El insistente timbre anuncio el inicio de clases de ese año, teniendo como resultado que una gran cantidad de chicos y chicas se tuvieran que acercar hasta el escenario que había preparado la escuela para dar su discurso de bienvenida.
Mientras el director de la institución hablaba, deseando a los alumnos un buen desempeño en sus estudios, un grupo de estos simplemente ignoraba todo lo que los docentes decían, ya que encontraban más interesante contar sus anécdotas de lo que habían pasado en las vacaciones, o ya ir haciendo planes para pasar algunas materias.
— Hey Hyuk, ¿Qué piensas hacer para pasar música este año? ¿Te pondrás a estudiar esta vez?
— ¿Estudiar? No, gracias, prefiero pagarle a alguien para que se encargue del profesor de nuevo, sabes bien que ese profesor es muy fácil de convencer, Ravi hyung.
Las risas de un joven alto se hicieron escuchar mientras hablaba sobre los anteriores años, donde gracias a su dinero, pago a una chica que estaba enamorada de él para que sedujera al profesor y así aprobar la materia. Si le funciono por dos años seguidos, el tercero no sería diferente.
Estaba muy equivocado al pensar ello.
Los días de la semana pasaron hasta que llego el día que tenía música, una materia a la cual no le daba atención, ya que no le veía lo interesante a ver acordes de guitarra, cantar, o lo que sea que tuviera que ver con eso.
Como todos los años, al saber lo que le deparaba, no se apuró para llegar temprano, ya era algo normal que el llegara tarde a clase, después de todo, el profesor que había tenido siempre le perdonaba todo con tal de que las piernas de su amiga siguieran abiertas para él.
En el trayecto, pudo sentir su celular vibrar dentro del bolsillo de su pantalón, tomando este para abrir el mensaje que le había llegado.
[Remitente: Ravi Hyung]
¡Hyukkie! ¡Date prisa!
¡Créeme, te sorprenderás al llegar!
Creo que deberías ir buscando algún otro método para pasar la materia.
Por cierto, ¿Traes un lápiz de más? Me he olvidado mi cartuchera en la casa de Woonie.
Una de sus cejas se levantó con curiosidad, ¿Sorprenderse al llegar? Si claro, estaba seguro que no era más que otra de las bromas que el mayor le daba, desde que había formalizado su relación con Jung Taekwoon, al cual se le conocía por ser el antisocial de la escuela, este no dudaba en hacer bromas cada vez que podía.
Cuando llego, ni siquiera se dignó en tocar la puerta, solo abrió esta mientras bostezaba, y casi de manera automática fue hasta donde era su pupitre, pero antes de poder sentarse, escucho a alguien carraspear su garganta, pudiendo notar que todos le miraban, incluso su amigo, quien particularmente tenía una sonrisa de diversión en su rostro.
Al girarse, la sorpresa le gano, frente a él no estaba el profesor que había tenido los años anteriores.
El hombre frente a si podía destacar que era mucho más bajo que él, cabello negro que se catalogaba largo para un hombre, pero corto para una mujer, el cual llevaba partido al medio. Unos lentes de pasta fina adornaban su rostro, el cual tenía una expresión sería, mientras sus brazos se cruzaban a la altura de su pecho, mirándole fijamente.
— ¿Dónde está el profesor Park?
Los demás alumnos del salón dieron una risa ahogada, lo cual hizo que el menor frunciera el ceño, mientras mantuvo su vista fija en el desconocido.
— El profesor Park se ha tomado una licencia hasta el próximo año, seré el nuevo profesor de música, soy Lee Tae Il. Ahora, debo suponer que tú eres Han Sang Hyuk, ¿Verdad? Llegas tarde, así que tendrás tarea extra. Toma asiento y quédate en silencio.
Sus músculos no se movieron ni un milímetro, ¿Acaso le había llamado la atención? Nadie, ni siquiera sus padres le habían llamado la atención, y ahora, ese profesor suplente lo hacía, oh, claro que no le iba a permitir eso.
— ¿Quién te crees que eres para decirme que hacer? ¿Acaso sabes quién soy? ¿Sabes siquiera quienes son mis padres?
No era secreto para nadie de la escuela el que sus padres fueran empresarios bastante famosos, ya que al poco tiempo que su padre hizo esta, comenzaron a subir y subir en rankings económicos, teniendo como resultado que hoy en día lideraran un gran puesto en lo que eran las acciones en Corea.
— Soy totalmente consciente de que familia viene, ¿Y sabe? No me interesa, me creo con todo el derecho de decirte que hacer y cuando, porque soy tu profesor, ¿Entendiste? Ahora, la próxima que siquiera intentes levantarme la voz, el castigo no solo será un ensayo escrito a mano de 15 hojas de Mozart, si no, que será algo peor. Ahora… ¡Siéntate y cállate!
