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Limpio por korou

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Notas del fanfic:

Hola!~ cuanto tiempo, veran, este es el fanfic que prometi en "mi tutor es un monstruo" con la pareja de Lucas y Mika. Si llegaron aquí sin leer ese fic, puedo decirles que pueden quedarse ya que igual se puede leer. Sin mas que decir, espero que les guste

El aroma a estofado se comenzaba a expandir por la pequeña casa mientras que Lucas agregaba condimentos sin dejar de mover el cucharón metálico, viendo como los vegetales sobresalían y el líquido espeso parecía bastante apetecible; aún se relacionaba con el idioma y mientras no trabajase se quedaba en casa con Mika actuando como su supervisor, pero no quería sentirse como un inútil mantenido, así que durante el día trataba de hacer la limpieza, practicar el idioma, seguir sus estudios en línea y siempre tener listos dos platos de comida, incluso si Mika enviaba un mensaje donde decía que no podría ir; el tiempo juntos le había hecho entender lo volátil que resultaba su horario mientras grababan la serie de televisión, a veces Mika decía que regresaría tarde y llegaba a las ocho de la noche, otras veces decía que llegaría lo mas temprano posible y se aparecía por las once pero ya se había acostumbrado y se aseguraba de que siempre encontrase su comida preparada y la casa en buenas condiciones. Lucas escuchó la puerta cerrarse y apagó la llama sabiendo quien había llegado, pues solo dos personas tenían llaves y el era una de ellas.
—¡Rubia!¡Ya llegué!¡alégrate con mi presencia!—exclamó Mika una vez adentro lanzándose sin ningún cuidado en el sofá
Lucas salió del espacio de la cocina yendo a donde pudiera verlo—La comida ya casi esta lista, solo falta servirla
—Entonces está lista—reprochó poniéndose de pie y estirando sus brazos quitándose los zapatos con sus pies—Te ayudare a poner la mesa ¿qué cenaremos hoy?
—Estofado, arroz y prepare juego de sandía—explicó Lucas con Mika yendo con el a buscar los platos
—Bien, así me pondré gordo, me echarán del trabajo y no tendré que soportar mas a ese molesto productor—se quejó y Lucas sonrío
—En el fondo te caen bien
—Si, en el fondo, en el fondo, fondo, muy adentro y donde ya no llega la luz y se hace invisible
Lucas rió levemente, hacía ya medio año que ambos se habían mudado y tanto Mika como Lucas le habían tomado especial cariño a ese estilo de vida, Mika sentía incluso nostálgico ese sentimiento de tener a alguien que esperaba por ti en tu casa, teniendo la ropa limpia, la casa impecable, la comida lista y los impuestos calculados, y a Lucas no le molestaba para nada hacer las labores mientras practicaba algunas actividades y se ponía al día con estudios, tomando igual la medicina que le dijeron y debía seguir consumiendo durante un año así como el tratamiento psicológico que supuestamente variaba según pacientes, en su caso, era escribir cartas sin un destinatario mas que el mismo donde expresara su cambio, lo que extrañaba, su arrepentimiento, sus alegrías o cualquier cosa que sintiera sobre su limpieza de drogas. Escribía una diaria y Mika trataba de nunca inmiscuirse, ciertamente era su supervisor, pero no quería que Lucas no creyese en el o le perdiera confianza, así que esas cartas eran una especie de objetos prohibidos para el. Comieron tranquilos con conversaciones banales sobre actualidad o temas sin importancia como lo ridículo que era un libro que sería adaptado a película, resultaba de alguna forma relájate para ambos, como si esos momentos fueran los únicos en el universo, y de hecho, por eso muchas veces dejaban la casa con todos los aparatos apagados, el silencio daba mas todavía esta sensación.
