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El secreto de las mugiwara por Ayumi Kuran

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Notas del capitulo:

¡Hola! Este es el primer short o fic que hago de One Piece, así que estoy un poco nerviosa. No sé si he sido capaz de mantener las personalidades pero espero que os guste.

La tripulación de los mugiwara no se podía considerar bajo ninguna circunstancia normal, eso era algo que podían asegurar todos aquellos que los conocían e incluso ellos mismos lo admitían, ¿pero qué le iban a hacer? Pues nada, así de sencillo, además, formaban el mejor equipo que alguna vez se haya conocido sino no hubieran sido capaz de declararle la guerra al mundo entero y salir vivos de ellos. Eso era un hecho.


Lo que nadie sabía ni podía llegar a imaginarse era que las dos únicas mujeres de la tripulación tenían un secreto, uno que no sabía nadie y que las convertía, según muchos, en las más raras de todos. En ese pequeño secreto radicaba en el por qué ambas se llevaron de una forma maravillosamente bien, prácticamente, desde el principio aunque había que admitir que las joyas que le dio Robín a Nami ayudaron bastante a la cusa. Entonces… ¿qué era aquello que tanto las había unido? Fácil, era una simple palabra: Yaoi.


¡Fue un accidente! Eso lo dejaban en claro cada vez que salía el tema, pero era un hecho que eso era lo que más había forjado su lazo. Ambas eran unas fujoshis empedernidas que no podían evitar sentir una insana pasión por las parejas de dos hombres juntos, siempre andaban emparejando a todo el mundo, casi parecía que el Yaoi era todo su mundo. Y digo casi porque una de las primeras cosas que las guiaban cada día eran sus sueños. Aunque era cierto que en las frías noches de sueños rotos, de mayor sufrimiento e incluso de traicionas, ambas habían encontrado un enorme consuelo entre los brazos de esas historias, de ver a esos dos hombres teniendo una hermosa relación que les hacían olvidar sus males, haciéndolas suspirar con encanto y un amor nunca antes visto.


- Oye, Robín.


La nombrada dejo de lado su libro para ver a la pelirroja, quien tomaba el sol de forma calmaba mientras veía a sus compañeros, quienes no les prestaba atención alguna.


- ¿Qué ocurre, Navegante-san?- Con cuidado cerro su libro, marcando la página antes de esto.


- Sé que no deberíamos pero…- El nerviosismo estaba presente en su voz, haciendo que un breve sonrojo se posará sobre sus mejillas.- ¿Nunca…te has imaginado a ninguno de nuestros conocidos…haciendo Yaoi?


La morena no pudo evitar quedarse sorprendida, Nami era del tipo de fujoshi que prefería mantener sus gustos ocultos, sin que nadie supiera de ello no obstante en esta ocasión había decidido hablar del tema. Su voz era baja y todos estaban distraídos, posiblemente fue por eso que se animo.


- Creo que toda fujoshi alguna vez lo ha hecho.- Confeso mientras su mirada se posaba en su compañera.


- Me gustaría verlo en la realidad aunque sea solo una vez.- Un suspiro ilusionado escapo de sus pulmones, imaginándose dicha escena.


- Es algo que te deja sin aliento.- Un suspiro escapó de sus labios, mordiendo el final mientras revocaba en su mente una imagen de hacía tiempo atrás.- Algo que nunca se olvida.


- Lo dices como si lo hubieras visto.- Comentó mientras se llevaba su refresco hasta sus labios.


- Lo hice.- Confesó, viendo a su compañera atragantarse con su bebida, haciéndola reaccionar para darle unos golpecitos en su espalda, esperando que el líquido se fuera por el lugar que le correspondía.


- ¡¿Qué?!- Su voz salió mucho más alta de lo que pretendía en su momento, llamando la atención de los demás.


- Ne, ne ¿qué ha pasado?- Luffy había estirado sus brazos, apoyándose en ellos para poder elevarse hasta la parte superior del barco, viéndolas con curiosidad.


- ¿Ha ocurrido algo Nami?- Chopper no había tardado en correr hasta ambas, la preocupación latente en su rostro.- ¡Estás muy roja! ¡Médico, necesitamos un médico!- Sin poder evitarlo corrió de un lado a otro nervioso, casi histérico.


