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Entre el Cielo y la Tierra por Zuka_7

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Notas del fanfic:

Se incluyen las 6 parejas originales de Exo, si incluye Toris y Hunhan (justo en el cora)

Será actualizado todos los miércoles sin falta, es bastante extenso y espero les guste.

Si tienen creencias, no se ofendan, esta todo sacado de mi imagincación, no significa que lo crea jajaja...

en fin si tienen dudas comentarios, son bienvenidos. ~

a disfrutar un rato de yaoi pueh

Notas del capitulo:

Bienvenidos, este fic estará actualizandose cada miércoles, se les quiere mucho, en mi cuenta de Watt lo estaré subiendo los martes así que ustedes deciden, les quiero, besos. 

 

Wattp'ad: @Zuka_7

Algunas veces nacemos de una forma en que deseamos nunca haberlo hecho, yo nací en el cielo, siendo un ángel. Siempre fui distinto de los demás ángeles, aborrecía la idea de tener que cuidar un humano y a la vez no deseaba ser un ángel. Quizá si hubiera nacido siendo un humano, todo habría sido distinto, no habría tenido una razón para haberlo conocido y si por alguna razón lo habría conocido a él, entonces no me hubiera visto forzado a permanecer a su lado.


Me enamoré de un mortal que nunca sería más que eso, un mortal.


 


*Hace diez años*


 


“Los ángeles, hijos del creador, han sido nacido con el único propósito de cuidar a aquellas ovejas que residen en la Tierra; los Humanos. Las vidas de las personas se ven alteradas por el sin fin de destinos que pueden llegar a tener, ningún destino se encuentra escrito, los mismos hombres lo labran. Sin embargo, hay veces que su camino se ve afectado por externos, estas personas sufren de una manera demasiado cruel, tan cruel que derramaron lágrimas del Creador.


Al no querer ver a sus ovejas separadas del rebaño, el Creador le dio la tarea a todos sus ángeles de descender a la Tierra mínimo una vez en su vida, con ello habrían cumplido el propósito de su existencia.”


 


-¿El propósito de mi existencia? ¿Cómo el propósito de mi existencia es cuidar a un maldito humano?- Molesto cerré el libro de Historia del Cielo y la Tierra y me tumbé en mi cama, no quería, no iba a bajar, primero tenían que obligarme.


 


-¡¡¡Kungsoo!!!


-Déjame Chanyeol, no pienso bajar a la Tierra...- estaba aferrado a mi almohada negándome a dejarla ir, bueno eso fue hasta que de repente sentí un pequeño dolor por mi espalda, me hizo levantarme de golpe por la sorpresa y el leve ardor.


-¿¡Cuántas veces tengo que decirte que no me arranques las plumas!?


-Es la única forma de hacerte reaccionar~


-¡Ven acá!- empecé a corretear al más alto mientras nos dirigíamos al puente.


Finalmente para nosotros, había llegado el día en que debíamos descender del Cielo a la Tierra para cuidar a los seres humanos, por ejemplo aquellos que viven en soledad, que tienen problemas o cualquier tipo de cosa que puede ser arreglada sin duda por un amigo. Exacto, ese amigo seríamos nosotros.


Todos tenemos la obligación de escoger una persona para ayudarla y protegerla. Para poder escoger a esta persona, según los ángeles que han vuelto, primero debes sentir un golpe en el pecho que va creciendo, se va haciendo más fuerte y doloroso. Ahí es donde se crea el lazo que une a las personas y a los ángeles, algo como el lazo rojo del destino… o bueno eso alcancé a entender en las clases. Tomamos clases para aprender algunas de las costumbres de los humanos, así no parecemos aliens que llegan sin saber ni cómo usar los cubiertos.


En fin, el punto es que ambos terminan haciéndose grandes amigos, a veces se enamoran, no importa si se trate entre mujeres y hombres o el mismo sexo, quedan unidos de por vida, al menos en eso nadie había fallado.


-Espero que pueda cuidar a una chica delicada y linda.


