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Accidentally In Love por Anne102

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Notas del capitulo:

¡Hola de nuevo!
He aqui el segundo capitulo.

Tengo  que confesarles que este fic fue publicado primero en wattpad hace meses (como 5)y apenas lo actualice ahí también (en mi defensa tengo que decir, que vivo en una eterna crisis de confianza en mi misma y de la que tengo que sacarme a patadas yo misma cada día)
Pero prometo que intentare tardarme menos en publicar capítulos, porque de verdad amo esto y amo a estos dos personajes con mi corazón.

Disfruten la lectura.



El teléfono suena dos veces antes de que la suave voz de una mujer se haga presente al otro lado de la linea. Barton dice su código de acceso (Halcon-Hotel-One-Eight-Echo) antes de que la voz pre grabada termine su frase (Pizzería Cheese. ¿Puedo tomar su orden?).
Después de eso suena un leve golpe  seguido de un leve pitido y una voz masculina se hace aparece con un leve sonido de musica jazz de fondo.
—Coulson — dice la masculina voz con un tono neutro. Al arquero le encanta esa voz con la que siempre contesta su controlador; no importa si esta dirigiendo un equipo Strike en medio de una maldita zona de guerra o haciendo todo el papeleo infinito de su escritorio, el hombre siempre contesta igual. Le parece sencillamente genial.
— Hola jefe. Es bueno saber que me extrañas — responde Clint con una sonrisa en los labios a pesar de que sabe que el otro no la puede ver.
El arquero puede escuchar como Coulson suspira y cambia de posición en su cara silla de cuero de su oficina en el Triskelion.
— Deja las bromas Barton y dime para que llamaste. ¿Hay algún cambio con el objetivo? ¿ Lo perdiste? — suena cansado, pero eso es algo normal en un agente y controlador de alto nivel en SHIELD.
— No como tal — Titubea —  puede que existan algunas complicaciones en el entorno del objetivo en esta ocasión, pero no pienso que sea nada que yo no pueda manejar — responde con voz profesional.
— Hablame Barton.— responde y Clint piensa que tal vez suena un poco preocupado bajo el tono de mando.

El rubio teñido de negro le cuenta con todo detalle posible lo que había acontecido por la tarde. Responde todas y cada una de las preguntas de su superior. Coulson estuvo de acuerdo en enviar a dos agentes de nivel uno a recoger a Clock en la localización que marca el rastreador en la chaqueta que le dio a Clock al despedirse. Juntos terminan de afinar detalles del plan de acción que debe seguir hawkeye para mantener tranquilo y a salvo al buen doctor.

— Necesitare el informe por escrito para anexarlo al expediente del Doctor Banner y otro para abrir el de tu nueva investigación.— Agrego el otro agente con un tono casi burlón cuando la ronda de preguntas y respuestas termino.
—Aw, Coulson. Sabes que odio escribir esas cosas, por eso te lo conté.—
— No voy a hacer tu informe. Ese es tu trabajo como agente y vas a hacerlo si no quieres que te degrade de nuevo — puntualizó con severidad, pero, que sin embargo no funcionaba en alguien como Clint que disfrutaba de hacerlo enfadar.
— Phil, ¡por favor! SHIELD no me paga lo suficiente para lidiar con el maldito papeleo. — gimió falsamente el arquero.
— Ganas mas que un banquero en un buen año — regaño. — ¿Hace cuanto tiempo que no duermes y no comes? Comienzas a actuar como un niño.
—¿Que día es hoy? Creo que no duermo hace cuarenta horas y solo he comido las cosas que estaban en mi bolsa— responde como si hablara del clima y no como si estuviera en riesgo de comenzar a alucinar por la falta de sueño— La pizza con piña es horrible aquí y la broma de las semillas de girasol ya dejo de ser graciosa.—
— La pizza no es comida — Señaló Coulson— Las semillas son obra de Natasha y May —. Un par de exageradas risas femeninas se escuchan del otro lado a media oración. Clint podía imaginar a sus dos compañeras del Strike Team Delta jugando al poker en el pequeño sofá gris de la oficina de Coulson, mientras este trabaja en la infinita pila de expedientes sobre su escritorio.
— Estoy comenzando a pensar que hacerme amigo de dos súper espías no fue lo mas sensato— se quejo el rubio.— Debí hacerme amigo del tipo de mensajería que olía cada sobre que tenia en su carrito.
— Jamas haces cosas sensatas. El tipo de mensajería es perturbador.—
— Demonios, tienes toda la maldita razón. Es por eso que trabajo para un tipo que parece contador; que trabaja para otro tipo que parece pirata el cual dirige una maldita  agencia mundial súper secreta de espías. Eso no fue para nada sensato, cuando vuelva invitare al tipo del carrito a tomar un trago —
— Deja el sarcasmo, Barton. Todavía tienes que hacer tres reportes.
— ¿tres reportes? ¡Hace un momento eran dos!— Exclamo indignado.
— Eso es por dejar acumular el informe de tu nuevo implante.

