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La mágica vida de los hermanos Lecter por Omega Lucy

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Notas del fanfic:

Aclaraciones: ¿Cómo están? Creo que hacía mucho quería hacer un crossover con el universo mágico de J.K. Rowling, pero quiero decirles que aunque manejaré este mundo, no tendrá nada que ver con la historia de Harry (sin Voldemort, sin un elegido, etc). Mantendré personajes de la saga de Rowling como los profesores de Hogwarts o algunos otros muy secundarios, no tendrán mayor relevancia, digamos que solo harán cameos. En mis advertencias hay Ooc, pero me esforzare lo más posible en mantener sus personalidades y características originales, y solo hacer los cambios necesarios. No los molesto más, que disfruten~

 

El día que Mischa recibió por fin su carta de ingreso a la escuela Hogwarts de magia y hechicería, el más feliz en aquella gran casa era Hannibal, porque su hermanita estaría por fin cerca suyo todo el año y no solo en las vacaciones como lo habían sido los dos últimos años desde que ingresó a la escuela. Mischa había mostrado dotes para la magia desde pequeña como todos en su familia, era evidente que se convertiría en una magnifica bruja en un futuro tal como lo había sido su madre. Su tío se ocupó de enviar una lechuza con la afirmación de que Mischa asistiría a la escuela de magos, las semanas siguientes pasaron muy rápido y llegado agosto se planeó la ida al callejón Diagon.

 

—Ayer estuve en Gringotts y aproveché para hacer un retiro, así podemos ir directamente a comprar los útiles que necesitas Mischa—empezó a decir Robertas mientras miraba la lista de libros de primer curso y materiales que le pedían a su sobrina.

—No me molestaría usar los libros de mi hermano, tío—aclaró la niña de diez años y cabellos rubios que caían sobre sus hombros, estaba feliz de por fin poder estudiar junto a su hermano mayor y como su cumpleaños era en los primeros días de septiembre, no había problema en que comenzara ese mismo año.

—¿Estás segura de que no quieres libros nuevos? —La voz de Hannibal captó su atención, desde la trágica muerte de sus padres era poco común escucharle hablar, pero cuando se trataba de su hermanita parecía haber una gran excepción.

—Si lo estoy, estaré bien con esos—asintió sonriendo. El rubio de trece años apoyó su mano en sus cabellos y los acarició un poco.

—Aunque no necesites comprar libros, hay muchas otras cosas que necesitas, por ejemplo lo más esencial de todo: una varita—prosiguió su tío doblando el pergamino con la lista de útiles—. Mañana mismo iremos al callejón Diagon para ocuparnos de esto. Además, de todos modos debemos ir a Flourish y Blotts, Hannibal y Chiyoh si necesitan libros nuevos—comentó esta vez revisando la lista que había recibido el mayor de sus sobrinos. 

 

Robertas se retiró del gran salón para ir a comunicarle a su esposa la salida del día siguiente, dejando los menores en soledad.

 

—¿El señor Robertas te firmó el permiso para ir a Hogsmeade? —La primera en hablar fue Chiyoh. La bruja de origen japonés había vivido allí desde que llegaron hacía cinco años, cuando los señores Lecter fueron asesinados por un grupo de magos, la mayoría de ellos cumplía una condena en Azkaban, pero otros seguían libres y eran un gran peligro no solo para la comunidad mágica sino también para los muggles.

—No, aun no le he dicho que podemos salir este año del castillo—respondió mirando a su hermana menor—, pero no lo considero muy importante, preferiría pasar tiempo con Mischa que en Hogsmeade.

—Hermano no digas eso, seguro será divertido que vayas junto a Chiyoh.

 

Solo por la petición de su hermana, Hannibal accedió y durante la cena le comunicó a su tío sobre el permiso de salida que debía firmar para salir a Hogsmeade algunos fines de semana. Al día siguiente los cinco miembros de la familia se trasladaron al callejón Diagon por medio de la red flu, siendo su primera parada Ollivanders. Murasaki, Chiyoh y Robertas se quedaron afuera esperando, solo Hannibal entró junto a su hermana a la tienda ya que en esta no había mucho espacio para que todos entraran.

