El hombre llamado James “Logan” Howlett nunca amaba con fuerzas, bueno, quizá la primera vez sí, pero era confuso y el primer amor nunca se olvida. Hasta que se dio cuenta de las benditas consecuencias de su mutación (eran benditas ya qué si no hubiera vivido lo suficiente no hubiera conocido al amor de su vida). Y no amaba por sentirse desdichado o desafortunado. No amaba porque para él era algo tan fugaz, como una tarde en un parque de diversiones (no cualquier parque algún parque como Six Flags o Disneylandía); era lindo, aceleraba el corazón y te llevaba a mundos inimaginables.
O era la forma en la que Quicksilver le había explicado que era la forma de amar de Logan y no estaba tan errado. Tenía una vida muy longeva; no podía darse el lujo de amar con todas sus fuerzas si para las siguientes décadas aquel amor profesado era tan fugaz y efímero como un castillo de arena a la orilla del mar. La vida de una persona Inmortal como Logan era muy solitaria, a tal grado ese sentimiento estaba tatuado justo al lado de su corazón, para que no olvidara lo que era y lo que sería el resto de su vida. Aún que la palabra soledad se difuminaba al son de las notas de Rush, Pink Floyd y demás bandas que a Peter le gustaba.
Lamentablemente para Logan con todas las vidas que había tenido, dentro de su corazón a un podían sentirse los fuegos artificiales y las montañas rusas. Esa era la forma en la que definía el castaño a Peter Django (Lesher) Maximoff. No lo demostraba en gestos; Logan no supo lo que era amar con intensidad, pasión y devoción hasta que conoció dicho velocista. Y se percató que todos aquellos viejos amores nunca se compararon con lo que pudo sentir con el mocoso, nunca. Él era único, a tal grado de que pudo darse el lujo de olvidar la soledad. Soñar con la vida nómada y comenzar nuevamente a amar de verdad.
.
Cuarentaicinco años habían pasado desde que “su niño” o “mocoso” había salido de la mansión Xavier, cuarentaicinco años en los que entre misiones, se daba un tiempo para buscar por él mundo aquel pedazo de alma que le había abandonado. Por su mente le daba vueltas constantemente la razón por la que le había dejado, Lo creyó imposible, pasado los años. La famosa esperanza, sentimiento que unía a todo los X-men, más que la solidaridad, la amistad, el amor, la felicidad. Todo radicaba en la esperanza, por un mejor mañana. Para todos aquellos integrantes de ese mundo llamado tierra.
Peter Maximoff era predecible, bueno, no del todo. Se había vuelto predecible con Logan y eso le encantaba al mayor. La entera necesidad de Peter por estar con él, incluso más que su hermanita, incluso más que sus compañeros, incluso más que su padre. Conocía cada parte de él, era, era transparente los ojos del peliplateado sabían expresar perfectamente todo. Hasta que aquellos ojos marrones y dulces se tornaron turbios ese día. Todo aquello había ocurrido tres meses antes cuando de verdad temió que podía perder a Peter.
Flash Back
Peter había parado a la enfermería ya que Juggernaut había terminado por acertarle un puñetazo en el costado lanzándolo a metros de distancia. El peliplateado veía el lado amable de aquello era un llano donde habían peleado y de haberle estampado en alguna parte el impacto hubiera sido mayor; rio a pesar de tener tres costillas rotas, bueno, eso dijo antes de quedar inconsciente. Logan temió perder a su niño.
Fueron días en los que Peter no había despertado, la primera vez que un golpe lo había noqueado lo suficiente para dejarle inconsciente. Trataba de hacer su rutuna normal y cuando menos se había dado cuenta lo estaba estado esperando en su cuarto terminando una clase, o caminaba por los pasillos con las fosas nasales abiertas para seguir el rastro plateado. Recordó los fines de semana ahí Peter se daba el lujo de no usar su mutación y se apretaba a la cintura del mayor en aquella motocicleta. De la misma manera fueron noches en las que la mata plateada saltaba en su cama para dormir juntos. La mayor parte de las veces el de ojos marrones solo tenía que subir al cuerpo del mayor y utilizar aquel tono tan sugerente para que el de ojos ámbar entendiera lo que el menor demandaba. Soltando pequeños gemidos, ya que la casa era de paredes pequeñas y cualquiera podría oírlos. Si no era el caso de desfogarse Peter pegaba su espalda al pecho del mayor y este lo cubría con su gran cuerpo, sus bastos brazos le protegían hasta el alba y el mismo joven se escabullía de nuevo a su cuarto antes de que Erick (como solía decirle a su padre) se diera cuenta.