Barton suspiro. Maldita burocracia.

— El implante esta bien. Bastante bien y no necesito hacer un reporte de eso— después de decir aquello, por reflejo hizo un movimiento con su lengua en el interior de su boca hasta llegar a una de sus muelas superiores donde se sostenía un pequeño aparato parecido a un paladar.—
— Clint, el equipo que diseño y te coloco el implante...—
— Ya se, ya se que "necesita saber si el implante funciona se manera óptima debido a mi modo de vida"— corto el arquero imitando lo que recordaba como la voz chillona  del jefe a cargo de su "proyecto" — Si funciona bien en mi van a comenzar a utilizarlo en otros agentes. No tienes que preocuparte por la rata de laboratorio que soy— finalizo en su voz normal.
— Fue tu idea— contraataco Coulson.
— No lo fue. Decir algo como "seria genial tener un paladar como el de Cody Bangs para ya no usar mis estúpidos audífonos y evitar las migrañas". Mientras estoy bebiendo cerveza, comiendo frituras y viendo una película de un espía adolescente, no cuenta como idea, mucho menos como una buena. Fuiste tú quien llamo a los médicos e ingenieros para que lo hicieran.— Objeto exasperado.
— Fue la chispa de una buena idea; No necesitas cambiar pilas y ya no tienes migrañas. Fue lo mejor—
— No puedo nadar.—
— Eres un francotirador, no necesitas nadar. Clint, se que estas aburrido, pero tengo trabajo que hacer y tú también.—
— No olvides enviarme todos los archivos de los mercenarios inactivos del ultimo año y medio— Dice a modo de despedida. No pide hablar con Natasha porque sabe que ella cree que es estúpido hacerlo cuando prácticamente viven y trabajan juntos.
— Los tendrás por la mañana— Coulson da al otro por respuesta.

Esto ultimo hace pensar a Clint que ninguno de los dos sabe como despedirse adecuadamente de una llamada telefónica. Se pregunta si es una de las cosas que vienen junto al leve Estrés Postraumatico, el ligero delirio de persecución y el casi inhumano alto umbral de dolor que los acompaña a diario en el paquete de su linea de trabajo cuando firmo para SHIELD.
Barton escucha el ruido sordo del pitido al colgar por unos momentos, tal vez porque esta aburrido o porque no sabe que mas hacer con su tiempo. No tiene mas carne seca en su bolsa así que no puede distraerse con comida. 
Normalmente vería a Banner y a los otros empleados de la cafetería preparar todas las cosas para el cierre del lugar. También vería el movimiento de la gente paseando por la plaza. Pero no hoy, tal vez no de nuevo.

Barton verifica la hora en el teléfono; esta sonriendo para si mismo. La sonrisa desaparece cuando es realmente consciente de la hora. Es una hora mas tarde de lo acostumbrado. "Tal vez hubo un problema en el refugio" piensa.
"Es demasiado listo como para huir de manera tan sospechosa." "Pero lo asustaste cuando nombraste a la policía, así que pudo haberse ido. Su mirada era de miedo". Susurra para si mismo, lo cual debería debería dejar de hacer porque a su psiquiatra de SHIELD le encantaría hablar sobre eso en sus sesiones.

Espero otra hora para levantarse de nuevo de su puesto. Lo único que podía pensar es que por primera vez desde que había sido agente de SHIELD había arruinado su trabajo de la manera mas idiotas y ridícula posible.
El tiempo transcurrió lentamente haciendo que el agente se preocupara mas por la tardanza del científico. No es que fuera exactamente puntual, pero tenia mas o menos fijado un intervalo de horario para su llegada.

