Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Por una tradición. por Ashtad

[Reviews - 19]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola chicos!

Hoy me llego la inspiración mientras corría bajo la lluvia. 
Creo que jamás se los había platicado pero practico americano (para niñas claro xD) así que la inspiración me llega en los mementos menos indicados.

 

En fin... besitos.

 

Cuando llegó no podía sentirse más incómodo, todos los jugadores le miraron de reojo antes de recibir una orden de su entrenador. Gracias a eso Jon supo con quién debía dirigirse.


 


-Hola- saludo el chico al entrenador, este último era bastante joven y tenía una expresión por demás amigable- ¿amm bueno, me preguntaba si puedo entrar al equipo?


 


-Hola- lo miro de frente con una sonrisa- las inscripciones fueron hace dos meses amigo.


 


-Por favor entrenador, me esforzare para ponerme al corriente- esperaba lograr convencerle, el mayor lucía como una persona accesible, solo tenía que insistir un poco más- soy de nuevo ingreso y me he tenido que mudar a la ciudad así que estaba un poco fuera de sintonía con todo en realidad pero en verdad me gustaría jugar.


 


Aquel entrenador parecía analizar los escenarios futuros, comprendía la situación de ese chico pero no estaba seguro de cómo reaccionaría el equipo, en especial uno.


Jon solo sonreía intentando aguantar su impulso de suspirar.


 


-Inicias mañana, trae ropa cómoda- se giró para arrojar el balón que había estado sosteniendo, unos de los tanto muchachos en el campo lo atrapo. Jon se sorprendió por la potencia del brazo, aquel lanzamiento fácilmente superaba las siete yardas sin problema- entrenamos cuatro días a la semana con uno de descanso, campo tres a las dos de la tarde.


 


-Gracias coach.


 


Tendría que esforzarse un poco más pero con seguridad lo conseguiría, o eso pensaba hasta que llego y comprendió tristemente que era más complejo de lo que imaginaba. Jon sentía que hablaban una extraña lengua de la que él no tenía ni aprendido el abecedario. Cuando llegó algunos compañeros le explicaron escuetamente los nombres de algunas jugadas y movimientos, no habían sido demasiado específicos a causa del dinamismo que siempre gobernaba en el campo. En total había tres entrenadores, dos oficiales y uno a prueba que también era jugador, cuando Jon se enteró de quién se trataba sintió que todo se le comenzaba a complicar más y más.


 


-Kent!! Tienes que acelerar!!, cuando estas a cinco aceleras!!! ¿Cuántas veces te lo tengo que repetir?- ahí estaba de nuevo Jason presionando, así lo venía haciendo desde que llegó.


 


Según el Coach Todd aquel novato no debía formar parte del equipo, para estar ahí se debía de ser una persona dedicada, cumplida y con mucha disciplina y el haber llegado dos meses tarde no hablaba muy bien de Jon quien sufría en silencio.


 


-Si entrenador!


 


No le quedaba más que continuar, sus padres ya le habían enviado un equipo nuevo ahora sí que no podía declinar. Mientras corría veinte vueltas al campo a forma de castigo se lamentaba por haberle contado a su familia. De su primer día ya había trascurrido dos semanas donde el joven Kent se preguntaba a diario si valía la pena el sufrimiento. Después de todo no tenía nada seguro.


 


Sin embargo Jon era persistente y lo demostró cuando en dos semanas más aprendió aquel idioma extraño, ahora ya no se sentía tan perdido como en el inicio y lo mejor es que solo le había costado reprobar tres de sus primeros exámenes en sus clases normales.


Los entrenamientos eran duros, siempre bajo el rayo del sol o bajo la lluvia, no había día en el que no practicaran, al parecer ni a los entrenadores ni a los jugadores les importaba el clima, lentamente Jon se comenzó a acostumbrar a ese estilo de vida.