-Sigue siendo un mortal, más te vale no enamorarte.


-Ya sé, pero ¿qué tal si es una niña pequeña? Podría ser su hermano mayor o algo por el estilo.


-A mí no me importa nada de eso, así que adelante, si gustas, pero no depende de ti.


-Soo, por alguna razón estas aquí. En tu vida pasado algo debiste hacer que te trajera aquí.


-Si bueno, eso lo dudo y si así fue no tengo la menor idea de que cosa hice.


-¿Nos veremos allá?


-¿Eres idiota? Por supuesto que sí, somos hermanos.


-¡Bien! Oye mira, es Junmyeon, el ángel que ha bajado más veces a la Tierra.- Junmyeon es un ángel de unos  ciento ochenta años que aparenta tener nuestra edad, pero en los ángeles los años sólo son números sumados.


La realidad es más dura de lo que se aparenta con nosotros, los humanos normalmente no viven más de 80 años, entonces cuando el ángel termina sus servicios se puede decir que se queda solo, con un vacío. A la mayoría se les da permiso de no volver a bajar a la Tierra, ¿quién podría soportar dos veces la misma pérdida?  Muchos terminan desapareciendo, piden acabar con sus servicios y desaparecer, dejar de existir, nosotros también podemos morir. Se rumorea de un cielo aún mejor del que nosotros vivimos. ¿Suena ridículo no?


Pero definitivamente ese no había sido el caso de Junmyeon que seguía bajando a pesar de las tres pérdidas que ya había sufrido. Si él quisiera incluso podría solicitar ser un ángel mayor, estos son aquellos cuyos nombres son reconocidos por todos los ángeles y tienen mucha más autoridad por así decirlo, como bien podrían ser; Rafael, Gabriel, Usiel, Zafiel. Es importante no meterse con ellos.


Hasta donde llegué a saber Junmyeon había sido como padre de un mortal, esposo de otra y mejor amigo de un último, todos murieron en sus manos. Aun así… él continuaba.


-¿Listos angelitos?


-¿Así qué te crees el mejor de todos los ángeles?- ¿Yo? ¿Educado? Para nada, por eso aquello sonó como una burla cuando Junmyeon nos dirigió la palabra.


-¿Acaso ves esto como un tipo de competencia?


-No, pero...


-Tú, eres nuevo ¿cierto? He escuchado rumores sobre ti, el ángel egoísta que sólo ve a los humanos como una carga. Te explicaré, en la Tierra no hay tiempo para estar holgazaneando, todo lo que hagas constará de mucho esfuerzo y terminarás sufriendo. Eso, está claro con tan sólo mirar tu cara, eres débil y vulnerable. – Su manera de hablar me hizo dudar un momento, pero para mí, eso fue retarme. Hubiera contestado con alguna ofensa de no ser porque Chanyeol me sujetó los brazos alejándome.


-Vamos Kyungsoo, déjalo.


-Un ángel que es leyenda ¿me desea sufrimiento? ¿Y llaman a esto el cielo?


¿Quién sabe? tal vez ir a la Tierra no era tan mala idea después de todo. Así podría alejarme de estos ángeles extraños.


Un ángel guardián nos llamó poco después para que fuéramos a tomar un sobre. Todos eran de colores distintos, en ellos se encontraba el nombre del país al cual  tendríamos que ir.


Tomé mí sobre color azul marino con un broche de plata y al abrirlo pude leer "Seúl, Corea del Sur"


-¿A dónde irás Soo?


-A Corea del Sur


-¿¡En serio!? No puede ser, que suerte ¡yo también voy para allá!


-Bien, será más fácil contactarnos.- Amaba a mi hermano y en serio me alegraba, pero no esperaban que saltara de alegría ¿verdad?


-Muy bien ángeles, todos diríjanse a la puerta del puente. A partir de este momento inicia su nueva vida.


“Nueva vida” No sonaba mal, mientras que no conociera a un mortal claro.


