Estoy sentado en esta cómoda y hermosa cama mientras veo hacia afuera por medio de las ventanas tratando de salir de mi estupor de esas dos noticias que me han dejado en shock hoy.
Si quieren entender que me pasa pues hay que volverse días atrás, en donde comienza el camino de mi nueva vida.
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Hace un mes.
Era de mañana y en cierto apartamento se veía a un chico corriendo de lado a lado buscando sus cosas ya que se habían levantado tarde y debía llegar temprano a su trabajo.
Yuuri Katsuki era el chico que iba saliendo del apartamento y corriendo hacia donde comenzaría su nuevo trabajo.
Llegó al enorme edificio y se topó con su amigo Otabek Altin.
—llegando tarde el primer día Yuuri.
—Gomen Ota, el despertador se descompuso y cuando me di cuenta ya era tarde.
El contrario sonrió un poco.
—no te preocupes, todavía quedan cinco minutos antes de que sean las 8... ven vamos a que conozcas donde trabajaras.
Los dos caminaron tranquilamente mientras el más alto le iba enseñando las instalaciones al japonés.
Al llegar al último piso Otabek le enseñó el escritorio que ahora sería su lugar de trabajo.
—muy bien Yuuri este es tu escritorio, lo puedes acomodar como tu quieras... el jefe todavía no ha llegado así que no lo conocerás por el momento, eres su secretario personal así que no me falles.
—claro que no Ota, gracias a ti es que ahora tengo este trabajo.
—por que se lo excelente que eres trabajando y se que no harás nada malo.... por ahora Bienvenido a Nikiforov Company.
—gracias! Daré todo de mi.
—esa es la actitud que todo empleado debería tener.
Hablo una tercera voz logrando que los dos se dieran vuelta y se encontrarán con un hombre peligris, de ojos celestes, con un traje que lograba verse que tenía bien cuerpo.
—Viktor llegas tarde.
—me costó levantarme Otabek.
El último soltó un suspiro hondo y volteó a su amigo.
—Yuuri te presento Viktor Nikiforov, el jefe.
El pelinegro de anteojos se sintió intimidado pero respiro clamando su alocado corazón e hizo una pequeña reverencia.
—mucho gusto, soy Katsuki Yuuri, estoy a sus servicios.
—el gusto es mío... ¿Por qué haces esa reverencia?
—el es japonés Viktor.
—ya veo, al parecer viniste hasta Rusia sólo a trabajar ¿Por qué?
— ah bueno, el negocio de mis padres no ha prosperado mucho así que yo decidí trabajar para poder ayudarlos pero no logré encontrar trabajo en Japón.
—yo me encontré con el cuando fui de visita y se como es el de aplicado, por eso fue que te lo recomendé Viktor.
Ayudó Altin a su amigo.
—hmmm bueno veremos que tan bueno eres.
Viktor sonrió y entró a su oficina.
—Yuuri una cosa más, si ves alguna secretaria, o cualquier mujer o hasta un Doncel entrar ahí y escuchar sonidos, es normal... Viktor es un seductor de primera y todos caen a sus pies.
—está bien, gracias por decírmelo.
—si me necesitas yo estaré en la oficina de aquel lado, cualquier consulta no dudes en preguntarme.
Dijo para después irse a su oficina y dejar que Yuuri se acomodara con tranquilidad