Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Gracias, Rei-chan por DakuFenikkusu

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Aquella navidad aún la tengo grabada en mi corazón. Él siempre tan atento a mi mientras paseábamos cogidos de la mano por las calles de Tokyo, él caminaba seguro de sí mismo y me guiaba con cuidado de que no nos chocáramos con nadie, nada iba a pararnos, nada  a estropearnos aquella noche. Con timidez terminé aferrándome a su brazo con miedo perderlo entre aquella multitud, Reita era como una estrella fugaz para mi, él podía guiarme sin yo tener miedo alguno a perderme. Aquella noche hacía mucho frío y yo llevaba una bufanda, que me tapaba hasta la nariz, de color rojo y que él me había regalado.

 

—Rei-chan... —Le llamé haciéndole parar en seco justo cuando pasábamos por un puente, yo estaba enfermo, tenía fiebre y él enseguida volteó a verme con gran preocupación. Era navidad y pasarla con él fue una de las mejores cosas que hice nunca.

 

—¿Qué pasa Ruki? —Preguntó con aquella mirada tan afilada característica de él, su ceño levemente fruncido que tanto me atraía de él cuando estaba serio. Con suavidad puso su mano sobre mi hombro y yo alcé mi cabeza.

 

—Quiero ir a casa... —Fui capaz de decir tras unos segundos, tenía miedo a decírselo porque era navidad y él ya me había aconsejado que era mejor no salir de casa, pero yo era un testarudo y le pedí por favor que saliéramos a pasear juntos, no quería estropearle su navidad.

 

Él no dijo nada más, sonrió dejándome algo más tranquilo, no estaba enfadado, y de nuevo, dejé que me guiara de vuelta a casa. En aquel momento llevábamos 3 años  y vivíamos juntos en el mismo departamento, pero aún seguíamos tan enamorados como los primeros años de relación, o más incluso, no encontraba ni he encontrado nada para describir el amor que sentía por él, el amor que él sentía por mi.

 

No perdió el tiempo en llevarme a casa, hacía muchísimo frío y yo no me disculpé, sabía que a Reita no le gustaba que le pidiera perdón por este tipo de cosas, y eso era una de las cosas que más me gustaban de él, que a pesar de su orgullo, a pesar de su cabezonería, él siempre me comprendía.

 

Cuando llegamos a casa, Reita me ayudó a quitarme el abrigo, la bufanda, y las chaquetas. La calefacción estaba puesta por lo que yo estaba bien, aunque la fiebre me hacía sentir más frío que el que realmente hacía. Cenamos algo rápido y luego ambos terminamos en el sofá hablando de cosas sin importancia o bromeando sobre alguna de sus estupideces pasando un momento verdaderamente agradable, él me hacía sentir cómodo, me hacía reir.

 

—Ruki... —De pronto lo escuché llamarme cuando yo tenía mi rostro sobre su pecho, Reita poseía un tono de voz grave que enseguida captó mi atención. Mi mejilla estaba apoyada en su pecho por lo que me vi obligado a alzar la mirada, y cuando la alcé, lo vi y una cálida sonrisa se dibujó en mis labios...

 

Un muérdago estaba colgado sobre nosotros. Conociendo a Reita, él mismo debió colgarlo en el techo del sofá para jugármela, me incorporé con lentitud mirándole a él con cierto brillo en mis ojos, ¿podría estar más enamorado de ese hombre? —Ya sabes qué pasa cuando dos personas están bajo el muérdago, ¿no?

 

Sonreí de forma tranquila y asentí, sin que él lo esperase, puse mis blancas manos sobre sus mejillas y con un rápido movimiento bajé aquella vendita que tapaba su nariz, esa chata nariz que tanto adoraba yo y que le hacía ver tierno. Con dulzura posé mis labios sobre ella y le di un corto beso lleno de amor, al apartarme le abracé por él cuello hundiendo mi rostro en él y él me abrazó con muchísima fuerza. Yo no quería contagiarle mi resfriado, no podía besar sus labios.

 

—Gracias... —Escuché su risa y yo no pude sentirme más feliz, me hizo reír también.

 

—Gracias a ti por existir, Rei-chan... —Susurré con todo mi amor y sinceridad. No había nadie como él que pudiera hacerme sentir tan lleno de felicidad.

 

"Te amo" fue lo último que dijimos al unísono, no necesitábamos más palabras.

 

Aquella noche, ambos dormimos arropados en la inocencia de nuestros abrazos, a día de hoy, después de llevar 5 años con él, aún maldigo aquella estúpida fiebre que no nos dejó besarnos la navidad de aquel año.

 

Rei-chan, gracias por todo, aunque me moría de ganas por contagiarte el resfriado.

 

- Ruki.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).