Al fin después de dos semanas, despertó con aquella sonrisa tan fina. Con el mismo cabello revuelto y la misma intensidad con la que llegaba a inundar el ser de Logan. Si se comparaban complexiones Wolverine era más corpulento, por ende más grande. ¿El velocista? él era grande en sí, inundaba todo el cuerpo del de ojos ámbar, desde el espacio en medio de los dedos de los pies, entre las uñas, los poros, el hueco entre el globo ocular y los parpados. Este solo ladeo la cabeza y sonrió. Así de grande era la presencia de Peter. El menor se sorprendió cuando el mayor ya lo aprisionaba en sus brazos. Peter comenzaba a decir incoherencias como siempre, Logan cerraba los ojos agradeciendo a quién sabe quién por darle una oportunidad de tener al Peter de siempre.
A un costado de la camilla, el Lobezno aprovecho que él menor se había quedado dormido nuevamente y un arrebato de querer expulsar todo el temor que tenía dentro, lo sacó en forma sonora, grave error:
“Eres lo más importante que tengo y por más que quieras no mueras, por más que quieras no envejezcas. Mantente y mantenme vivo, yo un ser inmortal no me importaría acabar con mi vida él día que me hagas falta (sacó un bufido) como si eso se pudiera. Como si pudieras estar… eternamente junto a mi”
Esa noche Logan había sacado una lagrima, y sus palabras eran tan profundas que podían cortar de la misma manera que sus garras el tiempo. Si tan solo se hubiera dado cuenta que Peter estaba despierto y que había parpadeado lo suficiente rápido como para ver aquella lagrima la cual ya estaba debajo del pómulo. Peter sintió el miedo de Logan y a modo de disimulo giro su cuerpo para quedar a espaldas del mayor, una vez que este salió de la enfermería no pudo evitar poner sus puños pegados a sus pestañas y sacar sus propias lágrimas. El velocista nunca se había cuestionado que sería de la vida del viejo el día que él fuera. O quizá si se lo había cuestionado, no obstante el veía todo con un amor juvenil e inexperto. Muy apenas pensaba en que comería el día siguiente, y Logan venía con aquellas palabras. A los ojos de Logan, Peter era su todo. Era una carga tan grande. El cargar los sentimientos de un hombre que no puede morir. Pero, no estaba en él poder vivir muchos años, ¿o sí?
Al día siguiente algo había cambiado en la mirada de Peter ya no lucia como la de un niño, aún conservaba su optimismo, pero, ya no era el mismo. Se había introducido una idea en su mente y ya no se la pudo sacar de la cabeza. Una idea que hace que un niño deje de ser eso, un infante, pensaba en su futuro y el de Logan.
Poco antes de que terminaran esos tres meses. Peter le había pedido a Logan ir al mar a quedarse un fin de semana. Incluso pidió intercesión de Charles y Raven para con Erick. Cosa que logro con éxito. Fue la última vez que pudo ver aquellos ojos castaños mirándole con morbo, pudo besar cada parte del rostro menor, como sus pezones y dentro de sus muslos dejando mordidas en aquellos últimos; había explorado cada parte del menor con sus dígitos había rosado toda la columna haciéndole estremecer para llegar aquellos glúteos tan firmes, amasándoles, hundiendo sus dedos entre estas hasta llegar a la entrada.
“Viejo, ¿Alguna vez te has sentido solo?”
Logan se quedó un rato contemplando los rayos del sol mientras clavaba su barbilla en la mollera del menor “No mocoso, ya no” Peter entendía que era gracias a él. Por una parte se sentía bien y por otra parte no.
“Daría lo que sea para estar eternamente junto a ti…”
Fueron las mismas palabras que había usado aquella vez en la inconciencia del de ojos marrón. Y las mismas palabras que habían entrado en la cabeza del velocista como un taladro. Y también para poner en la contraparte de aquella foto que Logan no sabía en qué momento Peter la había tomado: Era Peter sosteniendo la cámara con ambas manos y lobezno atrás, recostado en el hombro del menor, dormido; abrazándole como era costumbre Eternamente junto a ti.