- Tú eres médico.- Le recordó Ussop, viendo al renito reaccionar para tomar los signos vitales de la navegante junto a su temperatura a pesar de que esta insistía en que no era nada.


- ¡Nami-swan!- el cocinero del amor, mejor conocido como Sanji, no tardó en aparecer corriendo, hasta posarse en una de sus rodillas mientras la veía con su ojo de corazón.- ¡Mi hermosa dama, mi reina, dime qué te ocurre y con el poder de nuestro amor destruiré todo mal que te atormente!


- ¡Sanji!- Luffy al verlo hizo varios pucheros, apartándolo de la pelirroja con una expresión algo seria, extraña en él.


- Tranquilo, ya sabes cómo es.- Nami sonrió, dándole un beso en la mejilla antes de darle un breve en sus labios, haciéndole sonreír de oreja a oreja.- Estoy bien chicos, no es nada.


- Solo son cosas de chicas.


Todos vieron a Robín, pensando en sus palabras de forma seria antes de, finalmente, empezar a retirarse, volviendo cada uno a lo suyo e incluso los espectadores que se mantuvieron milagrosamente en silencio volvieron a lo suyo.


- Parece que el capitán aún siente algunos celos.- Comento la pelinegra, apreciando como las mejillas de la pelirroja se tornaban rosadas.


- Lo sé pero sus infantiles celos lo hacen ver adorable.- Reconoció encantada.- Pero dejando eso de lado.- Su mirada taladro a la otra, sentándose de forma veloz cerca de ella, confidencial.- ¿Cómo es eso de qué has visto Yaoi?


La chica con el poder de las nueces de Belcebú le dio una sonrisa, una bastante parecida a las que daba Luffy cuando estaba emocionado por algo, buscando las palabras exactas para poder hablar.


- Fue cuando estaba en la banda de Cocodrilo.- Comenzó a relatar, sabía que su amiga quería detalles y ella estaba encantada de proporcionárselos.- Yo estaba presente cuando Smoker se encontró por primera vez con Cocodrilo, no fue un agradable encuentro, te lo aseguro.- Poco a poco empezó a divagar, frunciendo levemente el ceño al recordar una parte nada agradable antes de sonreír.- La cuestión es que para esos momentos estaba en tensión, no había llevado unos buenos días y sentía que me querían traicionar en cualquier momento, eso me mantenía aún en más alerta, así que el estrés dominaba por completo mi cuerpo. Cuando los vi a los dos juntos no sé por qué, ¡lo juro! Pero no pude evitar pensar que hacían buena pareja.


- ¡¿Buena pareja?!- Grito bajito, solo para que ella la escuchará.- Pero si no pegan ni con cola.- Comentó, imaginando a esos dos juntos, frunciendo su ceño. No, definitivamente esos dos no pegaban ni con cola.


- Lo sé pero…-Mordió su labio inferior, viendo a su compañera con los ojos brillantes.- Se estaban retando tanto, estando tan cerca el uno del otro…y yo lo estaba pasando tan mal que no pude evitarlo…fue solo…-Sus manos hicieron algunos gestos nerviosos, casi imperceptibles.- No pude evitar aparecer dos manos, una a cada espalda de los adversarios…empujando sus rostros hasta que se besaron.


Al terminar de hablar sus manos taparon brevemente su rostro, se encontraba avergonzada como pocas veces pero cuando se trataba de su obsesión oculta…nada tenía sentido, todos sus planes se trastocaban al igual que su propia personalidad.


- P…P…Pero…- Nami no encontraba palabra alguna, boqueando sin saber qué decir.


- Incluso hice un retrato.- Admitió mientras se acercaba a su bolsa especial, una a la que nadie tenía acceso y ella se aseguraba que así fuera. Con cuidado sacó de ella un cuaderno de dibujo, abriendo una página en especifico para mostrarle la parte donde Cocodrilo y Smoker se besaban, solo que en esta aparecían sin que ella les obligará.- Modifique un poco la imagen, ya sabes, se queda mejor sin que se vean obligados.


