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Mis palabras para ti [YeHyun-KyuSung] por KYUNNIE-SJ

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Notas del fanfic:

No me maten please >.<"

Notas del capitulo:

Recuerden que las amo y que amo a los dos personajes!

Son las dos de la noche y los únicos ruídos que se escuchan venir desde fuera la ventana de mi cuarto son los que hacen los coches solitarios que pasan por las calles desiertas.

 

Sonrío levemente, aguantando un bostezo. No quiero dormir y perderme esta escena.

 

En frente mío, sobre la cama matrimonial, está acostada la persona que me ha cambiado la vida hace diez años cuando, recién empezado el primer año de universidad, nos volvimos compañeros de cuarto. Llámenlo destino o como quieran; para mi, fue un don.

 

Antes de irme de casa, había confesado a mis padres que su único hijo varón era gay. Decir que no estaban entusiastas es poco; me maldijeron, se echaron la culpa por haberme crecido así y luego de una fuerte bofetada por parte de mi padre, me echaron de casa. Sin un familiar al que ir, busqué ayuda en mi mejor amigo, Youngwoon, que aceptó sin tampoco pensarlo dos veces, acogiéndome en su casa y ayudándome a encontrar un trabajo de medio tiempo.

 

Gracias a mi duro trabajo y al ayuda de Kangin, como prefería ser llamado, logré financiarme mis estudios y empezar una nueva vida en la que era Kim Yesung, y no Jongwoon como me habían llamando hasta entonces.

 

Cuando entré en el cuarto del dormitorio de la universidad por primera vez, me encontré cara a cara con un chico que provenía de una famiglia adinerada, con un carácter tímido con los desconocidos pero que en realidad escondía un diablillo una vez superada la desconfianza.


Al principio, no nos llevábamos bien. Él era demasiado perezoso, jugaba mucho y hasta a horas inimaginables, bebía mucho y además no tenía que trabajar para vivir. En fin, era mi opuesto.

 

Pero después de unos meses descubrimos que nos gustaba cantar a ambos, teníamos los mismos gustos musicales e íbamos muy bien en los estudios. No tardamos a entender que a los dos nos gustaban los de nuestro mismo sexo y que sobretodo, había una cierta química entre los dos.

 

Luego de un año exacto de nuestro primer encuentro, cumplíamos seis meses juntos y éramos la pareja más deseada y odiada al mismo tiempo.

 

Nuestra relación no siempre fue un paraíso. Nuestro más grande problema y motivo de peleas eran nuestros celos y posesividad. Son innumerables las veces que tuve que amenazar cualquiera que se acercaba a él porque era mío – estoy seguro que él también haya hecho lo mismo conmigo, pero nunca me lo ha revelado, a diferencia de mi -.

 

Una vez terminados nuestros estudios, después de un periodo en el que él regresó a casa de sus padres y yo donde Kangin mientras buscábamos trabajo, nos peleamos porque estábamos asustados que nuestra historia juntos terminaría ahí. Pero no fue así. Luego de tres meses en los que peleábamos a toda hora, encontramos trabajo y, por la insistencia de Kangin que quería mi felicidad, nos fuimos a vivir juntos.

 

Son cinco años que vivimos en una casa nuestra y no obstante nuestras divergencias sobre cuestiones prácticas – quien limpia la casa, quien se ocupa de la ropa, quien cocina -, estamos felices.

 

O al menos yo lo estaba antes de que me dieran esa noticia que me rompió el corazón.

 

No logro mirarlo a los ojos sin que me den ganas de llorar. ¿Cómo lo haré? ¿Cómo logrará vivir? No creo se haya dado cuenta todavía de como me estoy sintiendo y, si lo ha hecho, no quiere presionarme, esperando que sea yo el que le explique que está pasando.

 

Antes que se durmiera hace poco, luego de haber hecho el amor, casi se lo digo, pero me miró con ojos llenos de amor y yo… no tuve el coraje de hacerlo. Es por eso que estoy despierto ahora, porque estoy escribiendo una carta en la que le explicaré todo, así estoy seguro que la leerá.

 

Dejo el bolígrafo sobre la hoja en la que se ven solo garabatos negros y llevo la mano sobre mi mejilla, observando la figura de mi novio que duerme tranquilo sobre la cama.

 

Su respiración es lenta y regular, las mejillas ligeramente sonrojadas mientras que un casi inaudible murmuyo sale de sus labios. Los rayos lunares entran de la ventana abierta, acariciando su piel y haciéndola parecer más pálida de lo que es realmente. Él es mi criatura etérea, mi ángel. Tan tranquilo, tan feliz… y yo lo arruinaré todo.