 

—Esperaba verla pronto señorita Lecter—comentó el vendedor de varitas mientras revisaba entre las amontonadas cajas alargadas—. El tiempo pasa muy rápido, parece que ayer había venido su hermano a buscar la suya—prosiguió mientras agarraba una caja y tomaba la varita de su interior para entregársela.

 

Una simple sacudida bastó para comprender que no era para ella y por eso, el señor Ollivander debió buscar alguna otra. Se tomó su tiempo, pero regresó con una nueva caja y una varita que llamó mucho la atención de la niña.

 

—No esperaba que a usted le correspondiera una varita como la de su hermano, por supuesto—habló de nuevo entregándole la varita— fibra de dragón y olmo, una combinación muy peculiar, ¿cómo le va con su varita señor Lecter?

—Muy bien, no he tenido ningún problema con ella—contestó de forma cerrada, no quería ser tan comunicativo. Se fijó en su hermana y cómo reaccionó la varita ante su toque, la expresión de Ollivander demostró que al parecer era la correcta.

—Interesante, cedro y núcleo de pluma de fénix, muy interesante—Ollivander guardó la varita en su caja.

—¿Por qué es interesante, señor? —Preguntó con curiosidad Mischa mientras veía a su hermano sacar el dinero para pagarla.

—Podría decirse que tiene una varita muy leal señorita Lecter, una varita que estará dispuesta a ayudarle siempre y a convertirle en una gran adversaria, por no decir temible, pero eso también dependerá de usted.

 

Al salir de Ollivanders, se dirigieron a la tienda de libros Flourish y Blotts, donde compraron los libros de tercer año para Chiyoh y Hannibal. Este último se paseaba por las estanterías hasta dar con un libro en concreto, como era de esperar el lugar estaba lleno de personas comprando libros para el pronto inicio de clases, así que debió detenerse en la larga fila para esperar.

 

—Hannibal—la voz de su amiga japonesa captó su atención—¿Qué haces aquí? El señor Robertas y lady Murasaki están más adelante.

—Estoy bien aquí, solo quiero llevar algo por mi cuenta—respondió mirando a su alrededor aunque era difícil ver mucho con tanta gente—¿Dónde está Mischa? —Preguntó al no verla ni con sus tíos ni con su amiga.

—Dijo que quería ver los libros sobre adivinación—señaló al fondo de la tienda, la cual tenía estantes con libros especializadas en tal área—, le sugerí que no creyera mucho lo que dicen.

—¿No crees en la adivinación? —Preguntó logrando ver a su hermana paseándose por aquellas estanterías.

—Solo sé que no escogeré Adivinación para este año, dicen que la profesora de esa materia está desquiciada.

—No hables mal de alguien que no conoces, Chiyoh—le regañó aunque no mostraba gran severidad en su voz, solo se mantenía observando a su hermana.

—Solo es lo que dicen los de años superiores—dirigió su mirada en la misma dirección que la del rubio, pero no dio con Mischa sino con alguien diferente—¿Ese no es Graham?

 

La mirada de Hannibal se desvió de su hermana y aunque le costó un poco logró distinguir al chico castaño que miraba una de las repisas, tal vez evaluaba la posibilidad de elegir Adivinación, en realidad lo sentía muy seguro, la legeremancia era un don que había desarrollado desde pequeño, pero sentía que era grosero indagar en la mente de otros sin su pleno consentimiento así que se abstenía de hacerlo. Will Graham era un mago de su misma edad, cuya característica más llamativa a su parecer era el hecho de ser hijo de muggles, alguien que vulgarmente sería llamado un “sangre sucia”, por supuesto él jamás usaría un adjetivo tan denigrante para llamarle, incluso cuando él y Will Graham no congeniaban.

 

—Hannibal, Chiyoh—Murasaki se les acercó, ya habían enviado los paquetes con los libros a la mansión—¿Y Mischa? Aún hay más cosas que comprar.

—Quiero pagar un libro.

—¿Por qué no lo hiciste cuando estábamos adelante? —La mujer dejó salir un leve suspiro—Iremos a comprar un caldero para Mischa, les esperaremos en el negocio de los calderos—se adelantó junto a su esposo.