Sin poder contenerse, Nami llevó una de sus manos a sus labios, tratando de asimilar lo que veía pero el sonrojo no tardo en llegar a sus mejillas, incendiándolas con una mirada brillante, delineando el dibujo antes de soltar un pequeño grito, apenas pudiendo ser contenido, llamando la atención de sus compañeros quienes no preguntaron, recordando que Robín solo le decía que eso era cosas de chicas…además, se veía feliz.


- Nunca creí que me gustaría verlos juntos.- Reconoció la navegante, viendo embelesada la imagen.


- Lo sé, yo tampoco podía al principio.- Admitió la pelinegra, suspirando enamorada ante el dibujo.- Pero cuando se abren fronteras se encuentran cosas…deliciosas.


Ambas rieron de forma cómplice, apreciando el arte que se les mostraba a las dos.


- ¿Quién crees que sería el uke?- Esa pregunta tomó a la arqueóloga por sorpresa, pensando de forma detallada su respuesta antes de finalmente responder.


- Yo creo que Smoker.- Sus ojos se fijaron en el inmenso mar.- Es como que Cocodrilo puede descontrolarlo, sacar su peor parte que esta oculta. Al menos esa impresión me da.


- ¿Ves?- Esa palabra le llamó la atención.- ¡Por eso eres mi mejor amiga!- La abrazo fuerte, riendo.- Pensamos igual.


Una suave risa salió de los labios de las dos, viendo a sus compañeros con atención mientras seguían hablando de su más anhelado deseo.


- ¿Te puedo confesar algo?- Nami asintió, dándole pie a hablar.- Me encantaría…que al menos uno de los chicos fuera gay.


Nami no pudo evitar estar más de acuerdo con ella, sabía de sobra que ninguno de los presentes estaba interesado de forma romántica en los hombres pero… ¡vamos! ¿Dos fujoshis rodeadas de atractivos hombres? ¿Hombres que convivían día a día, durmiendo juntos e incluso en ocasiones podían coincidir a la vez en la ducha? ¡Era imposible contener la imaginación! Era una lástima que a todos les gustarán las mujeres.


Brook había comentado en una ocasión que en su momento él fue uno de los grandes galanes, conquistando a las mujeres sin descanso, disfrutando de los placeres de la carne junto a ellas pero que finalmente decidió no mantener una relación con ninguna por temor a que les pasará algo al ser él un pirata. Pero que una vez, estuvo a punto de dejarlo todo por una chica en especial.


Sanji…bueno, era Sanji. Un pervertido sin remedio que amaba a todas las mujeres, las trataba como diosas y prácticamente miraba con odio a cualquier hombre que se le acercará, sobre todo a Zoro. Algo que le alegraba a Robín, pues esta le había admitido hacía muy poco que tenía especial atención en el espadachín y que le gustaría mantener una relación con él.


Zoro por su parte no tenía especial atención en nada a lo que se le relacionara una relación sentimental que pasará más allá de la amistad o los lazos familiares. Se habían enterado por Johnny que el espadachín estuvo enamorado en el pasado, cuando apenas era un crió de una chica, Kuina, quien falleció. Tenían entendido que después de eso había jurado no enamorarse nunca, motivo por el que Robín no se atrevía a confesarle sus sentimientos.


Luffy, por otra parte, era un chico muy ingenuo pero que sin darse cuenta se había visto enamorado de la navegante, declarándose de una forma que era de todo menos normal, al igual que el chico, algo que Nami acepto encantada al compartir esos mismos sentimientos.


Ussop por su lado estaba enamorado de Kaya, estaban seguros de que si en su momento hubiera sido capaz de tener la valentía de declarársele en su momento, ambos serían pareja y él no estaría ahí en esos momentos.


Chopper y Franki eran un caso aparte, ambos habían sido declarados asexuales pues al parecer lo que menos sentían era el instinto de sentir otro cuerpo contra el suyo de forma intima, ¡y no los culpaba! Simplemente los dejaba ser, después de todo así eran felices.


- ¿Te imaginas que hubieran sido ellos  quienes lo fueran?- No pudo evitar formular esa pregunta, recogiendo sus piernas.


Ese era un tema delicado, uno que ninguna preferían tocar. Pues ambas estaban enamoradas de uno de sus compañeros, Nami siendo correspondida, pero siempre estuvo la duda, siempre estuvo su yo más oculto que les susurraba el cómo sería si ellos fueran gays, con quién los emparejarían y qué rol tendrían. Preferían evitarlo pues sabían que si llegaban a shippearlos, tendrían un conflicto interno entre sus sentimientos por ellos y mal por sentirse las “malvadas” de la historia por no dejarlos juntos.