En cuanto Taeil elevo su voz, todo el alumnado se quedó callado, ya que había llegado a una nota bastante aguda, pero a la vez fuerte, que hizo que aquel rebelde muchacho diera un bufido de frustración antes de sentarse en su lugar.
La clase paso entre explicaciones, preguntas y respuestas, los jóvenes del salón pudieron notar que el nuevo profesor sabía más que el anterior, y por mera curiosidad, fue que Hyuk elevo su mano, teniendo como resultado que el docente suspirara antes de darle la palabra para hablar.
— ¿Si, estudiante Han?
— Dígame Hyuk. ¿En que universidad ha estudiado para saber todo esto? ¿Era muy cara la matricula?
— Universidad estatal, fui a una Universidad estatal.
Sin darle tiempo al menor de responderle fue que se volteo, escribiendo algunas cosas en el pizarrón que, para ser sincero, el menor no entendía nada, maldiciendo internamente el no haber prestado nada de atención en los años anteriores, pero por suerte, tenía a su amigo al lado.
— Tssss, hyung, ¿Qué son esas cosas que hay en escritas en la pizarra?
— ¿Eh? ¿No sabes? Realmente deberás ver cómo hacer para pasar el año
— Tsk, cállate, ya veré que hacer, pero ahora, dime que demonios es lo que está escrito.
Luego de que Wonsik le explicara lo que eran las características de diversas obras musicales pudo escuchar el sonido que indicaba el receso.
Casi toda la clase se la había pasado viendo al pequeño profesor, a quien no dudaba llevarle más de una cabeza y media, pero, aun así, este había tenido el valor de enfrentarle. Una pequeña sonrisa se formó en sus labios al verse solo con el profesor, tal vez, así tendría la oportunidad de sacarle algo de información para luego saber que hacer para pasar la materia.
Sin vergüenza alguna se acercó hasta el escritorio, viendo como el mayor arreglaba unos papeles. Al estar lo suficiente cerca no dudo en apoyar ambas manos en el mueble, siendo casi de inmediato que los ojos adversos se fijaban en si.
— ¿Necesita algo, alumno Han?
— Ya le he dicho que me diga Hyuk… Sabe, a mí siempre me ha sido difícil esta materia.
— ¿De verdad? Que raro, he visto y has pasado con buenas notas.
No supo porque, pero la voz con la que el profesor había dicho aquello le sonó como si fuera irónico, y antes de abrir la boca pudo escuchar como este volvía a hablar, dejándole totalmente sorprendido.
— No creas que soy tonto, ‘’Hyuk’’, he sido profesor más tiempo de lo que crees, y no seré tan tonto como Park y dejar que me sobornes. Así que te daré un consejo, ponte a estudiar hasta que se te quemen las pestañas, porque te desaprobare a la primera oportunidad que tenga, y no te dejare pasar de año hasta ver que sabes lo suficiente.
¿Cómo era posible que supiera lo que había hecho? Pero claro, darse por vencido no era algo que caracterizara a Hyuk.
— La chica que usted quiera, y la cantidad de dinero que quiera, le daré lo que pida, solo déjeme pasar esta maldita materia. Dudo que pueda negarse a un par de piernas bonitas.
Una risa fue la que resonó por el salón. Taeil quito sus lentes mientras acomodaba su cabello al intentar controlar su risa, para luego mirar con una sonrisa de diversión al alumno que tenía frente a si.
— Siento desilusionarte, mocoso, soy gay, y antes de que digas el típico ‘’Que te jodan, maricon’’ puedo decirte que mi novio me jode todas las malditas noches, y me encanta. Así que date por vencido, que te hare escribir y leer hasta que te agarre un derrame.
¿Era posible que haya una manera de describir toda la sorpresa que tenía? No solo el profesor sabía que había sobornado al otro profesor los años anteriores, tampoco era que le había negado dinero o lo que quisiera, si no que… ¡¿Su profesor era gay?!
No era homofóbico, vamos, su mejor amigo ahora mismo estaba con un hombre como pareja, pero aun así le sorprendía que un docente dijera tan a la ligera su sexualidad. Sus mejillas se pusieron algo rojas al pensar en algo de lo dicho por este. ‘’Mi novio me jode todas las malditas noches, y me encanta.’’
Los días, e incluso semanas fueron pasando, y Hyuk comprobó que Taeil no mentía cuando le dijo que le haría estudiar hasta que casi le diera un derrame.
Entre todo lo que leía, pudo encontrar sus propias dudas sobre las temáticas que veían, y no dudaba en preguntarle a su docente, quien gustoso respondía a las cosas que su alumno le decía.
