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The Letter por Casiopea

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Habían discutido.

Por una tontería, o por algo grave, la verdad es que ya ni recordaba el motivo. Pero se habían gritado, habían intercambiado miradas llenas de reproche y de rencor. Nunca de odio. No de odio al completo, porque ninguno de los dos se atrevía a lanzar ese tipo de mirada al otro. Pero recordaba exactamente las palabras y los medio-insultos que le había dicho. Él sabía que no se había quedado corto a la hora de dejar fluir su lengua. Porque se conocían. Llevaban demasiado tiempo juntos. Demasiado. Y desgraciadamente sabían en qué herida hundir el dedo. Sabían qué era exactamente lo que tenían que decirse, lo que gritarse o lo que debían solo dejar entrever para hacerle un profundo daño al otro.

No era sorprendente, de hecho, ya estaba acostumbrado.

Tal vez, ese era el problema. Que las peleas ya se habían vuelto una rutina en su día a día. Y no sabía que era peor, cuando miraba a su alrededor en el camerino vacío, o cuando veía como la gente desaparecía del pasillo cuando detectaban que ellos estaban enzarzados en una acalorada discusión, cuando sus compañeros intercambiaban suspiros resignados, no sabía si era peor que las discusiones estuvieran dentro de su rutina, o dentro de la rutina de todos.

Creo que deberíamos romper.

Sintió que la sala del vestuario se heló. Realmente pudo sentir como la temperatura baja varios grados, a pesar de haber sido él mismo el que había dejado escapar la frase.

- ¿Me vas a dejar?

Era el tono de voz, entre el reproche y el dolor, lo que le afectaba tanto. Porque tiraba más hacia el reproche.

Lo había estado pensando mucho tiempo, lo había consultado con mucha gente. Gente cercana y gente no tan cercana, solo porque quería saber varias opiniones desde diferentes puntos de vista. Y cuando preguntaba y todos le decían los mismo - 'Deberíais dejarlo' '¿Por qué no os dais un tiempo por separado? 'Pasáis demasiado tiempo juntos'- él no sabía si sentirse aliviado por llegar a la misma conclusión que toda la gente, o sentirse desilusionado, porque, ha pesar de todo, le amaba y una parte de él no quería dejarle.

- Es lo mejor.

- ¿Lo mejor para quién?

- Para los dos.

Levantó la mirada, solo para saber cómo era su expresión. Tenía el ceño fruncido, los labios apretados y el cabello que tanto se había esforzado en arreglar los peluqueros ahora estaba totalmente despeinado. Le miraba con fijación. Y no supo en qué momento exacto, o qué fue realmente lo que le dio la señal, de que Minho estaba reprimiendo el llanto. Tal vez eran sus ojos demasiado brillantes. Aún así, a pesar de la tensión y el desasosiego de la situación, no pudo evitar sorprenderse, porque normalmente Minho no lloraba. Nunca. En ninguna de sus discusiones había derramado ni una sola lágrima, mientras él no había parado de sollozar en cada una de ellas. Y era sorprendente que, justo en esa ocasión, Minho estuviera a punto de llorar mientras él sentía sus ojos completamente secos.

- ¿Es lo que realmente quieres?

Esta vez, la pregunta le afectó más, porque el tono tiraba más hacia el dolor.

Apartó los ojos de él, mirando como la ropa estaba desperdigada en sillas y sobre la mesa. Como incluso el teléfono de Taemin estaba olvidado en una de las sillas por lo rápido que había salido de la sala cuando la discusión empezó a brotar entre los dos. Recordó todas las palabras hirientes que se habían dicho en los últimos meses, toda la tensión que habían acumulado y la que habían contagiado a los demás. Recordó que había llegado a un punto en que ya no le aparecía ir a trabajar, ya no le hacía ilusión subirse a un escenario porque siempre terminaba en tragedia. Todas las noches en vela, todo el temor de me va a dejar, el alivio de la reconciliación que cada vez duraba menos. Recordó los celos, los granos de arena que de repente se convertían en montañas, las discusiones tontas que siempre terminaban en llanto.

