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¿Enamorado de Adrien y Chat Noir? por Kise_Mar

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Notas del fanfic:

Espero y les guste :3

 

Pronto terminaré el trailer de ste fic :3

 

Caminaba lentamente hacia el instituto. Sus pasos eran lentos y perezosos, otro día le esperaba, una larga jornada de estudio, burlas e indiferencia.

 

¿Era un chico antisocial? Sí.

 

¿Le interesaba formar amistades? Sí.

 

¿Era bueno haciendo amigos? No.

 

Hablando sinceramente era una persona distraída, que vivía en su mundo, que se aislaba sin quererlo. No podía evitarlo, ya se había acostumbrado a eso, y aunque le dolía no podía hacer nada.

 

Llego por fin al instituto, yendo directamente al salón y sentándose en su lugar de costumbre.

 

 

—Buenos días, Nath.— Una muchacha peli azul que poseía unos grandes y hermosos ojos azules lo observaba con una sonrisa nerviosa pero amable.

 

—Hola…— Desvió la mirada avergonzado y con un dejo de tristeza. Aquella chica era Marinette, la persona que le gustaba y lo rechazo de la peor manera: indiferencia ante las burlas de Chloe por su enamoramiento.

 

—Oye… ¿Crees que podríamos hablar sobre…?— La corto de inmediato sabiendo como terminaba su pregunta.

 

—No.— Su voz salió tan firme y decidida que hasta él se sorprendio.— Ya me has dejado claro todo, así que por favor no sigas removiendo la herida ¿vale?— Abrió su cuaderno, poniéndose a dibujar cualquier cosa que se le venía a la mente.

 

—Vale…— Le dolió escuchar su voz afectada, pero debía ser fuerte. Por una vez en la vida pensaría en él antes que en los demás.

 

 

Oyó sus pasos volviendo a su pupitre pero no se molestó en mirar, concentrándose en su dibujo. ¿Por qué el amor dolía tanto? ¿Por qué no podía encontrar a su alma gemela? ¿Por qué no podía ser feliz?

 

 

—Bien niños, hoy seguiremos viendo el tema que dejamos la clase pasada.— Luego de varios minutos entro la profesora, posándose en el frente y comenzando a hablar sobre su materia.— Se juntaran en parejas de a dos, yo los designare y deberán trabajar sobre un proyecto referido al mismo.— Varios murmullos inundaron el salón.— Silencio por favor, presten atención.— Saco una hoja donde tenía escrito varias cosas.— Alya y Sabrina, Marinette y Chloe, Juleka y Rosita, Nino y Kim, Adrien y Nathaniel,…— Miro al nombrado con los ojos un tanto abiertos. ¿Cómo diablos había designado las parejas? Es decir ¿Marinette y Chloe, Adrien y él?

 

—Genial…— Soltó un suspiro cuando vio que el rubio le sonreía abiertamente. Desvió la mirada al instante,  ignorándolo.

 

 

No le caía mal el chico, para nada, pero eran totalmente opuestos, no había forma de que algo bueno saliera de eso.

 

Volvió su vista al cuaderno, comenzando a dibujar nuevamente. No quería pensar, no quería hablar, no quería saber nada de nada.

 

 

POV Adrien

 

 

Mi sonrisa de borra poco a poco al ver como Nathaniel me ignora con una mueca que parece de molestia. ¿Acaso le caigo mal? ¿Hice algo que le molestara?

 

Sinceramente no recuerdo haberle hecho algo, no es como si me llamaran ¨Chloe¨. Porque si, esa chica parece tener algo en contra de Nathaniel y Marinette. Siempre está molestándolos, pero como Marinette tiene carácter no se le hace fácil, en cambio la personalidad tímida e introvertida de Nathaniel lo hacen un blanco perfecto para ella. Vive humillándolo, como esa vez que le puso su bolso apropósito para que se resbalara cuando la profesora lo mando con el director, y después se burló de su enamoramiento hacia Marinette.

 

Bueno… Ahí algo de culpa tengo yo también, no lo ayude cuando lo necesitaba. Nadie lo ayudo.

 

 

—Que imbécil soy…— Susurro con molestia, en ese momento no supe que hacer ni tampoco cuando se fue corriendo.

 

—¿Eh? ¿Dijiste algo?— Nino me mira con curiosidad, sin darme cuenta hable en voz alta.

 

—No, nada.— Niego con una sonrisa forzada, Nino se encoje de hombros y vuelve su vista a su hoja.

 

 

De una u otra forma me gustaría poder disculparme con él…

 

 

Fin POV

 

 

La clase paso rápido, dos horas después sonó el timbre que marcaba el recreo, y los alumnos salieron prácticamente corriendo. Nathaniel, tal como acostumbraba, se quedó en su lugar, dibujando un boceto de una persona, aquel amor que tanto anhelaba encontrar.

 

Tenía cuerpo, cabeza, cabello. Pero, sin saber porque, no le dibujo el rostro. Nunca había tenido un estereotipo de persona, a él solo le interesaba el interior, que fuera una buena persona, que amara a los animales y lo cuidará, que cuidará su frágil corazón.