Nos dirigimos a la puerta y vimos cómo esta lentamente se abría,  por primera vez tuve el puente de luz tan cerca. Me fui adentrando hasta que mis ojos no lograron ver nada más. Cuando los volví a abrir me asusté un poco al oír el sonido de varias bocinas de los coches sonando. Me encontraba entre el grupo de ángeles que habían sido asignados a Corea. Teníamos ropas cualesquiera y nuestras alas habían sido ocultas. Una señorita se aproximó a nosotros, parecía que tendríamos una especie de recorrido por toda la ciudad.


-Bienvenidos, los llevaré a conocer las partes de la ciudad para que tengan una idea de donde están. Hoy su nueva vida comienza y les advierto que no será para nada sencilla- Un ángel sin duda. Vaya forma de alentarnos.


-Wow, que ciudad más genial seguro que nos divertiremos.


-Sí, sobre todo por quienes nos acompañan- dije cuando vi que Junmyeon también se encontraba entre nosotros.


-Sólo ignóralo, no busques problemas.


Dejé salir un profundo suspiro y en poco tiempo llegó un camión de dos pisos que nos dio una vuelta por toda la ciudad. Mientras íbamos por las calles vi como todos los mortales caminaban. Eran tan sencillos, me fastidiaban y deseaba que se alejaran. Si esto seguía así regresaría a casa sin haber hecho nada. Obvio no podía, pero sin duda era mi mayor deseo en ese momento.


Al final de aquel “paseo” por toda la ciudad, la noche cayó y la señorita se acercó a cada uno entregando sobres con nuestros nombres. Estos contenían un celular, dinero, tarjetas bancarías, credenciales escolares, llaves de apartamentos y notas con direcciones.


-Y… ¿dónde vives Soo?


-Me parece que cerca de la universidad a donde me asignaron.


-¿De casualidad te inscribieron en Korea University?


-Si ¿por qué?


-Supuse que a la mayoría nos integrarían en la misma escuela. Yo también iré ahí, aunque… mi hogar se encuentra un poco más lejos…


-¿Así qué ni en la tierra me vas a dejar en paz?


-Nunca hermano.- Chanyeol era mi hermano, difícil de explicar. Ambos aparecimos en el Cielo el mismo día, yo nací unas horas antes que él. Pero eso en el cielo era llamado hermandad.


Antes de que este se fuera, intercambiamos números y nos despedimos. Por primera vez en mi vida, tuve interés en ver a los mortales. Varias muchachas que pasaban junto a mí me echaban miradas y sacaban risitas. Que fastidio, espero que esto no sea así en la universidad. Evitaría todo tipo de contacto con estas criaturas.


Luego de un rato mirando a los mortales me dirigí a mi nuevo hogar, al llegar a este descubrí un espacio blanco con pisos de madera y muebles de clase…”fina” por así decirlo. Genial, ni siquiera necesitaba el colegio, con este lugar sería más que suficiente para mí. “Gracias formulario de necesidades y gustos básicos”


Poco después suspiré, estaba hambriento y aún tenía curiosidad de las afueras así que tomé mi celular, dinero y mi credencial para salir.


Llegué a una especie de antro.., ahí pedí un trago suave pues aún desconocía el sabor. Vi como todos bailaban y se movían de manera tan… impropia y bueno con decirles que parecían animales queriendo aparearse.


Continuaba pasando la mirada por todo el lugar curioso, algo asqueado, sin nada mejor que hacer. Pero de repente sentí un dolor punzante en el pecho al pasar mi mirada por la pista de baile y llevé mi mano sobre mi corazón sintiendo leves punzadas.


El dolor se quitó casi de inmediato... Eso podría significarse… que el maldito mortal se encontraba entre esas personas. No, demasiado pronto, me negaba completamente al hecho. Dejé un billete y salí casi corriendo de ahí, pero el sonido de un cristal quebrándose atrajo mi atención. Volteé a ver de qué se trataba y vi como dos hombres se enfrentaban mientras que una mujer trataba de pararlos, los tres gritaban de tal manera que cualquiera podía escucharlos.