Recordó lo cansado que estaba de eso.

Es lo mejor. Se recordó.

- Sí.

*****

Tenía problemas de sueño, y no debería estar tomando café, pero lo hacía de todas formas.

Un mal más o un mal menos. Qué más da.

¿Cuándo empiezan tus conciertos, hyung?

Levantó la mirada del vaso de papel que tenía en la mano y se fijó en como Taemin se comía un bollos de esos rellenos de crema y cubiertos de chocolate. A su dietista le daría un ataque al corazón solo de verlo.

- El mes que viene.

- ¿Me enviarás una entrada?.- Jonghyun asintió sin prestar mucha atención.

Sus conciertos. La garganta se le hizo un nudo. Casi se había olvidado de la pequeña gira que tenía como solista. A decir verdad, casi se le había olvidado el mundo entero si no fuera porque su mánager se había cansado de las absurdas excusas y lo había sacado casi a patadas de su casa, obligándole a dejar su auto-compasión para otro momento en el que tuviera tiempo, ahora tenía que trabajar. Jonghyun sabía que su jefe tenía razón, que tenía que ser un poco más profesional y maduro y afrontar las cosas con entereza. Pero no podía. La calidez de su cama y la compañía de sus lágrimas era más reconfortante que cualquier otra cosa. Incluso había evitado pasear por su casa vacía y casi deshabilitada. Como él. Vacío y solo.

A Jonghyun no le había dado tiempo de digerir nada. Apenas habían terminado la discusión, Minho había cogidos sus cosas del set de grabación y se había esfumado como el humo. Él había supuesto que iría a casa de alguien. Porque cuando discutían Minho siempre huía a casa de algunos de sus amigos, los cuales luego estaban llamando a su puerta con una mirada rencorosa, pidiéndole explicaciones de qué había pasado con su novio. Como si les importase a los malditos imbéciles. Pero esa vez había sido diferente, y cuando Jonghyun volvió a la casa que compartía con Minho, la encontró vacía y silenciosa. Como los armarios. Como el baño, o el salón. Todo estaba vacío. Al menos para Jonghyun, porque aunque sus cosas seguían intactas, las cosas de Minho ya no estaban.

Entonces un balde de agua congelada le cayó encima.

Ellos habían roto.

Ya no había una relación por la cual discutir, ni pelear. Ni amar. Ya no había nada entre ellos.

Con el paso de los días, se había dado cuenta de que aunque no hubiera nada entre ellos, Jonghyun todavía guardaba demasiado de esa relación. Demasiada tristeza, demasiadas fotografías y recuerdos, demasiadas canciones a medio escribir. Demasiadas costumbres y manías. Demasiado resentimiento y añoranza. Demasiado Minho en su vida como para que ellos ahora no fueran nada.

¿De qué color vas a teñirte el pelo?

Parpadeó suavemente, miró a Taemin que se comía su tercer bollo, y luego fijo la vista en el espejo frente a él, deteniéndose cuando la figura de Minho estuvo al alcance de sus ojos. Su ex-novio sonreía mientras hablaba por teléfono, caminaba de aquí para allá, sin prestar atención a su alrededor. Como si Jonghyun no estuviera en la misma sala que él.

- De negro.- Taemin frunció el ceño

- Creía que no te gustaba ese color.

Jonghyun se encogió de hombros, apartando la mirada de Minho para concentrarla en el café en su mano, insípido y frío. Le entraron ganas de llorar.

- Quiero cambiar.

*****

El día de su primer concierto había llegado antes de lo que esperaba, y él apenas había conseguido dormir, pero no le preocupaba. Jonghyun había aprendido a funcionar con pocas horas de sueño.

- Uh, vamos a necesitar grandes cantidades de maquillaje para arreglar tu cara.

