Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un pequeño regalo. por Yami Night

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Un pequeño regalo.

Aún recordaba la edad en la que me di cuenta de lo que sentía por "él", a tan solo 12 años ya me había sido suficiente para querer estar con él en un sentido más allá de la hermandad.

Siempre me dediqué a cuidarlo, protegerlo de cualquier peligro. Siempre estuvimos el uno para el otro.

Hasta que llegó ese día, uno que nunca olvidare y guardaré en mi corazón... me armé de valor y le dije lo que sentía, debo admitir que yo no era alguien que mostrará sus sentimientos, solo con el cambiaba eso y con pocas, muy pocas personas que eran demasiado cercanas a nosotros dos.

 

—Madara, es mejor que lo hagas cuando estés seguro, no por un arranque de celos,— Me aconsejó mi amigo de nombre Indra, era a quien recurría cuando se trataba de algo muy serio, que necesitaba ayuda para tomar la decisión correcta.

 

Seguro se preguntarán ¿arranque de celos? ¿No que había sido cuando te armaste de valor? Si, fueron ambas.

Todo comenzó cuando Hashirama (otro amigo mío) le presento a mi dulce y tierno hermanito su rata blanca humana, alias Tobirama. Desde que nos vimos una enemistad se creo, ambos buscábamos la forma de molestar al otro y era divertido, pero este maldito cruzo la linea.

Sabiendo que soy un hermano "celoso" uso eso en mi contra, todo el rato que estuvo aquí, no se le despegó a Izuna, y él... bueno, es caso perdido solo eso puedo decir. Su inocencia era tanta que nunca noto esa actitud en Tobirama.

Para no hacer el cuento largo, saque a la rata por una ventana. Continuó pensando en una venganza que funcione.

 

Pero volviendo al tema inicial, ese mismo día después de que Hashirama se fuera a buscar a su hermano el cuál "casualmente" no volvió nos quedamos a solas Izuna y yo, debo admitir que si estaba algo nervioso, agregando el enojo que se mantenía presente.

 

—Hermano, ¿por qué reaccionaste así?— Me preguntó después de un silencio incómodo, yo como toda persona tranquila que sabe que hacer en el momento, hable.

 

—¡Porque te amo! ¡Me gustas! No soporto que esa maldita rata blanca este contigo lo detesto, fueron los celos.— Me quede callado abruptamente, más que nada por la sorpresa que mostraba Izuna.— Soy un enfermo.— Recuerdo que murmuré eso pero una risa de mi hermanito me saco de mis pensamientos, me sonreía aún más radiante que lo normal.

 

—En ese caso somos dos enfermos.— No me pudo quedar más claro a lo que se refería, fue el día más feliz de mi vida.

 

Pero era claro que íbamos a tener muchos problemas en el camino de nuestra relación, al no ser del "agrado" de los demás, ni que decir de nuestros padres quienes nos dejaron de hablar por algunos meses, pero como siempre, salieron quienes nos apoyaron, en este caso Ashura e Indra.

 

Ha decir verdad Izuna y yo teníamos la sospecha de que esos dos se amaban, y si, también tenían el mismo "problema" que nosotros, el ser hermanos. Ellos lo rebelaron cuatro meses después de que nosotros lo hiciéramos.

 

—"La verdad, ustedes dos nos dieron el valor."— Recuerdo con mucho cariño las palabras que me dedico Ashura, y entre los cuatro fuimos en busca de que nos aceptarán, claro con el pensamiento de que si no se podía al final mientras nosotros fuéramos felices, todo estaría bien.

 

El tiempo pasó, cumpliéndose un año de mi relación con Izuna, justo al cumplirse el año, nuestro padre nos visito...

Era un ambiente tan tenso, mi pareja me apretaba la mano con fuerza, estaba nervioso lo podía notar a simple vista, y como no, si en la familia nuestro padre es de los más temidos por su carácter, Tajima Uchiha. Nuestra madre se mantenía callada, ya esperábamos las palabras de rechazo o el que nos tacharan de enfermos pero, un suspiro por parte del mayor llamo nuestra atención.

 

— Ahhh, ustedes dos me van a hacer viejo más rápido.— Eso nos extraño a mi hermano y a mí que nos volteamos a ver para regresar nuestra atención a mi padre.— Izuna, ¿eres feliz?— Sentí como Izuna se tensó, tardó unos segundos en responder pero lo hizo al final.

 

— Si, mucho. Madara me hace muy feliz.— ¿No les dije que es muy tierno? Pues lo es, y ¿saben que es lo mejor? Que es mío.

 

— Tu Madara, ¿eres feliz?— Ahora fue mi turno.

 

— Soy muy feliz con Izuna.— Pude ver cómo una sonrisa en los labios de nuestros progenitores se abría paso en sus rostros estoicos, y con una calidez que solo los padres pueden proyectar.

 

— Entonces, sigan siéndolo. No van a dejar de ser nuestros hijos por algo así. Se aman y nosotros no somos quienes para separarlos.— Les juro que grite de emoción por dentro pero, debía mantenerme tranquilo, claro que no pude evitar el sonreír.