 

Mientras Hannibal y Chiyoh seguían en la fila para comprar el libro, Mischa seguía mirando los libros sobre adivinación, se le hacían un poco curiosos que la mayoría solo hablaba de malos presagios y como saber cuándo la muerte estaba cerca. Decidió que mejor regresaba con su hermano, sabía que solía preocuparse demasiado por ella. Dejó el libro que hojeaba y se dispuso a ir con Hannibal cuando una de las personas que ahí estaba le chocó con cierta brusquedad, esperó alguna clase de disculpa, pero aquel chico solo le miró un momento antes de seguir su camino.

 

—Pero que maleducado—murmuró para sí, viendo a aquel sujeto castaño ir hacia donde ella estaba antes. Decidió solo ignorarlo y proseguir, aunque le asustó no ver a sus tíos, por suerte logró dar pronto con su hermano y Chiyoh—¿Y el tío Robertas y la tía Murasaki?

—Nos esperan en el negocio de calderos—respondió la azabache, ya habían pagado por el libro.

—Lo siento, me entretuve mirando unos libros—se disculpó pensando que se habían retrasado por ella.

—Te compré algo—Hannibal le entregó el libro envuelto. Mischa lo agarró casi de inmediato, sonriendo feliz a su hermano mayor antes de quitar el envoltorio.

—Pero hermano, tú tenías este…

—Quería que tuvieras uno nuevo al menos.

 

La menor de los Lecter volvió a envolver su ejemplar de Animales fantásticos y donde encontrarlos de Newt Scamander y los tres salieron juntos de Flourish y Blotts. Cuando se reunieron de nuevo con sus tíos, siguieron moviéndose por el callejón comprando otros materiales de necesidad para los menores, cuando salieron por fin de Madame Malkin: Túnicas para todas las Ocasiones, las compras estaban casi terminadas.

 

 —¿Por qué no vamos por un helado a Florean  Fortescue? —Propuso el señor Robertas cuando enviaron las bolsas con las túnicas a casa.

—Eso estaría genial tío—asintió la más joven muy feliz con la idea—¿Puedo pedir de dos sabores?

—Claro que si—asintió enternecido por esos ojos brillantes—. Murasaki llévalos por favor, los alcanzo en un momento.

—Por supuesto querido—asintió y se alejó con los tres hacia la heladería, por suerte había una mesa libre donde se sentaron y ordenaron lo querían.

—¿A dónde habrá ido el tío Robertas? —Dijo Mischa mirando hacia las tiendas que había cerca.

—Me pareció que entró al Emporio de las lechuzas—respondió la menor de las asiáticas—, pero puede solo ser idea mía.

 —Creo que no te equivocas Chiyoh—Murasaki se fijó en como su esposo volvía con una jaula en la cual había una lechuza completamente blanca.

—Espero que te guste Mischa, tu hermano tiene un hurón y Chiyoh un sapo, es hora de que alguno de ustedes tenga una lechuza—por la expresión de felicidad de su sobrina, supo que había dado en el clavo.

—¡Me encanta! ¡Es preciosa, tío! ¡Gracias! —Exclamó mirando al ave muy emocionada, no solo a Robertas le gustaba ver a Mischa tan contenta, su felicidad era algo que a Hannibal le bastaba para sentirse bien.

 

Llegado el día de la partida a Hogwarts, los cinco miembros de la familia Lecter se encontraban ya en la estación de King’s Cross. Los tres jóvenes empujaban los carritos con sus respectivos baúles y las jaulas de sus mascotas hacia el muro entre los andenes 9 y 10, llegando así al andén 9 ¾ donde el expreso de Hogwarts esperaba.

 

—Hannibal cuida mucho de Mischa, es una pena que no podamos pasar su cumpleaños con ella, pero estoy seguro que deseabas ya pasar ese día con tu hermana—le decía su tío mientras le ayudaba a subir su baúl—. Escriban seguido, Mischa no te preocupes si no quedas en la misma casa de tu hermano, eso no cambiará nada.

—Pero lo más seguro es que quedes en la casa de Slytherin—intervino Murasaki—, después de todo, todos los Lecter han acabado allí.

—Sí, es como una tradición familiar, pero eso no define nada, así que no pienses en eso—prosiguió su tío antes de abrazarla—Que tengan un buen viaje, cuídense mucho.