Escuchó la voz de Hye antes de poder enfocar su vista en ella. Pensó en poner una excusa. Una creíble. Pero su mente funcionaba a la mínima capacidad.

- He dormido mal.- Susurró con la vez demasiado pastosa.

- ¿Es por lo de Minho?

Se preguntó exactamente qué era lo de Minho. Jonghyun solo tenía problemas con lo de Jonghyun.

Los primeros días la tristeza era lo que más le había embargado. Se había dejado llevar por la culpa, por el ¿qué he hecho?, por las ganas que tenía de decirle a Minho que se arrepentía, que quería volver con él. Luego, pasados unos días para asimilar la situación y dejar de revolcarse en la pena, había observado al que fue su novio, tan campante, tan templado y normal que parecía mentira que ellos ya no estuviera juntos. Y Jonghyun se preguntó si romper la relación no era lo que Minho había querido desde hacía tiempo. La rabia fue lo segundo que sintió. Tan fuerte y tan mezclada con los celos cuando veía a Minho hablar juguetonamente con alguien delante suyo, que tenía que morderse los labios con fuerza y encerrarse en algún sitio para no ir a dónde estaba su ex y partirle la cara.

Luego la había alcanzado la soledad. Cruda y cruel. Sin anestesia. Justo donde más dolía. Había llegado en unos segundo, justo en el momento en el que Jonghyun volvió un día a su casa, y se sentó en un sillón que tenía frente a su chimenea. En silencio, sin nadie revoloteando a su alrededor. Jonghyun había observado la chimenea de mármol blanca con devoción. Le encantaba esa chimenea. La había adorado desde que le había instalado en su casa y se cerciorarse de que cualquier persona que entrase ahí pudiera admirar tal escultura arquitectónica. Pero en ese momento, se había dado cuenta de que casi se había olvidado de ella. Con el verano despuntando el cielo, la chimenea era casi inservible, y Jonghyun la había abandonado a un rincón en el fondo de su mente. Entonces se dio cuenta de que él era como ella. Un recuerdo olvidado. Algo que Minho había amado en demasía pero que en ese instante había relegado hasta encerrarlo en una pequeña cajita, al fondo de sus sentimientos, catapultada en una montaña de polvo.

Se sentía solo. Y Jonghyun no sabía cómo combatir contra la soledad. Así que estaba perdido.

- Jonghyun.- Parpadeó, llevando sus ojos hacia la chica que ahora intentaba cubrirle con maquillaje el exceso de cansancio en el rostro antes del concierto.- No sufras por eso, en el fondo has hecho lo mejor en dejarle.

Sí, lo mejor.

- Ya.

- Quiero decir... ¿Cuánto tiempo llevabais juntos? ¿Diez años?

- Doce.- Corrigió automáticamente. Casi trece.

- Eso. Doce años es mucho tiempo con la misma persona, apenas os conocisteis cuando erais unos críos y no sé... Te vendrá bien disfrutar un poco de la vida.

Jonghyun la miró durante unos segundos, a punto de decirle que él había disfrutado de la vida al lado de Minho, que era precisamente ahora cuando no lo estaba haciendo. Se mordió la lengua para no soltar una réplica y decirle que no necesitaba su opinión errada y llena de mierda. Pero se calló, porque sabía que en el fondo Hye no tenía la culpa, que en parte eso era culpa suya y todas las discusiones que había mantenido con Minho porque él siempre tendía a contarle a todo el mundo lo que estaba pasando en su relación, acudieron a su mente. No sabía cuándo su noviazgo se había convertido en algo de orden público, pero sabía que era su culpa.

Agradeció que las horas de su concierto pasasen rápido. Pasó por alto los elogios de su mánager, diciéndole que había estado genial con la canciones que llevaban un gran sentimiento, y él se atraganto para no decirle que si podía cantar con ese sentimiento desolador era porque, precisamente, se sentía desolado. Afortunadamente, más pronto que tarde ya se encontraba a sí mismo vestido con sus ropas de calle, dispuesto a volver a su casa, frente a su chimenea tan abandonada como él.

