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“Tsukiakari ni Jinsei” 10 por Jinsei No Maboroshi

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Al finalizar aquella jornada compartida con el grupo, luego de almorzar y pasar toda la tarde entre chistes, comentarios y juegos macabros entre Hyde y Ken, que slo incomodaban de sobremanera tanto a Tetsu como a Yukihiro, el da se haba acabado.

Tetsu y Hyde regresaron temprano al departamento. Tetsu saba que deba dormir temprano y descansar para el inicio de su tour nacional.

Ingresaron al departamento. Hyde fue hasta la habitacin y cambi sus ropas por el pijama, mientras que Tetsu comenzaba a preparar lo que sera la cena de aquel da. Hyde se haba acercado a la mesa con un gesto de sorpresa y molestia.

-Tetchan! Qu haces?

-Qu crees? -le dijo irnico-. Nuestra comida! Tengo que cenar temprano...

-Deja, que yo lo quiero hacer! -acot, acercndose a Tetsu y quitndole los elementos de cocina.

-Qu? -lo mir con curiosidad. Era extraa esa actitud de Hyde. Ya era extrao desde el da anterior, con aquella no menos asombrosa idea de visitar a los amigos.

-Djame cocinarte. Por ltima vez... -susurr.

-Mn? -lo mir con seriedad, con sorpresa.

-Te vas a ir de tour por muchos meses, no? -Tetsu lo mir en silencio, tratando de reconocer el significado. Un significado irrelevante. As lo haba entendido. O as era como deseaba entenderlo?-. Djame hacerte esta cena. Por muchos meses no vamos a tener tiempo ni de llamarnos. T sabes... ve al bao y dchate -le dijo sonriendo, ameno, hasta en cierto grado complaciente en la justa medida.

Tetsu observ por unos segundos cmo la sensualidad de Hyde emanaba incluso en aquel simple cocinar. Dej de pensar en ello, y se dirigi al bao, relajndose con el agua caliente de la ducha, aseando su cuerpo, y notando con cierta evasin una extraa sensacin de despedida.

Cenaron en el silln, mirando por televisin cosas irrelevantes. Tetsu observaba de soslayo a Hyde, a cada instante, a cada movimiento. Una sensacin incmoda lo inquietaba, y desconoca la causa exacta. Hyde not aquel mirar evasivo, y fijo su vista en l.

-Qu ocurre, Tetchan? Est fea la comida?

-No. Claro que no... -coment con vergenza, con algo de timidez al ser descubierto en aquel accionar que consideraba tan discreto.

La cena finalmente acab, y Tetsu fue a la habitacin, dejando a Hyde solo en el saln, mirando la TV.

Su rostro haba cambiando, y sentado con sus pies sobre la mesa, su mano apoyada sobre su sien, miraba sin inters la pantalla. La idea en la mente le carcoma el espritu. Pero era necesario. Pensar en lo correcto. Pensar en lo correcto. Qu era pensar en lo correcto?

Sbitamente Hyde record aquella bella escena, en ese mismo cuarto donde ahora dorma tan placidamente su amigo. Record cmo Tetsu lo haba acariciado con temor, con dedos temblorosos, al haberle mostrado aquella pulsera. Haba recordado con tanto placer aquel beso. El primer beso correspondido por su amigo. El primer beso de pureza extrema. Lo correcto. Qu era lo correcto?

Hyde miraba la pantalla sin ver.

Lo correcto.

Evoc lo vivido a la tarde, haca horas. Sonri con una extraa melancola, con una envidia lejana. Envidiaba a Ken. Envidiaba a Yukihiro. Envidiaba aquella paz que ambos haban adquirido. Esa misma paz que l senta, pero que, en el fondo, una voz suave, algo ronca le susurraba con reproche, con clemencia, con misericordia las mismas palabras, el mismo miedo que l senta desde tiempos lejanos. 'No lo alejes de m'.

Apareca ante l la imagen de una joven. Lo correcto.

Tetsu y su inocencia, su virtud, su belleza innata. Tan impoluto, tan puro, tan ingenuo.

Golpe con fuerza su puo contra el respaldo, apretando los dientes de impotencia.

Lo correcto.

Aquella pulsera, aquel amor hacia Kaori, y ese regalo, le hacan pensar que Tetsu slo viva de imgenes. Lo correcto. Qu era lo correcto?

Era correcto que Tetsu le amara? Era correcto que vivieran esa sensacin extraa? Era correcto que Hyde se mintiera a s mismo? Que tal vez, mimetizado por Tetsu, mirara slo lo que deseaba ver? Si slo deseaba ver que Tetsu le amaba, si slo tena aquella imagen de l? Si todo lo que haban vivido era slo un producto de mentiras? Lo correcto. Lo correcto era despertar a la realidad. Despertar de alguna forma.

-Mierda! -susurr con rabia. Susurr con espanto. El dolor, el miedo y la culpa ensombrecieron su mirar.

Era correcto que Tetsu cayera en su oscuridad? En una oscuridad que no le corresponda?

Lo correcto. Hara lo correcto. Lo que l pensaba correcto. Lo nicamente correcto. Lo que Tetsu nunca considerara correcto. Era eso lo correcto.

Se levant confuso, y apag el TV. Silenciosamente fue hasta la habitacin y se sent en la vera de la cama, para observar a Tetsu. Era inocente, era ingenuo, era impoluto. Hyde no deba mancharlo. Hyde no deba oscurecerlo.

No pudo contener su mpetu, y se recost sobre Tetsu, besndolo son desesperacin. Invadi su boca con locura, con frenes, an con aquel cuerpo dormido que no reaccionaba.

Tetsu despert de su sueo liviano, sintiendo aquel cuerpo sobre el suyo, que, de manera extraa le besaba con temor, con miedo, con desesperacin. Una extraa desesperacin. Se asust. Abri sus ojos, y separ aquel beso. Lo contemplo con duda.

-Hyde ocurre algo malo? Qu pasa?

-Te amo -le dijo con un sentimiento desbordante. Con un tono profuso, imaginando que aquellas palabras eran el agua que rebalsaba incontenible de su interior. Su respiracin estaba levemente acelerada, mientras lo miraba con intensidad.

-Yo tambin, Hyde, te amo, por eso deseo saber qu ocurre -el presentimiento de Tetsu oprima su pecho.

-Nada -susurr con sensualidad, mirando con un suave tono de lujuria a Tetsu, mientras asomaba un poco de su lengua sobre la comisura de su labio. Era extremadamente provocativo. Extremadamente experimentado.

-Extremadamente vivo -susurr saliendo de sus pensamientos.

Hyde le sonri, y se acerc a su cuello, besndolo con devocin, con cario pero con el extrao gusto de la despedida.

Tetsu se sinti incmodo, pero prefiri dejar de lado aquella insensata idea. Prefiri colocar sus pensamientos en un tema que lo alejara de aquellas dudas, mientras senta con placer cmo su amante le desvesta lentamente, con besos, con caricias.

-Crees que lo sepan? -coment tendido en la cama, sintiendo cmo era despojado de su ropa.

-Claro, Tetchan. Desde mucho antes que nosotros... -susurr divertido.

Hyde comprenda que aquella pregunta no era ms que una leve duda de su amante. Una duda. Deba hacer lo correcto.

Hyde se despoj de sus ropas con rapidez, y se arrodill sobre la cadera de Tetsu. Se inclin sobre l, acariciando su pecho, sintiendo cmo su amante delineaba sus contornos. Eran poesa. Eran esttica, eran belleza, que armonizaba de sublime forma con la tenue iluminacin de la luna. La misma testigo de siempre. La nica.

-Me encanta cuando haces eso! -susurr Hyde, comenzando a gemir, a suspirar, a temblar al sentir aquel tenue roce por su figura, rozando su piel con la suave mano de Tetsu, su cintura, sus costillas, sus pectorales. Acariciando con temor, con pasin, con timidez. Como si fuera la primera vez. Y eso era lo que tanto le encantaba de Tetsu. Con l, siempre era la primera vez. Siempre era nuevo el toque, con aquella pureza, con aquel temor del desconocimiento. Es que Hyde saba que l era un enigma que hechizaba a Tetsu, como as tambin Tetsu era su tierra prometida, su tierra de inocencia. Donde la pureza de todos se rene tras la perdida del dueo.