Los golpes en la cara, las insolaciones, los dedos doblados, las gripes y los desgarres en los músculos cada vez empezaron a ser menos. Jon descubrió que era bueno en atrapar el balón y eso fue su pase a la siguiente fase.


 


Durante todo ese tiempo veía de vez en cuando a Damian junto a sus amigos (la chica bonita de cabello negro y un muchacho pelirrojo) ir a los entrenamientos. Descubrió dos cosas en esos días.


La primera era que el coach principal y Damian eran también hermanos, eso fue una sorpresa que le valió un fuerte balonazo en el ojo por distraerse de su atrapada y la segunda cosa de relevancia era que deseaba cada vez con más fuerzas hablar con ese ojiverde de linda piel y sonrisa arrogante. Ya había escuchado las historias sobre Damian “el demonio” Wayne pero eso solo provocaba que la ansiedad creciera.


 


Recibía las llamadas de sus padres con constante regularidad, a veces se mostraba platicador y otras tantas se limitaba a responder con un “Sí” o un “No”


Las clases iban medianamente bien, las materias que más le costaban eran las más importantes y la frustración le crecía por ratos donde se preguntaba si resistiría el paso apretado que el mismo se había obligado a tener. Sus amigos hacían los días más a menos y los compañeros en el campo pronto se convirtieron en grandes camaradas con los que también se pasaba de un buen rato entre bromas y risas. Había tardes en las que escuchaba a sus compañeros hablar sobre la familia Wayne, se sorprendió por la cantidad de fans que esos cuatro chicos llegaban a tener.


Jon había entablado conversación con tres de los cuatro. Dos en el campo y otro más en las asesorías de sus materias más complicadas, Tim era increíblemente inteligente y agradable.


 


Las cosas no le marchaban ni bien ni mal, solo transitaba cada día como el pasado, sumido en una rutina que pronto se acabaría.


Las únicas ocasiones donde escapaba de esa costumbre era cuando en medio de algún entrenamiento mientras “pulían” entre ellos sentía la mirada del demonio sobre él. Tres veces sus irises se habían enfrentado y en esas tres ocasiones Damian le había dedicado una fugaz sonrisa que le fascinaba a Jon.


Damian a veces iba con sus amigos o solo. Se sentaba en una banca bajo la sombra de un árbol mientras esperaba a alguno de sus hermanos, cuando Jason entrenaba por lo general Dami lo esperaba con una botella y toalla en mano. Kent aún no definía qué era lo que sentía cuando a la distancia veía a Jason acercarse a tomar agua y darle un beso en la frente o mejilla a su hermano menor, o Dick quien a veces lo abrazaba y le despeinaba juguetón.


 


Se decidió por seguir mejorando, descubrió que ahora era más popular entre las chicas de su salón por el simple hecho de entrar con el uniforme o el equipo de entrenamiento. “Todo cambiara”, ese era el mantra de Jon hasta que el día definitivo llegó.


Cuando empezaban la temporada intersemestral.


 


Los partidos pronto daría inicio de nueva cuenta y los entrenadores tendrían que elegir a los jugadores más preparados para competir con las otras universidades que cada vez jugaban más reñidas, ansiando arrebatar el título de invictos a la casa de Gótica.


 


-Jon, puedes venir un momento?- Grayson movía la mano para que se acercara, junto a él estaba en otro coach y Jason con una mala cara.


 


-¿Que ocurre entrenador?- preguntó al ponerse a su altura.


 


-Entraras esta temporada, no es probable que juegues- sincero como siempre le hablo- pero estarás en la banca.


 


Cualquiera podría pensar que estar en la banca era un deshonor, sin embargo en un equipo tan grande que fácilmente superaba a los 40 jugadores, el simple hecho de estar entre los 18 oficiales y siendo el novato entre los novatos era como ganar la lotería en el primer intento.