Como se había dicho a Peter se clavó las palabras en su mente, en su corazón, en sus tobillos, en sus manos, a un lado del costado no obstado fue a Logan quién le toco cargar aquella cruz. Se culpó muchos años por ello. Creyó que esta era una clase de broma, ya hace mucho tiempo de esa fase del velocista. Al día siguiente que el menor no había llegado a su cuarto disimulando no haber dormido con él con su acostumbrado “buenos días viejo”, tampoco se había presentado a clases. Y Raven estaba como loca buscando no sé qué por la escuela, más tarde nos enteramos que era el casco de Shaw. Ya que Magneto usaba el que le había dado Apocalipsis. Las primeras horas fueron soportables, los primeros días se negaba que su amante se había ido. Pasaron los meses y fue más preocupante su ida fue definitiva, el propósito de nunca volverse a encontrar. Cualquier lugar al que Peter hubiera ido deseaba no ser localizado.
Fin del Flash Back
La soledad que ahora estaba depositada en su mente, luchaba con la esperanza inundada en su corazón, su niño se había ido, dejando solo el tronar de los cohetes arificiales, las subidas eternas de las montañas esperando cuando poder bajar. Un parque temático intacto, solo que carente de personas, de niños jugando por doquier, vendedores de comida, espectáculos al aire libre. Un hermoso parque de diversiones color plateado haciéndose polvo con el pasar de los años.
Cuarentaicinco años después de aquel devastador suceso donde la mayoría de los mutantes habían muerto o por culpa de aquel suero milagroso como los humanos habían optado llamar, habían perdido sus habilidades Rouge fue una de ellas, el suero también le había sido suministrado a Magneto en contra de su voluntad.
Erick, ¿Qué ocurrió con Erick?, al parecer el amor que le había profesado al Profesor no era suficiente y cuando no tuviera nada que le atara a la mansión, se marchó, haciendo su legión de mutantes. Y había hecho de Jean parte de aquel grupo de súper villanos. Ella también había muerto pocos días después de despertar al fénix, antes de Erick y Jean había muerto. Scott por manos de esta última.
Regresando a la muerte de Erick, transitando las calles alguien le había identificado y le habían golpeado hasta quedar molido e irreconocible. Cuando Charles se había enterado no dudo en hacer una lápida en su nombre justo al lado de la Jean, la de Scott, la de Storm. Ororo había muerto en otro suceso. Por qué independientemente de que humanos y mutantes lucharan entre ellos, había un mal mayor del cual no se preocuparon sino hasta que fue demasiado tarde.
Kurt, Warren, Jubile, Rouge, Bobby, John, Raven, Hank, la lista podía continuar, todos muertos. De una u otra manera. De una manera estúpida como el pelear los unos contra los otros, o por una verdadera razón como una enfermedad mortal. Conforme iban muriendo la esperanza de Logan iba muriendo de apoco. Probablemente Peter ya estaría en las mismas condiciones que los demas en alguna parte del mundo. Sacudía su cabeza y pensaba mejor que Peter estaba feliz en alguna parte del mundo aún que no fuera con él, verle feliz era mejor que verle dormir como aquellas dos estúpidas semans. Después de cuarentaicinco años Logan había optado por descansar su alma bañada de plata y no lo decía por el adamantium.
Ahora estaba Logan viviendo en una casa fuera del todas las pérdidas, cansado de buscar a Peter, si no lo había encontrado en cuarentaicinco años ¿Qué le haría pensar que lo encontraría ese día en el que decidió mandar todo al carajo?, eso incluía su vida como X-men, eso era porque ya no habían X-men, ni hermandad de mutantes, ni algún propósito para seguir aquello, en la actualidad habían muchos otros grupos de súper héroes donde los mutantes los cuales a él no le importaba conocer, estaban a salvo. Para ser simplemente Logan.
Llevaba dos semanas que había encontrado aquella casa abandonada en medio de la nada viviendo de la obra, de caminar y de sus recuerdos con Peter.
.
“Wow, ¿y no te duele cuando las sacas?”
Después de un rato de pensarlo susurró “todo el tiempo”
Peter había creído que a Logan no le gustaría hablar de aquello por lo que cambio de tema “yo sé que tú no me conoces, pero yo te conozco a ti, tu eres Logan y yo soy Peter Maximoff, mucho gusto” había levantado su mano con el fin de estrecharla.
