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Te amaré, hasta el fin de mis días por MiMiJJ

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Notas del fanfic:

Pareja principal:

MinJae ( Soulfighter)

ADVERTENCIA: MPREG

Notas del capitulo:

este es el 1er capitulo. 

Espero que os guste.

Me gustaría que me dejaran algun comentario si les gusta o si tengo que cambiar algo. 

gracias por leer. 

En un pequeño piso de las afueras de Seúl, un joven muchacho de 20 años, recogía sus cosas y las metía apresuradamente en una maleta algo grande, lo que indicaba que su viaje no sería de un par de días.

Tras él iba un chico un poco más alto que el joven muchacho de cabello negro y tez pálida. A simple vista, él segundo joven parecía algo mayor que el pelinegro.

-Jae tienes que calmarte. No puedes tomarte las cosas tan a la tremenda. Vamos, no puede ser que te tomes al pie de la letra lo que esas momias te han dicho-acotó el joven, tratando de convencer a su amigo. Mientras Jaejoong metía las cosas en la maleta, su amigo las sacaba.

-Yunho! Deja de sacar mis cosas de la maleta. Está más que decidido, me largo. No voy a poner en peligro a mi hijo y tampoco a su padre-la voz se Jae era muy seria pero sus ojos negros como la noche estaban llenos de lágrimas contenidas.

Yunho era un joven alto, medía 1,84 y le sacaba una cabeza a su amigo. Su piel era algo bronceada, lo que le daba un aspecto bastante sexy y atrayente, que despertaba muchas pasiones y muchas más envidias. Sus ojos marrones estaban bien delineados por unas finas pestañas, que le daban un aire algo diferente que hacía que todo aquel que lo mirara se quedara hipnotizado, al igual que sus carnosos labios rosados, los cuales arrebataban muchos suspiros cada vez que sonreía de manera picara. Su cuerpo estaba muy bien formado. No tenía que envidiarle nada a nadie, él era perfecto.

En cambio, Jaejoong, era un joven muy delgado, tanto que muchas veces lo confundían con una mujer por su pequeña cintura. Su piel era tan pálida que el contraste con su cabello negro y sus ojos negros, te hacían sentir que era un sueño, que no era una persona real. Sus labios rojos como la sangre, te incitaban a probarlos, como una fruta prohibida. Cualquiera que lo viera, se enamoraba de él, sin importar si era hombre o mujer.

 

-Vamos joongie…no digas esas cosas, bebé. No puedes irte-yunho abrazó a jae por la espalda, deteniendo así cualquier movimiento el pelinegro.

 Quien los viera de lejos, pensaría que ellos dos eran pareja, pero solamente eran muy buenos amigos, hasta el punto de volverse íntimos, pero sin nada sexual de por medio.

Jae suspiró bajando la cabeza levemente, dejando caer la ropa que tenía entre sus manos al suelo, mientras que luchaba por controlar sus lágrimas que sin control ya, bajaban por sus pálidas mejillas.

-Yunnie, ¿acaso no entiendes que me han amenazado? ¿Que si no me alejo de Changmin…van a matar a mi bebé? ¡Tú estabas delante!!!-la voz del pelinegro comenzó a quebrantarse, hasta el punto de volverse totalmente alterada. - Changmin ni siquiera saber que espero un bebé! Y sus padres ya me enseñaron la prueba de que él tiene ya a otra persona. ¿Porque debería decirle? ¿Porque debería quedarme? ¿A caso le importo? ¿No escuchaste lo que dijeron esas personas? Me trataron como a un cualquiera que va detrás de su maldita y asquerosa fortuna-a pesar de no parar de llorar y estar bastante alterado, jae no paraba de hablar, tratando de darle suficientes razones a su amigo para que entendiera el porqué se iba.

Yunho se quedó en silencio y lo escuchó, mientras incansablemente trataba de encontrar las objeciones suficientes a las palabras de su amigo y hacer que se quedara junto a él.

-Jae, estuve ahí cuando te enseñaron las fotos, cuando te dieron el dinero para que fueses a abortar y cuando te dijeron que eras peor que…-el mayor se quedó en silencio, ya que aquella palabra dicha por los padres de la pareja de su amigo, le parecía demasiado soez para pronunciarla.

-Que soy peor que un puto que trabaja en una esquina-acotó el pelinegro, sorprendiendo al castaño que al instante lo soltó y le obligó a darse la vuelta.

-Jaejoong, deja de pensar en las palabras de unas personas que por más dinero que tengan no tienen educación. Dime, ¿dónde iras? ¿Tus padres saben que esperas un bebé? ¿Cuánto tiempo crees que tardará Max en darse cuenta de que esperas un hijo suyo?  -soltó de pronto yunho, tomando el mentón del chico más bajo, haciendo que lo mirara, mientras que con la mano libre secaba sus lágrimas, mirándolo con ternura.

Jaejoong, estuvo en silencio durante unos minutos, tratando de tranquilizarse y pensar en cómo responderle a su amigo para que lo dejara seguir haciendo su maleta.