Hubiera sido así de no ser por la pequeña botella de cristal que había pues encima de la mesa donde dejaba sus cosas personales. Al acercarse, vio que la botella tenía un pequeño papel enrollado dentro.

- ¿Y esto?.- Preguntó.

Su mánager se encogió de hombros mientras recogía también sus pertenencias.

- Creo que es de una fan. Lo trajo alguien de seguridad.

Jonghyun pensó en dejarlo pasar, en llevarse la botella sin ni si quiera abrirla y dejarla en el cajón de su habitación donde guardaba todos esos regalos. Pensó incluso en tirarlo directamente a la basura. Pero algo le decía que lo abriera, así que sin darle demasiada importancia, sabiendo que ahí solo habrían frases de adoración platónica que tenían por él, desenrolló la pequeña nota que había dentro.

- ¿Jonghyun?.- Le llamó su mánager al verle soltar un jadeo, con los ojos fijos en la nota.

- ¿Minho ha estado aquí?

- No que yo sepa.- Contestó, algo aturdido.- ¿Por qué?

Jonghyun volvió a leer la nota, que no era un despliegue de palabras, pero tenían significado, y lo más importante, Jonghyun sabía que esa era la letra de Minho.

"Sonríe un poco. Pero un sonrisa de verdad, por favor. De esas que te hacen brillar más todavía.
Te amo."

Jonghyun sonrió y lloró al mismo tiempo.

*****

Jonghyun quería ver a Minho. No lo estaba pidiendo, ni ordenando o exigiendo. Solo quería verlo, así que no pensaba marcharse de ahí hasta conseguirlo. La persistencia siempre había sido su más molesta virtud.

- Jonghyun, por favor. Hace ya varias semanas que tú rompiste con él.- ¿Por qué eso le sonaba a reclamo?.- Solo, déjalo estar.

Nunca antes había odiado al mánager de Minho, como lo odiaba en ese mismo instante. Se cruzó de brazos molesto, frunciendo el ceño, sin saber porqué su puto mánager tenía que darle su puta opinión, que no necesitaba, en ese puto momento.

Estaba empezando a molestarse.

- Hago lo que me da la gana, y de lo que tengo ganas ahora es de verle, así que sacale de la maldita grabación durante cinco minutos.- Gruñó, fulminando con la mirada al hombre, dando un poco igual que estuviera parado en la recepción de los estudios donde Minho estaba grabando un drama y que todo el mundo que pasaba por ahí se lo quedaba mirando demasiados minutos como para ser normal.

Tal vez sí estaba exigiendo un poco.

- Minho no quiere verte ¿vale?.- Soltó a bocajarro, dejando a Jonghyun helado.- Así que por el bien de todos, supéralo ya.

Ese día, Jonghyun no supo que hacer. Se pasó todo el tiempo como si estuviera soñando despierto, con el cuerpo en un sitio y la mente en otro. Aún así, estúpidamente, cuando llegó la hora de su concierto, se asomó hacia donde estaban las gradas del público.

- ¿Buscas a alguien?.- Escuchó que preguntaban detrás suyo, con voz divertida. Negó.

Buscaba a Minho, pero no lo diría, porque en el fondo no tenía esperanza de encontrarlo, aunque antes de haber roto su relación, el moreno le había prometido que iría a todos y cada uno de sus conciertos, aunque fuera para esperarle en el backstage, y Jonghyun, todavía más estúpidamente, había creído que después de su nota, Minho realmente iría a sus conciertos.

Pero no era así, y Minho ni si quiera quería verle, como le había dicho su mánager esa misma mañana, y la esperanza que había mantenido en el fondo de su estómago le hizo revolverse.

Tenían razón, debía superarlo.

