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Mis razones para matar a Park Chanyeol por BtsVhopeyaoi

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Notas del fanfic:

Buenas~

Tengo un par de aclaraciones que hacer antes del inicio de la lectura.

  1. La historia está siendo publicada en wattpad también y aquí les dejo el link por si gustan leer en esa plataforma.
  2. Pueden pasar a ver el trailer del FF 
  3. Si alguien ha pasado a ver el trailer, debo aclarar que la idea original era escribir este fic en LiveJournal donde mi nick es Byun_Taehyung. Lo aclaro para evitar pensar que es plagio (x'D)
  4. Es mi primera vez escribiendo este género así que me vendría bien un poco de retroalimentación.

Notas del capitulo:

Bienvenidas a la lectura de este Fanfic. Quisiera decir que el formato original del escrito es totalmente diferente y he debido cortar algunas cosas para que sea entendible en la plataforma de AY. Si veo que hay aceptanción en la historia podría subir el archivo en PDF para que puedan leer la historia completa y en el formato original (créanme, es hermoso;;)

Les diré, los capítulos están redactados de manera en que sea un capítulo del presente (hablando del caso) y dos capítulos del pasado (es decir, puro ChanBaek). Es necesario así para que la historia pueda ser entendida.

Por otro lado, hay aparición de personajes de BTS y lo aclaro porque ya he visto comentarios donde prefieren dejar la lectura antes de darle una oportunidad al escrito sólo  por ese hecho. Así que, si no te gusta nada que tenga que ver con dicho grupo puedes abandonar la lectura desde ya.

Gracias.

El señor Park, dueño de Exodus —la tienda de ropa que había formado su propio imperio, creando un monopolio en Seúl —, parecía un hombre incapaz de hacerse de enemigos y, sin embargo, alguien había secuestrado y presuntamente asesinado a su primogénito. Por otro lado, Baekhyun, quien fue adoptado por el matrimonio cuando la señora Park aún vivía, parecía un cadáver; su rostro de facciones finas había sido maquillado con grandes ojeras de manera permanente, con ojos marchitos y mirada perdida, incluso parecía haber bajado de peso —y lo deducía por las fotografías en la casa del señor Park— mientras se hundía a sí mismo en una depresión pegado a una silla de ruedas. Y no es que el padre de familia tuviera un mejor aspecto pero Namjoon tenía un hermano menor bastante parecido a Baekhyun y no podía evitar imaginar a su hermano en esa silla; hundido y devastado.


—Si necesita algo sólo llámeme—dijo Namjoon mientras ofrecía su tarjeta de presentación.


La presión que sintió cuando el señor Park le devolvió la mirada fue agonizante. Sus ojos carecían de brillo en la mirada y aún así podía vislumbrar un rayo de esperanza en el hombre devastado.


Cuando Siwon le dijo que ésta sería su prueba de fuego no estaba mintiendo.


Ese día Namjoon se olvidó de comer a sus horas por concentrarse en la investigación. Si quería solucionar el misterio tenía que hacerlo bien, así que se dedicó a realizar entrevistas a las personas más allegadas a Park Chanyeol, incluso quienes sólo se lo habían topado en un par de ocasiones, pero a cada paso que daba la esperanza de encontrar una pista iba disminuyendo hasta volverse cenizas con el paso de los días.


Para cuando se cumplieron tres semanas Namjoon se dio cuenta de que estaba llegando a su límite y los avances de la investigación eran casi nulos, por no decir que técnicamente no había hecho nada (muy a su parecer).


El señor Park lo había llamado en un par de ocasiones para preguntarle cómo iba el caso de su hijo y se odiaba a sí mismo por tener que excusarse bajo las mismas palabras: Trabajamos sin descanso, así que pronto recibirá una respuesta concreta. Al menos era una forma menos dolorosa de decirle que no podía responderle.


—Hyung—. Llamó su hermano menor a su espalda mientras él intentaba atar cabos anotando en una hoja en la que llevaba escribiendo desde que había llegado a la casa. —Hyung, creo que deberías dormir.