-¡Eres un bastardo! ¿¡Cómo te atreves!?- gritaba un muchacho de cabellos rubios y ojos oscuros.


-¡Yo puedo hacer lo que quiera!-exclamó el otro muchacho de cabello castaño y piel un poco más oscura.


-¡Basta! ¡Dejen de hacer tanto escándalo!- decía la muchacha de largos cabellos pelirrojos


Por un momento lo había olvidado pero cuando los tres empezaron a hablar al mismo tiempo el dolor en mi pecho regresó.


-No, aún es muy pronto- dejé que siguieran discutiendo y salí corriendo de ahí. Fui hasta mi departamento y me acurruqué  en un rincón. Jamás había sentido esta clase de dolor y ahora de esta forma me daba miedo, ¿cómo podía ser que ya hubiera aparecido alguien y doliera tanto en solo unos instantes?


-¿Hyung? ¿Qué sucede?- justo luego de que recobré la compostura tomé mi celular y marqué el número de Chanyeol, quien por suerte inmediatamente me contesto.


-Yo... Quería preguntarte ¿ya encontraste a tu mortal?- mordí mi labio esperando no haber sido el único.


-Oooh ¿a mi pareja? No aún no. Me di una vuelta por las calles observando a todas las personas fijamente pero no sentí nada- rayos…


-¿Ósea que es cierto lo del dolor?


-Pregunté sobre eso a Junmyeon y me dijo que si, debes sentir una punzada en el pecho pero no es dolor, es un sentimiento de amor y protección que nace en ti.


-Gracias, voy a cortar- ¿amor? ¿A quién cree que esta jodiendo al decir eso? Si fuera amor no tendría que doler para empezar, es decir, se supone que el amor solo funciona con alegría ¿no?


¿Y si me quedaba encerrado por el resto del tiempo hasta que fuera suficiente para regresar a casa?


No me importaba que, pero no saldría de mi casa.


 


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-KYUNGSOOOO!!!!!!!!!!! Vamos Hyung despierta!!!!!!- se oyeron escandalosos golpes en la puerta y fui a abrirla con tal de que se callara.


-¿¡Por qué molestas tan temprano!?- con ojeras y una mala cara abrí la puerta bufando al ver a Chanyeol.


-¿Bromeas? es nuestro primer día en el colegio, tenemos que irnos. -Yo tratando de evitar al mundo y Yeol me viene con esto.- Vamos hyung ¿quién me va a proteger?- dijo haciendo un puchero


-No me jodas… tú te puedes defender solo. No necesitas mi ayuda.


-Entonces ¿quieres que pruebe mi fuerza contigo?


-No, no quiero destrozar este lugar.


-¡Entonces vámonos anda!


De mala gana me cambié de ropa, me lavé la cara, tomé mis cosas y salí junto con Chanyeol hacia la universidad, malditos ánimos los del gigante.


Al llegar pude contemplar el enorme edificio, Korea University estaba clasificada como la cuarta mejor Universidad de Corea, había dormitorios pero no era obligatorio residir en ellos. Chanyeol y yo no lo hacíamos al menos… La escuela tenía un aspecto de castillo, sus paredes eran de piedra rasgada y el campus era tan grande como el edificio. Me agradaba el aspecto que tenía.


Por otro lado los estudiantes pasaban a nuestro lado susurrando y echándonos miradas. Quizá éramos demasiado atractivos para ellos. Bueno no, eso es un pensamiento sarcástico.


Al cruzar por la aquel gran arco que adornaba la entrada de la escuela pude percibir un aroma ¿familiar? Eso era extraño ya que sólo llevaba ahí unos minutos. En cualquier caso era un aroma agradable, hasta que hizo que mi pecho doliera un instante.


Un dolor que me hacía querer salir corriendo de ahí… pero era tarde, cruzas, te quedas dentro. Las autoridades ni locas me dejarían marcharme.


 Sin más remedio me fui a mi respectiva clase y me senté al fondo evitando la mirada de cualquier mortal.  Chanyeol se había ido a otro salón haciendo contacto visual con todos logrando que unas chicas se ruborizaran. No sé cómo iba a controlar a ese muchacho. En fin, igual no pordía hacer nada por él, estaba todo por su cuenta.