El agente comenzaba a plantearse llamar a Coulson para confesarle su terrible error, cuando vio al pequeño doctor llegar tambaleándose con algunas bolsas de compras en las manos.
Clint de pronto se sintió como un idiota. Se suponía que era uno de los mejores en su linea de trabajo y había olvidado como un novato algo tan simple como que no había visto al científico comprar comida.
Quería golpearse la cabeza contra la pared.

Banner hace malabares con las bolsas y sus llavez para abrir el portón del lugar donde vive. El lugar es una especie de vecindad de dos pisos  al menos diez apartamentos con una o dos habitaciones semi amuebladas y con baño incluido.
El que había elegido el castaño, era uno con una sola habitación con una gran ventana sin cortinas dando a la calle en el segundo piso. Esa gran ventana permitía a Barton mirar al científico haciendo sus rutina de la mañana y de la noche, casi desde cualquier parte de la acera de enfrente. Así que esperaba que entre sus compras no estuviera una cortina.

Contempló al científico acomodar  cuidadosamente cada una de las cosas que había comprado, en el único estante que tenía. Después advirtió como abría con diligencia una caja de cartón y sacaba de ella lo que pudo reconocer como parte de equipo de laboratorio. Ese equipo fue colocado en la única mesa de la habitación.
Cuando termino de ese extraño ritual que era acomodar de alguna rara forma ordenada cada uno de los vasos y probetas, se dirigió a encender la vieja televisión en el usual canal infantil, antes de volver a la cocina a preparar algo de cenar con la misma gracia de siempre. El agente sonríe satisfecho al notar que no hay cortina para la ventana.

Es hora de ir a descansar ahora que paso el riesgo de huida. Clint baja lenta y silenciosamente las escaleras de la casa semi abandonada que utiliza como percha. A medio camino recuerda que todavía tiene una dirección mas que visitar. El pequeño papel se siente pesado en su bolsillo trasero y las cuarenta horas sin dormir ahora parecen ochenta. Eso es señal de que la adrenalina de la tarde se esta yendo.
"Bueno, no es como si una dirección se fuera a mover si me voy a dormir esta noche". Con eso se tranquiliza mentalmente mientras salta la barda que protege la propiedad y se encamina a su refugio temporal que se encuentra a un par de cuadras de donde vive su objetivo.

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El lugar que hace de "base de operaciones" del agente, es una casa pequeña de dos pisos con un pequeño patio donde solo cabria un auto y una especie de bodega al fondo de la propiedad. El lugar pertenece a una anciana de unos sesenta años que vive con sus dos nietos.
Barton, concretamente vive en la bodega que solo en un cuadrado se cuatro por cuatro, con un baño de tres por metro y medio. Es como el cuarto de un niño pequeño o la casa de un enano, pero esta bien para dormir unas cuantas horas y tiene la gran ventaja de no tener el colchón lleno de chinches, piojos y manchas de dudosa procedencia.
Normalmente se alojaría en un hotel o motel, pero cualquiera de ellos esta demasiado lejos de cualquier lugar que frecuente el doctor.

Barton coloca una llave en el enrejado, que es lo único que lo separa de su bien merecido sueño reparador, al girarla instantáneamente escucha la puerta de su casera abrirse. El agente suspira e intenta poner su mejor sonrisa encantadora.
En el poco tiempo que lleva ahí la señora, hace eso cada que llega a pisar el lugar. La mujer le hace preguntas sobre lo que se supone que hace en la ciudad, sobre su aspecto desaliñado o simplemente pregunta si es una clase de delincuente que ha llegado a pervertir a su nieta adolescente.

Un encanto de mujer.

— ¿Eres un delincuente?— cuestiona la anciana desde la puerta de la casa en cuanto Clint cierra el enrejado.
— No.— Responde mirando a la anciana. La luz que proviene del interior de la casa hace que las arrugas de su rostro se noten mas dándole un aspecto un poco tétrico. 
— ¿ Que te paso en la cara?— dice un poco a la defensiva mientras lo barre con la mirada. Barton suspira. Realmente no quiere lidiar con ella, ahora.
— Intento de Asalto— contesta caminando hacia su cuarto de enano. La anciana lo sigue de cerca hasta llegar a la puerta del cuarto en el fondo. — Estoy bien.— Agrega esperando que no suene desesperado o falso.
— Si eres un delincuente tienes que irte mañana mismo.— La anciana suena molesta.
— No soy un delincuente, señora. Trabajo en una construcción.— repuso rápidamente haciendo que su voz al decir las erres se escuche graciosa y evidenciando aun mas que es un extranjero.— Intentaron asaltarme, pero estoy bien — termino de explicar.
La mujer aun no parece satisfecha con su explicación tan escueta, pero Clint no necesita eso. Mete la llave en la cerradura y abre la puerta. Voltea a darle una ultima mirada acompañada de una sonrisa que pretende que tranquilice a la señora — Buenas noches. — dice antes de dejarse imbuir por la oscuridad del cuarto liliputiense.

