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Me like yah por Otogi Rinkaku Nishimura

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Park Jae Beom, mejor conocido como Jay Park, era uno de los compositores, productores, bailarines, raperos y demás que era bastante conocido. Todo el mundo conocía su nombre y habían siquiera escuchado una canción de él.

Era respetado y admirado por varios en la industria de la música, al ser de los pocos que les importaba poco y nada lo que dijeran sobre él y sus letras, las cuales a veces eran muy específicas.

Era como un ‘’Magnate de la industria’’.

Dicho magnate ahora se encontraba por demás hipnotizado por el movimiento de caderas que el nuevo coreógrafo a cargo de la producción de su video musical hacía en ese mismo instante.

 

Luego de hablar con varias personas, había llegado a la decisión de contratar a un coreógrafo que pudiera ayudarle con el baile, después de todo, no quería tener que enseñarles a las chicas lo que debían hacer, vamos, era el gran Jay Park, no iba a ir explicando por la vida a unas chicas el cómo debían moverse para su video.

 

Park Jimin les había venido como anillo al dedo.

 

El chico, por muy joven que fuera, sin duda demostró grandes habilidades para el baile, y también para el liderazgo que conllevaba el enseñar los movimientos que debían hacer las bailarinas.

 

Pero eso estaba fuera de todo lo razonable. Normalmente, un coreógrafo solo les decía a las personas que debían hacer y cómo, más si el coreógrafo era un hombre que enseñaba a mujeres. Pero no, Jimin literalmente les enseñaba a las chicas como moverse.

 

—    Mira Tina, debes moverte más lento, exactamente así.

 

Y allí iba, Jimin se apoyaba en el mármol de aquella chimenea donde debían hacer la escena, moviendo su cadera con lentitud, siendo a la vista de Jay, una bomba de sensualidad, más aún cuando los ajustados pantalones del más joven se apegaban al trasero de este, el cual, a su vista, era mil veces mejor que la chica con la cual haría las escenas, por muy amigo que fuera de esta.

 

En un momento sintió tocar el cielo cuando les recomendaron recrear la escena con él y con Jimin, para que así, Tina pudiera ver cómo debería hacerlo con él a sus espaldas.

Ni corto ni perezoso fue que de ubico detrás del joven de cabello naranja, quien se encontraba algo avergonzado, ya que tampoco había pasado por desapercibido que el músico tenía muy buen cuerpo.

Las manos tatuadas del mayor se situaron en la estrecha cintura que tenía a su alcance, haciendo que el ajeno no tuviera más opción que hacer un paso hacia atrás, quedando su trasero pegado a la pelvis del imponente hombre.

La música fue lo que les indico que debían comenzar a moverse.

Ambos cuerpos se movían contra el adverso con bastante calma, podía notarse a simple vista que lo que allí sucedía era más que un simple baile, era como que ambos intentaban probar cuanto aguantaría el otro hasta ceder a sus instintos.

Cuando les dijeron que era suficiente se separaron algo molestos, aunque el menor, fue el primero en retirarse, esos movimientos detrás suyo sin duda le habían provocado algo de lo que tenía que encargarse.

Al irse el de cabello naranja fue como que todo se había quedado en silencio. Las bailarinas y los demás del reparto se retiraron, sintiéndose ellos mismos avergonzados, terminando por dejar solos a Jay y a Tina, la cual no dudo en acercarse al contrario con una picara sonrisa en sus labios.

 

—    Jay… Creo que puedo ayudarte.

 

Los ojos del mencionado se detuvieron en la bailarina de piel oscura, elevando una de sus cejas para indicarle que tenía toda su atención para que continuara hablando.

 

—    Se nota de aquí a lo lejos que Jimin te trae loco, y como buena amiga… Te ayudare a que tengas otra oportunidad como la de recién… Es más, será una oportunidad aún mejor. Además, puedo notar que Jimin no te es para nada indiferente, así que mejor que juegues bien tus cartas, o te quedaras sin el naranjita.

 

Por más que le rogo a la bailarina de que le dijera cuál era su plan, esta se negaba a decirle, alagando que si le decía, él lo arruinaría.

Así fueron pasando las tomas hasta que llego una que por demás le era emocionante, tampoco le era muy significativa.

En la escena que debían rodar, debía recostarse en la cama con el torso descubierto, y Tina debería sentarse sobre sus caderas y moverse, tal y como lo haría si lo montara. Pero en cuanto se recostó en la amplia cama, la joven hizo una mueca y le dijo que no podía hacerlo.

 

—    ¿Qué? ¿Cómo que no puedes?

—    Es solo que… He olvidado como debo moverme… Jimin… ¿Podrías mostrarme como debo hacerlo?