—¿Ya tomaste tu medicina?—preguntó Mika cuando ya casi terminaban de comer
—Si, a la misma hora de siempre, me pusiste una alarma y todo—dijo Lucas sin dejar de ver su plato de comida
—No quiero que lo olvides, dijeron que era importante y que te provocaría una repugnancia a “ellas”—habló con un tono serio sin apatía; aún tenia un ego grande pero el estar allí, en un país diferente con alguien que había visto evolucionar de un zombie vivo a un chico de aspecto saludable y solo un poco cansado psicológicamente, le había hecho tomar un rol mas empático, mas compasivo y paciente, como si el fuese un niño incapaz de cuidarse solo, a veces se preguntaba si así se sentían las madres o acaso también lo hacían todas las personas con conocidos en rehabilitación
—No lo haré—con un tono de voz suave trato de convencerlo. Mika torció sus labios y se puso de pie tomando su plato y cubiertos
—¿Qué te parece si te vas a la cama y yo lavo esto?—dijo tomando los de Lucas—O mejor aún, vemos una película con un protagonista no tan guapo como yo
Lucas aunque leve, pudo sentir su preocupación, en ocasiones era el mismo Mika de siempre, pero había días en que simplemente parecía estar analítico con todo y podría sospechar que revisa su historial de internet y cosas de la casa asegurándose de que no oculte nada, y en realidad, creía saber el motivo: depresión. Los doctores del centro lo dijeron una vez, que era muy posible que el cayera en depresión a mediados del año tras su limpieza, que las drogas comenzaran a hacerle falta mas a un nivel psicológico como una parte de su vida pérdida. En realidad, era algo a lo que ambos tenían miedo, como si fuera un fantasma en un constante acecho, Lucas salía a veces a hacer las compras de comida o cosas como un bombillo pero había una tienda veinticuatro horas cerca por lo que en realidad, no podría decir que había hecho un viaje largo en son de explorar, no desde que llegaron y tuvieron el típico tour y unas cuantas salidas entre grandes intermedios de tiempo que fueron cesando cuando Lucas aseguraba que no quería salir o estaba cansado, una pobre excusa de su temor por el exterior ahora desconocido, tanto en un sentido literal como metafórico. Mika se preguntaba si hacía bien en dejarle vivir con ese miedo retrasando su confrontación al mundo pero se asqueaba de si mismo cuando se daba cuenta que el también poseía ese miedo, odiaba no poder confiar ciegamente en un futuro feliz como hacían tantos otros.
Ya veían la película que ordenaron en francés con subtitulos en su idioma y aunque Lucas parecía mas centrado en esta, Mika a duras penas tenía sus ojos en ella de momentos sin prestarle verdadera atención, pensando en como haría para sacar a Lucas de la casa en una especie de forma pasiva que no llegara a resultar en forzarlo, ya había pasado demasiado tiempo y no iba a dejarse a si mismo seguir retrasándolo, si le asustaba dejarlo solo entonces iría con el pero Michael Sato no era un cobarde que se frenaba porque algo se viera peligroso, no, el era un imprudente que constantemente cargaba jeringas con tranquilizantes y que hacía lo que quería cuando quería, la única diferencia de antes y ahora era que, ahora, era responsable de ese chico y si el mismo busco esa obligación al menos iba a hacerla bien.
—Hey, Lucas—llamó teniendo una lata vacía con la que había estado jugando, su tono sonaba un tanto distante y aburrido pero Lucas ignoró esto volteando a verlo
—¿Si?
—El fin de semana va a haber una exposición, algo sobre arte contemporáneo y esas cosas—dijo sin mostrar mucho interés en el lugar dejando su cabeza hacia atras en la espalda del sofá—me invitaron y dijeron que podia llevar un acompañante—volteó a ver a Lucas—¿Quieres venir?
Tras oir esto, Lucas abrió sus ojos como platos en forma involuntaria, llevaba mucho tiempo sin salir, aterrado de explorar nuevamente el mundo exterior con una vista mas limpia que no estaba influenciada por las drogas o la extrema necesidad de conseguirlas. Ya casi había olvidado como era aquello y había vuelto ese hogar una especie de fortaleza donde podía sentirse seguro de que no podría ser dañado, y de hecho, que tampoco ocasionaría molestias a Mika; el seguramente lo negaría, pero la autoestima de Lucas no había tenido gran mejora.
—Podemos ir a comprar ropa y tambien aprovechar y pasear un poco luego de hacer el mercado de la semana—sugirió Mika, tratando de ser mas pasivo y empático con su invitación, pero valla que tenía ganas de que aceptara rápido
Luca tragó saliva por un momento—Claro ¿es el sábado o el domingo?