Había tenido una relación con Minho, era parte de su vida. Era. En pasado. Y como pasado, tenía que dejarlo atrás. Igual de atrás que Minho lo había dejado a él.

Apretó los ojos, y se esforzó, maldiciendo entre dientes, para no soltar ni una sola lágrima.

Durante ese concierto se esforzó en sonreír. No por lo que dijese la nota, se había dicho, sino porque quería que sus fans volviesen a ver al Jonghyun real, al que disfruta cantando.

Aún así, cuando el concierto terminó y vio una pequeña de cristal con una nota enrollada dentro, la felicidad y el aplomo se le escaparon de entre los dedos.  Ni si quiera prestó atención a la sonrisita de Hye ni a su mirada llena de picardía.

Abrió la botella con un gesto tembloroso, e intentó que su respiración no se descontrolase. Tal vez no era Minho, pensó. Tal vez era de alguna fan, o de alguien que trabajaba allí.

Se quiso convencer de eso mientras desenrollaba el papel.

Apretó la mandíbula y aguantó la respiración durante el segundo que le costó reconocer la letra de Minho. Era él, estaba seguro de eso. Habían escrito demasiadas canciones juntos como para que ahora no pudiera reconocer su letra.

Se preguntó a qué estaba jugando su ex, porqué le dejaba notas después de su concierto si luego no quería verle, no respondía a sus llamadas ni a sus mensajes. No lo entendía.

A pesar de eso, leyó la nota, se tragó las lágrimas y, al llegar a su casa, dejó la botella junto a la otra, encima del borde que sobresalía de la chimenea olvidada.

"Hoy me he enamorado más de ti."

**

"¿Recuerdas el día que te presenté a mis padres? Ese día que te presente no como 'Jonghyun, mi compañero' sino como 'Jonghyun, mi novio'. Me acuerdo lo nervioso que estabas, las horas que pasaste buscando información sobre cualquier deporte para tener tema de conversación con mi padre y con mi hermano. De lo orgulloso y emocionado que estabas cuando te aceptaron en la familia. Ese día te amé un poco más."

**

"A veces me he comportado con un capullo, ¿verdad? Lo siento por eso. Sinceramente, nunca he sabido al cien por cien cómo comportarme contigo. Como cuando nos conocimos y te tire sin querer un zumo por encima de tu camiseta. Tu no te lo tomaste a mal, incluso te reías, y yo estaba tan atolondrado que ni si quiera te pedí perdón. Lo siento por eso también."

**

"¿Te acuerdas de la vez que tuviste un accidente de coche y estuviste en el hospital? Es una pregunta tonta, supongo que sí lo haces. Duerme, un poco, por favor. Sé que estás cansado aunque lo disimules. No me gustaría tener que ir a visitarte otra vez a un hospital."

**

" Siempre me ha gustado oírte cantar. Es como transportarte a otra historia. A una vida que no es tuya. A veces me pregunto cómo todavía no te han hecho un día honorífico solo por tu forma de cantar. Aunque me gusta más oírte cantar en la ducha, cuando no te esfuerzas por afinar y sueltas pequeñas risas en cada estrofa."

**

"Hoy he comprado helado de vainilla, aunque no sé porqué, si ni is quiera me gusta. Supongo que me recuerda a ti. Muchas cosas me recuerdan a ti."

**

"Recuerdo la primera vez que te besé. ¿O me besaste tu a mi? Eso no lo recuerdo la verdad, ni si quiera me acuerdo de cómo fue el beso exactamente, pero si recuerdo lo inmensamente feliz que fui después. Ahora ya no me siento tan feliz, Jonghyun. No sin ti."

**

"Supongo que tenías razón. Lo de que era mejor dejar lo nuestro, digo. Hoy me he dado cuenta de que tengo demasiados defectos. Demasiados. No sé cómo me has aguantado tantos años. Tengo tantos defectos, que si decidieras volver conmigo, sería tan egoísta de decir que sí."