 

Los tres se despidieron y terminaron de subir al tren en el cual buscaron un compartimento donde acomodaron sus baúles y tomaron asiento. Desde la ventana pudieron ver a sus tíos entre la multitud de padres y tutores que se despedían de sus hijos y les deseaban un buen viaje y un buen año escolar. Los tres se despidieron desde la ventana y solo se acomodaron bien cuando el tren se alejó por completo de la estación y ya no se veía nada de la misma.

 

—¿Estás emocionada? —Preguntó Chiyoh a Mischa, quien acariciaba el plumaje de su lechuza con suavidad, esta se dejaba hacer muy a gusto.

—Mucho, me leí alguno de los libros de mi hermano mientras ustedes estaban en clases, también mi tío me prestó unos cuantos, quería estar preparada para este año—respondió buscando uno de los dulces para lechuzas.

—Entonces estarás preparada para muchas cosas, podrías practicar algunos hechizos simples—le sugirió su hermano.

 

Por un rato Hannibal le ayudó a practicar hechizos muy simples, cuando el carrito de dulces pasó el rubio compró algunas golosinas para su hermana y Chiyoh, no era de comer mucho a menos que su hermanita insistiera demasiado, de ese modo fue que cedió a comer al menos una rana de chocolate. Se entretuvieron un poco, a Hannibal le gustaba tanto viajar con su adorada hermanita, allí, ya no tendría que esperar a la navidad o al verano para poder verla.

 

—Creo que ya es hora de que nos cambiemos—sugirió Chiyoh mirando como el sol se estaba poniendo, no debía faltar mucho para que llegaran a la estación en Hogsmeade.

 

Al llegar a la estación de Hogsmeade, Mischa debió separarse temporalmente de su hermano y Chiyoh, después de todo, los de primer año daban un paseo por el lago hasta el castillo guiados por el guardabosques, el resto iban en carretas hasta allí. Al llegar al castillo, fueron recibidos por la profesora Minerva McGonagall, la cual les dio una breve explicación sobre el proceso de selección y seguidamente pasaron al Gran comedor.

 

—A medida que les llame, se acercarán, les pondré el sombrero seleccionador y sabrán a que casa pertenecen— anunció la profesora desenrollando un pergamino en el cual estaban los nombres de todos. Mischa se fijó en el mesón donde estaban sentados los de Slytherin sin prestar mucha atención a los que estaban llamando en ese momento, sonrió a su hermano antes de mirar de nuevo a la profesora—Raymond Clever.

 

Mischa se fijó en el niño que fue a sentarse en el banco, no tenía nada de llamativo, pero aun así el sombrero se tomó su tiempo antes de por fin tomar una decisión y enviarlo a Hufflepuff. La mesa de dicha casa estalló en aplausos de emoción al tener un nuevo miembro, el chico rápidamente fue a su nueva mesa donde fue bien recibido por todos.

 

—Francis Dolarhyde—al escuchar el nombre del siguiente niño, de nuevo todos guardaron silencio. Esta vez al banco se acercó un niño un poco más alto que los otros, tenía el pelo castaño oscuro y una curiosa deformación en su labio superior; se notaba mucho más cohibido que los que ya habían pasado.

—¡Slytherin! —Gritó el sombrero después de meditarlo unos segundos. La mesa estalló en aplausos asustando un poco al niño que se bajó del banco y se dirigió a la mesa, algunos miembros le saludaron y le dieron la bienvenida, Francis apenas correspondió a los saludos antes de mirar de vuelta a los que aun esperaban.

—Aún faltan varias letras para la “L”, Hannibal—susurró la asiática escuchando a la mesa de Gryffindor aplaudir cuando una niña que se unió a su casa, el rubio parecía muy ansioso por ver a su hermana pasar. Y así nombraron a otros tantos niños hasta llegar a ella.

—Mischa Lecter—de nuevo el silencio inundó el Gran comedor cuando la niña rubia subió hasta el banco y le colocaron el sombrero.

—Oh, otra Lecter—comentó el sombrero de modo que solo Mischa le escuchaba—¡Ravenclaw!