-Qu cosa? -le pregunt curioso, deleitndose con los besos de su amante por su pecho, con sus gemidos tenues, con sus suspiros, con aquel enigma que nunca lo abandonaba, con aquella etrea iluminacin mstica. Y es que Hyde era la joya misteriosa a ser descubierta, sin lograrlo nunca.

-Todo…! Ah! ...Tetchan.... tu inocencia, tu pureza! -le susurr, incorporndose, entrelazando las manos con las de Tetsu, y acomodando sus rodillas separadas sobre el punto de ingreso al paraso.

Tetsu sinti cmo se acercaba, cmo Hyde se dejaba penetrar lentamente, sumiendo a ambos en un gran delirio de sensaciones que lentamente acercaban sus cuerpos ms y ms.

Sentado por completo sobre Tetsu, Hyde gema y suspiraba ante cada intento de movimiento. Tetsu se deshizo de aquel contacto de sus manos, y se incorpor con lentitud, haciendo gemir placenteramente a Hyde, sintiendo a Tetsu tan dentro suyo, tan hecho carne, tan hecho espritu.

Tetsu abraz el torso de Hyde, y comenz a besar su pecho, mientras mova levemente su cadera, acompaado por el subir y bajar que Hyde comenzaba a realizar, mientras lo abrazaba con desesperacin, mientras hunda su rostro en la curva del cuello de Tetsu, besndolo en momentos, gimiendo su nombre en otros. Hyde senta tan placenteramente aquellas sensaciones tan novedosas. Y es que nunca se acostumbrara. Aos de maltrato nunca le haban mostrado lo bello y simple que poda ser el hacer el amor. Un momento donde se evidenciaba lo ms instintivo del hombre y afloraba su naturaleza, y sus sentimientos por el otro. Y Tetsu nunca cambiaba. Tetsu nunca dejaba su placer primar sobre el de l.

Los movimientos se aceleraban, y Hyde ya no poda controlar sus muslos, que se movimentaban rpidamente, acompandose por Tetsu, que le abrazaba la cintura, que le besaba, que le mostraba su pureza, que lo rodeaba con aquella inocencia.

Era tan simple. Era tan bello, era tan esencial.

-Ah! Ah! Tetchan…! Hazlo! Hazlo como si fuera la ltima vez! Hazlo! -le susurraba con splica, con temor, con aquella extraa decisin de hacer lo correcto.

-Mmm... Hyde... qu dices? Mm, ah…! -el placer lo suma en la inconsciencia, llevado por el susurr gimiente de su amante que lo enloqueca.

-Hazme el amor como nunca lo has hecho! -le susurr desesperado, aferrndose con fuerza a la espalda de Tetsu, sintiendo las ltimas estocadas violentas llenas de placer.

Tetsu por extrao impulso, lo sujet con mayor fuerza, como nunca antes lo haba sujetado, mientras ayudaba al movimiento, susurrndole al odo palabras bellas, entrecortadas, suspiros, lo besaba, lo amaba, lo abrazaba, con temor, con cario, con pasin, como un desesperado, como un necesitado, como un nio.

El clmax finalmente haba llegado, haciendo por primera vez gritar a Hyde el nombre de su amante con placer, llevando su cabeza hacia atrs, sintiendo cmo ese final atravesaba su columna, lo marcaba en toda la espalda, erizaba su piel desde las profundidades del placer, y que incluso, aquella fuerte sensacin habra hecho nacer repentinamente alas verdaderas de su espalda, si eso hubiera sido posible a un simple humano como l. A un simple demonio de las oscuridades, a un ngel cado en miseria.

Por su parte, Tetsu haba llegado al clmax presionando a Hyde, abrazndolo con horror a perderlo, con extraa sensacin de que volara. Se abraz fuertemente al sentir su propio nombre gritado, y con susto, con miedo, con pasin, incrust su rostro en el pecho de Hyde, haciendo ms fuerte la opresin, sintiendo cmo toda la piel de su amante se erizaba, y cmo su propia piel reaccionaba ante aquella sutileza. Senta con desesperacin que las alas de Hyde renacidas lo elevaran a un paraso a donde l no pudiera llegar. Y rode con ms temor ese cuerpo que lentamente se aflojaba.

Ambos comenzaron a sentir el fin de aquella intensa sensacin, y se dejaron caer sobre la cama, Hyde sobre Tetsu, sin separarse, sin perder en ningn instante el contacto de sus pieles, de sus cuerpos, de sus almas. Con aquella extraa sensacin de despedida, apreciaban deban abrazarse como nunca lo haban hecho, deban permanecer unidos de aquella simple forma.

Lentamente regresando a la realidad, perdiendo la locura de la pasin, fundindose en un bienestar por sobre todo el cuerpo, ambos comenzaron a reaccionar de la misma forma en que siempre lo hacan, con el agradecimiento en silencio.

Hyde, recostado sobre el pecho de Tetsu, le besaba suavemente, con sutileza, con labios de mariposa, en un toque simple y fugaz. Acariciaba la mejilla de Tetsu, mientras ste solo lo observaba y mimaba toda la espalda de Hyde, delineando los contornos, acariciando con ms delicadeza aquel tatuaje sobre sus omplatos. Lo miraba con un rasgo de tristeza, con un leve temor, con aquella sensacin de la perdida irreversible, si an ni siquiera haban comenzado.

-Por qu me dijiste eso? -le pregunt a Hyde, quien dej de besar su pecho, y apoyando su mentn en el esternn de Tetsu, lo mir con una sonrisa suave, bella, etrea, que aumentaba el misticismo con la iluminacin lunar, sin nunca dejar de acariciar con delicia el rostro de Tetsu. Era una imagen que deseaba conservar por la eternidad. El rostro de Tetsu despus de hacer el amor, un rostro iluminado, alegre, como de nio ilusionado. Pareca que la vida se concentraba en su mirada que irradiaba con ms fuerza que nunca toda aquella pureza impoluta que contena en su interior. Era su tesoro. Un tesoro con el cual deba hacer lo correcto.

-Decir que?

-Que te amara como nunca lo hice... Hyde, que est ocurriendo? Ests guardando momentos... parece una despedida, y me asustas -aquel mirar vivo, se torn ms brilloso, y la tristeza le otorg una imagen de inocente nio perdido que Hyde no pudo resistir y acercndose al rostro de Tetsu, lo bes con ternura en los labios, con suavidad, con suma tranquilidad.

-Es que vas a estar mucho tiempo lejos... y quiero tener algo con qu entretenerme mientras tanto! -le gui un ojo con una sonrisa pcara.

Sin embargo, Tetsu slo crey en sus palabras, porque saba que no se lo dira. Saba que por ms que lo indagara, Hyde no hablara. Y sin embargo, Hyde saba que aquello era slo una excusa. Pero lo vala. Lo vala, para hacer lo correcto.

-Hyde! No s qu te ocurre... pero, por lo que ms quieras, no me dejes... -le susurr, abrazndolo, apretndolo contra su cuerpo, sintiendo el calor de sus pieles en mutuo contacto, el placer y el bienestar que recorra sus espritus.

-Nunca te dejar, Tetsu.

-Vuelas. Ya vuelas. Y te alejas. Y no me llevars contigo...

-Qu dices? -le coment girando su rostro para ver a un Tetsu con una mirada rayando la congoja.

-Siento que volars, y me dejars aqu, en este infierno.

-Tetchan... -lo mir con una sonrisa sincera, y le bes con profunda pasin-. Mis alas son tuyas. Siempre estars en mi interior. Siempre -le dijo con tono alegre, con una nostalgia futura.

Y con un suave respirar, se quedaron dormidos. Tetsu se levantara en la maana, y partira hacia su tour. Un tour de varios meses.

Una semana antes de que Hyde hubiera propuesto el reencuentro grupal en el departamento de Yukihiro, Tetsu haba estado muy ocupado preparando los ltimos detalles del tour que ira iniciar. Por su parte Hyde, en sus propias actividades, tampoco resultaba tener mucho tiempo para descansar.

