Minho, uno de los demonios que lo llevaba, se le quedo viendo sin decir palabra alguna.
-Taehyung, serio, miraba hacia el frente- Si tienes algo que decir dilo. No soporto que me vean como algo raro.
Minho: tú... solo eres una víctima. – Tornando su mirada hacia el frente.-
-Taehyung se empieza a reír- y si así lo fuera... ya es demasiado tarde para arrepentirme. –Derramo una lagrima difícil de ver para sus acompañantes.- Tengo que ser el malo no importa que. Ya no puedo hacerle más daño.
-Taemin, el segundo demonio que se encontraba escuchándolos, para en seco haciendo que los otros dos hicieran lo mismo- ¿Pueden estar en silencio? Tú, alma víctima. Hemos llegado.
-Taehyung, voltea ver y lo primero que se encuentra es una habitación gris, vacía- ¿Esto es el inframundo?
Minho: No, es la entrada. Aquí recibirás tu sentencia.
Taemin: De aquí depende todo. Hasta luego, alma víctima-Taemin, sonríe y desaparece.-
-Minho, sin cambiar su expresión...- Espero que sepas escoger bien –Desaparece.-
-Ahora, Taehyung se encontraba solo, en un cuarto vació y sin saber que hacer.- Esto me trae viejos recuerdos.
Suga: ¿Cómo cuáles? –Aparece con un libro negro en la mano.-
-Taehyung, sorprendido, voltea a verlo.- Hace algunos años atrás fui encerrado en un centro psiquiátrico. Fue algo parecido a esto.
-Suga se acerca con una sonrisa burlona.- Suena interesante. Deberíamos volver a ese tiempo.
Taehyung: ¿Qué quieres decir?
Suga: la verdad, es que si eres víctima de esto. Es por eso que tu alma no puede ser trasladada a ningún lado... Aunque hayamos una solución bastante divertida para mí gusto. – Suga, abre su libro en una página donde sale la cara del joven y la de Jungkook. Solo que la de Taehyung se encuentra marcada con una equis rojiza.-
-Taehyung, intenta tomar el libro- ¿Qué es eso?
-Suga lo cierra antes de que lo tome; moviéndose también de lugar- Es el libro de los muertos. Cómo pudiste ver tú te encuentras marcado. Si no me crees ve tu mano izquierda.
Taehyung, observo que su mano tenía una x negra, algo pequeña.
Suga: Es como marcamos a los culpables. Solo que la tuya se está encogiendo por alguna extraña razón... pensándolo bien, no tan extraña. El chico de hace rato dijo que él era el culpable, ¿Qué quiso decir con eso? –Tornándose serio.-
-Taehyung dudo en hablar, retrocediendo.- ¿Por qué tendría que decírtelo?
Suga: Porque necesito saber a qué tiempo necesito regresarte para solucionar todo este estúpido enredo que hicieron ustedes dos. –Enojado- Así que habla mocoso.
Taehyung: todo empezó hace 4 a... ¡No! Hace 6 años –Intento disimular sus nervios. Mintió.-
-Suga lo miro sabiendo que este estaba engañando.- Está bien –Suspira- te dejare en ese tiempo, pero más vale que arregles las cosas.- Toma su reloj de bolsillo y le da vuelta a las manecillas- Tienes un límite de tiempo. –Señala la marca del joven.- esa cosa ira desapareciendo. Si para entonces no has arreglado nada, tu alma permanecerá para siempre...
Taehyung: Lose, lose. Me quedare en el inframundo.- dijo, interrumpiendo a Suga.-
-Suga empezó a carcajear consternado a Taehyung.- Sera peor. –Volvió a su seriedad.- Iras al limbo. Te quedaras atrapado para siempre en un bote, llevado por las aguas negras sin que nadie te pueda sacar de ahí. – Mueve su mano y hace desaparecer poco a poco a Taehyung.-
-Taehyung, cuando abre los ojos se encuentra en su habitación. Se levanta de golpe y lo primero que ve en el espejo es su yo de 16 años.- Esto es increíble.- Su voz apenas y salió.-
-De repente, se abre la puerta de su habitación- ¿Qué es increíble?
-Taehyung, voltea al instante al escuchar aquella voz. Lo ve y no puede creerlo. Su papá Donghea se encuentra ahí, sonriéndole como hace mucho, mucho tiempo. No puede evitar llorar. Tapa su cara intentado cubrir su dolor. También intenta correr hacia él, pero sus pies no le responden. Y es que si lo hacen y lo abraza tiene miedo que desaparezca- pa... pá.