 

Y así fue como nuestros padres nos aceptaron, tuvo que pasar tiempo para esto pero al final lo logramos. Las cosas iban de lo mejor, y fue cuando ambos quisimos dar el siguiente paso.

 

—¿Estás seguro Izuna?— Pregunté preocupado; una cosa llevó a la otro y ahora estábamos en la cama de nuestra habitación, yo arriba de mi hermanito y el rodeando mi cuello con sus brazos.

 

— Es la quinta vez que me lo preguntas Madara. Si, estoy seguro.— Respondió después de reír, y lo entiendo, yo me la pasaba preguntándole eso pero, era más que nada para darle tiempo de que lo pensara bien; claro que yo quería hacerlo pero me importaba más que el estuviera seguro.

 

—¿Seguro?— Tal vez sería un poco fastidioso pero, quería asegurarme.

 

—Si.— Por la mirada que me dio comprendí que mejor continuará, y así lo hice.

 

Pov Narrador.

 

Las prendas de ambos fueron desapareciendo quedando botadas por la habitación, ya después las buscarían. Ahora lo único que querían era el disfrutar de ese momento tan intimo de los dos.

 

Embestía al menor con fuerza pero sin excederse tampoco, los gemidos de ambos llenaban la habitación, estaban cerca del orgasmo, no podrían aguantar por mucho tiempo más.

 

—Izuna... te amo.— Comentó Madara antes de correrse dentro de su hermano, quien entre gemidos y acompañándolo en soltar su semen, solo que este entre el vientre de los dos manchándolos.

 

—Te amo Madara.— Y sellaron sus palabras con un beso profundo, se amaban de eso no había duda.

 

Fin pov narrador.

 

Después de esa noche especial que tuvimos le siguieron muchas más, hasta que nuestro padre, muy tarde por cierto, nos dio una noticia que si bien al principio fue como un balde de agua fría para nosotros después, nos dio ilusión.

 

—Sé que son mayores y les debimos decir esto desde el principio pero... ¿Cómo decirlo?-- Ese ambiente algo tenso comenzaba a asustarnos, nos dábamos una que otra mirada preocupada.

 

—Dilo lo más gentil que se pueda cariño.— Nuestra madre hablo esta vez, así que ella también sabía menos ellos dos que eran los 'afectados'.

 

—Izuna puedes tener hijos.— Si que fue sutil, hasta mamá lo supo.

 

—Te dije que gentil Tajima.— Reclamó nuestra madre, nosotros pues... no sabíamos cómo reaccionar.

 

—Para que andar con rodeos, esa es la verdad. Supongo que conocen a los que son doncel, ¿no?— Los dos asentimos, conocíamos a uno nada más.— Bueno pues, felicidades, tienen la oportunidad de ser padres.— Y con eso empezó todo.

 

Izuna en veces tenía mareos y náuseas, no podía oler nada porque iba a vomitar. Los dos teníamos la sospecha pero no lo queríamos creer así que lo tomamos como una infección en el estómago. Grave error.

 

Estábamos tranquilos en el hogar de nuestro padres, nos habían invitado a comer y obviamente accedimos, fue el peor susto que me lleve en mi vida; mi dulce hermanito menor estaba así, tranquilo caminando conmigo en uno de los pasillos de la casa, se había vuelto a sentir mal y le acompañe al baño, cuando así de la nada se desmayó. Casi muero de un infarto.

 

—¡¿Izuna?! ¡Papá, mamá!— Lo cargue en brazos, y lo lleve con nuestros padres que ya iban rumbo a donde estábamos antes.—¡Izuna! Se desmayó.— Y sin hacer falta las palabras fuimos a el hospital. Esperamos por algún tiempo, en el cuál no podía estar tranquilo, el amor de mi vida se desmayó de la nada, se había sentido mal desde hace tiempo y eso me llamó la atención. Me sentía tan inútil al no haber hecho algo desde que me dijo que se sentía mal. Me odio.

 

Rato después salió el doctor que le estaba atendiendo llamando a los familiares, claro que los tres nos acercamos para recibir una noticia que nos cambió la vida, en especial a mí...

 

—El joven Uchiha tiene tres meses en cinta. Felicidades, pueden pasar a verlo ya despertó.— Claro que los tres quisimos entrar, así que nos guió a la habitación de mi amado hermano encontrándolo viendo a un punto fijo de la habitación con la mirada perdida, pero cuando nos escuchó entrar su atención se dirigió a nosotros que al vernos una gran sonrisa se le figuró en el rostro.

 

—¡Papá, mamá, hermano! Díganme, que es lo que tengo.— Los tres nos volteamos a ver sin saber quién sería el que diera la noticia, mamá y yo coincidimos en que no podía ser mi padre pues con su forma de decir tan gentil las cosas así que entre los dos nos dimos un duelo de miradas la cual perdí. Voltee con Izuna y tomando su mano, mientras que el me brindaba una mirada de preocupación y temor.

 

-- Izuna... bueno, vamos a tener un bebé.-- Escuche la palmada que se dieron en el rostro nuestros padres, creo que tampoco soy muy bueno dando las noticias.