—Taehyung, esto es importante.


Namjoon no quitó la vista de la hoja ni dejó de rayarla sólo para sentir que estaba haciendo algo útil.


El menor se quedó estático, observándolo. Sabía que se encontraba exhausto y estresado a niveles que jamás había visto pero, aún si se trataba de su trabajo, Taehyung tenía miedo a que su hermano colapsara. Y de alguna u otra manera esa tensión en el ambiente le hacía imaginar que las paredes terminarían por caerse sobre el mayor. No obstante, Taehyung se limitó a sentarse en un rincón donde no pudiera estorbarle y se mantuvo callado para no molestarlo, pero estando lo suficientemente cerca por si necesitaba de su ayuda en lo que fuera.


Namjoon no se quejó. Él sabía que su hermano no lo dejaría, especialmente ahora que se encontraba de vacaciones. Y en cierto modo eso lo hizo sentir culpable, porque se había perdido su graduación por estar enfrascado en la investigación pero se prometió a sí mismo el compensárselo por mucho que Taehyung se negara. Después de la muerte de sus padres Namjoon se había dedicado a trabajar y a criar a su hermano a costa de su propia salud y si había podido vivir al límite en aquel tiempo donde no tenían casi nada entonces se decía a sí mismo que podía hacerlo ahora también.


Sin embargo, por mucho que le diera vueltas a todo lo que llevaba escrito no llegaba a nada en concreto y era frustrante. Así que optó por tomar el consejo de Taehyung, alejándose del pequeño escritorio y estirando los músculos para irse a dormir.


Llevó a su hermano entre brazos y lo recostó en la misma cama porque no tenía las fuerzas suficientes para llevarlo a su habitación en la segunda planta, así que simplemente se tumbó junto a él y se dejó llevar por la cálida sensación de su cama, la misma que llevaba días sin visitar.


No obstante, el tiempo iba en su contra y pronto se vio saltando de la cama para apagar el molesto sonido de la alarma; con los músculos tensos, la ropa pegada a su cuerpo gracias al sudor y los cabellos desordenados, Namjoon se giró con cuidado para cerciorarse de que su hermano continuara dormido. Afortunadamente Taehyung siempre había tenido un sueño pesado, a comparación de él, así que, resignado, tomó un cambio de ropa para darse una ducha rápida con agua fría.


Sabía que su cuerpo le pasaría factura tarde o temprano con lo descuidado que había estado siendo, por lo que intentó ignorar por todos los medios el punzante dolor de su espalda y el cuello. Nada que un par de pastillas y una buena taza de café no pudieran curar.


Namjoon corrió contra reloj para alistarse y hacer el desayuno para que Taehyung no tuviera que preocuparse por ello. Lo estaba mal acostumbrado, era verdad, procuraba quitarle la mayor cantidad de obligaciones para que se dedicara de lleno a sus estudios y que viviera como un chico de quince años normal. Taehyung no era un mal hermano, tal vez algo holgazán pero Namjoon se sentía orgulloso de él, en especial cuando traía consigo títulos de primer lugar en conocimiento.


Sirviéndose una segunda taza de café cargado, Namjoon salió de casa cinco minutos antes de las siete de la mañana, no sin antes dejar una nota de despedida en la mesa del comedor.


El cuerpo entero lo sentía tenso a pesar de sus esfuerzos por reponerse en pasos sencillos y su realidad con el caso de Park Chanyeol no le hizo bien a su estado de ánimo.


"Si existiera una conexión real", se dijo a sí mismo mientras esperaba a que el semáforo cambiara de color.


La investigación que había estado realizando lo llevaba, al final, a la misma conclusión cada vez que intentaba atar cabos de diferentes maneras: Todos amaban a Park Chanyeol.


Chanyeol era el prototipo ideal de hombre de negocios, la definición de buen hijo y hermano, y, sin duda, de amigo excelente. Sus ex-compañeros en la universidad no hablaban más que maravillas de él y los empleados de Exodus expresaban su gratitud y cariño al próximo heredero. 