 

Me seco una lágrima y contengo un sollozo, temeroso que al más mínimo ruido se despierté y empiece a hacerme preguntas a las que no lograría dar respuesta.

 

Vuelvo a escribir sin más preámbulos y pausas, con las lágrimas que caen y son absorbidas por la hoja.

 



Dejo por última vez el bolígrafo sobre la hoja doblada en cuatro antes de levantarme y acercarme a mi novio.

 

Todavía duerme pacífico – por otra parte, tardé solo una hora para escribir la carta – y desearía solo acostarme a su lado, olvidándome de todo y dejando que el tiempo siga su curso, dejándome a su merced junto a mi novio.

 

Antes de cambiar idea y ceder a este deseo, lo beso en los labios, en las mejillas y en la frente, murmurando cada vez un “te amo”.

 

Con el corazón que pesa por el remordimiento, tomo mi maleta llena de ropa que he preparado en estos días y salgo de casa.

 

“Adiós… Te amo”, murmuyo contro la puerta antes de alejarme.

 



“Mmmm”, farfullo extendiendo un brazo a mi lado, en busca del cuerpo de mi Yeye.

 

No encontrando nada pero solo la otra mitad de la cama fría y vacía, empiezo a olfatear en el aire, buscando un olor que indique que se encuentra en la cocina, pero no siento nada.

 

Abro bien los ojos y miro la alarma. Tal vez sea tarde y él ya ha salido para ir al trabajo, pero la hora me contradice, indicándome que son las siete y media de la mañana.

 

Me levanto de la cama, buscando mi celular, esperando que me haya escrito un mensaje, pero no lo encuentro sobre la mesilla de noche. Me miro a los lados y veo una hoja doblada sobre la repisa de la chimenea de nuestro cuarto.

 

Cojo el pedazo de carta y lo desdoblo, intrigado por el hecho de que me haya dejado una nota, algo que no hacía desde hacia años.

 

Cariño,

 

Disculpa si no estoy contigo ahora, recién levantado. Me imagino tu mirada perdida y más confuso a medida que vas leyendo, mientras pasas una mano entre tu pelo desaliñado.

 

Perdóname por ser tan cobarde y no haberte dicho nada antes ni cara a cara. No sabes cuanto deseo abrazarte y apoyarte, pero no me es posible.

 

Hace unos meses, precisamente el día antes de nuestro aniversario, fui al hospital para retirar los resultados de los exámenes que hicimos juntos. El doctor me paró y quizo hablarme; por lo que parecía, lo que tenía que decirme no era agradable. De hecho…

 

Me diagnosticaron un tumos al cerebro y desafortunadamente… es maligno. Empecé de una el tratamiento, pero no había mucho que hacer.

 

Discúlpame si en este periodo estabaa casi siempre cansado, te hacía enloquecer con mi actitud… Ahora preferiría no haberme quejado y haberme quedado siempre a tu lado.

 

He decidido continuar mi tratamiento en un hospital, pero no aquí en Seoul… Me voy al extranjero y no quiero que me sigas. Mi corazón se rompe al decirte estas cosas, pero es por tu bien. No quiero ser un peso, sobretodo sabiendo que no hay mucho por hacer.

 

Si mi destino es quedarme contigo, regresaré y quiero encontrarte esperándome. Discúlpame por este deseo egoístico, pero sabes que estoy hecho así con lo que más quiero al mundo.

 

Si, por otra parte, no… Bueno, entendiste, ¿no? Quiero que vayas donde mis padres y les digas que no los odio, de hecho, los amo y nunca he dejado de pensar en ellos. Agradece Kangin desde el fondo de mi corazón porque, de no haber sido por él, no habría continuado con mi vida y no te habría conocido, mi única felicidad en la vida.

 

Te quisiera decir muchísimas cosas, pero sabes todo de mi, y también sabes lo que siento. Fuiste la mejor cosa que pudiera pasarme en la vida. No sabes cuánto me has cambiado la vida. Siempre me has apoyado, nunca me dejaste solo y me diste el amor que me fue negado por mis padres. Te agradezco mucho por todo.

 

Quisiera decirte una última cosa. Te amo, Cho Kyuhyun. Siempre me he considerato Cho Yesung.

 

Adiós, KyuKyu.

 

 


 

Notas finales:

Sí, termina así… En realidad, tenía en mente una escena, pero era demasiado prevedible y me dijeron que era mejor si la dejaba así. Un final abierto; elijan usteded como prefieren que termine. Si quieren, escríbanlo en los comentarios, tal vez alguien adivine mi final ;) 
 


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