Aquella tarde, agotado por las grabaciones de sus singles, haba decidido retirarse antes. Haba llegado agotado al departamento. Tomando una cerveza del refrigerador, y prendiendo un cigarrillo, se haba dejado caer sobre el silln, sumido en el silencio de aquel lugar. Observaba una vez ms, como su departamento haba cambiado. El desorden de siempre, haba sido arrebatado por ese obsesivo japons de rostro infantil, y lo haba dejado como un lugar tan clidamente habitable. Lo observaba con cario, reconociendo en cada adorno, en cada rincn, el toque de Tetsu.

Senta que nunca en su vida haba adquirido tanta simpleza. Nunca la sencillez le hubiera podido ocasionar aquella sensacin de tan agradable bienestar. Y eso era la felicidad? S. Seguramente, la nica que el humano poda alcanzar. Un simple bienestar, que para su cansada alma, dolida, violentada, resultaba un respiro del ms puro e inocente aire. Fum con satisfaccin su cigarrillo, y mir el techo, sin nunca dejar de esbozar aquella sonrisa. Se senta tan bien. Durara siempre?

Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiinnnnnnnnnn

Hyde se levant con desdn, molesto por la interrupcin de su descanso y del tranquilo descubrimiento que haba realizado. Se acerc a la puerta, y la abri suavemente, quedando sorprendido ante la imagen tras de ella.

Levant una ceja atnito, y sinti por un instante que el suelo se mova.

All estaba la joven, mirndolo con esa grave seriedad, con ese porte soberbio.

-Ka... Ka... Kaori? -la divisaba, sintiendo que una onda lo devastaba.

Trag con dificultad.

-Hyde... -su mirada se abland al sentir aquella extraa sensacin que mostraba en su rostro el vocalista-. Hyde... -su voz comenz a temblar-. Tet.... -susurr cortado el nombre, porque la congoja la haba ahogado.

-Tetchan no est... -acot con un tono grave, recuperado del impacto de su presencia.

-Lo s.

-Hn…? -la mir con sorpresa.

-Lo amo… lo amo! Hyde…! -Kaori comenz a llorar, y Hyde slo la observ parpadeando ante aquella inslita actitud, tan distinta de las dos veces en que se haban enfrentado. Kaori sec sus lgrimas con el dorso de su mano, bajando su vista. Y all la vio, en la mueca de aquel joven. Su pulsera. De ella? O tal vez era realmente la pulsera de l? Pues haba sido comprada pensando en l. Lo saba. Pero ella amaba a Tetsu. Qu poda hacer? -veo que te queda muy bien-. Le dijo con voz entrecortada. Hyde observ su mueca, y con gesto apenado mir hacia un costado.

-Kaori… yo… no s…

-Deja. Slo vine para hablarte…

-Qu?

-Slo vine para pedirte, para implorarte... -Kaori se arrodill ante l, y, elevando su rostro para observarlo, le sujet de las muecas-. Por favor! No lo alejes de m! Lo amo! Lo necesito! No me alejes de l! -le suplicaba llorando. Hyde sinti una punzada en su pecho. Aquella mujer era slo la devota ms fiel que nunca Tetsu podra hallar en el mundo. Era su fiel amor. Era la mujer que dara su propia existencia, su propia independencia, su vida por l. Aquella splica era la ltima instancia a la que un ser humano acceda. La humillacin. Y sin embargo, all estaba ella, pidindole a l, que le dejara disfrutar algunas migajas de aquel hombre, de aquel humano. Y la comprendi, porque en un pasado tiempo, l haba estado en aquella misma situacin. Conoca la sensacin y la locura que poda generar. Se arrodill delante de ella, y se deshizo de sus manos. La mir con sinceridad a los ojos.

-Qu puedo hacer? …l es quien tiene que decidir… y creo que ha decidido… lo lamento... yo no s qu puedo hacer... -Hyde senta el dolor de la joven. El rechazo, la limosna pedida con clemencia, la marginalidad, la soledad. Kaori estaba en la fina lnea de la muerte y de la vida. Y lo saba. Ella le haba cedido a Tetsu, se lo haba entregado, al obsequiarle la llave que hara razonar finalmente a Tetsu. S. Ella haba ido a ese mismo departamento, y con esa fe que slo la fiel devota tiene, haba dado a Hyde aquella bolsa de terciopelo negro con la verdad del corazn de Tetsu. Slo para que finalmente fuera feliz.

-No lo alejes de m. No lo hagas! Lo quise olvidar! Lo intent! Pero no puedo! No puedo! Lo amo…! Y s que l te ama! Y t a l! Pero no quiero quedar fuera! No quiero que t te lleves todo! Djame algo! Necesito algo de Tetsu! T sabes que es nico! T lo sabes! -le deca en un llanto incontenible, en un dolor tan profundo

.

Hyde la tom de los hombros, y le ayud a incorporarse, permitindole el ingreso a su departamento. La sent en el silln, y le llev un vaso de agua. Se coloc sobre la pequea mesa, y la observ. Vio cmo sus manos temblaban, cmo la desesperacin la consuma. Tena ojeras, y una palidez enfermiza. Era tan deplorable. Era un reflejo. El pasado invertido. Y Hyde se sorprendi ante aquella realidad. Cmo hablar sin herir?

Cmo hablar y ayudarle, de igual forma que ella lo haba hecho con l. A pesar de lo frustrante del primer encuentro, de la rivalidad oculta, l senta un profundo agradecimiento hacia esa joven. Porque saba lo que haba hecho, por qu lo haba hecho, y las consecuencias que le acarreaba a ella, y an as, lo haba hecho convencida.

-Kaori. Yo no s qu decirte. No s qu puedo hacer. Qu quieres? -le pregunt, siendo recatado en sus palabras, tratando con delicadeza la situacin.

-A Tetsu. Estar a su lado. Es injusto que est contigo... -le coment sin rencor, simplemente con resignacin.

-Por qu?

-Porque lo ahogars -mir a un costado, observando un par de CD sobre un mueble. All estaba el CD de tetsu69. Sonri con amargura-. Es lindo. Escribe lindas canciones. Como t -su congoja regresaba nuevamente-. Por qu sobro? -se pregunto con dolor, en voz alta. Hyde notaba aquella soledad que la embargaba. Estaba perdida. No saba lo que deseaba, ni cmo obtenerlo.

-Rayos! Kaori! Qu puedo hacer? Qu quieres? Yo no creo que pueda...

-No s! No s qu hago aqu! -su lloro se inici, la desolacin la oscureca-. No s qu quiero contigo! No s qu hacer. Slo quiero a Tetsu! Y no s cmo obtenerlo! Cmo obtener el amor de alguien? Cmo? -lo mir con ojos devastados por el dolor, por el lloro, por la revelacin de ser un ser que amaba sin correspondencia.

-… -Hyde la observ con sus ojos abiertos, negando con su cabeza, luchando por encontrar una salida a aquello.

-Por qu sobro? Por qu debo amarlo as? Por qu me enamore de l? Por qu? Por qu? Por qu es tan difcil dejar las cosas atrs? Por qu... -mir nuevamente la mueca de Hyde con aquella pulsera-. Por qu la compr! Slo para demostrarme lo irreversible.

-Kaori! Por favor! No te castigues as... el amor es doloroso...

-Y t lo dices? -lo mir con una sonrisa amarga, no creyendo en esas palabras. Despus de todo, l tena a Tetsu.

-S. Lo digo. Tengo mi pasado -Kaori baj su mirada hasta el suelo. Un secreto profundo, un enigma. Lo que siempre Tetsu le comentaba sobre aquel vocalista.

-Perdona! No s a qu vine... -se levant y se dirigi a la puerta. Recuperando su compostura, secando aquellas lgrimas una vez ms. Hyde la sigui hasta la salida, y la observ con recelo-. Hyde! Cmo se hace?

-Qu?

-Cmo se tiene el valor para morir? -Hyde levant una ceja, con una expresin de susto.

-Qu insinas?

-No puedo! Entiendes? T has estado en este estado antes! Pero t tenas solucin. Yo no la tengo. Yo sobro! Sobro de cualquier forma…! T finalmente lo alejaste de m… Tanto…! Es injusto…! Yo lo amo ms que t. Ms puramente que t, ms totalmente que t... es injusto...