Él no había dicho nada, solo miraba alrededor a los demás mutantes que le miraban con miedo mientras su cuadro terminaba frente al rostro sonriente de Peter con la mano a un extendida “¿gusto?”.
.
A veces miraba la foto de su niño y solo a veces porque temía que su memoria le fallara, no recordándolo como realmente es. Dudando olvidar aquella piel tan suave, los ojos amielados, los labios delgados, la sedosidad de su cabello, la parte sensible al costado de su espalda y aquel olor a vainilla…
Ese día estaban juntos en la bañera a Peter se le había ocurrido la genial idea de comprar jabón con burbujas. Pero como no venían instrucciones de cómo ponerse le había puesto medio bote y para cuando la tina estaba llena ya estaban ahogándose, y el movimiento de Peter no ayudaba para nada.
“Logan, recuérdame como Quicksilver el integrante de los X-men y no como el mocoso que soy”
Dejándose hundir en las burbujas. Logan soltó una gran carcajada, como no creía tener eso sorprendió a Peter levantándole de su tumba de burbujas. Tenía un ridículo cono de burbujas de barba cuando se levantó, produciendo una carcajada más grande en el mayor. Este por la ofensa le hizo un sombrero con la espuma.
Con su niño encontraba una faceta que nunca había encontrado en él, una en la que se pudiera relajar. Su infancia no fue muy agradable, según los pocos recuerdos que conservaba mucho menos su juventud. Sonreír no era una de sus mayores prioridades, y con Peter todo aquello era tan fácil.
.
“Viejo subamos a aquel” El nombrado se había sorprendido al darse cuenta que había pedido una montaña rusa.
“Mocoso, tu corres más rápido que eso” lo dijo de manera escéptica.
“yo sí, tu no” lo jalo hasta que llegaron a la fila “Vamos te va a gustar”
Una vez dentro del carrito y el señor se asegurara que todo estaba en orden arranco el juego. Logan pensó en lo aburrido que era esperar hasta que llegó la bajada. Eso lo tomo de sorpresa presionando sus manos en el cinturón. De nuevo una subida Logan ya estaba entendiendo a donde llevaba esto soltándose de golpe soltando un grito, la siguiente vez que comenzaron una nueva serie de subidas y bajadas, haciendo muecas durante el proceso. Una vez terminado el juego a un con aquella natural sonrisa miro a Peter el cual estaba embelesado con el aspecto del mayor. Fue una de las mejores emociones de su vida. Desde aquel día su lugar favorito para pasarlo con el menor eran las ferias y parques temáticos.
.
El alma de Logan se asemejaba al desierto, era solitario e inmenso ausente de cualquier persona y a pesar de todo encendido, inundado de calidez. A pesar de todos esos el amor de Peter brillaba como la primera vez que había aceptado aquel amor. Construyendo un mundo mágico dentro de él.
Peter estaba sentado a la orilla de la cama iluminado por la luz de la luna menguante, una vez que decidió levantarse un hilo de semen y sangre corría por su muslo, antes de entrar al baño volteo a ver a Logan que estaba sumido en sus pensamientos “¿Viejo?, he viejo, viejo, viejo”
“¿Si mocoso?” como una bofetada sus pensamientos fueron abruptamente interrumpidos por aquella escena, luz de plata sobre la plata. Haciendo del hilo de sangre más llamativo.
“tú y yo… ¿Qué somos?”
“¿a qué te refieres?”
“Llevamos haciendo esto hace un par de semanas y besado desde hace un mes, también a veces vamos a la feria, al cine y hacemos esas cosas cursis ¿Acaso soy tu…. amante?”
Al poco rato Logan se levantó acercándose a su rayito de plata abrazándolo de frente, mirando esos ojos como de plato “no” de una manera escueta
Aquellos ojos de cachorro se apachurraron junto con su mirada y sus labios apretujados “no es justo”
Logan levanto la ceja sacando un gruñido con ello “¿No es justo no quererte como amante?”
“si”
“un amante es un amor secreto, yo te quiero como novio” al escuchar eso Peter había esbozado una sonrisa de oreja a oreja y cuando menos se había dado cuenta de su rubor ocultó su rostro en el pecho del mayor.
“Logan es mi novio” se dijo para sí mismo mientras sonreía, lentamente levantó el rostro encontrándose los ojos del Lobezno cerrándose estos con un beso.