 

La mesa de dicha casa empezó a aplaudir con emoción, pero Hannibal no era capaz de escucharlos, estaba ido intentando procesar aquello ¿Mischa no había quedado en Slytherin? ¿No estaría con él en su sala común por las noches? ¿Qué tan a menudo podría verla aunque estuvieran en el mismo lugar?  Mientras Mischa bajaba sonriente a saludar al resto de Ravenclaw, Hannibal solo era capaz de sentir un nudo en el estómago.  

 

—Bienvenida Mischa—le saludó una chica de facciones asiáticas y largo cabello negro—Soy Beverly Katz, estoy en segundo año.

—Mucho gusto Beverly—saludó estrechando su mano así como la de otros compañeros, entre ellos uno de los prefectos. Nombraron a unos cuantos niños más, pero Mischa solo intentaba mirar hacia la mesa de Slytherin, le preocupaba que su hermano no tomara bien aquello

—James Price—volvió a hablar McGonagall luego de otros aplausos. El niño mencionado subió y tomó asiento permitiendo que le colocaran el sombrero.

—¡Ravenclaw!

 

De nuevo la casa de Ravenclaw estalló en aplausos, Mischa se unió a ellos saliendo de sus pensamientos sobre su hermano mayor, esperaba poder hablar con él después. Aquel niño tomó asiento junto a ella, tenía el cabello entre rubio y castaño, al igual que todos parecía más relajado ahora que estaba en una casa; Lecter le saludó con una dulce sonrisa, él le devolvió el saludo y al resto de sus compañeros. Volvieron la vista de nuevo al siguiente niño, era idéntico a James Price y de hecho tenían el mismo apellido, Mischa supuso que eran mellizos, aunque el sombrero lo envió a Hufflepuff. Al menos no era la única que era separada de su familia.

 

—Clarice Starling.

 

Mischa se quedó mirando a la niña que subía al banco. Tenía el pelo rojo y a diferencia de la mayoría no se veía muy nerviosa, en realidad parecía más determinada que cualquiera de los que había pasado por el sombreo seleccionador.

 

—¡Gryffindor!

 

Se quedó viendo como la pelirroja caminaba hacia la mesa de Gryffindor, si lo pensaba de ese modo si tenía “cara de Gryffindor”, por lo que había leído sobre dicha casa por supuesto. Pero no podía juzgar a alguien por su casa o sin siquiera saber nada de ella, lo mejor era intentar socializar un poco después, aunque no veía que podía tener de especial ella.

 

—Randall Tier—un niño de pelo castaño oscuro se movió del reducido grupo de alumnos y tomó asiento en el banco. La profesora McGonagall le colocó el sombrero y pareció tomarse más tiempo que con cualquier otro para decidir.

—¡Gryffindor!

 

A pesar de que los aplausos se mantenían tan fuertes como al inicio, muchos ya se estaban aburriendo pues aquello estaba tomando mucho tiempo, aunque solo quedaban tres niños esperando a ser llamados, muchos ansiaban que el sombrero los eligiera rápido. El siguiente de ellos fue enviado a Slytherin y la mesa donde estaban Hannibal y Chiyoh volvió a aplaudir.

 

—Margot Verger—la penúltima en subir era una niña realmente hermosa para su edad, llamaba la atención muy fácilmente. Mischa sonrió un poco, conocía a esa niña, había ido a su casa el verano anterior, su hermano también estudiaba en Hogwarts y estaba en la misma casa de Hannibal, aunque a su hermano no parecía agradarle mucho, por suerte Margot no era nada como Mason.

—¡Ravenclaw!

 

Cuando el sombrero anunció que estaba en su misma casa, aplaudió realmente feliz y no dudó en saludarle cuando se acercó a la mesa. Margot sonrió feliz de verle, saludándole, luego a Jimmy, que como muchos otros niños no pudo evitar quedársele viendo demás y luego al resto. Algo que Mischa había escuchado de su tío era el hecho de que Margot Verger era una veela por herencia de su madre y había leído que esa era la razón de su distinguida belleza.

 

—Brian Zeller—por fin pasó el ultimo niño.

—¡Ravenclaw!