 

Fue en ese instante que los ojos de Jay brillaron, al fin sabía que era lo que tramaba Tina. Luego la compensaría comprándole todo lo que quisiera.

El joven coreógrafo al principio se negó, teniendo su rostro completamente rojo, ya que sabía que para enseñarle, debía recrear lo mismo que la chica tenía que hacer, y eso significaba tener que prácticamente moverse sobre el cuerpo del músico.

 

Varios minutos fueron los necesarios para convencer a Jimin, quien termino por resignarse a hacer la escena, pero claro, las demás bailarinas, las cuales también habían notado la gran tensión sexual entre ambos hombres, le dijeron que le sería más cómodo si utilizaba una calza, ya que con el pantalón de jean ajustado le sería difícil realizar los movimientos necesarios.

 

Si con el pantalón ajustado Jimin se veía atractivo, con aquella calza negra era sin duda alguna una explosión de excitación.

 

Con toda la vergüenza del mundo fue que el joven se sentó sobre las caderas del rapero, quien gustoso le tomo por las caderas para ejercer un control sobre este.

Sus ojos se conectaron, mirándose con un profundo deseo. Ambos sabían que si tuvieran la oportunidad, se arrancarían la ropa con los dientes si fuera necesario.

Cuando la música comenzó, lo hicieron también sus movimientos, volviendo a concentrarse simplemente en ellos y en cómo sus caderas rozaban reiteradas veces, teniendo como consecuencia que ahogar los pequeños suspiros que se formaban en su garganta.

Jay por una parte no hacía más que disfrutar, gracias a la ligera tela que conformaba la ropa que estaba usando podía notar a la perfección como el magnífico trasero de Jimin se frotaba contra su pelvis, logrando que olas de excitación le recorrieran por completo, y como consecuencia, notaba como cierta parte de su anatomía comenzaba a despertar.

El coreógrafo, a su vez, podía notar exactamente como la zona que estaba bajo su cuerpo comenzaba a ejercer cierta presión contra sus glúteos, lo cual en una primera instancia le llego a poner nervioso, pero a medida que movía sus caderas, llegaba también a provocarle un mayor deseo.

El sonido de un fuerte aplauso fue el que saco a ambos del ambiente donde se encontraban, viendo abochornados al hombre que llevaba a cabo la filmación, notando a este viendo hacía otro lado, mientras las bailarinas sonreían ante la imagen que tenían ante ellas.

La lentitud fue lo que predomino al momento de separarse, queriendo mantener ambos el mayor contacto posible. Jimin en el momento de levantarse, no desaprovecho la oportunidad de deslizar las palmas de sus manos por el pecho del rapero, y este, acaricio la cintura del menor con total dulzura.

El de cabello naranja luego se retiró de la escena, sentía su cuerpo demasiado caliente como para quedarse en aquel lugar cerca de ese hombre lleno de tatuajes, los cuales en su mente podía lamer como quisiera, pero claro, solo en su mente podía hacerlo.

Ante la falta del maestro de baile, Jay pudo darse en la tranquilidad de dar un fuerte suspiro, usando sus manos para tirar su cabello hacía atrás. Sentía que se asfixiaba, y lo único que podría devolverle el aire sería ese chico de hermosos labios.

 

—    Jay… Ve por Jimin, mañana seguimos la filmación.

 

Las palabras de la de tez oscura hicieron que prácticamente saltara de la cama, ignorando por completo los reclamos que el director de grabación pudiera decir, tampoco podría quejarse mucho cuando era solo otro empleado más, así que como jefe, podría hacer lo que quisiera y cuando quisiera, y lo que quería en ese momento, era a Park Jimin.

Rápidos pasos fueron los que se escucharon en dirección al baño, logrando saber de ante mano que el más joven se encontraría allí, el problema que le había visto entre las piernas se lo decía.

Él estaba en una situación similar.

Al llegar al baño no reparo en tocar la puerta, o siquiera avisar de su llegada, solo entro, pudiéndose encontrar con la imagen del muchacho de cabello fantasía apoyado sobre el lavamanos, y con una de sus manos metidas dentro de la calza, y seguramente de su ropa interior también, jadeando su nombre.

Sin dar tiempo a reaccionar, se colocó detrás del chico que era unos centímetros más alto, sujetándole por la cintura para evitar cualquier movimiento que el otro hiciera para escapar, logrando un sobresalto de parte de este.

 

—    Podríamos continuar con el baile, because… Baby, me like yuh.

 

¿Cómo hacer mención de todo lo ocurrido entre aquellas cuatro paredes? Fue en ese instante que Jay, y los demás que estaban cerca del lugar, pudieron confirmar que Jimin tenía por demás unas buenas cuerdas vocales y unos buenos pulmones para dejar en claro todo lo que se encontraba gozando entre los tatuados brazos que presionaban contra su delgado cuerpo.


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