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Difícil de seguir por Otogi Rinkaku Nishimura

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Notas del fanfic:

Antes que nada, creo necesario decir que...

Este fanfic salio de una tarea escolar, si, no miento.

La profesora de informatica fue de ''Hagan un cuento, debe tener tres finales''

Y bueno, de aqui salio esto. Tambien debo mencionar que todo esto, equivaldría a la historia junto al segundo final.

El primer final terminaba con JB muerto, y el tercero, ambos felices y rositas comiendo perdices. ¿Así no era? Ah, bueno, ya... Mejor me dejo de chistes malos.

Ahora si, gracias por su atencion, y espero disfruten la lectura.

—      ¿Este es el inicio? ¿O es el fin?

—      Eso es algo que deberás descubrir en el camino, Jackson.

—      ¿JB? ¡¿JB donde estas?! ¡Vuelve!

 

Su cuerpo se hizo hacia adelante en un brusco movimiento, en tanto su brazo se estiraba como si quisiera agarrar a alguien, o, mejor dicho detenerle.

Su respiración era agitada e irregular, notaba gotas de sudor frio recorrer su frente, e incluso su cuello. Otra pesadilla sobre la desaparición de la persona más importante en su vida.

El joven de cabello rubio tardo un poco en recuperarse, volteando para poder ver el reloj que reposaba en su mesada, que le indicaba que ya eran las 8:07 AM.

A pesar de ser domingo no tuvo más ganas de seguir durmiendo, aunque la verdad, era que aún temía que las imágenes de su pesadilla anterior volvieran.

Como cada que se despertaba, se dirigió hacia el baño, agarrando del botiquín del espejo un bote de pastillas que su psiquiatra le había recomendado para tratar sus constantes ataques de pánico.

Nunca había sido el mismo luego de lo ocurrido.

Jackson Wang era el nombre de este particular chico, su altura ostentaba en el 1,8574 mts, su cabello ahora rubio era bastante llamativo en lo que era su país natal, China, más donde vivía ahora, nadie le prestaba atención, en EE. UU siempre había muchas tendencias como para fijarse en él particularmente.

Nadie pensaba que era de China, aunque sus ojos fueran algo rasgados, no eran lo que todos pensaban. Era muy amigable, extrovertido, su sonrisa era su mayor característica.

Pero… Su sonrisa había desaparecido hace ya 5 años.

Cuando había recién llegado a Estados Unidos en un intercambio estudiantil, había sido con un grupo conformado por sus dos mejores amigos, Mark Tuan, y Bambam; pero también estaba en compañía de la persona que tenía por completo sus sentimientos, un chico más alto que él, con actitud serena, muy en contraste con su forma de ser tan activa; su nombre, ParkIm Jaebum, pero para amigos, simplemente JB.

Tantos sucesos fueron los ocurridos a lo largo de su estadía, quien los viera, los catalogaría como un grupo muy activo de amigos.

Todos los fines de semana salían, un bar, o una disco donde pudieran contarse anécdotas de lo ocurrido entre la semana.

Para Jackson, ese era el paraíso, riendo por las anécdotas que Mark contaba sobre su trabajo en una empresa.

 

—      ¡Se los juro, chicos! ¡Ver a la secretaría del jefe caminar haciéndose la diva, para luego caerse por no ver que el piso estaba mojado, fue algo épico!

 

Las risas estallaban de parte de las cuatro personas mientras iban sumando botellas y botellas de alcohol.

Siempre tendrían como resultado el que Bambam, a pesar de ser el más joven, se haría cargo de llevar a Mark al departamento de este al ser uno de los mas sobrios.

¿Y él? Simple, se iría con JB al departamento que compartían, y luego dormirían abrazados como todas las noches luego de dedicarse una que otra palabra de amor.

 

¿Qué fue lo que hizo para que el destino le odiara, y le quitara aquello que tanto amaba?

 

El recuerdo vino automáticamente a su memoria, todo lo que había sido ese día que como resultado tuvo su mayor miseria.

 

Ese día había despertado como siempre en los brazos de su pareja, y como costumbre, no tardo en incorporarse para dar besos por todo el rostro de su mayor hasta que este despertó, dedicándole una sonrisa de esas que hacían que su corazón palpitara cada vez más fuerte.

 

—      Buen día, Jackson. ¿Has descansado bien?

 

Nunca respondía a esas preguntas, porque se dedicaba a contestarlas con un beso de buenos días para luego irse corriendo a la cocina para preparar el desayuno antes de que tuvieran que ir a trabajar.

A pesar de ser unos chicos de 23 años, lo que les hacía relativamente jóvenes, habían podido avanzar lo suficiente en su vida como para estar en una situación bastante buena. Después de todo, ¿Quién a sus 23 años ya podría independizarse en otro país?  

Habían sido pareja desde que tenían 18 años, luego de conocerse en un viaje de graduación que llevo a JB a China, y allí, conoció al peculiar y muy animado chico que se presentó ante él.

Luego de que ambos desayunaran y se cambiaran, caminaron rumbo a hacía el centro, el tomar vehículos para desplazarse era algo que no les gustaba, ya que preferían mantenerse lo más posible juntos.

Antes de llegar a una de las calles principales, un hombre con capucha corrió a su lado, arrebatándole a Jackson el bolso que portaba.