-Bienvenidos estudiantes a un nuevo año escolar, como ya saben les esperan muchas cosas por adelante y espero todos cooperen. Ahora por favor escojan parejas y empiecen a preparar una presentación del primer tema para la clase del viernes.


Vaya dulce y adorable presentación de la maestra, además ya estamos grandes como para estar trabajando en parejas. Espera… ¿para el viernes?  Eche un reojo al primer tema.


- ¿¡Quince páginas para un tema!? -dije con voz ligeramente audible.


- En realidad son diecisiete pero quien cuenta ¿cierto? -realmente me asusté al haber oído esa voz hablándome junto al oído. Nadie debería aproximarse a otra persona de esa manera tan desconsiderada.


-Mi nombre es Krystal ¿quieres qué trabajemos juntos?


-Lo siento, pero soy de esas personas que prefieren hacer todo por su cuenta.


-Vale, buena suerte con tu trabajo- a ella parecía haberle importado poco mi respuesta así que se encogió de hombros y se marchó.


Espera… esa muchacha peli roja ¿no era la misma de anoche? Porque si era ella, entonces por lógica no era la responsable de mi dolor… ¿Entonces quién?


Me quedé pensando más tiempo del que creí y la clase acabó. Fuimos al gimnasio para tomar educación física que era la siguiente materia. Para aclarar, me vale decir que si, supuestamente estamos en el primer año de la carrera, pero para quienes aún no definen lo que van a estudiar, tomamos diversas clases y cabe mencionar que no importa la carrera que elijamos, igual vamos a tener mi materia “preferida” Educación Física. Como estábamos en agosto, estaba permitido llegar una hora más tarde si llevabas tu justificante, por lo que vi como otros muchachos que no habían estado en la clase se incorporaban a nosotros. Y de nuevo... Otra vez... Ese maldito dolor en el pecho volvió a mí, cerré mis ojos apretándolos lo más que podía negándome a ver a mis compañeros.


 


-Comencemos la clase, no tengo tiempo de escuchar sus presentaciones ni las mariconadas que les gusta hacer, júntense en parejas y comiencen a calentar.- estúpido profesor, como si me importara calentar en ese momento que me comenzaba a doler el pecho.


-Oye tú, el dolido, trabajemos juntos. Al parecer nadie me quiere con ellos, la verdad no los culpo- esa voz solo causo que sintiera otro golpe más en mi pecho. Traté de hacerme el fuerte y levanté la mirada fingiendo no tener dolor alguno. Vi quien me hablaba, ahí  descubrí esa piel y ese cabello castaño de la noche anterior. Era el muchacho que estaba peleando.  Al mirar sus ojos tuve ganas de gritar por otro repentino dolor, aún más fuerte que el anterior. Pero seguía conteniéndome, no dije nada, sólo asentí.


El primer ejercicio por lo que parece consistía en que uno de nosotros se colocara en el suelo y con una pierna mantuviera al otro sobre ella.


Me acosté, el piso de madera era frío y me reconforto unos segundos, después alcé mi pierna y vi como el mortal se colocaba encima de esta. Sentí su estómago apretándose contra mi pierna y fue donde no pude aguantar otro instante. Me quité de ahí tirándolo, me dolía demasiado y me fui corriendo. Salí por el pasillo ignorando como el profesor me llamaba y me coloqué en una esquina lejos de los salones y de la vista de todos sintiendo como si mi corazón fuera a salirse.


-N-no... No puedo respirar


-Respira profundamente. Vamos, sólo saca el aire, te daré unos golpes.- era él, el muchacho que había causado esto, había aparecido sin que siquiera me diera cuenta. No quise que me tocara, porque temía que si lo hacía crearía en mi cuerpo mucho más dolor. Pero fue lo contrario. Empezó a darme palmadas haciendo que dejara sacar el aire que mantenía apretado en mi interior. Después de eso una última punzada se transmitió por mi cuerpo entero. Volví a ser yo, ya no había más dolor. Todo se desvaneció y yo ya estaba empezando a relajar mi respiración. El muchacho que se encontraba junto a mi empezó a acariciar la espalda.