**

"Ni si quiera me he preguntado si estarás leyendo estás notas. Tal vez no, y estoy haciendo el ridículo. Tal vez las esté leyendo otro y estoy haciendo el ridículo por doble. Da igual. Prometí que estaría contigo en todos los conciertos y voy a hacerlo, de una forma u otra."

**

"Dentro de un mes es nuestro aniversario. No sé si seré capaz de afrontarlo solo."

**

"¿Eres feliz, Jonghyun? Espero que sí. Realmente espero que sí"

**

Estás haciendo un gran trabajo en el escenario, me siento tan orgulloso de ti. No tienes ni idea. También me he fijado que cada noche estás más alegre, y disfrutas más. Me alegro por eso."

**

No lo sentía realmente. Todas aquellas cosas que te decía cuando nos enfadamos. Nunca las sentí. Ahora, mirándolo fríamente, ni si quiera se porqué te las decía, porque intentaba hacerte daño en aquella época. Ahora lo siento tan lejano. Nunca quise herirte."

**

"Te echo mucho de menos."

**

"¿Por qué me dijiste que sí? El día que te pedir ser mi novio creía que me rechazarías. Todo el mundo lo creía. Pero dijiste que sí, sorprendiendo a todo el mundo. Sorprendiéndome a mi."

**

"La gente está de acuerdo contigo, dice que es mejor así, que estamos separados. Supongo que es porque ellos solo han visto la parte de afuera, porque si hubieran estado dentro de la relación, verían que se equivocan."

**

"Supongo que en todos estos días te has preguntado porqué hago esto, porque te envío estás notas y no dejo que te comuniques conmigo. Son mensajes en botella, Jonghyun. Pensamientos, deseos, esperanzas que escribes en un papel, los metes en una botella y los tiras al mar. No esperas que nadie te responda, solo que algún día, alguien lo lea y pueda llegar a entenderte. Solo espero que me entiendas"

*****

Volvió a leer la última nota, la enrolló y la metió otra vez en la botella. Casi que ya no le cabían en la repisa de la chimenea.

Ese día era su último concierto y estaba casi desesperado. Después de eso ¿qué? ¿Qué pasaría? ¿Minho querría hablar con él? Jonghyun estaba perdido. No sabía si Minho se estaba despidiendo definitivamente de él con todos eso mensajes, o si le estaba diciendo que quería que volvieran. Él lo único que sabía era que le echaba de menos, que quería a su novio de vuelta, que maldito el día en el que le pareció buena idea abrir la boca.

Ese mes no había sido fácil, y no sabía si era mejor estar deprimido, sentir solo o estar estúpidamente feliz de un momento a otro. Los altibajos que estaba teniendo esos días lo estaban volviendo loco. Cada vez que terminaba un concierto iba corriendo a su camerino, ansioso y casi desesperado por leer la minúscula nota de Minho ese día. Era casi patético, porque podía jurar que se había saltado el tempo de varias canciones por cantarlas demasiado rápido para terminar antes. Patético, patético.

Y luego cuando leía la nota, sonreía como si le hubiera tocado la lotería, completamente atontado y enamorado. Algunas veces lloraba de manera agridulce. Otra la melancolía era demasiado fuerte como para levantarse de la cama al día siguiente.

Minho le tenía en vilo, le tenía en una balsa en medio del océano totalmente a su merced. ¿Pero cuándo no había sido así? Su mundo siempre había girado alrededor de su novio. Todavía seguía siendo así, aunque la gente a su lado no lo notasen, ya que en esas semanas que habían pasado, la comidilla por su ruptura había desaparecido, y parecía que su antigua relación ya había dejado de ser interesante para el mundo.

Jonghyun lo prefería así, y cuando las esperanzas lo embargaban, y pensaba en que Minho y el podrían retomar su relación, se decía a sí mismo que esa vez no iba a dejar que nadie opinase de ellos, que en esa relación iban a ser ellos dos.