—El domingo—respondió relajado al tener al menos la confirmación
—Esta bien...—Lucas se puso de pie—Tengo sueño, me daré una ducha e iré a dormir ¿si?—Y pese a haber preguntado, no espero ninguna respuesta y se fue a paso rápido hasta su cuarto, y aunque Mika abrió la boca para detenerlo y alzó su mano unos centímetros, desistió en un segundo dejándolo irse, suspirando, pensando que necesitaba un momento, si a el le preocupaba un poco esa salida, no tenia ni idea de como sería para Lucas. Momentos así le hacían detestar a aquellos productores que muestran en sus novelas a adictos que se recuperan en poco tiempo y tienen la vida mas normal del mundo como si eso jamás hubiese pasado, mientras que Lucas debió soportar medicamentos, abstinencia dentro del centro de rehabilitación, temblores, pesadillas, vómito y algunos terrores nocturnos aún cuando tras salir se veía tan sonriente y feliz. Mika se acostó en el sofá sin quitar la película, colocando sus brazos en su nuca mirando al techo pensando sobre eso, el sobre como Lucas en los últimos días en el centro podía verse tan bien y luego paulatinamente haber terminado volviéndose un ermitaño de su hogar con una personalidad mas similar a cuando lo encontró, la única explicación que encontró fue como ese lugar aislado fue reconocido por el como “seguro” al igual que ahora lo había hecho esta, su nueva casa, pequeña, alquilada, sin la mejor comodidad y aún así acogedora y amable, diferente de ese exterior que lo condujo a esa desgracia que igual Mika consideraba que el eligió y por eso, no le quitaba parte de la culpa, pero aún así, aún si Lucas eligió meterse diez tipos de droga o que si lo obligaron a veinte mas, no le importaba, el haría presente su favoritismo por Lucas y trataría al exterior y a los demás involucrados como los villanos ¿tenia favoritismo? Si ¿le importaba? No; ahora lo único que quería era ayudar a Lucas a alcanzar ese máximo potencial que el sentía había perdido. Pasando uno de sus brazos frente a su cara miró la lata de aluminio con el logo de una bebida al azar que usó para descargar su rabia—Maldita sea—apretó la lata-El cansancio por el día de trabajo desde tan temprano y la comida caliente en su estómago hicieron que Mika se quedara dormido en el sofá.
En el cuarto, Lucas ya se había duchado de forma rápida y puesto su ropa para dormir mucho mas cómoda y sentado en su cama tenía una libreta en sus piernas donde escribía usando este misma como apoyo, escribía sobre la invitación de Mika y su deseo que que todo saliese bien, de no sentir miedo, de no encontrarse con ningún “fantasma” que lo orillara de nuevo, de divertirse, de encontrar buena ropa que les gustara a ambos y preguntarle que demonios significaban todas esas obras de arte que seguramente no entendería, pero aún así, no escribía feliz y emocionado, escribía ansioso, con un ligero temblor que se reflejaba ligeramente en su letra y se hacía mas notorio cuando empezaba a hablar de los “fantasmas” y su miedo a recaer, a obtener el odio de Mika y volver a estar igual o peor que al principio, a que una simple salida terminara arruinando todo hasta ahora. Para cualquiera resultaría ridículo, tal vez incluso para el en un estado de menos ansiedad lo habría hecho, pero en ese momento lo veía como una cruel y peligrosa caminata por la cuerda floja. Su respiración comenzaba a acelerarse y abría la boca para respirar, sintiendo mayor el movimiento de su pecho y repitiendo la misma frase refiriéndose a Mika “no quiero decepcionarlo, no quiero decepcionarlo, no quiero decepcionarlo...”, escrita varias veces con algunas variaciones de momento como “no quiero quedar solo de nuevo”, “no quiero volver”, “no quiero morir” y solo dejó de escribir cuando soltando una bocada de aire dejó la libreta junto, hiper ventilándose en un intento de calmarse. Ya calmado, pasó su mano por su cara, diciéndose a si mismo que todo saldría bien y no debía exagerar, mas bien tratante de convencerse de sus propias palabras. Se repitió la orden de calmarse un par de veces regañándose con el pensamiento de que Mika seguro le diría que era ridículo, aunque en ese tiempo juntos parecía haber estado haciendo un esfuerzo por dejar los jalones de cabello, pellizcos y en gran parte de los insultos, aquella observación lo hizo reír ligeramente y finalmente ponerse de pie, caminando a la puerta donde vio como en la sala el televisor seguía encendido pero no veía la cabeza de Mika tras el sofá y al acercarse miró como este estaba dormido sin ningún tipo de almohada o sábana. Lucas suspiró y fue al cuarto buscando una sábana con la que lo cubrió y una almohada que metió bajo su cabeza, retiró con cuidado la lata vacía de su mano caída y coloco esta dentro del sofá suficientemente largo y ancho para que durmiese, podía hacer esto pero estaba seguro que de cargarlo despertaría y tal vez luego tuviese problemas para conciliar el sueño de nuevo. Lo observó unos segundos recordando todo lo que habían pasado, como con su personalidad del demonio igual actuó como su ángel y lo ayudo a salir de sus problemas, y aún hoy no lo dejó solo y fue capaz de arrastrarlo fuera del país con el. Lucas sonrió, si eso no era motivo suficiente para dar el todo por el todo en su recuperación, no sabía que podía serlo. Tocó uno de los mechones de Mika pensando, aquello era solo una salida ¿qué podría llegar a salir tan mal entre pinturas, esculturas, comida y ropa?.
Notas finales: Bien! esto me pone un poco nerviosa, espero les haya gustado y me dejen algún comentario. Bye~

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