Ya era normal que el joven de 17 se quedara luego de clases para hablar con el hombre que le enseñaba, para luego despedirse de este cuando su pareja le venía a buscar.
Con sinceridad, ese hombre que venía a buscar a su pequeño profesor en motocicleta no le daba muy buena espina, más cuando en una de las veces, vio como este sonreía y hablaba de manera muy cercana con una de las alumnas que allí pasaban. Claro que Taeil nunca vio a su pareja hacer ello.
Hyuk escuchaba atentamente como el de estatura baja le contaba que B Bomb, como le había dicho le decía a su pareja, le había sorprendido con un ramo de rosas, lo cual había terminado en una película donde ambos estaban acurrucados en el sofá.
Con el tiempo Hyuk también pudo comprobar que efectivamente su profesor no mentía sobre que todas las noches hacía algo con su pareja, ya que eran varias veces que le veía con marcas en su cuello, por lo que le decía para que arreglara su uniforme y así no le vieran.
Han San Hyuk era conocido por ser el típico chico que no se interesaba por nada ni nadie, solo en divertirse. Pero ahora se encontraba totalmente interesado en ese hombre de baja estatura, y no sabía el porqué de ello.
Tal vez fuera porque fue la primera persona que le trataba como alguien normal, ignorando por completo su estatus social. Tal vez fue por esa comida que el de mayor edad le dio cuando noto que no había llevado su almuerzo. Quizá fue porque le había ayudado no solo en su materia, si no que en otras.
Por eso ahora la furia corría por sus venas al ver como esos ojos que había aprendido a querer se encontraban llenos de lágrimas.
Había llegado antes a la escuela al recibir un mensaje del mayor, pidiéndole que se encontraran antes de que comenzaran las clases, y ni corto ni perezoso había aceptado.
Ahora solo podía abrazar con fuerza el pequeño cuerpo que estaba a su merced, intentando tranquilizarle, mientras escuchaba atentamente lo que el mayor le decía.
Ese infeliz de B Bomb le había sido infiel.
Escuchaba como el maestro de música relataba que ayer quería darle una sorpresa a su pareja, por lo que había salido antes de sus clases para llegar a su vivienda lo antes posible. Para su desgracia, cuando abrió la puerta de la casa que compartía con B Bomb, había encontrado a este con una mujer en plena actividad sexual sobre el sofá.
Entre el fuerte llanto que le había dado, lo cual era totalmente justificado si se tomaba en cuenta que ya llevaban 5 años de pareja, y los gritos que B Bomb daba, este último término por confesarle entre nuevos gritos que llevaba siéndole infiel desde hacía ya más de dos años, ya que se había cansado de su forma de ser.
Eso había terminado por romper a Taeil.
Hyuk al escuchar todo ello, no pudo evitar pensar en cómo haría para encontrar a ese idiota, y romper su rostro a puñetazos, nadie, PERO NADIE, tenía permitido el lastimar a su profesor.
Un jalón en su ropa fue lo que llamo su atención, bajando su rostro para encontrarse con los ojos del mayor, aún cristalinos por las lágrimas que aun amenazaban con salir de estos.
— H-Hyuk… Sabes… Al menos puedo estar feliz de que… En todo este tiempo, has logrado aprender lo suficiente. Estoy seguro que tus notas darán casi perfectas.
— Profesor… No me importan las notas… A mí me importa usted.
Los ojos de Taeil se abrieron con sorpresa cuando los labios del menor de edad sellaron los propios en un tímido beso, por muy rudo que Hyuk se hiciera ver, este aún era un niño bastante vergonzoso. En ese instante el adolescente se sentía por demás avergonzado, no estaba en sus planes el besar a quien era su docente, así que luego de un momento tomo la decisión de separarse, pero antes de hacerlo, sintió como los brazos adversos rodeaban su cuello para acercarle más hacía si, logrando que el beso se transformara en uno más intenso.
En cuanto se separaron, ambos se encontraban con la respiración algo agitada, pero una sonrisa adornaba sus rostros. Tal vez si era algo que los dos habían deseado en demasía.
Antes de poder Hyuk hablar, se vio interrumpido por un nuevo beso del hombre frente a si, quien luego lamio su labio inferior.
— Escúchame bien, Han Sang Hyuk… No creas… Que te daré buena nota por esto.
Una risa bastante calma se logró escuchar, en tanto ambos se fundían en un fuerte abrazo.
— No necesito ninguna nota, solo lo necesito a usted, profesor… Prometo cuidarle y hacerle olvidar todo lo malo.
Antes de que el timbre sonara anunciando el inicio de las clases, pudieron compartir una mirada de completo cariño, juntando sus frentes, sintiendo la respiración uno del otro, pensando en que deseaban con toda el alma que aquella promesa diera sus frutos.