 


-A partir de mañana ustedes practicarán una hora más al resto. Come y duerme bien- Dick le dio una palmada en el hombro para que saliera de su ensoñación y a modo de felicitación.


 


El haberlo elegido había sido una pelea entre los hermanos quienes diferían en la opción de permitirle estar o no. Durante el transcurso de tiempo Jon había destacado rápidamente, Dick pensaba firmemente que era talento natural que se debía de aprovechar con estímulos  mientras que Jason lo atribuía a mera suerte. El final de la discusión terminó con dos votos a favor y uno en contra de que el novato Kent les cuidará las espaldas.


 


Los partidos eran estresantes por la carga que recaía en ellos y al mismo tiempo divertidos gracias a las palabras alentadoras de Grayson. Jon se pasaba sentado en la zona especial de jugadores desde donde tenía una vista perfecta. La vista al campo también era buena, pero casi siempre Jon se perdía de las jugadas por observar constantemente al dueño de sus nuevas y frecuentes fantasías.


 


Los partidos pasaron y el equipo avanzaba sin contratiempo, todo marchaba de maravilla hasta que llegaron a la final enfrentándose a los que se les podía considerar como sus enemigos eternos. Los centauros de Metrópolis.


 


Esos chicos eran firmes, bien entrenados, diestros y lo demostraron al llegar igual de fácil a la tan esperada final. Entre sus filas se encontraban dos de los mejores core back con los que se habían enfrentado en mucho tiempo. El marcador se mantenía en constante cambio sin variar mucho el uno del otro.


Dos malos movimientos habían sido necesarios para que los Centauros tomaran la ventaja por dos puntos y la presión psicológica comenzará a hacer estragos sobre el equipo de Gótica.


 


-Cuando estés a diez tomas una ruta corner- indicó Dick con el rostro serio- Harper, espera hasta ese momento para lanzar.


 


-Ese imbécil está molestando desde hace un rato- gruño como de costumbre cada vez que jugaban.


 


-El número 38? Lo sé, trata de no hacer nada estúpido, necesitamos tu brazo.


 


Roy Harper era un lanzador de primera, pero con un temperamento terrible. Una vez más lo dejó en claro cuando en medio de polvo y pasto Harper se aventó sobre aquel molesto jugador ganando una descalificación para sí mismo y un cambio para el otro quien no pudo ponerse de pie solo. Dick miró a sus jugadores buscando un equilibrio que no los afectará tanto. Con el lanzador fuera solo le quedaba Jason como core back, pero eso significaba moverlo de posición y eso arrastraba un cadena imprevista donde solo le quedaba una carta por usar.


Jon por fin prestó atención cuando el dedo de Dick lo señaló primero a él y luego al campo.


¡¿Qué era lo que quería?! ¿Que entrara a jugar? En un inicio hubiera festejado esa oportunidad pero esas eran las finales y su confianza había bajado drásticamente desde que vio cómo su capitán salió volando obteniendo así un feo caminar a causa de una herida en la pierna.


Cuando pisó el pasto las piernas le temblaron, a lo lejos en las gradas más altas vio a sus amigos gritar de emoción por verlo por primera vez con el uniforme oficial. Creyó que se desmayaría al ver el tamaño de esos chicos, ahora entendía porque se llamaban Centauros.


Los minutos pasaron y los murciélagos a muy duras lograron mantenerse al mismo ritmo; aun perdiendo usaron las mejores jugadas que tenían aferrándose a ganar.


El hijo del reportero ahora tenía el uniforme lleno de tierra y seguramente de moretones bajo este. Una paliza les esperaba al ver el nuevo cambio que hacían los visitantes.


 


-Esto es ridículo Dick!!- espeto Jason- vuelve a meterme.


 


-No con esa pierna así- se notaba el sufrimiento, debía hacer algo antes de que fuera demasiado tarde.


 


-Siempre se deben tener presente los riesgos para justificar la recompensa.