Si es que Minho decidía volver con él.

El estómago se le ponía del revés al pensar en una posible negativa, en qué tal vez el menor le dijese que, finalmente, él tenía razón y que era mejor estar separados.

Pensando en eso, en su malestar descorazonador, había decidido volver a intentar ver a Minho, aunque estaba casi seguro que no lo lograría, pero no iba a perder nada por intentarlo. Tal vez la paciencia, porque estaba empezando a ponerse nervioso en la recepción de los estudios.

- Solo serán cinco minutos.

- Creía que ya habíamos pasado por esta conversación, Jonghyun.

- Ya, pero mira... Si tú le dijeras a Minho que yo quiero...

- No, ¿vale?.- Cortó su mánager.- Está grabando, no puedo sacarle de ahí. Además, él no querrá salir.

Jonghyun resopló, haciendo que sj flequillo se elevase un poco. Desvío la mirada hasta el escritorio donde estaba una chica que recibía a la gente que entraba a los estudios de grabación, y de repente una idea le vino a la mente.

- Espera.- Le dijo al mánager. Se acercó en un segundo al mostrador, cogiendo un trozo de papel y un bolígrafo, garabateó rápido y con mala letra lo que quería decirle a Minho tan desesperadamente y se lo tendió a su mánager.- ¿Podrías darle esto, por favor?

- Jonghyun.

- Por favor.

Vio al mayor suspirar, coger el papel y sentir. Él pudo respirar tranquilamente por fin.

La calma le duró poco, y en cuanto la última nota de su última canción termino, procedió a despedirse de su público, buscando sin querer un rostro familiar que no encontró. Caminó lentamente hacia su camerino. Demasiado lentamente. Sin saber si quería o no leer la última nota que Minho le habría dejado. La última. ¿Y después de eso qué haría? Se sentía casi más desolado que cuando cortaron.

Suspiró, sentándose en una silla en el camerino, cogiendo la botella que habían dejado en la mesa y esperó a que todo el mundo se hubiera ido para poder leer la nota, como siempre hacia.

Las lágrimas le hinundaron los ojos cuando vio la propia nota que él le había escrito a Minho ahí enrollada. Le había devuelto su nota.

¿Qué se suponía que significaba eso? ¿Estaba de acuerdo con lo que había escrito? ¿Se estaba despidiendo de él? ¿Qué, qué?

Casi se pone a llorar por la absoluta desesperación que sentía, cuando escuchó la puerta del camerino abrirse. Ahí, con la misma sonrisa con la que lo había conocido, estaba Minho.

Y Jonghyun lo comprendió nada más verle, leyendo a Minho con los doce años de experiencia que tenía encima.  Le dejó que le limpiase las lágrimas, y que luego lo besase lentamente, dándose su tiempo para suspirar. Pudo sentir, en el momento exacto, en el que su mundo volvía a girar al mismo ritmo que la Tierra, como Jonghyun volvía a ser Jonghyun, porque Minho volvía a estar con él.

"Volvamos a ser nosotros."

 

Notas finales:

No sé de dónde ha salido esto la verdad. Bueno, en realidad me he inspirado un poco -mucho- en la canción Fireplace de Jonghyun. Él escribió la canción pensando en la chimenea de su casa y yo he escrito esto pensando en su canción. Debemos estar hechos el uno para el otro. Es una pena que Jonghyun no lo sepa jaja. 
En fin, es un poco drama la historia, pero el final es dulce, así que espero que compense. Supongo que también alguno se habrá dado cuenta de que también me he inspirado en los veinte conciertos que dio Jonghyun en su gira "The Agit: The Letter" y bueno, me pareció bonito lo de los mensajes en botella y eso.

Ah, es la última vez que escribo a un Jonghyun depresivo, lo prometo.

Espero que hayáis disfrutado leyendo tanto como yo escribiendo.

Nos veremos!!~

 


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