-Slo espera -sus palabras salieron de su boca sin pensar. Un extrao trance se haba apoderado de l. El pasado lo agolpaba en su mente, trayndole secretos olvidados, dolores sumidos en las profundidades del ms all, desesperaciones pretritas, anhelos ilusorios... todo se reflejaba en aquel pequeo rostro angelical de la joven. Ella era pura. Hyde lo vea finalmente. Ella era su devota, su ms fiel devota. Tetsu era su dios, al que amaba por sobre cualquier barrera, al que amara incluso a travs de la muerte. Hyde era apenas un ngel demonio sin alas a su lado. Su egosmo primando por sobre todo. Triste existencia. Triste humanidad. Injusta vida. Hyde suspir. Pensar lo correcto. Una vez ms el bello recuerdo de aquel momento se le presentaba, pero ya sin aquel dulce sabor en su boca. Slo resoba en su mente el pensar lo correcto. Pensar lo correcto. Lo correcto. Hyde la mir con dolor, con tristeza oscura, con aquel mirar cuando ya no senta vida en su alma. Kaori se asust al reconocer aquel contemplar en el pasado, en aquel primer encuentro-. Slo espera el fin del tour.

Kaori lo mir con intriga. Lo mir sintiendo aquel dolor profundo. Pero no habl. Slo lo examin un instante ms, y se gir, saliendo del lugar. Hyde le daba tiempo, le entregaba la intriga. Una simple causa por la que vivir un poco ms. El pasado se repeta, pero a travs de un espejo.

Hyde cerr la puerta, y se apoy contra ella. Slo resonaba en su mente la misma palabra. Lo correcto.

~::~::~

Una noche ms de pasin. Una noche donde el paraso se confunda con la placentera sensacin de ser nico cada vez.

Yukihiro y Ken descansaban en la cama, luego de haber despedido a sus amigos, tras aquella nostlgica jornada.

Ken acariciaba con sus pulgares la espalda de Yukihiro, y ste slo reposaba su rostro sobre el pecho de Ken. Con aquel bienestar que tanta paz le daba.

-Yukki? Ests bien? -le pregunt con suave voz.

-S… por qu?

-Me has matado! -coment con ese tono bromista que tanto conoca Yukihiro.

-Claro! El conquistador se est volviendo viejo?

-Oye…! -sonri. Le agradaba tanto ver a ese Yukihiro sarcstico. Tan slo para l. Se sumieron en el silencio un instante, sintiendo sus cuerpos cansados, pero a gusto. Yukihiro se incorpor levemente, y apoy el mentn sobre sus brazos cruzados, apoyados en el pecho de Ken. Lo miraba con una suave sonrisa.

-Viste a Hyde? -le pregunt divertido a Ken.

-S! Es astuto! Es un zorro! Ja! …l lo saba desde mucho antes! -Yukihiro se sonroj un poco, y aquella timidez hizo sonrer a Ken.

-No! No hablo de eso…! Su actitud... ha mejorado tanto. Me alegra.

-S. Es verdad. Se lo vea tan parecido al antiguo Hyde.

-Y Tetsu tambin. Finalmente parece que ellos solucionaron todos los 'no s qu hacer' -Yukihiro coment con inocencia, y Ken lo mir con picarda.

-Ahora saben muy bien qu hacer!

-Ken!! -Yukihiro desvi la mirada.

-Te los imaginas?? Yo creo que Hyde controla la situacin!

-Basta, Ken! -su sonrojado se intensificaba.

-A Tetsu lo veo ms sometido… te imaginas con Hyde? Con lo agresivo que es diariamente, creo que l hara...

-BASTA! Djalos en paz! Rayos! Tu perversidad no tiene lmites! Slo te falta invitarlos a la cama! -le coment con un leve grado de molestia. Ken lo mir sabiendo que aquello slo era una apariencia, una forma peculiar de su amante.

-Y si t los aceptas... yo con gusto... -Yukihiro abri sus ojos, y lo mir con reprobacin.

-KEN!

-Bueno, bueno! Me quedo contigo solamente! -le dijo con fingida decepcin.

-KEN!!!

-Ja ja ja! Te amo cuando te pones as! -le dijo riendo a carcajadas, abrazndolo con fuerza. Yukihiro acept aquellas bromas con una sonrisa. Despus de todo, era Ken. Su Ken. Aflojando el abrazo, Ken mir a Yukihiro con gesto serio, y ste lo observ con curiosidad-. Cambiando de tema... maana quiero empezar a implementar las modificaciones que hiciste en las letras para SOAP, quieres acompaarme? Sera bueno que t estuvieras all.

-No puedes hacerlo t solo? -le sonri con irona-. Tanto me necesitas?

-Ahhh! Yukki! Ya no se te da por el temor, ne? Ahora s te sientes importante, no? A final de cuentas, era bueno haberlo dicho, lo ves? -Yukihiro refreg su mejilla en el pecho de Ken, divertido por aquella sensacin causada en su amante.

-De acuerdo ir... pero...

-Pero?

-Dime que no va a estar Sakura... -le coment con sbita seriedad.

-Vamos Yukki! Te atemoriza un tipo como Sakura?

-No. Es algo que no entiendes... hay algo realmente repulsivo en l que no lo soporto.

-Su perfume? S. Es un perfume francs que usa, y es muy fuerte. Demasiado dulce, no?

-Ken! -le dijo con desdn, no pudiendo comprender cmo ese japons tan perverso y sagaz con los dobles sentidos de las cosas, se suma en tonteras de esa magnitud-. No lo digo por su perfume!

-Ya, ya! Pero no te preocupes. Vamos a estar los tres. No te dejar slo, si eso te hace sentir mejor...

-No del todo... pero... Bueno, ir,

Ken cerr sus ojos, y sinti que Yukihiro se estiraba sobre la mesa de luz, para hacer algo. No le dio importancia. Luego sinti cmo el rostro de su amante se acomodaba en su cuello, no muy convencido por aquella decisin tomada. Rpidamente quedaron dormidos.

~::~::~

Titi, titi, titi, titi, titi, titi, titi, titi, titi, titi, titi, titi,

titi, titi, titi, titi, titi, titi, titi, titi, titi, titi, titi, titi,

titi, titi, titi, titi, titi, titi, titi, titi, titi

-Aaaaahhhh! Mierda! Yukki!!! -despert molesto sintiendo cmo Yukihiro se frotaba los ojos, saliendo de su sueo.

-Qu pasa? -pregunt sooliento.

-Apaga ese maldito despertador!!!! -su tono de voz era frustrante.

-Ken, hay que levantarse!

-Naaaaa.... djame un rato…! -susurr con decepcin al sentir cmo Yukihiro sala de la cama, alejando de l su clido cuerpo.

-Vamoooos! Me has pedido que vaya contigo al estudio de SOAP. Ahora atente a las consecuencias!

-Rayos! -coment con cierto disgusto, sentndose sobre la cama, estirando sus brazos. Parpadeaba, y terminaba de desperezarse mientras observaba a Yukihiro vestirse. Una suave sonrisa se dibuj en su rostro, al ver a aquel callado joven colocarse los pantalones, y sentndose sobre la cama, comenzar a ponerse las medias. Se levant luego, acercndose al armario, y abrindolo, extrajo una camisa negra ancha, con la que cubra aquella fina y marcada espalda. Su musculatura era mucho ms visible que la de Ken. Abroch su camisa y se gir para ver a su amante, el cual sonrea con aquel embobamiento, sin siquiera haberse movido del lugar.

-Ken! Qu esperas? An no te vistes? -not aquella sonrisa y lo mir con curiosidad, acercndose a la cama, y sentndose en la orilla-. Y a qu se debe esa cara? -coment gracioso. Ken lo miraba con satisfaccin, con aquel indescriptible sentimiento de haber hecho lo correcto. De haber elegido bien. Lo miraba por completo, desde sus manos, hasta su cabello. Yukihiro. Su Yukihiro-. Rayos! Mirndome as me das miedo! Qu perversin tendrs en mente? -pregunt con una sonrisa torcida.