Namjoon jamás creyó que odiaría el toparse con la imagen del ciudadano ejemplar porque sólo ayudaba a estancar la investigación. Así que, con el estrés crispándole los nervios, aceleró una vez que el semáforo cambió a verde hasta que finalmente llegó a su destino. Y una vez dentro, reconoció el característico aroma a café, donas glaseadas y desinfectante para el piso que se mezclaban como si fueran uno.


—Siwon quiere verte.


La voz cantarina de Ámber terminó por hundirlo porque conocía a la mujer y ese tono de voz sólo hablaba de problemas.


Namjoon vio al fino cuerpo de la oficial alejarse con toda la buena actitud y se preguntaba cómo hacía para estar siempre de buen humor en un trabajo como el suyo, pero decidió que era más importante no hacer esperar a su jefe, así que se dirigió a la oficina correspondiente a través de un estrecho pasillo por donde se podían escuchar perfectamente los murmullos y quejas, incluso el furioso golpeteo de los dedos contra el teclado.


Tenía que admitir que se encontraba un tanto asustado por lo que sea que fuera a decirle Siwon, así que inspiró hondo, observando la placa pegada a la puerta de la oficina que rezaba el nombre de Siwon. Aunque no tardó en darse cuenta de que Siwon sería el menor de sus problemas.


El señor Park, con su ya común imagen acabada, giró la silla para verlo a los ojos y Namjoon no se encontraba preparado para decirle que la investigación estaba estancada y que no podría (de nuevo) darle información relevante.


—Inspector Kim—habló su superior tras el escritorio—, hay alguien que ha venido a hacerle una visita.


Dentro de su estómago se libró una batalla de ácido contra ácido cuando el señor Park se levantó de su asiento y le hizo frente. La sensación de ser quemado hasta la garganta le hizo doloroso el emitir sonido al momento de darle los buenos días. Era un protocolo automático, pero ridículo cuando era más que obvio que el señor Park se veía herido.


—Mi hijo... No ha parado de insistir en que quería venir a verlo—dijo con voz cansada y grave—. Intenté convencerlo, pero...


Namjoon negó. —Entiendo. Es un proceso difícil, señor Park.


Siwon no parecía tener intenciones de mover un músculo más, así que los despidió cortésmente antes de volver a sus labores, no sin antes advertirle a Namjoon sobre la presencia de Baekhyun en su lugar de trabajo.


A pesar de que era temprano las labores estaban en su máximo esplendor, así que el camino a su departamento, a su pequeño cubículo personal, estuvo lleno de quejas y teléfonos siendo golpeados contra la pared seguidos de un par de maldiciones. Pero el señor Park caminaba con tranquilidad, como quien se encuentra totalmente ajeno al ajetreo. No lo culpaba en lo absoluto.


Cada paso que daba lo acercaba al confrontamiento del que más rehuía. Las contadas ocasiones en que se cruzó con los pequeños ojos de Baekhyun sintió que el mundo se le caía a pedazos, sintiéndose culpable como si hubiera sido él el responsable de la desaparición de Chanyeol.


Baekhyun no se veía tan diferente a ocasiones anteriores. Su fino cuerpo continuaba tan delgado como la primera vez que lo había visto y sus ojos sin vida lo atormentaban tan sólo fijarse en ellos. No podía simplemente desviar la mirada y eso era un total calvario.


La silla de ruedas dio un leve giro con ayuda de los controles cuando Baekhyun se percató del inspector y de su padre. El menor apenas y podía mover sus extremidades superiores de manera adecuada y Namjoon se preguntaban qué tan doloroso debía ser el estar condenado a una silla donde no podía huir a ninguna parte que pudiera reconfortarlo. Y, por las fotografías que había tenido la oportunidad de ver del menor, Baekhyun no solía sonreír hasta que conoció a la familia Park. Namjoon suponía que la pérdida de su familia original (los Byun) atribuyó a la depresión que la psicóloga del chico registró en sus archivos. Según los registros, Baekhyun había dado una notable mejoría gracias a Chanyeol.