-¡No me toques!


-¿Qué te pasa? Sólo estoy tratando de ayudar.


-¡No lo haces! ¡Tú! ¡Tú fuiste quien provoco esto!


-¿¡Yo!? Vamos ¿de qué hablas? Yo sólo vine a ayudar.


-¡Déjame!-dije apartándome de él echándome hacia atrás. Era la primera vez que me sentía tan débil e indefenso. Pero no... No me atrevía a golpearlo. Normalmente lo habría golpeado sin importar quien fuera pero a él... No podía. Era extraño, mi cuerpo perdía toda la fuerza tratándose de él, se negaba a darme una pizca de mi poder para golpearle, era como si cayera a su merced.


-Mira, lo siento si hice algo, pero ahora estoy aquí para ayudar. Mi nombre es Jongin.


-Jongin...-no pude decir más, estaba completamente exhausto. Me quedé dormido y me perdí en mis sueños.


En ellos se encontraba este mortal de cabellos castaños y ojos profundamente negros. Si ese dolor había crecido en mi interior significaba que él era mi elegido, lo vería constantemente pero… El hecho de que seguía siendo un mortal me hacía seguir teniéndole la misma repulsión.


Poco a poco fui abriendo los ojos y lo primero que vi fue a Chanyeol observándome detenidamente.


-Wow, hasta que por fin despiertas. Me alegro de que estés bien. Oye, ¡no es justo! ¡Tú eres el que menos quería cuidar a un mortal y ahora me vienes con esto!


-Cállate, no quiero ni pensarlo. Por cierto ¿dónde está Jongin?


-Se nota que no quieres saber nada de él.- era verdad ¿por qué preguntaba por él? Y para peor de los casos, un hombre ¿Qué? ¿ahora seríamos mejores amigos o qué?


-Aish, ¿dónde estamos?


-En mi casa, Jongin te llevó hasta la enfermería. Averiguaron que somos hermanos y me llamaron. Te cargué de regreso, aunque pasaste seis días inconsciente y es la primera vez que das señales de vida. Al principio estaba preocupado y llamé a Junmyeon pero me dijo que a veces pasaban cerca de dos semanas antes de que despertaran. Tú, duraste casi una.


-Ya veo.- Me incorporé y vi un espacio con pisos de madera, paredes pintadas de blanco y azul. Con todos los muebles de madera y grandes ventanas mientras recordaba el dolor que había sentido.


-¿Sabes? aunque estemos en el mundo de los mortales y los hayamos estudiado hay cosas que no conozco y no me gusta esa sensación.


-Yo averigüé unas cuantas cosas en la semana mientras estabas inconsciente. Es sobre el sexo.- ¿sexo? ¿En una semana? ¿Qué rayos sucede con esta gente?- Bueno, realmente es interesante, dijeron que cuando uno se excita busca la forma de darse placer hasta llegar al orgasmo, estoy realmente curioso de eso


-¿Mh? ¿Qué rayos es eso?- mi pobre Yeol, no es que yo me hubiera masturbado pero… Yeol aún tenía la mente de un niño y esto... puf, en fin…


-Cuando te excitas y te da una erección pero no hay quien te la baje entonces lo haces tú, sólo para darte placer.


-Eso suena extraño, supongo que eso pasa entre las mujeres y hombres.


-Naturalmente, pero también puede ser entre personas del mismo sexo. Y... También entre familiares...


-Bien, eso asusta, no quiero oír más, me voy a acostar.- en serio, sólo llevaba una semana y ya sabía todo esto. Al parecer estar en la tierra lo había afectado más a el que a mí.


-Ok hyung, nos vemos temprano- me despedí y traté de dormir otro rato pero ya había dormido 6 días. Digamos que no estaba de humor.