 

 

—¿Tan imbécil puedo ser?— Sonrió con ironía, jamás encontraría a una persona que lo amara por lo que era realmente.— Un bicho raro…

 

—Lo raro hace la diferencia, son las personas que más valen.— Se sobresaltó ante aquella interrupción, mirando a su lado y viendo a Adrien, quien lo observaba de una manera que no logro descifrar.

 

—Adrien…— Se repuso del susto, poniendo cara interrogante.— ¿Qué haces aquí? Creí que irías al patio.

 

—Quería hablar contigo…— Su curiosidad aumento.— Respecto al proyecto, aunque falte un mes es mejor empezar cuanto antes.— Nathaniel asintió.

 

—Es cierto.— Pensó un momento antes de volver a hablar.— ¿Dónde quieres que lo hagamos?

 

—Depende, ¿hablamos del proyecto, cierto?— Levanto una ceja confundido, hasta que cayó en sus palabras mal expresadas, siendo un calor exasperante en sus mejillas lo que sintió después.

 

—¡C-claro que sí!— Su sonrojo aumento causando una risa en su compañero.— ¡N-no te rías!

 

—Lo siento…— Trataba de mantenerse serio pero le era imposible.— Ya hablando en serio, podemos hacerlo en mi casa.

 

—Vale, quedamos así.— Adrien saco su cuaderno y escribió su dirección, luego se lo entrego con una enorme sonrisa.— También quería hablarte de otra cosa…— Su semblante se volvió serio, casi culpable.

 

—Dime.

 

—Veras… Lo que paso esa vez, yo no supe cómo reaccionar y yo— De repente se calló al ver como el pelirrojo era empujado, cayendo de trasero al piso y una mueca de dolor atravesaba su rostro.

 

—¡Adrien!— Una rubia de voz chillona lo abrazaba de manera asfixiante.— ¡Te encontré!

 

—Chloe…— Su vista estaba enfocada en Nathaniel, que aún seguía en el suelo mirando la escena, y la rubia también lo miro al reparar ese detalle.

 

—¿Qué haces ahí, perdedor? Ya vete de una vez.— Escupió venenosamente y mirándolo con desprecio.

 

—Nath…— Otra vez estaba paralizado sin saber cómo actuar, sintiéndose patético nuevamente.

 

—Ahora me voy.— Se levantó con dificultad, enserio le había dolido el golpe. Agarro su morral, guardando sus cosas y marchándose bajo la atenta mirada de la pareja.

 

—Ja, que asco me da.— Frunció el entrecejo al escuchar a la muchacha.— En fin, ¿vamos esta tarde al parque?— Se soltó del agarre con un poco de brusquedad.

 

—Tengo cosas que hacer.— Tomo su mochila y salió del salón, dejando a una molesta Chloe que pateaba el suelo refunfuñando.

 

 

POV Nathaniel

 

 

¿Qué tiene esa chica en contra de mí? A veces llego a creer que me odia, aunque no tengo idea porqué.

 

Una vez fui akumatizado por culpa suya, por los sentimientos negativos que me rodearon cuando me humillo en frente de todos, y hasta lo que me contaron iba contra ella al cien por cien. Yo no lo recuerdo, solo sé que al recuperar la conciencia me encontraba en frente de Ladybug y Chat Noir, los héroes de esta ciudad. Ellos me salvaron a todos, incluso a mí que era el enemigo.

 

Demoilustrador era mi nombre de súper villano.

 

Irónico ¿cierto? Una ironía que causa escalofríos.

 

 

Fin POV

 

 

Las clases pasaron con rapidez, sonando el timbre que anunciaba el fin de la jornada escolar.

 

Nathaniel salió del gran edificio a paso lento, no tenía ganas de volver a su casa, después de todo no tenía una familia de la que preocuparse ni una novia de la que ocuparse.

 

Su madre había fallecido cuando tenía seis años, desde entonces su padre comenzó a viajar con más frecuencia y nunca estaba en casa, dejándolo con niñeras hasta que cumplió los doce. Su parecido con su madre era excepcional, el mismo color de cabello, los mismos ojos, la misma forma de ser. Pensaba que quizás por eso su padre había decidido estar lejos por largos periodos de tiempo, seguramente le dolía ver al amor de su vida reflejada en su hijo.

 

Debido a esta situación, se emancipo. Su padre le mandaba dinero todos los meses, ganaba exageradamente bien ya que su compañía había crecido enormemente con los años.

 

Lo veía una o dos veces al año, cuando parecía importarle un poco.

 

Vivía en un departamento a nueve calles del instituto, en un lujoso edificio.

 

 

—Me gustaría tener una mascota.— Se rio de sí mismo, con lo descuidado que era no podía ni pensar en tener uno, era mucha responsabilidad, no eran peluches sino seres vivos.— Creo que dormiré una siesta.— Cuando llego a la puerta del edificio saco sus llaves y entro tranquilamente.

 

 

Sin embargo, Nathaniel no se había percatado de la silueta negra que lo estuvo siguiendo desde que salió del instituto. Un chico rubio que vestía un traje completamente negro, con un antifaz, unas orejas y una cola del mismo color.


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