—Me dijeron que querías hablar conmigo.


Namjoon se esforzó para que su voz fuera tranquila y aterciopelada, recordándose que no debía hacerle la vida más miserable; en especial a alguien que ni siquiera llegaba a la edad adulta. Baekhyun era tres años mayor que su hermano, por ende se sentía con la responsabilidad de reconfortarlo, aunque fuera técnicamente imposible.


Baekhyun apretó sus delgados labios en una fina línea, fijando sus ojos color miel en los de Namjoon. Parecía luchar consigo mismo, debatiéndose entre hablar y llorar en el proceso o callar y esperar a que se lo llevaran de allí.


—Discúlpelo, inspector—habló el señor Park mientras se deslizaba con sutileza a la espalda de su hijo—. Es la primera vez desde... Que sale de casa.


Asintiendo con la cabeza y en silencio, Namjoon tomó asiento en su escritorio, dispuesto a responder de la manera menos dolorosa posible.


—Dime, Baekhyun, ¿hay algo que quieras tratar conmigo?


El menor apretó los puños sobre sus piernas, arrugando ligeramente su pantalón al arrastrar la tela entre sus finos dedos. Después boqueó un par de veces, sin emitir sonido y con la mirada fija en algún punto entre sus zapatos apoyados en los descansos de la misma silla de ruedas y el piso.


—Mi hermano—habló finalmente con voz titubeante, casi en un susurro—, dijo que me traería un regalo ese día.


La información la había conseguido a pocos días de abrir la investigación, pero supuso que el exteriorizar sus pensamientos era un proceso por el cual Baekhyun debía pasar y él estaba dispuesto a escucharlo con atención.


—Yo sólo quería que viera una película conmigo, pero él insistió en que no volvería con las manos vacías—. Baekhyun pausó, buscando un poco de aire mientras sus ojos se cristalizaban. Los puños se aferraron con mayor fuerza a la ropa de su pantalón. —.El problemas es que no volvió.


La última frase había salido en un lastimero gemido, producto de sus esfuerzos por evitar el llanto.


El señor Park pasó sus manos por los hombros del menor, masajeando con cuidado para darle un poco de confort hasta que Baekhyun logró controlarse.


—Chanyeol me daría el regalo perfecto y había mencionado a un tal...—.Baekhyun lo pensó por unos momentos mientras jugaba con sus dedos y finalmente dirigía la mirada a la del inspector. —. Kai, se llamaba Kai.


Esa era la primera vez que alguien mencionaba el nombre de Kai y si Chanyeol le iba a pedir ayuda entonces el hombre debería saber dónde estaba el primogénito de los Park, o al menos a dónde se había dirigido.


—Baekhyun, ¿tu hermano mencionó el apellido de Kai? —preguntó con cuidado, sintiendo el vacío del menor volverse suyo, pero Baekhyun negó con la cabeza mientras volvía a apretar los labios en una fina línea—¿Tal vez su físico?, ¿alguna vez te mencionó algo extra a parte de su nombre?


A pesar de que Baekhyun volvió a negar, Namjoon finalmente sentía que tenía una nueva ruta por la cual ir.


Después de eso, y en vista de que Baekhyun no sería capaz de continuar una conversación, el señor Park se marchó del lugar con su hijo, empujando la silla con cuidado a través de los pasillos estrechos. Y, cuando Namjoon perdió de vista la silueta de ambos Park, se deslizó gracias a las pequeñas ruedas de la silla giratoria hasta su escritorio, relajando los músculos y apoyando los codos sobre la madera.


Observó a su alrededor, había al menos tres de sus compañeros, cada uno de ellos sumergidos en su propio mundo, en sus propios problemas. Namjoon sonrió al darse cuenta de que esa era la imagen más pacífica que podría apreciar durante su jornada laboral; el resto del día llegaba a ser lo suficientemente ajetreado como para olvidarse incluso de su propio nombre, así que apreciaba esos momentos de silencio en los que no tenía que lidiar con nadie.


