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Solo una palabra por Ayumi Kuran

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Notas del capitulo:

¡Hola! Hace ya unos días una idea me viene dando vueltas en la cabeza y...ya no pude resistirme más a ella XD. En este fic voy a hacer varias parejas, cada una independiente, en la que una sola palabra lo dará todo por hecho. Os recomiendo que si os interesa leais las notas finales.

 

Por ahora solo quiero decir...¡disfrutad de esta historia! La primera que hago de esta pareja.

Roronoa Zoro era un testarudo, un cabezota y la persona que se perdía con más facilidad en el mundo, ¡nunca había conocido a nadie con esa capacidad de perderse! Esperaba que su nula orientación no fuera hereditaria sino sus hijos iban a pasarla realmente mal a lo largo de su vida, eso era un hecho. Aunque bueno, conociéndolo iba a ser muy difícil que en algún momento fuera a tener algún descendiente.

 

Perona dejo salir un pequeño suspiro, elevándose y atravesando las paredes hasta llegar al salón, donde Mihawk estaba leyendo en calma uno de sus libros junto a una copa de vino.

 

- ¿Y Zoro?- Su mirada había vagado por el lugar pero no había dado con el inútil de su compañero de cuarto.

 

- Se encuentra entrenando en el bosque.

 

Ante esa declaración Perona hizo una mueca, revoloteando en el lugar mientras se cruzaba de brazos, no quería admitir que estaba preocupada por ese cabeza de césped.

 

- ¿No deberías estar entrenándolo?

 

- Usted no debería de meterse en asuntos ajenos, menos cuando no fue invitada a mi morada.- Mihawk no estaba feliz por ese comentario, odiaba que se metieran con su forma de entrenar. A los pocos segundos desvió su mirada a la lectura, obviando la presencia de la chica.

 

La peli rosa por su lado estaba en desacuerdo por la actitud desinteresada que el otro estaba tomando en cuanto al de ojos azulados, por lo que monto una pequeña rabieta antes de salir del lugar en busca de la persona más desorientada del mundo entero. Los pequeños fantasmas que había creado lo buscaban con insistencia por todo el bosque mientras que ella misma iba de un lado a otro entre las ruinas tratando de dar con él, en vano, pues a cada segundo estaba más lejos de dar con su presencia, ya hasta creía que había muerto. ¡Eso sí que no! Puede que se la pasaran peleando pero prefería estar con él que a solas con Ojos de Halcón.

 

- Estúpido.- Ante esa queja no dudo en volar hasta el lugar de dónde provenía, viendo como el espadachín estaba con el ceño fruncido, mascullando improperios contra su maestro mientras entrenaba con más dureza.

 

- No los entiendo.- Murmuro, manteniéndose escondida pero sin perder al otro de vista.

 

En esos meses que había pasado en la isla junto a Zoro había logrado mantener una peculiar relación con él, las peleas no faltaban a lo largo del día pero a la vez se tenían un gran alto de confianza el uno con el otro, descubriendo mucho más de cómo era realmente ese chico que trataba de esconder en lo más hondo de su ser ese niño que una vez en el pasado fue y que había decidido enterrar cuando el peso de una promesa había sido puesto por completo en sus hombros.

 

Según lo que él mismo le contó, años atrás, hizo una promesa con un ser querido, jurando ser el mejor espadachín del mundo junto a esa persona. La muerte de esta solo ocasiono que solo el peli verde pudiera serlo, obligándose a luchar de la manera en la que lo hacía. Lo peor vino cuando ciertos sentimientos empezaron a fluir por este.

 

Perona era consciente de los sentimientos del espadachín más joven, mucho más de lo que él se podía imaginar. Sabía todos sus deseos,

 

Deseaba volver con sus nakamas.

 

Deseaba ser más fuerte.

 

Deseaba ser el mejor espadachín del mundo.

 

Deseaba ganarse el respeto de Taka no me.

 

Deseaba al mejor espadachín del mundo.

 

Desgraciadamente se pasaba grandes horas al día sola, sin nada que hacer realmente, por lo que había optado por perseguirlos en sus entrenamientos y con el paso del tiempo desarrollando una habilidad que no sabía que tenía hasta tiempo atrás: la observación.

 

Se pasaba las horas viendo a ambos, el como en ocasiones sus miradas se veían reflejadas en deseo, sus movimientos a veces se hacían insinuantes sin darse cuenta, la tensión sexual era mucho más palpable de lo que se podía apreciar a simple vista. Eso la molestaba, la hacía rabiar porque ambos podían apreciarlo pero no hacían nada por solucionarlo.

 

Podía entender que Zoro se hubiera sentido atraído por el hombre de ojos dorados, que no quisiera involucrarse con él por miedo a que pudiera pasar a algo más grande en cuanto sentimientos respecte, después de todo son dos años los que iba a permanecer en el lugar. No obstante eso no hacía que cambiará de parecer, porque la chica fantasma sabía que la verdadera razón para ignorar su sentir era el miedo a saber que no podría matarlo, por consecuencia no podría cumplir con su promesa, si se dejaba caer aunque fuera por una vez.

 

Mihawk por otro lado era complicado, no sabía cómo descifrarlo pero eso no evitaba que hubiera visto que este estaba lleno de deseo por poseer al otro, lo sabía, pero a causa de la estúpida promesa este se negaba a dejarse caer con el otro. Después de todo, no quería romper los sueños y ambiciones de Roronoa.