Ken tom las manos de Yukihiro, y se acerc a l, besndole con lentitud. Yukihiro no pudo evitar aquel increblemente esencial beso, y gimi deleitndose con esa sensacin de simpleza. Una vez ms. Una vez ms senta la sensacin de aquella vez cuando se haba ofrecido a Ken como simple experimento, y ste lo haba besado. El primer beso de ellos. Nuevamente esa emocin lo abrum. Un beso con ternura, con agradecimiento, con un ruego secreto de eternidad, con una splica de nunca acabar. Ken lo besaba con absoluto agradecimiento. Yukihiro. El que lo haba sacado de las profundidades de la soledad, del vaco. El mismo con el que amaneca cada da, con el que dorma cada noche, con el que comparta los candores de la vida diaria, con el que aprenda a sentir. Con el que aprenda a aprender. El mismo que siendo tanto, haba aceptado tan poco: un simple hombre perdido en la inmensidad. El mismo que estaba besando en ese momento. El mismo, nico, siempre, cada vez.

-Gracias -le susurr embelesado, separando lentamente el contacto, sintiendo la respiracin de ambos con la sensacin del bienestar. Yukihiro le sonri. Comprendi todo lo que suceda con aquel beso. Entenda a Ken, a su Ken.

-No servirn esas tretas conmigo. A levantarse! -dijo con tono gracioso, alzndose de la cama, y acariciando la nariz de Ken con sensualidad. Ken ri abiertamente. El Yukihiro que slo se mostraba para l. Su Yukihiro. El nico cada vez.

Ken se visti con pereza, y se dirigi a la cocina, sin peinarse, sin despertarse por completo. All lo esperaba su amante con un suculento desayuno, con un buen caf negro, con esa simple sonrisa diaria.

Desayunaron sin ms mediaciones, y recogieron las partituras esparcidas por todo el saln. Ken tom su guitarra del silln preferido, y se fueron hacia los estudios de SOAP.

All lo esperaban Ein y Sakura tocando el esbozo de canciones.

Los dos jvenes observaron a los que recin llegaban, y Sakura mir sorprendido la compaa de Ken. El tierno Yukihiro. Sonri con satisfaccin.

Ken volvi a presentar a Yukihiro al grupo, siendo amenamente saludado por Ein, y extraamente mirado por Sakura.

Sakura: Qu bueno verte por aqu! Me encanta verte Yukki! -le dijo con sensual voz.

Yukihiro: Mi nombre es Awaji! -coment con un grado de descortesa.

No soportaba a Sakura. Se estaba arrepintiendo de haber aceptado la propuesta de Ken.

Sakura: Awaji? Pero si es tan formal! Y t eres tan tierno! Muy protocolar para ti. Yukichan! -coment juguetonamente, mientras se acercaba a l, mirndole intensamente. Yukihiro dio un paso hacia atrs, chocando con su hombro a Ken, quien miraba con reproche a Sakura.

Ken: Vamos, Sakura! Deja de molestar a Yukki! No ves que caes muy mal con esa actitud?

Sakura: Vaaaa... no me interesa si caigo mal a todo el mundo. Mientras que me acepte este joven lindo! -sonri mirando a Yukihiro, quien frunci el ceo con molestia.

Yukihiro: Lindo tu puto padre! -Ken lo mir sorprendido. Pocas veces vea a un Yukihiro agresivo.

Ein: Bueno! Bueno! Perdona, Yukihiro! -Ein se interpuso entre Sakura y Yukihiro con una sonrisa amena-. Perdona a este imbcil! Tiene ese humor insoportable! Pero no es mal tipo, creme. Por qu no vamos a hacer lo nuestro? -pregunt mirando a Ken.

Ken: S, mejor. Por cierto, Yukihiro est aqu porque le ped consejo para algunas notas. Podemos discutirlo los cuatro...

Ein: Genial. Ya la inspiracin se nos ha cortado! -le coment con simpleza a Yukihiro, quien lo mir con una sonrisa. Aquel extranjero era amigable. Quizs similar a Tetsu: mediador y pacifista.

Pasaron la mitad del da en el estudio, haciendo partcipe a Yukihiro en las modificaciones de las canciones.

La tarde ya caa cuando finalizaron con la tarea. La intervencin de Yukihiro haba facilitado el trance de inspiracin, y en contra de lo que imaginaban, haban obtenido los resultados producto de largas semanas de intenso trabajo en un solo y arduo da. La tenacidad de Yukihiro haba contagiado al tro de vagos.

Ken: Vamos a tomar unas cervezas! -coment entusiasmado, al finalizar los ensayos.

Ein: Siiiii!!!! Cerveza alemana!!!!

Yukihiro: Prefiero la asahi -sonri al extranjero.

Ein: En serio? Es tan suave! Ni modo. Los japoneses tienen un paladar muy sensible, no? -le coment a Ken.

Ken: No. Es que la cerveza que t tomas es un asco! Nada tiene que ver con nuestros paladares! -coment con tono irnico. Yukihiro sonri. Ken era el mismo siempre. Estuviera donde estuviera.

Ein: Ey! Saku! Vienes?

Sakura: Ah! Mejor no. Tengo que hacer unos arreglos para la cancin pendiente del otro da. Recuerdas?

Ein: Ah! S. Pero, ests seguro?

Sakura: Claro! Creme que me gustara pasar el rato con el joven Awaji! -le sonri con sensualidad. Yukihiro simplemente se gir, dirigindose a la salida. Ken y Ein lo miraron con curiosidad.

Ein: Tu amigo es algo sensible a los chistes, no?

Ken: Pues s. A Yukki le molesta ser el blanco de la broma...

Ein: Es un buen chico! –sonri.

Ken: S. Un muy buen amigo... por cierto, donde est Sasuke? No tena que estar para preparar el do de guitarra?

Ein: Ja! Y me lo preguntas? No lo conoces? Es un vago! No se levanta hasta la tarde y trabaja de noche. Sakura se quedar con l para mejorar las canciones pendientes.

Ken: Rayos! No trabaja nunca!

Ein: Pero es buen guitarrista! Es un buen reemplazo cuando t estas en el otro grupo! -coment con un leve gesto de clemencia. Ken lo mir no muy convencido, pero saba que era verdad. Sasuke era un gran intrprete, con la misma tcnica de Ken. Era su reemplazo y su do de excelencia indiscutible.

Ken: Vamos por las cervezas... -Ken crey que Yukihiro haba salido, y los esperaba en la puerta. Atravesaron los enredados pasillos del estudio hasta lograr salir del lugar.

Sin embargo, Yukihiro no estaba.

Ein: Se habr perdido? -pregunt al no ver a aquel callado japons.

Ken: Seguro! Hasta el diablo se pierde en este laberinto! -coment prendiendo un cigarrillo-. Esperemos un rato. Ya saldr!

~::~::~

Yukihiro vagaba por los pasillos del estudio que resultaban extremadamente labernticos. Un pasillo poda desembocar a otros ya transitados previamente del que provena, y an as, la sensacin de avanzar era indudable. Caminaba sin direccin, creyendo que se aproximaba a la salida. Luego de unos 10 minutos lleg al estudio del que haba partido. Con frustracin mir de nuevo el lugar. No haba nadie. Tena que salir de all por sus propios medios, sin poder preguntar a algn gua.

Miraba la puerta de entrada del estudio, cuando sinti un aliento clido sobre su cuello, y con un susurro ronco habl a su odo:

-Yukichan, perdido? -Yukihiro se tension sbitamente, experimentando aquella repulsin del primer encuentro con aquel ser. Se gir rpidamente, y se alej de la puerta, de la cercana de aquel ser.

-Dnde est la salida? -le pregunt con temor en los ojos y actitud imponente.

-Salida? Hacia dnde?

-Eh?

-Hacia la seguridad, hacia el amor, hacia el deseo?

-Hacia fuera! -coment cortante, elevando su voz con nerviosismo.

-Ja ja ja... me haces recordar a Hyde! -coment caminando hacia Yukihiro, acorralndolo contra la pared.

-No soy l!