En busca de papel y pluma, Namjoon abrió el cajón de su escritorio; sin embargo, un sobre de color negro resaltó entre sus cosas. Namjoon se sintió desconcertado porque sabía que eso no era suyo y que el sobre no se encontraba allí la noche anterior que se había despedido de sus compañeros. Lanzó una mirada rápida a cada uno, en busca de un gesto que los delatara pero cada quien continuaba en sus propias labores.


Jonghyun, por ejemplo, parecía estar buscando algo importante en el computador, deduciéndolo por su ceño ligeramente fruncido y los labios apretados en señal de concentración; el hombre era alguien sincero así que de haber sido él ya le habría dicho. Luego estaba Jinki, quien se veía notablemente cansado y soñoliento incluso para los dos vasos vacíos de café que tenía sobre su escritorio. También descartó a Minho, comenzando por el hecho de que ambos mantenían distancia y era precisamente por lo mismo que su compañero, si es que debía entregarle algún mensaje, le hablaba en voz alta de modo en que todos, al menos los que estuvieran presentes, lo vieran. A Minho no le gustaban los malos entendidos así que procuraba crear testigos sin importar lo que hiciera.


Así que, descartando a sus compañeros, Namjoon optó por la opción lógica: sacar el sobre del cajón.


Primero giró el sobre, cerciorándose de que no tuviera algún tipo de remitente pero no había nada. Luego, sólo después de delinear con el índice el borde de la apertura del sobre, Namjoon fue raspando con delicadeza hasta abrirlo, cuidando de no romper nada.


—¿Alguno de ustedes puso esto en mi escritorio? —preguntó con voz fuerte y clara, alzando el objeto entre sus dedos.


Todos respondieron con una negativa y luego prosiguieron con sus trabajos.


Inspirando hondo, Namjoon se decide a abrirlo por completo, sosteniendo con cuidado el papel perfectamente doblado y adecuadamente perfumado. Deja el sobre negro sobre el escritorio y permite que el dulce aroma a frutillas llene sus pulmones. El papel se siente grueso y por un segundo creyó que sería la fotografía de alguien. Pero se equivocó.


El hombre no pudo evitar soltar un jadeo cuando leyó las primeras líneas de la carta escrita a mano con letra prolija.


Querido Kim Namjoon.


Desde el momento en que supe que sería usted el encargado del caso me preguntaba si sería capaz de entrar en nuestro juego, pero me ha decepcionado, inspector. Tenía grandes expectativas.


Sin embargo, me han convencido de darle una nueva oportunidad así que no la desperdicie.


¿Conoce el juego de las sillas musicales? Pues el nuestro es algo parecido. Cada vez que se encuentre cerca de descubrir quién soy alguien pagará el precio.


Está bien, no debe alarmarse. Es un costo bajo para lo que usted será capaz de lograr a costa de.


Pero, si desperdicia alguna pista usted pagará directamente, inspector, y le aseguro que no será algo grato.


Ha perdido mucho tiempo así que debe apresurarse.


Namjoon prestó singular atención a la pequeña mancha debajo del texto, parecía puesta de manera intencional pero era tan borrosa que bien podía ser un error al escribir.


Lo correcto sería enviar a analizar la carta pero la persona que se la había enviado había sido muy clara: era un juego entre los dos.


Namjoon volvió a poner todo en orden y comenzó a buscar en su base de datos el nombre de Kai; sin embargo, y como ya lo esperaba, la computadora arrojó una gran cantidad de resultados.


Sería un día muy largo, pero aprovecharía cada minuto antes de volver a casa con Taehyung.

Notas finales:

Los capítulos son cortos pero consisos (quiero creer), así que espero estar siendo bastante clara.

Como dije, es mi primera vez escribiendo de este género, así que, por favor, envíen sus reviews para saber qué les parece la historia, si puedo mejorar en algo, etc.

Gracias por leer~

PD: No tengo fechas de actualización. Creo que dependiendo de la aceptación será la actualización, porque, como vuelvo a repetir, es mi primera vez en este género.


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