El interior parece aun mas pequeño de lo que es realmente. Lo único que ilumina la habitación es la luz proveniente del baño.

Hay una cama individual en una de las esquinas y es a sus pies donde va a parar la bolsa del agente.
Barton se deshace de su camisa y de las armas que tiene encima, dejando todo en el pequeño buró que esta en la otra esquina; eso junto a una mesa y una televisión fijada a la pared son todo el mobiliario que cabe en el lugar.

El agente se deja caer en la cama con un ruido satisfecho al sentir todos sus músculos relajándose. La conversación con Clock todavía ronda por su mente como un zumbido molesto. En especial por una palabra...Personas. Podría haber utilizado mujeres y niños, algo usual (repugnante, pero usual) pero había decidido utilizar "personas" que era algo demasiado vago para su gusto. Que daba la sensación de que había algo mas, que el común trafico de drogas, trata de blancas, prostitución, pornografia y en algunos casos trafico de órganos...

Movió la cabeza para quitar tan tétricos pensamientos de su mente, negándose a creer como siempre que todo fuera tan horrible como su mente se lo decía.  Donde estaban era una ciudad pequeña que apenas sobre pasaba los 30,000 habitantes. No había forma de que algo tan grande como aquello pasara así como así. La vida de los lugareños seria seriamente dañada gracias a la nueva gente dentro de la zona.
Con esos pensamientos se quedo dormido sin darse cuenta.

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Puede sentir las balas y explosiones de cañones contra su piel... Siente como rasgan y rompen cada parte de su ser hasta convertirlo en nada. Explosiones retumban en sus oídos y cada uno viene acompañando de gritos de dolor de personas que no puede distinguir. Hay sangre por todos lados; tanta sangre cubre su vista que todo se ve deformado, todo a su alrededor parecen monstruos.
Pero el monstruo es él.
Ve los ojos de Betty, sus hermosos ojos azules que siempre le ven con amor, pero esta vez están llenos de odio y terror. Ella esta llorando  cubierta de la sangre de su padre. Él intenta acercarse pero a cada paso que da ella se va desvaneciendo a pedazos y con una expresión de horror manchando sus rasgos.

Se despierta sudando frío, con lágrimas escurriendo por sus mejillas y las manos aferradas a las sabanas. Su garganta se siente seca y su boca tiene gusto a hierro. Sangre. Parece que se mordió la lengua en lugar de gritar. Eso es una mejora. Sólo lo había causado la mención de la policía y eso no estaba tan mal

El pitido de su reloj de muñeca lo hace estremecer totalmente. Lo apaga lo mas rápido que puede con sus manos temblorosas.
Cuando al fin puede levantarse un poco mas tranquilo y sin temblar como una gelatina se dirigió a la pequeña parrilla al otro lado de la habitación;puso agua a calentar para su primer té del día. De alguna manera quedó hipnotizado por la danza de la llamas azules de la parrilla.

Odiaba esos malos días donde su reloj sonaba como loco, sus ojos se tornaban totalmente verdes y sentía la rabia latiendo en cada parte de su ser. Odiaba esos días con hulk cerca de la superficie en silenciosa amenaza de destruir todo a su paso. Con todos los recuerdos de aquello que había perdido tan frescos en su mente.

Odiaba ese día y esa sensación.

El sonido del agua hirviendo fue suficiente para sacarlo de su trance y ponerlo a terminar de preparar su desayuno.

Prendió la televisión en el canal infantil de siempre. Ver aquellos programas le ayudaban a aprender un poco el acento, lo que era de vital importancia para pasar inadvertido en cualquier lugar y tenia el plus de que se ahorraba cualquiera de las noticias sobre cualquier cosa demasiado violenta que pasará en el mundo. Así fue como se sentó a comer su desayuno de avena con manzana tratando de olvidar la pesadilla que siempre parecía tan vivida en su mente.