 


--------Chanyeol*


 


Yo bueno... Me interesé más de lo correspondido en ese tema ¿Un orgasmo? ¿Qué es eso? No estaba para nada seguro y los muchachos que me habían dicho eso en la escuela me explicaron cómo se hacía… o bueno al menos lo intentaron ¿Sentir placer eh? Esa sería la primera vez en mi vida que me pasaría algo así. Kyungsoo estaba durmiendo, quizá si me encerraba en mi cuarto no se daría cuenta. Fui y me senté sobre mi cama, un poco temeroso y ansioso me empecé a bajar los pantalones. Que cosa más sucia iba a hacer, supongo que por eso hablan tan mal de la tierra… porque no te puedes salvar de tanta lujuria. Ahora sólo tenía mis bóxers. “Mal piensa las cosas, piensa en como deseas tener a la persona que te gusta a tu merced, piensa en su cuerpo, piensa en su trasero, piensa en su polla” todo eso… poco a poco fui visualizando la imagen de mi hermano de esas maneras dentro de mi mente... joder, vi como mi pene poco a poco se ponía duro, punzaba, dolía, quería tocarlo y darle placer. Entonces yo... Yo estaba excitado. Me quedé pensando un momento y me di cuenta de la única persona a la que he querido realmente ha sido a mi hyung... por más pervertido que me viera yo, no podía visualizar a nadie más desnudo en mi mente aparte de mi hermano. Siempre creí que su blanca piel y sus labios carnosos eran apetecibles, siempre quise probarlos dentro de mi más profundo ser...


Poco a poco fui introduciendo mi mano hasta que tocó mi miembro. Estaba duro… por el glande sentía un líquido pegajoso salir de este. Más, quería más, quería placer, así que mi mano atrapó con fuerzas el grueso y largo de mi pene comenzando a subir y bajar sobre el apretándolo aún más. Pensaba que era la mano de mi hermano al cerrar los ojos. Se sentía delicioso, un escalofrió recorría todo mi cuerpo, mi interior se contraía y de mi garganta se escapaban pequeños gemidos de placer


-Kyungsoo…- susurré el nombre de mi hermano sin pensarlo, deseaba tenerlo en ese momento bajo mi cuerpo con su hermoso trasero. Mi mano se movía aún más rápido y cuando me di cuenta un pequeño grito de placer se escapó de mis labios y una esencia blanca brotó de la punta de mi glande manchando mi mano y mis muslos. Joder, yo hice eso pensando en Soo, era tan descarado, no debía pensar en esas cosas. La Tierra me había cambiado desde que llegué y aún no sabía cómo controlarme.


-¿Yeol? Oye ¿estás bien? Oí unos sonidos y quería saber si todo estaba bien- Rzayos, Kyungsoo estaba afuera del cuarto…Y-yo no me había escuchado a mí mismo pero debí haber hecho sonidos muy fuertes como para que Soo me escuchara. Abrí los ojos como platos y me asuste aún más. Había gemido el nombre de mi hermano mientras me masturbaba pensando en su desnudez y él había escuchado mis gemidos.


-N-nada y-yo sólo tuve una pesadilla, se supone que debías estar dormido, ve a tu cama.


-Yeol, no soy tonto, jamás has hecho esos ruidos mientras duermes, abre la puerta.


-E-estoy bien, por favor hyung, vete.


Esperaba, ansiaba oír los pasos de Kyungsoo marcharse junto un “de acuerdo” mientras yo aún estaba pasmado en mi lugar sin poder ser capaz de moverme. De hecho logré sacar un suspiro al oír sus pisadas alejarse pero un grito ahogó ese suspiro cuando la puerta de mi cuarto se abrió de golpe rompiendo la perilla. Kyungsoo… ni siquiera dudó en utilizar sus estúpidas habilidades… 

Notas finales:

¿Qué será de los hermanos? Pobre Jongin que quedó botado. 

 

Espero que les haya gustado, nos leemos sin falta el miércoles que viene! dejen sus comentarios siempre son bienvenidos.


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