-Yoochun me ha proporcionado las llaves de su casa en Virginia. Me ha dicho que no importa el tiempo que necesite estar ahí. Mis padres ya lo saben. Se lo dije al mismo instante en el que lo descubrí…se quedaron en shock, pero no se han opuesto a nada, al contrario, me apoyan. Y Max no se va a enterar de nada, porque me voy a ir bien lejos. -la voz del joven chico sonó con mucha determinación, haciendo que yunho soltara un suspiro de frustración.

-Y los estudios? Apenas vas a acabar el primer año de universidad. ¿Piensas acaso seguir tu carrera en Virginia? ¿Como vas a mantenerte tú solo? Con la universidad, ¿con un bebé? ¿Dime como lo harás solo?  -yunhó habló algo molesto, zarandeando a jae por los hombros para que reaccionara.

-Yunho!!!! Ya me buscaré la vida. He vivido solo y en la calle durante muchos años de mi vida, no me va a pasar nada por empezar de cero nuevamente. Además, a mi hijo no le faltará nada. Por el momento en Virginia tengo casa. Tengo mis ahorros, la beca del año pasado y mis padres me ayudaran con un poco de dinero, hasta que consiga trabajo. -la voz de jae pasó de ser débil, llorosa y sin animo a una voz dura, poderosa, cargada de fuerza.

Yunho miró a su amigo, sintiendo como un nudo se formaba en su estómago, haciendo que comenzara a sentir miedo y pánico por su amigo.

-Está bien, joongie. Solo prométeme que no dejarás de hablarme. Y si en cualquier momento necesitas ayuda, nunca dudes en llamarme. Estaré a tu lado…aunque tenga que ir a Virginia nadando-acotó yunho acercándose a jae, abrazándolo con mucho cariño, juntando sus frentes, mientras cerraba sus ojos, tratando de calmarse.

Jae por su parte, respiró profundamente y logró calmar su carácter explosivo, mientras que sus manos se colocaban sobre el bien formado torso de su amigo y apretaba entre sus manos la ropa de yunho.

-No voy a dejar nunca de hablarte yunnie…jamás sí? -susurró con voz cariñosa, sonriendo al sentir como el mayor lo estrechaba más entre sus brazos.

-Jae…no sabes de las veces que me arrepiento de haber dejado que Changmin te conquistara y te alejara de mi-susurró yunho sin alejarse de aquella posición, respirando lentamente el delicioso aroma a fresas y vainilla que poseía jae.

-Yunnie…no digas tonterías. Tú y yo cuando fuimos pareja solo nos hacíamos daño. Además, dudo mucho que si Max escuchara esas palabras se lo tomara bien-murmuró bajito y giró levemente su rostro, dejando un tierno beso en la mejilla ajena, cerca de los carnosos labios ajenos-además…sabes que yo amo a Changmin con toda mi alma…aunque mi corazón y mi alma se desgarren por no poder estar a su lado-susurró muy bajito lo último. Susurró tan bajito que solo yunhó lo escuchara.

 

-Tienes razón Kim Jaejoong, no me hace mucha gracia que le digas esas palabras a Yunho. Pero ahora entiendo lo que mis padres me dijeron. -una potente y varonil voz se escuchó desde la puerta del cuarto dónde estaban los dos jóvenes.

En el marco de la puerta de aquella habitación, había un joven alto, delgado, pero bien formado. Su piel era ligeramente tostada. Poseía unos labios finos de color rosado y unos ojos muy expresivos. A pesar de ser diferente a Yunho, nada tenía que envidiarle a este. Cualquiera que lo viera se enamoraba a simple vista de aquel chico que respondía al nombre de Changmin.

 Estaba vestido con unos vaqueros negros, una camiseta azul oscuro con cuello en V y una chaqueta por encima. Miraba a aquellos dos chicos, mientras pasó su diestra por su cabello, corto por detrás y algo largo por delante, apartando el flequillo de sus ojos. Su semblante estaba serio y sus ojos desprendían una furia palpable.

Jae al escuchar aquella voz que removió el piso bajo sus pies, automáticamente se alejó de yunhó, quedando petrificado, sintiendo como su corazón dejaba de latir, al mismo tiempo que comenzaba a temblar levemente.

Yunho por su lado, empalideció al escuchar la voz de Changmin y por inercia se puso frente a Jae, protegiéndolo, evitando algún golpe, si es que aquel joven que era más alto que el, se le ocurría atacarles.

-Cha…changmin yo...esto…-la voz de jae salía algo apresurada y muy incoherente.

-Que me vas a decir? ¿Que esto no es lo que parece? Por favor Jaejoong, ¿a quién tratas de engañar? Cuando mis padres me dijeron que te ibas a ir de la casa que compartíamos, pensé que era una mala broma. Pero ahora que te veo en esta situación, entiendo porque mi madre me dijo que no eras lo que aparentabas.

Yunho al escuchar aquellas palabras hirientes, que iban dirigidas hacia su mejor amigo, trató de objetar, pero Jae tomó su mano, impidiendo que dijera algo.