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Salio de la pequeña vecindad aparentando la misma calma de siempre. Caminar por aquellas calles apenas conocidas no había resultado tan difícil como ese día. Las pesadillas siempre lo ponían mas nervioso y paranoico que de costumbre.
Cada uno de sus miembros se sentía rígido a cada paso que daba en dirección al refugio de personas sin hogar.
Deseaba poder volver y tirarse en la cama en posición fetal por el resto del día, pero no podía permitírselo. No podía porque eso era permitirle al otro chico ganar; dejarle ganar y alimentarse de toda la rabia que sentía. Días como esos deseaba simplemente morir, pero para desgracia para todos y para si mismo; no tenia las agallas para quitarse la vida.
Así que tiene que viví esa vida que parece una horrible pesadilla, pero no lo es; esta despierto, pero el dolor todavía esta ahí. El monstruo todavía esta ahí, listo para destruir todo lo que ama.
La imagen de Betty conectada a un montón de máquinas para mantenerla con vida aparece en su mente. Jamas se permite pensar en los tiempos felices a su lado porque solo lo hace sentir mas solo. Recuerda a Betty en aquella cama de hospital porque es mas fácil tener presente que todo lo que ama termina herido por su culpa. Así fue con su madre y así fue con Betty.

Luego de un viaje en transporte publico llego al fin al refugio. Entro en el edificio por la parte de atrás intentando parecer tan normal como los días anteriores, con su mascara de tranquilidad en su lugar.

—¡Buenos días, Lucas!.— saluda alegremente un muchacho con un llamativo delantal rojo que, esta frente a una gran olla sirviendo comida en unas charolas.

— Buenos días.— respondió un poco azorado con un intento de sonrisa cuando cayo en cuanta de que el muchacho le hablaba a él. Todavía no terminaba de acostumbrarse al nombre que había elegido y algunas veces eso lo tomaba por sorpresa.

— ¿Estas bien?— cuestiona el chico con una expresión que parece de genuina preocupación y que había parado de servir.

— Eh...sí. Solo una noche movida .— alcanzo a formular como rápida respuesta. Ni siquiera lograba aprenderse el nombre de las otras personas en el refugio.

—¡Otra vez no quiere comer!— Exclama una rechoncha mujer interrumpiendo para tranquilidad de Bruce/Lucas la charla con el muchacho.
El científico aprovecho eso para colarse al fondo del cuarto y comenzar a lavar la pila de ollas y sartenes que le esperaban amontonados en el fregadero.

La conversación se convirtió en simple sonido de fondo ante el doctor. No necesitaba escuchar de nuevo la conversación sobre una chica de la calle que había sido casi adoptada por la mujer y que cada cierto tiempo le daba problemas.

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Cuando se aseguró que Banner estaba en el refugio y donde no se movería en algunas horas, se en camino a la dirección que le había dado Clock. 

Cuando llega al lugar lo primero que puede notar es que no es exactamente el lugar que se pensaba encontrar como escondite de una red de trata, seguido el zumbido de cables de alta tensión, varios de ellos conectados a un edificio de tres pisos, color rosa con una chimenea de metal lanzando humo.
Todo el ambiente huele a almendras tostadas. Lo primero que puede pensar ante el olor es relacionarlo con C4, pero ese pensamiento desaparece en cuanto ve que todo el primer piso es una panadería, pastelería y cafetería, que le recuerda a otras que ha visto por el mundo. Lugares bonitos para gente rica y presuntuosa.

Dio un viaje de reconocimiento por toda la zona siendo tan cuidadoso para no verse sospechoso cómo era posible en una zona que comenzaba a llenarse de gente.
Su cabeza giraba en torno a sus últimos pensamientos de la noche anterior y a su objetivo que hoy había tenido una mala mañana.
No era la primera vez que presenciaba una cosa así.
Conocía los "signos" de una mala noche en el científico,( que básicamente era funcionar en automático, estar cabizbajo y encerrarse en sus pensamientos) ahora se preguntaba que lo había causado. Siempre resultaba curioso como se podía llegar a conocer a una persona solo con vigilarla de lejos.
Conocer sus gestos,sus hábitos, sus gustos, era como conocerla, pero sin hacerlo realmente...algo bastante voyeurista y espeluznante para alguien ajeno al trabajo.
Después de dos vueltas mas de reconocimiento (donde ubico algunos buenos puntos para vigilar la zona) comenzó el camino de vuelta al refugio sorprendiéndose de que le había tomado mas tiempo del que esperaba.