- ¿Qué rol ocuparía Sanji?


- Um…- Su mirada se dirigió al cocinero, quien estaba peleando con Zoro.- Depende de con quién esté.- Respondió finalmente, tumbándose en la tumbona.


- ¿Con Ussop?- Nami no dijo nada cuando lo emparejo con el francotirador, sabía que trataba de no emparejarlo con su peli verde, ella haría lo mismo si lo hicieran con Luffy.


- Creo que sería más bien pasivo.


- ¡¿Pero qué dices?!- La arqueóloga se altero, viéndola como loca.- Sería activo.


- De eso nada.- Nami frunció su ceño.- ¿No has visto a Ussop? Parece débil pero es mucho más fuerte de lo que aparenta, sería capaz de dominar a Sanji y si se entrenará un poco tendría un cuerpo de dios que lo demostraría aún más.


- Discúlpeme por discrepar señorita navegante, pero Ussop es demasiado miedica, no tardaría nada en lanzarse sin pensar a los brazos de Sanji, eso es lo que yo llamó un uke dependiente, el típico uke indefenso que necesita de su seme en todo momento.


Ambas se fulminaron con los ojos, ninguna de las dos estaba dispuesta a ceder, retrocediendo ante sus propias palabras pero… ¡¿Cómo hacerlo?! ¡Ambas estaban locas por sus shipps y jamás podrían dejar que alguien les llevará la contraria con alguna de sus amadas parejas!


- Retira lo dicho.- La primera en presionar fue Nami, quien recibió una mirada altiva


- no, esta vez tú estás equivocada.


Ese fue el principio del fin, alejando sus rostros, enfadadas. Los mugiwara por mucho que lo intentaron no encontraron la causa de la discusión de ambas, lo notaron al principio en la cena, posteriormente en la semana que llevaban de pelea, con la tensión en todo el Sunny… ¡ya no aguantaban! No se hablaban, poniendo a los demás entre la espada y la pared cuando ignoraban a la otra, queriendo las dos hablar con la misma persona a la vez. En ese momento, la pobre víctima siempre las lleva de perder.


- ¡Se acabó!


Zoro ya no aguantaba más, ¡ya ni le dejaban dormir la siesta con tanta discusión! Porque sí, cuando se hablaban era solo para discutir, pero su poca paciencia se acababa de agotar.


- ¡Parad de una vez malditas gilipollas!- Explotó, llamando la atención de todos.


- ¡Zoro!- Luffy frunció su ceño, enfadado.- ¡No le llames así a Nami!


- ¡Maldito Marimo, discúlpate con Nami-swam y Robín-Chwam!- Sanji le lanzó una patada, siendo esquivada por muy poco.


- ¡y una mierda! Estoy cansado de tanta pelea, ¡ya ni puedo dormir! Vamos a aclarar el asunto de una vez.- sus palabras eran dichas con rudeza, enfado.- ¡¿Se puede saber qué os ha pasado?!


En ese momento cualquier reclamo murió, el peli verde llevaba razón, era la hora de solucionar las discusiones de una maldita  vez, ambas lo sabían pero ninguna quería ser la primera en hablar, ninguna quería hablar.


- No es nada.- mascullo finalmente Robín, queriendo marcharse pero no se le fue permitido.


- ¡Claro que hay algo!- Ussop saltó, no solía hacerlo pero parecía que todos los ataques iban para él, ¡necesitaba que hicieran las paces!- ¿Qué es lo que pasa?


- ¡Todo es tu culpa!- gritaron las dos féminas a la vez.


- ¡¿Mía?!


La confusión estaba más que presente, no podía creerlo, ¡si él no les había hecho nada!


- Así que es tu culpa-. Sanji se crujió los nudillos, haciéndole tragar saliva mientras palidecía.


- ¡A…A…Alto! ¡Yo no he hecho anda!- Sus brazos se agitaban, negando una y otra vez.


- si Nami aceptará que no lleva razón todo sería más fácil.- Declaró la arqueóloga, haciendo que la nombrada se enervara.


