer que entre él y el mayor naciera algo que no fuera amistad o fraternidad.


Además continuaba a pensar a la escena de Radio Star; cuando se había sentado encima de Yesung, éste no lo había arrojado al piso y tenía la impresión que él le hubiera estrechado la cintura imperceptiblemente.


Ambos terminaron las dos latas y Kyuhyun tuvo la brillante idea de sacar el soju que tenía dentro la nevera. Cogió también algo para comer mientras bebían porque sabía que Yesung no tenía una alta tolerancia alcólica y se embriagava con facilidad.


“¿Qué celebramos?” Tartamudeó Yesung mientras comía una patata frita.


“¿Nosotros dos?” Susurró Kyuhyun. El mayor abrió los ojos como platos y estaba por decir algo, pero Kyuhyun no le dio el tiempo. “Super Junior, que nunca dejen de existir.”


Ambos sonrieron y bebieron el primer vaso. Eso los relajó y comenzaron a hablar, también de historias pasadas.


No se dieron cuenta del tiempo que pasaba y cuando Yesung miró la hora se dio cuenta de que era muy tarde; era la una de la noche. “Demonios. No puedo manejar a esta hora, con alcohol en el cuerpo”, pensó.


“Creo que mañana Leeteuk nos va a matar”, comentó mirando de reojo a Kyuhyun, que mientras tanto se había levantado para limpiar el desorden.


“¿Quieres dormir aquí?” Domandó con calma el más joven sin mirar al pelinegro.


“Claro”, respondió Yesung.


“Solo está mi cama. El otro cuarto todavía tengo que ordenarlo, así que no tengo la cama.”


“No hay problema”, mintió Yesung. Habría sido difícil dormir con él.


Fueron al cuarto y Kyuhyun le dio una camisa que le quedaba larga a él. Se dio la vuelta para pedirle si quería también unas pantalonetas, pero Yesung lo interrumpió acostándose en la cama con nada más que la camisa y los boxer. El menor sacudió los hombros y siguió al mayor, apagando la luz.


Probablemente era a causa de la oscuridad y del alcohol que Yesung se acercó a Kyuhyun hasta rozar su cadera, entrelazando los dedos de las manos. El problema era que Kyuhyun había alcanzado el límite de soportación.


Esa noche había puesto a la prueba su paciencia y ésta se había acabado. Así que, respondiendo al toque del mayor, se apoyó sobre el codo izquierdo y se movió hacia Yesung, atrapándolo debajo de él.


Yesung se quedó quieto pero se relajó rápidamente y esperó a que el maknae hiciera lo que, estaba más que seguro, quería hacer. Solo que Kyuhyun vacilaba y no sabía como hacer para salir de ese momento.


El mayor, entendido que el menor no se habría movido, puso una mano detrás de su cuello, empujando su cara hacia abajo y empezando el beso. Kyuhyun, sorprendido por el hecho de que Yesung lo estaba besando, provocando el otro acariciándole el estómago.


“Espero que mañana… No, hoy, logremos levantarnos porque no quiero que Leeteuk nos mate”, murmuró cerca de los labios del castaño, mandando una mirada lasciva al menor y sonriendo maliciosamente.


“Que no joda. Esta noche quiero divertirme”, replicó Kyuhyun volviendo a besarlo.


Era un hecho: a Kyuhyun le gustaba tener a Yesung debajo de él.


 

Notas finales:

Espero les haya gustado ;)


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