-Y lo s. Por eso -Sakura lentamente se acerc al rostro de Yukihiro. …ste lo detuvo, colocando sus brazos, intentando empujarlo hacia atrs, pero Sakura tom sus muecas, y las apoy a los costados, contra la pared, hasta que finalmente lo bes contra toda resistencia. Yukihiro movi su cabeza con horror sin poder deshacerse de aquel sentimiento de repulsin. Asqueado de tal accin, gir sus manos rpidamente, y torciendo las muecas de Sakura, lo empuj hacindolo caer al suelo. Sakura lo observ con una mirada siniestra. Yukihiro era lo que necesitaba. Era un joven ms, al que una vez conquistado, cualquier palabra proveniente de su visceral boca seria creda. Era un joven lleno de pureza, de inocencia, un joven al que las bellas palabras le hacan brillar con intensidad aquel triste mirar. Era una nueva presa. Deba consumir aquel elixir-. Igual que Hyde. Rechazando, pero disfrutando -acot finalmente.

-Qu? -no se fue, y se mantuvo quieto con el ceo fruncido, pensando que tal vez, podra extraer informacin de aquel misterioso y repulsivo ser-. Qu pas entre t y Hyde? -le pregunt con curiosidad, sin permitir suavizar el gesto enojado de su rostro.

-No le preguntaste a l? -se incorpor, y nuevamente se acerc a Yukihiro, quien lo miraba con odio.

-No, no contesta. No te acerques! -le exigi.

-Eso es lo mismo que deca, pero sabes? …l disfrutaba! Como lo hars t... -Yukihiro lo mir con asombro. Por un instante regres a su cuerpo el miedo y la sensacin de desolacin que senta en presencia de ese hombre.

Sakura se volva a acercar, pero esta vez, sujetando con ms fuerza las manos de Yukihiro quien buscaba desligarse. Nuevamente fue besado. Yukihiro sinti miedo, sinti aquella repugnancia que emanaba de ese ser. Y record las palabras de Ken: "Unas jovencitas lo han hostigado por decir que las haba violentado, lo mismo un joven adolescente.". El pavor tom su cuerpo y se tension sbitamente, sintiendo cmo ese ser empujaba sus labios, queriendo ingresar, sin recibir contestacin. Sin respuesta, acarici a Yukihiro ntimamente, y ste sinti cmo lo ms instintivo de su ser emerga de l. Un extrao animal, un ser sin raciocinio lo impuls en ese instante.

Con fuerza asombrosa, se deshizo de aquel agarre, y con el ms profundo odio en sus ojos, atac a Sakura.

Comprendi en ese instante el gran secreto de Hyde, el secreto de todos esos aos, el misterio revelado. Sinti odio, deseo de venganza, deseo de acabar con ese destructor de almas. Un gran depredador que asesinaba lentamente, que arrebataba la pureza de sus vctimas, y las suma en las profundidades de la vacuidad. Un destino infernal para pequeos ngeles inocentes.

Cerr su puo y con toda la impotencia de reconocer la contradiccin de remediar el dao causado a tantas inocencias, golpe con violencia el rostro de Sakura, y lo arroj hacia un costado.

Camin en direccin a la salida, pero antes de llegar, Sakura haba vapuleado su espalda, Yukihiro cay de rodillas, sintiendo ese golpe en el hgado, dejndole una sensacin extraa de amargor y dolor. Sakura lo sujet del cabello, sin piedad, y mirndolo desde aquella superioridad le dijo con actitud visceral:

-No eres el nico que tiene fuerza -sonri con perversidad-. Te gustar con violencia a ti tambin.

-Hijo de puta! Vete al infierno! -le grit con repulsin, y de inmediato se levant, intentando herir a Sakura nuevamente, pero ste lo golpe dos veces en el estmago, dejndole sin aire.

Yukihiro se resista an con dificultad para respirar. Sakura, molesto por su constante obstinacin, golpe nuevamente su rostro, dejndolo levemente inconsciente. Yukihiro no pudo evitar caer sobre la batera ante el mpetu del puo, haciendo un estruendo metlico. Sakura se acercaba a l para hacer lo que haba deseado desde el primer momento, mirndole con libido, sintiendo emerger de su interior esa necesidad animal, de igual forma que el depredador goza previamente con su vctima.

Lo acerc a su cuerpo, y Yukihiro, mirndolo con dolor, escuch las perversas palabras:

-Eres tierno y sers mo, lo sabes? -Yukihiro slo gimi adolorido, asustado por aquel lbrego ser que comenzaba a acariciarle tan repugnantemente.

~::~::~

Ein: Oye, creo que tu amigo se perdi demasiado. Por qu no vamos a buscarlo, ne?

Ken: S. Este Yukki!!! -coment negando con la cabeza, mofndose.

Ein y Ken ingresaron nuevamente, y apenas dieron un par de pasos, escucharon un estruendoso sonido metlico provenir desde la lejana de los pasillos.

Ein: Mierda! Qu pasa? Se estarn peleando? -pregunt con duda.

Ken: Mierda! -dijo con el ceo fruncido echando a correr.

Partieron rpidamente al estudio y entraron de sbito, observando la escena. Sakura haba arrebatado la camisa negra de Yukihiro, y comenzaba a desabrochar el pantaln. Ken lo mir horrorizado. Yukihiro haba tenido razn, lo haba percibido ms all de la apariencia. Sakura era un prfido.

Ein abri sus ojos grandemente, y observ el hecho entelerido. Comprendi que aquellos escndalos sobre Sakura eran ciertos.

Ken corri hacia Sakura, y lo sujet de la solapa, empujndolo contra la pared, haciendo que recibiera todo el golpe en su espalda.

Ken: Mierda! Bastardo! Hijo de puta! Qu mierda ests haciendo!!

Sakura: …l quera! -coment con una sonrisa perversa.

Ken: Mentira! Eres un cretino hijo de puta!

Sakura: Ese joven necesita de alguien con pasin como yo... es muy inocente an -Sakura buscaba simular en toda aquella escena un esbozo de broma. Necesitaba que creyeran que todo era una broma, un chiste ms, quizs no con mucha conviccin.

Ken lo mir con rencor, con rabia, con el odio ms acrrimo. No pudo contenerse, y comenz a golpearlo en su delirio de aborrecimiento.

Yukihiro se sent en el suelo, recuperndose del golpe y not que el extranjero estaba a su lado, dndole una mano para incorporarse, viendo absorto cmo Ken golpeaba a Sakura.

Ken: Mierda! Era verdad! Maltrataste a esas jovencitas! Y a ese joven! Mierda! Te odio, Sakura! Cre en ti! Confiaba en ti! Cmo pudiste!!! No puedes hacer eso! No puedes! Hijo de puta mal parido!

Yukihiro: Basta, Ken -coment mareado.

Ken se detuvo, y, dando un paso hacia atrs, vio como la figura golpeada de Sakura se resbalaba por la pared, y caa al suelo, cansado por los embates. Not el golpe que Yukihiro seguramente le haba propinado a su atacante en el rostro que ya tena una coloracin morada, y la inflamacin que deformaban su faz.

Ken abandon el doliente ser, y se dirigi hacia Yukihiro, quien se sostena con ayuda de Ein, sujetndose el estmago.

Ken: Yukki, perdn! Perdn! Cre que estabas afuera!

Yukihiro: Ya, Ken. No pas nada. No hay nada que lamentar -le sonri con suavidad, con una mueca de dolor ante tal gesto. Su rostro ya comenzaba a inflamarse.

Ein: No lo puedo creer! Cmo Sakura fue capaz? -el joven extranjero estaba atnito. Le dola la verdad, porque Sakura era su mejor amigo. Amigo de juegos nocturnos, amigo de cantina, amigo casi hermano. Pero todo aquello que parecan bromas, eran verdades, que nunca le haba confiado. Sinti dolor, y traicin.

Llamaron a la polica, la cual en poco tiempo se hizo presente en el lugar. A los tres le tomaron declaraciones. Sin embargo, Yukihiro haba guardado el gran secreto develado. Slo por Hyde.