- ¡Eres tú quien se equivoca!- Sus palmas chocaron con el objeto solido a su paso, con fuerza.- ¡Es imposible que Ussop lo fuera!- Eso les llamó a todos la atención.


- ¡Eres tú quien se equivoca!- Robín le imito, taladrándola con la mirada- ¡Sanji jamás podría ser uke!


- ¡Ussop jamás podría ser seme!- Ambas se gruñeron, casi parecían que en cualquier momento que se lanzarían a degollar la otra.


- ¿Qué es seme y uke?


Ante esa pregunta del renito ambas dejaron de pelear, poniéndose pálidas al darse cuenta de que habían sido escuchadas por sus compañeros quienes no le quitaban la vista de encima, esperando una respuesta.


- B…Bueno…e…eso es…- Nami se ruborizo, no espero que hablaran de esto


- Ambos son términos del Yaoi. Para resumir, el yai es una relación entre dos hombres.- Robín lo dijo sin más, era la que menos pena tenía.


Las caras de sus compañeros fueron todo un poema, casi les hacía soltar una carcajada.


- ¿Pero qué…?- Su pregunta fue cortada, esta vez fue la novia del capitán quien hablo.


- seme es el activo, también conocido como el que la mete. El uke es por otro lado, a quien se la meten.


La perturbación se hacía cada vez mayor, mucho más cuando les explicaron finalmente por qué era la pelea, haciendo que el rubio se pusiera pálido antes de desmayarse para al reaccionar, golpear sin descanso un perturbado Ussop.


- ¿Y tan importante es eso?- Luffy ladeo su rostro, no entendiendo por qué discutían por los roles.


- ¡Por supuesto!- Le gritaron ambas a la vez, con una mirada amenazadora.- ¡Eso lo define todo!


- ¿Y no hay forma de que ambas estéis super de acuerdo?- El cyborg trataba de encontrar la solución, tomando una cola.


Ambas se vieron, no querían ceder pero tampoco era justo seguir con la pelea, lo sabían, además, extrañaban hablar con otra fujoshi.


- Quizás… ¿sukes?- La contraria no es que estuviera muy de acuerdo pero asintió, dando por terminada la guerra, ambas riendo mientras se abrazaban.


- ¡Pues decidido!


Con esto aclarado Robín sacó un pequeño cuaderno negro, apuntando algo con la aprobación de Nami, quien leía complacida lo que ponía.


- ¿Y eso qué es?- Zoro vio con desconfianza el objeto, un mal presentimiento.


- ¿Esto?- Levantaron el cuaderno.- Es donde apuntamos todas las parejas que nos gustan, incluso algunas parejas. Algunos de vosotros incluso estáis emparejados también, con su respectiva historia.- comentó mientras pasaba las páginas, poniéndolos pálidos al verlo, cada vez creían que estaban más locas.


- ¿En serio?- Las miradas se dirigieron al chico con el sombrero de paja.- ¡Cómo mola! ¿A ver?


Antes de que lo alcanzará los demás le pararon, alterados.


- ¡Quieto! No creo que quieras saberlo.


- ¿Por qué no?- Ladeo su rostro


- A saber lo que hay dentro.


Antes de que Luffy hablará, Robín guardo el cuaderno mientras ambas se ponían en pie.


- Si queréis saberlo podéis pedírnoslo, haríamos una lectura grupal


La sonrisa que ambas pusieron no les gusto a la mayoría, definitivamente no se acercarían al “Cuaderno de la muerte” aunque claro, se olvidaban de que tenían un hiperactivo y curioso capitán, a quien le había llamado la atención la obsesión de su amor. Definitivamente tenía que verlo, además, tenía curiosidad de si le emparejaban y si era así con quién.

Notas finales:

Bueno, espero que os haya gustado nwn. Quería mencionar que tengo en mente crear una continuación, una en la que Luffy tiene mucho que ver pero para ello necesito que me digáis cuatro parejas entre las que uno sea al menos alguno de los mugiwara, pero eso no sifçgnifica que todas las parejas lo sean.


Pido por favor, que si alguien se anima a pedirla para ayudarme a continuar la historia, tenga en mente que acabo de terminar de ver la parte de Thriller Bark.


Muchas gracias por su atención, ¡espero poder leerlos pronto!


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