-Donghea corre abrazar a su hijo ante tal escena.- ¿Tea que te pasa? ¿Te hiciste daño?
-Taehyung, al sentir los brazos de su padre no puede dejar de llorar.- Eres tú. –Lo abraza tan fuerte que le duelen las extremidades, pero aun así lo sigue haciendo por miedo a que desaparezca.- No te vayas, no te vayas.
Donghea: Tae, me estas lastimando, ¿qué tienes? –No puede soportar el peso de su hijo haciendo que los dos cayeran al piso.- ¿Tuviste un mal sueño, hijo?
-Llorar. Era lo único que podía hacer bien Taehyung.- Uno muy feo y largo.
Papá esta noche quédate en casa. No creo que pueda dejar de llorar.
-Donghea, le da palmadas en la espalda, intentando tranquilizarlo.- ¿Desde cuando te volviste de nuevo un bebe llorón TaeTae?- Su sonrisa era sonora en el oído de su hijo.
Taehyung: Desde que te fuiste. –Limpia sus lágrimas y voltea a ver a su padre.- Quédate conmigo. Ellos me harán daño, todos me harán daño. –lo vuelve abrazar.-
Donghea: Tae, ¿Otra vez viste películas de terror con Jungkook? Por cierto, ¿qué le paso a Jungkook? –Voltea a ver a todos lados.- ¿Dónde está?
-Jungkook, alza la mano gritando.- Aquí papa de Tae. Fui al baño.
-Taehyung, voltea a ver al pequeño Jungkook de 14 años que está en la puerta de su habitación. Le resta importancia volviendo abrazar a su padre.- Papá, ¿Puedes quedarte conmigo hoy?
Donghea: Sabes que debo trabajar. –Acerca a Jungkook y los abraza a ambos.- Pero aquí tienes a Jungkook. Él te prometió que se quedaría contigo todo el fin de semana, ¿no? –Se levanta- Bueno, es hora de desayunar así que bajen cuando terminen de asearse. –Sale de la habitación sin que Taehyung lograra hacerlo cambiar de opinión.-
-Jungkook, se le queda viendo a Taehyung muy serio.- ¿y a ti que bicho te pico?
Taehyung: me agrada más el Jungkook grande – dijo, dándole una mueca de disgusto al niño.- Vamos, tenemos que bajar a desayunar.
Cuando bajaron, pudo ver que su mamá estaba en la cocina haciendo panqueques para todos; su papá no paraba de besarla y sonreírle.
Taehyung, después de lo sucedido ya no podía creer en su madre, por lo que solo evito verla a la cara.
Yoona: Cariño, hice tus panqueques favoritos "panqueques Pikashu" –le sonríe.-
-Taehyung, sin intención de ofender a la mujer, aleja el plato.- No gracias, solo tomare un vaso de jugo. –Le regala una sonrisa a su padre.- ¿Papá, me pasas el jugo? –señalando su baso para que lo llene.-
-Donghea, le sirve regañándolo con la mirada.- deberías comer lo que te preparo tu madre. Se despertó muy temprano para hacerlos.
Jungkook: Y yo me los estoy comiendo- ambos hombres se quedaron viendo al joven que atacaba la comida sin pena.-
-Taehyung, señala a Jungkook tomando su jugo- Así es, él se los está comiendo – Dice, levantándose de la mesa.-
Yoona: Tae, ¿Estás enojado conmigo? –Se acerca a su hijo.-
-Taehyung solo le da una sonrisa fingida.- claro que no mamá. Es que ayer kookie y yo comimos muchas cosas y no tengo hambre.
-Jungkook asiente con la boca llena.- Esas gomitas con chocolate y mantequilla de maní eran buenas.
Taehyung: Y por ese motivo es que no tengo hambre. –Se aparta de su madre.- Papá aún es temprano ¿podríamos ir al parque y jugar?
-Donghea, se siente en la mesa y toma el periódico- ¡Claro! Que se diviertan.
Taehyung: Yo hablaba de ti y de mí.
-Jungkook, se levanta de la mesa- ¡Oye! ¿Qué hay de mí?
-Taehyung, lo ve de pies a cabeza- me gusta más el Jungkook grande –voltea a ver a su padre- ¿Podemos ir los tres?
Donghea: Esta bien, pero regresaremos temprano. Necesito arreglarme para el trabajo.
Taehyung en toda esa mañana pudo volver a revivir los momentos que había perdido. Estaba decidido a salvar a su padre cueste lo que cueste.