 

--¿Qué?-- Me asuste por la mirada que puso, esto iba para mal pero grande fue mi sorpresa al sentir como me abrazaba mientras unas pequeñas lagrimas bajaban por su rostro.-- ¡Seremos padres!-- Nos contagió su felicidad y nos pusimos a festejar.

 

Los meses fueron pasando entre alegrías y todo, nuestros amigos Indra y Ashura también iban a ser padres pero... una noticia nos llegó...

 

Recuerdo que eran las tres de la mañana, yo venía llegando a la casa pues a mi hermanito le había dado un antojo a esas horas así que como buena pareja fui. Mi celular sonó cuando llegue a la habitación de los dos y le entregue su pedido, observándolo como comía.

 

--¿Qué pasa Ashura?-- Pregunte pues era extraño que siendo el, estuviera despierto a estar horas, pero su voz entre cortada me asusto.

 

--M-Madara... I-indra.-- No entendí nada de lo que me dijo pues todo salió entre lágrimas y gimoteos dolorosos que solo me preocuparon.

 

--¿Qué paso con Indra?-- Indra era el doncel, quien esperaba al bebé de ambos. Ellos eran como otros hermanos para nosotros, Izuna al escucharme preocupado centro su atención en mí.

 

-- Está muy mal, no sé qué le paso, tuvo un dolor muy fuerte en el vientre y, estamos en urgencias lo metieron a operación de emergencia, ¡Tengo miedo! no los quiero perder.--  Su voz rota por las lágrimas hizo que algo dentro mío doliera, eran mis amigos debía estar con ellos pero Izuna era quien me preocupaba.

 

-- Voy para allá, respira Ashura.-- Este me dio afirmativo y colgué.-- Izuna, te voy a llevar con nuestros padres.-- Lo tomo en brazos junto con sudaderas de ambos pues la noche estaba fresca y no quería que su amor se enfermara. Este confundido se dejó hacer , parecía ser algo grave así que no pregunto nada hasta estar en el auto.

 

--¿Qué paso?--

 

-- Indra esta en urgencias, parece ser que algo le paso al bebé.-- Pude ver como mi hermano rápido llevaba su mano a su abultado vientre, por lo que le tome la mano transmitiéndole tranquilidad.-- Ahorita te dejo con papá y mamá para tomar camino al hospital.-- Izuna asintió y así hice.

 

Nuestros padres extrañados de recibirnos ahí a esas horas, les conté rápido lo que paso y me dejaron ir, ellos les tenían cariño a nuestros amigos por lo que también se preocuparon.

 

Llegue y, al Ashura que vi me fue irreconocible, estaba roto en llanto me le acerque y rápido me abrazo, claro que le correspondí  sintiendo como se desahogaba.

 

--Indra perdió al bebé.-- Fue un golpe bajo el escuchar eso.-- La maldita de Kaguya le dio algo y fue lo que provoco todo esto.-- Kaguya era su abuela, era más que obvio que nunca les tuvo mucho aprecio a estos dos y menos por la relación que tenía, pero el hacer algo así era imperdonable.

 

Acompañe a mi castaño amigo hasta que nos dejaron pasar a ver a Indra, para eso serían las siete de la mañana, el azabache ya había despertado, cuando entramos tenía una mirada vacía, le habían dado la noticia.

 

--Madara... cuida a tu bebé y a Izuna.-- Esa mirada carecía de brillo, estaba más que dolido y lo entendía, perder a tu hijo no era algo para tomar con la mejor de las actitudes.  Ahí les prometí que lo haría.

Pasaron los meses restantes, tenía el extremo cuidado con Izuna quien lo entendía esa tragedia solo nos puso más alertas pero eso no estaba mal, al contrario nos sirvió.

 

Hasta que llego el ansiado día...

 

El bebé iba a nacer. Llevaron a mi hermano para hacer cesárea, no había peligro así que solo esperábamos a que el doctor saliera y nos diera la alegre noticia. Después de como una hora y media lo vimos salir.

 

--Felicidades, él bebe ya nació, pueden pasar a verlos.-- Nos guió y dejo solos, estábamos nuestros padres, Hashirama, Tobirama (al cual muy a pesar deje entrar, de juego obviamente) Indra y Ashura.

 

Y la escena más hermosa que nunca había visto, Izuna cargando a nuestro bebé con un amor y ternura que, ah, fue imposible no notar.

 

--¿Cómo lo van a llamar?-- Pregunto Indra observándonos con ternura, tanto mi hermano como yo nos volteamos a ver y después de un asentimiento respondimos.

 

--Obito, Uchiha Obito.-- ¿Ya les dije que casualmente Obito nació el mismo día que Izuna?, fue como un regalo de cumpleaños de ambos para él. Un pequeño regalo.

 

Madara termino de recordar todo eso, cuando el llamado de su hijo lo saco de sus pensamientos.

 

--¡Papá! Corre que ya quiero mi helado.-- Le saco una risa al azabache mayor quien los alcanzo, a su pareja e hijo quienes le esperaban sonriendo.

 

--"No pude pedir algo mejor".-- Pensó, tomando al mano del menor con cariño.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).