Finalmente, tras unas horas en la estacin policial, Ken y Yukihiro regresaron al departamento, tras haber dejado a Ein y Sakura en la estacin policial. Sakura comenzara a ser investigado profundamente a partir de aquella denuncia. Ein solamente estaba all, atnito por aquella extraa sensacin. La sensacin de que nunca nadie puede conocer las profundidades de otro ser. Nadie nunca sabe quin es realmente el amigo y quin el enemigo. Nunca se sabe quin realmente es la persona que se supone, se conoce. Ni a travs de los aos, ni a travs de las experiencias compartidas se logra descubrir realmente a los seres. Apenas uno mismo se logra reconocer con grandes vedas, cmo se pretende tener pleno conocimiento de un ser ajeno?

Ken ingres a la habitacin ayudando a Yukihiro y lo sent delicadamente sobre la cama. Le quit la ropa con sutileza. Pudo ver aquellos hematomas formados en su estmago, y uno muy oscuro en la espalda, adems del deformante golpe en su rostro.

Ken prepar unas bolsitas de hielo para su amante, y lo recost sobre la cama, aplicndole cada una en el hematoma que se formaba lentamente.

Ken lo observaba en silencio, con culpa, con temor.

-Yukki, perdname! Perdname por no haberte credo, por no haberte dejado dudar -le coment con tristeza. Yukihiro le sonri haciendo un gesto de dolor ante el golpe de su rostro.

-Ya, no te preocupes. No pas nada... -suspir aliviado. Ken acarici el pecho desnudo de Yukihiro con su mano llena de culpa. Senta que no haba confiado lo suficiente en Yukihiro. Yukihiro tom aquella mano, y la pos sobre su mejilla sana. No poda creer que su amante, que su Ken, fuera amigo de tal persona-. Ni an 15 aos permiten conocer con profundidad a un ser -suspir. Ken lo mir con tristeza, y dej caer sus ojos hasta el suelo. Senta dolor por lo ocurrido, y traicin, por haber defendido tantas veces a Sakura. Creyendo en su inocencia, descubra la verdad tan dura. No saba quin era Sakura. Nunca lo haba sabido.

-No lo puedo creer -murmur con la vista empaada-. Era mi amigo, y lo ayud tantas veces.... mierda! Tantas veces lo defend! -Yukihiro le sonri.

-Ya, Ken. Ya. De ahora en ms, pagar lo hecho.

-Voy a decirlo pblicamente!

-Qu? -lo mir con sorpresa, observando el rostro compungido de su amante, con el ceo fruncido, con la impotencia emergiendo de su interior.

-S. Se tiene que enterar todo Japn! No puede ser que un ser tan despreciable...

-No! No lo hagas! -le coment con preocupacin. Ken lo mir y levant una ceja, suavizando su rostro.

-Por qu?

-Por Hyde.

-Qu? -Ken lo mir con asombro. Acaso aquello quera decir lo que crea?-. No... no puede ser... t crees que..?

-No lo creo. Lo s.

-Yukki! Ests seguro?

-Me lo dijo. Dijo que Hyde disfrutaba de aquello. Es un enfermo, que ha lastimado a Hyde por mucho tiempo... no creo que sea bueno mostrar esto ms all de lo que sea necesario. Por Hyde. …l est tan recuperado. El que Sakura reaparezca slo har aflorar todo aquel pasado. Y creo que... por algo Hyde lo ocult tantos aos... -Ken lo mir con dolor. Pudo recordar de inmediato aquel da en el pasado. Evoc aquel Hyde oscurecido que haba aparecido con anteojos de sol en pleno da nublado. Aquel accesorio slo cumpla la funcin de ocultar el gran hematoma en su rostro. Por el cuerpo tena otros golpes. Todos haban credo que el da anterior finalmente la pelea haba pasado los lmites verbales, y se haba traducido en violencia. Lo que nunca crey Ken, es que fuera ese tipo de violencia: la ms terrible. Comprendi aquellos golpes, entendi esas miradas duras de Hyde, y analiz por completo cmo el transcurrir de los aos le afectaba lentamente. Lo trastornaba su pasado perpetuado en su memoria y en su cuerpo. Todo por causa de la depredacin de Sakura. El que haba sido su amigo. El que en realidad, no saba quin era. Suspir con dolor.

-Mierda! Y Hyde nunca habl…! -golpe el colchn con impotencia.

-Por eso. Tal vez no quiera. Y debemos respetarlo.

-Se lo diremos a Tetsu?

-T crees que l no lo sabe? -Ken lo mir con un leve gesto de sorpresa.

-Crees que s?

-Solamente te lo pregunto. La verdad, no lo s. Tetsu no habra bromeado con Sakura en Fukuoka de aquella forma si lo hubiera sabido, no lo crees?

-Mmm... y qu haremos?

-Tampoco lo s.

-Yo creo... creo que es mejor dejar que ellos dos se arreglen. A final de cuentas, Hyde es quien debe elegir...

-S. Supongo.

Ken movi las bolsas de hielo sobre el cuerpo de Yukihiro, presionando un poco, para que el fro ingresara ms rpidamente. El baterista slo cerr sus ojos y sinti con leve dolor aquel delicado trato. Desliz su mano hasta apoyarla sobre un muslo de Ken, y ambos quedaron en el silencio.

~::~::~

En pocas semanas, Sakura fue condenado. Los testimonios de varias jvenes lo sancionaron a prisin. Ken estaba entristecido por aquello, al igual que Ein. Ambos haban defendido tantas veces a ese rufin, creyndolo slo imagen, creyendo que nunca sera ms que escndalos publicitarios. Y ambos se haban equivocado. Una traicin tan profunda, donde el traidor no se defina. Un traidor que no era del todo traidor, y traicionados que no resultaban ser tan ingenuos. A final de cuentas, ambos haban credo en esa imagen de Sakura. Aquella imagen de la misma imagen. Un holograma de aquella mscara de inocencia. Se haba alimentado por aos de la ingenuidad de tantas personas, que con ellas se cubra, y su espritu gozaba de impunidad. Una imagen de la imagen, slo eso. Desconocido absolutamente.

Yukihiro se recuper tras un largo tiempo de aquellos golpes, y regres a su propio grupo, realizando diversos eventos y conciertos. Ken y Ein comenzaron una bsqueda exhaustiva de bateristas, pero nada les convencan. An apenados por la prdida de aquel amigo, o tal vez, aquel espectro de amigo, no podan ver con objetividad los talentos presentados. Nadie resultaba tan bueno como Sakura, a pesar de todo.

~::~::~

Ken ingres en el departamento, con el rostro cansado y el nimo aquietado. Encontr a Yukihiro fumando, con su soda tpica en la mano, mirando televisin entre pentagramas y bollos de hojas esparcidos por el suelo. Lo observ con curiosidad. Yukihiro haba cambiado tanto en aquellos detalles. El baterista lo mir con una sonrisa.

-Vaya! Llegas temprano! -coment mirando a su amigo de arriba hacia abajo-. Luces como la misma mierda! Qu ha pasado?

-Naaaaaaaaa -Ken se acerc al silln, y se arroj con su ltimo esfuerzo. Puso sus pies sobre la pequea mesa, y mir con cansancio a Yukihiro-. Creo que hoy estuvimos haciendo un casting de 250 personas. Todos tocando la batera.... rayos! Se me parte la cabeza! -coment cerrando sus ojos.

-Ah! Ya veo. An no consigues reemplazo -fum tranquilamente su cigarrillo, y, dejndolo apoyado sobre el cenicero, encendi otro, ofrecindoselo a Ken. …ste acept con agotamiento aquel regalo. Un cigarrillo para mejorar su estado. Mir la mesa con aquellas hojas esparcidas.

-Y qu ocurre aqu? -pregunt con calma-. Es raro verte en este desorden, Yukki.

-Pues s. Es que tengo que hacer msica inmediatamente.

-Mn? Por qu?

-Porque a mi bajista y guitarrista los contrataron las Puffy.

-Las Puffy??? Pero qu mierda? Se van a ir con esas dos gritonas?

-Ja, ja, ja! No diras lo mismo si vieras el contrato -sonri divertido por el comentario de su amante.

-En fin! -Ken mir el techo, y se concentr en la pantalla de la TV-. Y se supone que ests viendo programas de msica para robar ideas? -le coment con tono chistoso.