Tanto Jackson como JB comenzaron a correr en busca del ladrón, gritando para que se detuviera.

El joven chino estaba por demás molesto, en el bolso llevaba unos papeles que debía entregar en su trabajo, y estaba seguro que de por si llegaría tarde, lo que le costaría una buena reprimenda de su jefe.

 

Oh, cuanto hubiera amado que solo fuera una reprimenda lo de ese día.

 

Cuando alcanzaron al hombre que les había robado, fue porque lograron acorralarle en un callejón sin salida. Ambos sonrieron victoriosos por ello, ¡Atraparon a quien les había robado!

Antes de siquiera mencionar una sola palabra, o solo tener la oportunidad de hacer un movimiento, tanto JB como Jackson sintieron un fuerte golpe en su cabeza, lo que tuvo como resultado que ambos terminaran por caer inconscientes.

 

Cuando Jackson abrió los ojos, lo primero que vio fue que se encontraba en un lugar que nunca antes había visto, era similar a un sótano en muy mal estado; el frio taladraba su cuerpo, haciéndole temblar sin control, mientras intentaba moverse, pero las ataduras en sus manos y tobillos lo impedían.

Sus movimientos se detuvieron al instante que pudo diferenciar la silueta de su pareja a pocos metros, tendido sobre el suelo aun inconsciente. Allí, poco le importo su bienestar, como pudo, se arrastró hacia donde el mayor se encontraba, diciendo su nombre en repetidas ocasiones, hasta que este comenzó a despertar, dando un alivio al de rubios cabellos.

Casi no se dirigieron palabras, el miedo y angustia recorría el cuerpo de ambos, ¿Dónde estaban? ¿Por qué estaban siquiera en una situación como esa? Esas y más eran las preguntas que la pareja se hacía, mientras intentaban por todos los medios permanecer uno al lado del otro.

El estrés producido hizo que Jackson se agotara demasiado, al punto de estar quedándose dormido en el hombro de JB, quien, por su parte, se encontraba solo mirando el rostro de su pareja, como si con ello quisiera grabar a fuego en su mente cada facción que el joven procedente de China.

El de cabello castaño, no sabía porque, pero tenía un presentimiento, el cual llegaba a ser bueno y malo a la vez, lo que le desconcertaba por completo, pero… Si este significaba que el de cabello rubio estuviera a salvo, nada más que ello le importaba.

Tanto JB como Jackson se sobresaltaron cuando escucharon un fuerte ruido, proveniente de la puerta de metal que estaba frente a ellos al abrirse.

No pudieron ver el rostro de la primera persona que ingreso a donde estaban, ni de la segunda, ni de las otras tres personas. Cinco hombres más grandes que ellos eran los que estaban frente a si, con algo cubriendo sus identidades, pero aun así podían notar como en sus rostros se dibujaban cínicas sonrisas.

Jackson por un instante olvido todo miedo que pudiera tener, ya que fue consumido por la ira, ¿Quiénes eran esas personas? ¡¿Por qué les habían hecho eso?!

 

—      ¡¿Quién diablos son ustedes?! ¡¿Por qué nos tienen aquí?! ¡Respondan, malditos!

 

Sus preguntas solo tuvieron como resultado las risas de sus captores, en tanto uno de estos se acercaba a ambos chicos, los cuales sintieron un sudor frio recorrer su cuerpo al ver en la mano del adverso una navaja.

 

—      Como se nota que eres de la familia Wang… Siempre tan presumido… Pues para tu desgracia… Venimos a saldarnos unas cuentas.

 

¿Cómo relatar todo lo que paso ese día?

Los golpes fueron y vinieron por todos lados, su piel tomaba colores rojizos y morados en todo lugar que los puños, u objetos, impactaban.
Pero los golpes no eran lo peor, lo peor a su vista era ver como también maltrataban a JB. El dolor físico realmente no le producía nada, pero sus lágrimas no podían evitar deslizarse por sus mejillas al escuchar como su novio emitía quejidos por cada patada que le daban en el vientre, en sus costados, e incluso golpes en su rostro. Podía ver como sangre emanaba de los labios de su pareja, e incluso, como este no podía abrir uno de sus ojos debido a las contusiones. ¿Por qué? Era la única pregunta que se formulaba en la cabeza del rubio, ¿Por qué él y JB tenían que ser los que ‘’saldar’’ cuentas de su familia? En todo caso, ¿Por qué JB?

 

—      ¡Basta! ¡Déjenlo! ¡Dejen a Jaebum en paz! Golpéenme a mi si quieren, pero… pero déjenlo ir a él.

 

Sus palabras llegaban a quebrarse, tanto por el dolor como por el nudo que se formaba en su garganta debido al llanto.

 

Nunca se detuvieron.

 

Pero… Si le soltaron a él, y lo odio, odio que JB se hubiera ofrecido a cambio de sí mismo, su novio siempre había sido tan estúpido, pensando en otros más que en sí mismo… ¡¿Por qué no pensó que el sufriría al no tenerle consigo?! Pero así era Im Jaebum, siempre prefirieron su sufrimiento antes que el de Jackson, aunque este también conllevara que el hijo de los Wang fuera puesto en libertad, sufriendo por que su pareja dio todo por él, teniendo esa consecuencia de perderlo en ese mismo instante.


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