 


Tal vez si dejaban a Jason en una posición menos riesgosa aún podían ganar, después de todo, ya habían conseguido empatar y solo necesitaban de una anotación o robar más terreno para colgarse las medallas y llevar el trofeo a casa. Dick lo miro. Confiaba en su equipo, esos chicos, todos y cada uno de ellos se había esforzado para llegar en donde estaban, no podía simplemente tirara la toalla.


De nueva cuenta el capitán regresó al campo. Todos se acomodaron con chispas en las entrañas por la sonrisa burlona de los Centauros quienes pensaban ya habían ganado.


 


El silbato sonó permitiendo atascarse. Jason retrocedió, volteo dos veces el rostro, una a la izquierda y otra a la derecha, donde se encontraba Kent. El jugador de la izquierda entendió el mensaje e inició una rápida aceleración logrando que varios tantos lo buscarán detener, esa era la brecha necesaria que se abrió ante Jon para que pasara.


En medio de eso sus piernas se activaron, corrió hasta el final del campo al otro lado esquivando lo mejor que pudo la batalla que se libraba en el centro, los jugadores contrarios leyeron sus intenciones al igual que Jason quien con la potencia de un cañón lanzó el balón hacia el novato del equipo, en las gradas la excitación tocó su punto culmine donde algunos gritaban y varios otros sostenían la respiración. En medio del espectáculo Damian se puso de pie, había pasado mucho tiempo desde que era espectador de un partido tan reñido.


 


Y entonces pasó lo que debía de pasar.


 


Jon salto lo más alto que pudo, casi con las puntas de sus dedos y un milagro fue que logró alcanzar la bola cayendo de espalda y sosteniéndolo como si su vida dependiera de eso logrando conseguir el touchdown que les aseguraba la victoria.


El silbato sonó y Jon aún no se había parado mirando el cielo a través de su casco, fue consciente de lo que sucedía hasta que las manos de sus compañeros lo pusieron de pie, todo era una juerga efusiva, gracias a ese novato habían conservado su título de invictos.


 


“Bien hecho novato” susurro Jason apartado del festejo, la pierna necesitaba atención.


 


-¡¡¡BIEN JONHY!!!- escuchaba los gritos de victoria provenir de todas las voces- ¡¡ANDA DASELO!!


 


No entendía a la perfección y cuando sus compañeros vieron la incertidumbre le explicaron lo más calmados que el sabor a triunfo les permitió.


 


-AQUÍ EN GÓTICA ES TRADICIÓN!!!- aún gritaban para poder escucharse, Jon tenía el brazo de varios compañeros sobre de él de forma amistosa- SI ERES EL NOVATO Y EN TU PRIMER PARTIDO HACES UN TOUCHDOWN LE DAS EL BALÓN A QUIEN SEA Y DEBE SALIR CONTIGO!!!!


 


¿Tan perfecto era todo?, el dolor, los resfriados, las malas notas, ahora todo valía la pena! Jon no conocía esa tradición pero gracias a los dioses existía y ahora las cosas se ponían en una perfecta unión para que el alcanzara lo que le quemaba durante las noches desde que vio esos engreídos pozos verdes.


 


-Rayos- susurro Maya a su amigo, pensando que de nueva cuenta tendría que fingir disfrutar de una cita con algún tonto jugador lleno de testosterona y nada de neuronas.


 


Damian rio con burla pero pronto su semblante cambio, ambos pelinegros se quedaron atónitos al ver para quién era ese gastado balón de cuero manchado con sudor. Damian arrugó la nariz al enfrentar sus ojos aun a través del casco sucio de tierra del ese tal número “53” quien parecía le sonreía malicioso. Aceptando el trofeo de una victoria que él debía de corresponder sus caminos se cruzaron, aunque más que eso parecía un choque desconfiado. Definitivamente sus hermanos matarían a ese novato ingenuo.

Notas finales:

Gracias por leer! Los quiero besos!


<3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).