-Algo as! -respondi traveseando aquel mismo juego.

Ambos sonrieron, fijando la vista en la pantalla, que presentaban a varios artistas invitados. Desde SMAP hasta Hyde.

-Ey! Yukki! Est Hyde!

-S. Mira qu cansado se ve -coment al notar la palidez de su amigo, con las ojeras profundas. Crey que la ausencia de Tetsu tena sus efectos sobre el cuerpo del cantante.

-Y aqu, finalmente tenemos a Haido-sama! -present la conductora con una gran sonrisa, haciendo que el estudio se llenara de histricos gritos de fans-. Bienvenido!

-Ah! Gracias! -Hyde inclin levemente su cabeza ante la cmara en gesto de agradecimiento, y sonri con suave gesto.

-Y dinos, Hyde, qu es de tu vida?

-Bueno, estoy terminando mis nuevas producciones. Un par de singles.

-Ah! Cierto, es verdad que vas a hacer un cover de los Beatles?

-S. El conocido Lucy! Resulta muy bella la poesa de la cancin, y me hace sentir muy bien el vocalizarla.

-Tal vez alguna significacin ms all del arte? -coment astutamente la presentadora.

-Ja ja ja. Tal vez.

-Pues dinos! Quin es la chica que sonre de tan mstica forma, con ojos de calidoscopio? -coment aludiendo a la letra conocida de aquella cancin.

-No lo creeran -respondi con una triste mirada, que se desliz hasta el suelo.

Ken levant una ceja y mir a Yukihiro.

Ken: Est jugando, no?

Yukihiro: Mm... no lo s -miraba con asombro el televisor.

Ken: Est hablando de Tetsu?

Yukihiro: No lo s. Pero tengo una sensacin extraa -coment con el ceo fruncido, mirando con curiosidad la pantalla. Regresaron a aquella entrevista.

-Pero con esa declaracin necesitamos saber quin es la afortunada.

-Bueno. Yo la traje.

-Qu? Es verdad? -grit entusiasta la conductora.

-S.

Ken: Qu dijo?

Yukihiro: A qu est jugando? -ambos fruncieron el ceo, no creyendo lo que se avecinaba.

-Uy! Tus fans la matarn! -coment sonriendo, escuchando la chirriante ovacin que se haba elevado en la tribuna ante aquel comentario.

-Lo que sucede es que estuvimos un tiempo separados, y la verdad, yo deseaba regresar con ella. Creo que lo que puedo hacer para convencerla es anunciarlo aqu.

-Por qu necesariamente aqu?

-Porque... aqu la conoc -sonri con tristeza, y movi su mano hacia un costado, haciendo un gesto a la joven chica que sala de entre los tcnicos y camargrafos.

Yukihrio: Are!? Queeeeeeeee? Esto es una broma!! No puede ser! -Ken trag con dificultad, y dej caer la consumida colilla del cigarro desde su boca.

Apareci Megumi con aquella tmida sonrisa, sentndose al lado de Hyde.

-Ara ara!? No lo puedo creer! -coment la conductora sorprendida.

-Pues es verdad! Aqu est la joven de mis canciones -la mir a los ojos, y ella sonri con timidez-. Aceptaras casarte conmigo?

Sbitamente todo el estudio se enmudeci. La misma presentadora observ con sorpresa a Hyde. El Hyde conocido por todos como el gran espritu sediento de libertad, sin ataduras, endemoniado espectro de la rebelda, apareca en ese instante, en la ms romntica y ms demostrativa accin de amor hacia aquella joven. Megumi lo observ con atnita expresin, no creyendo que l se atrevera a aquella formulacin alguna vez en su vida.

Las fans se detuvieron en el tiempo. El silencio se perpetu en el instante.

Ken: Mierda! Dijo lo que escuch?

Yukihiro: Pero qu demonios le pasa? -observaba atnito la pantalla.

Megumi parpade un par de veces, y regresando a aquella realidad, acept con un delicado 's', que reverber en el silencio.

-Hora hora!! Felicitaciones a la nueva pareja! -grit la conductora, animada. Lentamente todo el ambiente regres a su inicial estado.

La conversacin se extendi un poco ms, y despidieron a Hyde con la cancin Evergreen. Megumi lo observaba con alegra profunda, con aquel orgullo perdido. Interpretaba que haba ganado la batalla.

El programa concluy.

Yukihiro parpadeaba boquiabierto, y Ken miraba fijamente la pantalla con una ceja levantada. Aquella noticia los haba tomado por sorpresa.

Ken: Debe ser una broma. Debe serlo -coment negando con su cabeza.

Yukihiro: Mierda! -baj su vista hasta el suelo, y frunci el ceo, intentando pensar en el hecho ocurrido, en la causa de aquel comportamiento extrao-. Mierda! Dnde est Tetchan? -coment con amarga voz.

Ken: No est de tour? -Yukihiro lo mir sorprendido, recordando el dato explicado por Ken.

Yukihiro: Pobre! -acot con cierta melancola-. Y cundo regresa?

Ken: Quin sabe. T lo conoces. Siempre dice una fecha, pero aparece mucho antes, para evitar los conflictos con entrevistadores, fans o toda esa clase de cosas.

Yukihiro: S. Puede inclusive, haber llegado hoy mismo.

Ken y Yukihiro se miraron con una leve sensacin de miedo, de sorpresa. No saban las consecuencias que aquello acarreara al grupo.

~::~::~

Tiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin.

-S? -la joven muchacha abri la puerta, mirando con rostro neutro a la figura que se mostraba tras ella. Lo observ unos segundos, y qued profundamente enmudecida.

-Megumi... -Hyde haba susurrado con triste voz ante aquella puerta.

La joven abri por completo la misma, y se par frente a l, cuestionndolo con la mirada. No comprenda qu haca el joven all. Qu buscaba? Qu quera? Acaso lo suyo ya no haba acabado en la ms dolorosa demostracin de vacuidad?

-Qu quieres? -le pregunt con voz queda, no esperando nada, no sintiendo nada. Slo el orgullo perdido, slo la tristeza de haber amado sin nunca haber sido retribuida.

-Puedo pasar? -pregunt evasivo.

-No.

-Entonces... -se detuvo un instante, y mir fijamente los ojos de Megumi, tomando aire-: Perdname.

-Mm? -levant una ceja sin entender.

-Megumi. Perdname. Perdona lo que hice en el pasado. El tiempo me ha cambiado...

-Realmente? -le pregunt con un titilante sentimiento de orgullo que pareca resurgir entre la frustracin.

-Quiero recomponer todo lo hecho. Quiero recuperar el pasado. Quiero vivir todo el tiempo perdido. Toma -le entreg un pequeo sobre-. Si haces lo que dice la carta, lo entender como un s.

Hyde se retir de aquella puerta, sumindose en la oscuridad de aquel largo pasillo iluminado tenuemente. Megumi cerr con dolor la portilla, y observ con detenimiento el sobre cerrando que sostena su mano. Lo abri. Lo ley. Y llor.

An sabiendo que todo era una mentira, an sabiendo que Hyde era slo una imagen, su orgullo lo amaba, e incluso su corazn, que tena las cicatrices del pasado. An ante aquel dolor, ante la ilusin, ante la idea de que era quimera, ella acept. Acept finalmente. Qu sentido tena pasar la vida en soledad? Ella tambin lo senta. Senta esa soledad agobiante, y si su Hyde la haba elegido a ella, era porque resultaba ser la mejor opcin. Una opcin entre tantas que Megumi desconoca. Cules eran las otras opciones? Cules?

Reley la carta escrita por puo tembloroso de Hyde. Una carta, con palabras de mentiras, con verdades ahogadas, con un sentimiento de soledad inconmensurable.

“Megumi:

Maana por la tarde estoy invitado al Utaban. Me gustara que fueras all. Te presentar ante todos. No te ocultar ms. Quiero regresar el tiempo hacia atrs. Slo acptame. Djame hacer lo correcto.

Hyde.”

La tir al cesto de basura, y se fue a dormir. Maana deba verse bien. Deba hacerlo.

~::~::~


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