No podía reflejar mejor su vida como ahora, en aquel entonces vivía en una escuela envuelto de un entorno juvenil llenó de vida. Y aunque digan que los ambientes naturales son donde uno encuentra paz, es en la juventud donde realmente se encuentra. Ahora estaba en aquel llano en medio de la nada. Escuchando los ecos de la risa de su niño, a través de la luna y a través de aquellos extraños habanos con esencia a vainilla. Aquellas tres palabras le habían condenado y se cuestionaba si al final todo aquello valía la pena. ¿Había perdido a Peter o lo había encontrado? Eternamente junto a ti.
.
“Dile”
“A un no es tiempo”
“Se va ir de la mansión, quien sabe cuándo lo vuelvas a ver y tu aquí”
Había presionado sus labios y hecho una de sus rabietas dando vuelta por toda la mansión hasta llegar a con Logan nuevamente “ya voy”
“Ya está en la reja” lo decía mientras miraba la ventana dado a la entrada en el segundo piso.
“ya, ya, ya, ya voy” cuando volvió a mirar la ventana Peter ya se encontraba atrás de este con el índice levantado, nuevamente encogiéndole y extendiéndole un par de veces; hasta que por fin decidió extenderlo y tocar la espalda del mutante que controla metales. Este se sorprendió, y Logan sabía porque.
Esos días en los que se construía la mansión Peter y él se habían encontrado creando momentos incomodos para los dos ya sea que los dos buscaban ponerle al apio crema de cacahuate en la cocina o como la vez en la que Erick había decido estar de oyente en la clase de historia de Logan, mientras Peter se retorcía en su butaca. O la vez que Peter le había contado sobre un día los dos (El alemán y el peliplateado) estaban en fuera de la oficina del Profesor y para matar el tiempo ambos se pusieron a hablar, temática impuesta por el más joven, sí había considerado aquellas clases de karate o si prefería mejor el kung fu. Haciendo sentir a Erick incómodo con la cantidad de incoherencias que el chico estaba diciendo cuestionando en voz alta si el propio chico practicó alguna de aquellas artes marciales. Quedando ambos en un fúnebre silencio.
Ahí estaba Peter con Erick, incluso más nervioso que en su primer beso, al niño todo le salía natural delante del Lobezno, el primero se había tocado la nuca. Magneto el cual por un rato había sostenido su única pertenencia ese pequeño maletín cayó en el suelo de golpe. Sospechaba que Peter ya le había dicho. Dejando este mismo en el suelo se fue al estudio con Charles. Según palabras de Charles casi media mansión sabía menos él. Desde ese día hasta un par de meses después de la desaparición de Peter, Erick se había quedado nuevamente en la mansión. Hay personas que no nacen para ser amantes, pero si para ser padres. Magda y Charles se hubieran puesto de acuerdo con ello. No había un auténtico esmero en Erick de ser bueno, que Peter. De haber sabido que eran tan fácil dominar a Magneto, Charles le hubiera dicho desde hace mucho que era padre.
.
Otros cinco años pasó en aquel solitario lugar. Y los recuerdos positivos desaparecían. Magda al ignorar el por qué su hijo se había ido. No le importó mucho la verdad, era un remolino y un caos en la casa. La que había sufrido más fue su hermana menor, fue la que más hizo rabietas cuando su hermano había decidido dejar el nicho materno. No era mutante por lo que en la actualidad era la única sobreviviente en algún asilo en NY . Al final de los años el pegamento llamado Peter los fue separando; ella hizo su familia y el hueco de Peter fue llenado. Logan todo ese tiempo fue a visitarle más por la persona en común, que por el hecho de que tuvieran ganas de platicar. Mientras tanto Logan no podía superar la ausencia de Peter, a un que lo negara, los fuegos artificiales seguían ahí.
Fue por ello que abrió la puerta aquel día. Una parte de él le decía que era por costumbre y la otra era por esperanza. Era Charles, apareció enfrente de su casa.
-¿Qué quieres?- Logan le había cerrado la puerta en las narices sin embargo este la interceptó con su silla de ruedas.
-Logan necesito tu ayuda-
-ya nada de los X-men, nada de las misiones, nada de…- Logan se había distraído, atrás de Charles se encontraba una niña.
-Necesito que me ayudes a cuidarle, a ella-