 

Al ser el último aplauso, fue incluso más fuerte que los anteriores. El azabache tomó asiento junto a Margot y desde allí recibió la bienvenida del resto de su nueva casa. Cuando retiraron el banco y el sombrero seleccionador, el director dio un pequeño discurso antes de por fin dar inicio al banquete. Para los nuevos fue impresionante ver como la comida apareció en los mesones y de inmediato todos comenzaron a comer.

 

—Cuando te vi pensé que quedarías en Slytherin con tu hermano—comentó Margot mientras comía un poco de puré de patatas.

—Yo creí lo mismo—contestó la rubia agarrando una de las alitas de pollo—¿Tus papás se molestaran por eso?

—Sé que papá se enojara—aquello le desanimó un poco, pero prefirió dejarlo de lado—¿El otro Price era tu hermano? —Decidió cambiar de tema y hablar con Jimmy.

—Así es, somos mellizos, pero no somos muy parecidos que digamos—contestó antes de beber un poco de jugo de calabaza.

—¿De que hablas? —Intervino Brian—¡Son iguales! Si ambos estuvieran en Ravenclaw no los podría diferenciar.

—Que grosero eres—reprochó Price aunque las dos niñas se rieron—¿Ustedes tienen familia aquí?

—Mi hermano mayor está en tercero, pero él está en la casa de Slytherin—respondió Mischa intentando mirar hacia tal mesa, su hermano era un poco obstinado para comer, esperaba que se alimentara un poco.

—Mi hermano igual—habló Margot—, pero me alegra haber quedado en una casa diferente, sé que mi padre se molestará, todos los Verger quedan en Slytherin, pero no quisiera estar tan cerca de mi hermano.

—Debe ser muy malo para que digas eso—dijo Brian haciendo una ligera mueca.

—Los Verger son de gran influencia en el mundo de los magos porque se especializan en la cría de criaturas mágicas para la creación de varitas mágicas—a la conversación se unió Beverly, la niña de segundo año.

—Excepto de dragones, son muy complejos de manejar—confirmó la veela—, papá ha querido unirse a la cría de dragones, pero se requieren demasiadas medidas de seguridad, es más simple criar fénix y unicornios para creación de varitas mágicas.

—¿Están asociados con Ollivanders? —Preguntó Beverly con sorpresa.

—Así es y con otros fabricantes de varitas.

 

Luego de un rato, los platos casi vacíos desaparecieron y dieron paso a una gran variedad de postres. Mischa comía un poco de pastel de chocolate, aunque seguía mirando de vez en cuando a la mesa de Slytherin, estaba preocupada por él y sabía que al menos por esa noche no podrían hablar, aunque esperaba que su hermano hiciera uso de su legeremancia y en su mente viera que estaba bien y que quería que él estuviera bien.

Terminado el banquete, el director dio un último discurso y advirtió que nadie debía acercarse al bosque prohibido. Los primeros en ponerse de pie fueron los prefectos, llamaron a los de primer año y los guiaron a donde quedaban sus respectivas salas comunes. Los de Ravenclaw, fueron guiados a una torre en el ala oeste del castillo ya que allí se encontraba su sala común; una vez allí, el prefecto les dijo que sus cosas ya estaban en las habitaciones e indicó de qué lado iban los niños y a qué lado iban las niñas.

 

—Buenas noches, hasta mañana—se despidieron Mischa y Margot antes de ir al dormitorio de chicas. Como les habían dicho, allí estaban ya sus cosas, incluida la lechuza de Mischa.

—Que hermosa lechuza, ¿cómo se llama? —Preguntó Verger acercándose a la jaula del ave.

—Se llama Snow, me la regaló mi tío—respondió sonriente al ver a su lechuza, parecía agradarle Margot.

—El nombre le queda muy bien.

 

Luego de un rato las dos se acostaron a dormir como el resto de sus compañeras, había sido un día muy largo.

Continuará…

Notas finales:

Me ha quedado bien largo, esto es raro para mí (¿?) Espero que les haya gustado este primer capítulo, que lo siento más como una introducción de personajes, pero en fin. En serio espero no tardarme mucho con el siguiente capítulo, no creo que el siguiente sea igual de largo, advierto que dar saltos de tiempo así que estén al pendiente. Como dije al inicio, me esforzare por mantener a los personajes como son, solo cambiaré lo estrictamente necesario. Nos leemos :D


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