 

Y todo eso ocasionaba la tensión, las peleas tan frecuentes, la desesperación en la única mujer del lugar que ya no sabía qué más hacer para poder lograr que estuvieran juntos, había probado de todo en vano.

 

- ¿Te volviste a perder?- Agitando su cabeza salió, ya iba siendo hora de volver al castillo.

 

- ¡Yo no me perdí!- Se notaba que ya estaba enfadado, ese comentario le molesto un poquito más.- Es el lugar el que cambia de sitio.

 

- Sí, claro.- Rodó sus ojos, cruzándose de brazos.- Anda, vamos ya al castillo, se ha hecho muy tarde.

 

- Yo aún no me voy.- Perona puso una de sus transparentes manos en la espada contraria.

 

- El entrenar más no hará que mejores antes, no si no te cuidas bien.

 

Sus miradas chocaron y para su sorpresa, vio al otro guardar su espada mientras se dejaba guiar por la chica, el silencio era evidente, algo que Zoro prefería antes de que su compañera comenzara la conversación que tanto estaba evitando. Por suerte se mantuvo de esa forma hasta llegar al castillo, donde ambos entraron para coger la cena que Zoro había preparado antes de irse a entrenar, siendo vistos de mala manera por Mihawk, a quien Zoro le devolvió la mirada.

 

- No os entiendo.- Su ceño se frunció, dispuesta a dejar las cartas en la mesa de una vez.

 

- No me extraña.- Murmuro Mihawk tomando de su copa.

 

- ¿El qué no entiendes?- Extrañamente, Zoro se había vuelto en ese momento dulce y condescendiente con ella para fastidio del otro hombre.

 

- No entiendo por qué si os atraéis tanto, si estáis deseosos de arrancaros la ropa y follar como conejos no lo hacéis.

 

El silencio se hizo presente en el lugar, el menor sentía que se atragantaba con su propia saliva al escucharla mientras que el mayor se encontraba completamente tranquilo, analizándola.

 

- ¡¿Cómo puedes decir eso?!- Y la calma de Zoro se acabo.

 

- Es la verdad.- Dijo tranquila, aún enfurruñada.- Se puede notar la tensión sexual a kilómetros pero sois demasiado orgullosos para decirlo. Pues si no lo hacéis vosotros, yo lo hago.- La mano de Perona apunto a Mihawk, importándole poco la mirada desorientada que empezaba a tener su compañero de cuarto.- Zoro se masturbo pensando en ti.- El nombrado se sonrojo hasta las orejas al oírla mientras que Perona se dirigía a Zoro, apuntándolo.- Mihawk te devora con la mirada mientras te bañas.

 

Sin decir más se fue del lugar, volando para dejarles algo de intimidad mientras cerraba las puertas con llave. Con un poco de suerte, conseguiría que ese par finalmente se confesaran o al menos que tuvieran sexo.

 

Por otra parte el silencio en la habitación era incomodo, demasiado, al ver que su secreto por parte de ambos había sido revelado.

 

- Iré a dormir.

 

Zoro no aguantaba esa tensión, se sentía avergonzado y humillado, lo único que deseaba en esos momentos era alejarse de el causante de ese estado no obstante no llegó a la puerta cuando la silla que ocupaba el otro fue retirada, su brazo apresado, haciendo que le viera.

 

- Es desvergonzado que se masturbe pensando en su maestro Roronoa.- Sus ojos le taladraban hasta el alma.

 

- Es más desvergonzado espiar a tu alumno en la ducha mientras le devoras con la mirada.- Se la devolvió, viendo la sonrisa aparecer en el rostro contrario.

 

- Lleva razón…sería mejor si directamente nos acostáramos, así no habría esas tentaciones.

 

- Sí…quizás sea lo mejor.- Murmuro, fijo en esos ojos.

 

Sus labios chocaron con fuerza, dejándose llevar por esa única noche ante la tensión que se estaba llevando a cabo. Después de todo era un deseo, uno que por fin podrían cumplir, sin ser conscientes de que a su misma vez estaba cumpliendo el deseo de Perona.

Notas finales:

¿Qué tal? ¿Me salí mucho de las personalidades? No estoy convencida de ello pero espero que os haya gustada esta pequeña historia nwn.

 

¿Tenéis una pareja que deseais leer pero no encontráis? Pues podéis pedirla quí sin ningún tipo de miedo. Solo tenéis que poner la palabra con la que deseais que este ambientada la historia (también se vale una frase) y la pareja. Por ejemplo:

 

Amor - Zoro x Sanji

 

Y yo os hare esa historia nwn. Puede que tengáis algunas preguntas cómo:

 

¿Cuándo actualizaras? Pues los viernes, si puedo escribir el primer pedido antes de este viernes, actualizaré para entonces la siguiente historia.

 

¿Cuántas parejas podemos pedir? Una por comentario, durante todas las historias.

 

¿Puede ser cualquier pareja, por más rara que sea? Sip, cualquiera que se pida yo la haré sin dudarlo, aunque admito que a lo mejor me cuesta con algunas más que ocn otras.

 

Ahora os pregunto yo: ¿alguien se anima?


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