- ¿Ahora que lo sabes, Changmin…que esperas para irte? No te preocupes, que cuando vuelvas a casa, yo ya no estaré aquí-dijo jaejoong con voz seria, sin atreverse a salir de detrás de yunho, para enfrentar a su pareja. A pesar de que su voz sonó seria y no quebrantada, la realidad era otra. Jae había empezado a llorar nuevamente y su cuerpo temblaba más que hacía unos segundos atrás.

Changmin miró con asco en dirección a su amigo y a su ahora expareja, sintiendo como la furia quemaba su cuerpo al ver como Jaejoong tomaba de la mano a Yunho cuando este intentó hablar.

“- ¿Acaso todo era mentira, gatito? De verdad nunca me has amado y me has engañado con yunho desde el principio? Jae por favor mírame y dime que no es cierto nada de lo que me han dicho y de lo que he visto y te juro por mi vida que nadie volverá a dañarte nunca”-pensó Changmin mientras miraba a Yunho, tratando de moverse un poco y poder ver a su pareja, sintiendo que este lloraba a pesar de la firmeza de su voz.

-No te quiero volver a ver en mi vida. Das asco jaejoong…sinceramente no sé cómo no pude creer a mis padres cuando decían que eras peor que…-antes de poder decir lo que de verdad sentía y pensaba, las palabras cargadas de odio salieron de su boca, hiriendo no solo a su pareja, sino a si mismo también, porque amaba tanto a Jae, que cualquier cosa que a este le hiciera llorar, lo destrozaba. Pero todo lo que sus padres le mostraron y le dijeron, nublaban su razonamiento en aquel momento. Y la imagen que había visto hacía tan solo unos minutos, no ayudaba a calmar su furia.

-Cállate y lárgate! -la voz de yunho interrumpió el discurso del joven muchacho que aún estaba en la puerta.

Yunho podía no decir la verdad, podía estar callado en cuanto a la verdadera situación de jae, pero jamás iba a permitir que nadie le faltaba al respeto.

Changmin sin decir nada más, se dio la vuelta y salió de la casa, asqueado por lo que había visto y envenenándose más y más por las palabras que sus padres le habían metido en la cabeza.

 

Dentro de la casa, jae e yunho, aún permanecían en silencio sin saber cómo reaccionar. El primero en moverse fue el pelinegro, que con una rapidez asombrosa comenzó a recoger sus cosas.

-jae…-la voz de yunho lo llamaba una y otra vez, sin saber cómo animarlo. -debiste decirle la verdad…-concluyo al fin.

Jae se detuvo antes de meter las ultimas prendas de ropa en la maleta.

-Mejor que piense que lo engañe…así si algún día se entera de que tuve un hijo, pensará que es tuyo…de esta manera le será más fácil odiarme y olvidarme-la voz del joven pelinegro, sonaba apagada y sin vida, al igual que la expresión de sus ojos.

El moreno soltó un sonoro suspiro y dejó de luchar para que su amigo se quedara y comenzó a ayudarle a recoger sus cosas.

-Cuando te iras? -preguntó sin mucho ánimo.

-Mañana a las 10am.-la contestación fue breve y directa, mientras jae estaba de pie al lado de la cama, mirando aquel delicado anillo plateado que descansaba sobre su dedo corazón, mientras sus lágrimas no dejaban de brotar de sus ojos ya hinchados y rojos.

Yunho vio aquello y sin ser demasiado prudente preguntó.

-Que harás con él?

Jae alzó la mirada y sonrió con tristeza.

-Llevármelo. Pertenece a la persona que de verdad amo…y aunque el me odiará por el resto de su vida. Yo de verdad lo amo-la voz del pelinegro sonó muy clara, a pesar de no ser más que un susurró unas décimas por encima de lo normal.

Yunho suspiró y despeinó a su amigo, mientras que con su mano libre tomaba la maleta del menor y se alejaba.

-Vámonos.

-Si…-dijo jae dando un último vistazo a aquella casa, dejando las llaves sobre la mesilla de la entrada, cerrando la puerta tras él, una vez que salieron de aquella casa.

-Adiós minnie…-susurró jae rozando la puerta con la punta de los dedos, conteniendo el dolor que se abría paso en su pecho, creando un enorme agujero que le destrozaba el corazón y le impedía respirar bien.

-Jaejoongie, ahora tienes que ser fuerte…por tu bebé-dijo de pronto yunho, acercándose a su amigo y con cuidado colocó su diestra sobre el vientre plano del pelinegro. -nunca te arrepientas de tus decisiones. Ahora no estás tú solo…y aunque a mí me duela perderte, estaré a tú lado y al lado de este pequeño ángel. -la voz de yunho sonó clara a pesar de tener los ojos llenos de lágrimas.

Sin decir más, el moreno, abrazó a jae por los hombros con un brazo, mientras que en la otra mano tenía la maleta de su amigo. Juntos comenzaron a caminar hacia el coche, alejándose poco a poco de aquel lugar. 

Notas finales:

disfruten!!!!!


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