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"Querido Dios, que no hagan nada estúpido" es todo lo que Bruce podía pensar cuando dos tipos salieron de la nada, (o eso le parecía, ya que había estado tan distraído que no se había percatado de su presencia) cada uno traía una arma blanca y lo empujaron bruscamente contra la pared de un callejón, haciendo que su rostro casi diera con ella.

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—Mierda. mascullo Clint para si mismo al ver como dos tipos amagaban a su objetivo.
En el último reporte decía que alguien había intentado asaltar al hombrecito, lo cual había resultado terriblemente mal para la zona y sobre todo para el asaltante que había terminado lisiado.
Así que tenía dos opciones:
Dejar que el científico se encargará con el riesgo de conocer al Hulk o intentar hacerse cargo para intentar no alterar a nadie.

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— Oh chicos. Ustedes no quieren asaltar a este tipo.—  escucho Bruce decir a una voz masculina que le parecía ligeramente familiar.

—Largate de aquí hijo de puta o te matamos — respondió el asaltante que lo tenía acorralado contra la pared al tiempo que lo empujaba mas contra esta y hacia que su corazón comenzara a latir un poco mas rápido.
Bruce continuo en silencio, esperando que el idiota que había llegado se fuera y lo dejara en paz con esos asaltantes.
—Bien. Pensé que me asaltarían, pero, veo que no son tan listos — el hombre sonaba burlón.
Eso pareció suficiente para que los delincuentes fueran contra el hombre que era tan idiota para llegar a "salvarlo".
Bruce volteo a ver lo que pasaba y su mente quedo en shock por un momento al ver como uno de los asaltantes tenia su propia navaja enterrada en la pierna. Después, había tomado al otro y lo había desarmado con un movimiento que no alcanzo a apreciar con claridad para después tirarlo en el suelo haciéndole una llave que él sólo había podido ver en películas.
Pero no todo había sido perfecto; el desconocido se había confiado tanto que no se percató como el primer asaltante había tomado del suelo el arma de su compañero y se abalanzaba de nuevo contra él dando golpes erráticos en el aire debido a que todavía tenia su propia arma enterrada en la pierna. Bruce quería gritar para advertirle de ello, pero, eso podría resultar contra producente y distraerlo aun mas.
Unos golpes mas después ambos delincuentes estaban en el suelo aparentemente inconscientes y el hombre jadeaba profusamente.
Si acaso hubiera tomado el tiempo, Bruce se habría dado cuenta que todo eso había sucedido en al menos 100 segundos.

— ¿Estas bien?. Le preguntó el hombre cuando se hubo recuperado. Fue entonces cuando Bruce noto que era el mismo hombre que se había llevado a uno de sus clientes el día anterior.
Bruce fruncio el ceño y por instinto se alejo de él.
— ¿También me vas a secuestrar?. Soltó con algo de sorna.
— Auch. De nada. Contesto el desconocido.
— Secuestraste a uno de mis clientes y acabas de hacer algo estúpido. Replicó señalando a los hombres inconscientes en el suelo.
— Tu cliente esta bien, solo le dije algo que no quería escuchar y acabo de salvarte de dos terribles asaltantes. Respondió tranquilamente mientras se agachaba a revisar al que tenía la navaja en la pierna.— Ellos también estarán bien. Hizo un torniquete con el cinturón del asaltante evitando que se desangrara y le dio una mirada a Bruce que continuaba parado del otro lado. — Deberíamos irnos, pecas. Despertaran pronto.
Tenia una bandita medica fosforescente en el rostro a medio pegar, que hacia que sus ojos azules realtaran mucho mas de lo que seguramente hacían, sus brazos tenían algunos rasguños (uno de ellos parecía mas un corte que un rasguño) su cabello negro estaba despeinado como si se acabara de despertar y se sujetaba el costado.
— Me llamo B... Lucas. Dijo casi en un susurro recordándose que no podía dar su nombre real a cualquiera .— Estas herido.— Obvio Banner después de observarlo con cuidado.
— Oh. No es nada. Solo un rasguño. Lo cuidare después. Dijo "su salvador" viendo el corte mas grande en su brazo. Parecía confundido por no darse cuanta que estaba así de golpeado.
—¿Con banditas?
— Uh...¿si? Son útiles — señalo con una sonrisa nerviosa.
Bruce soltó un suspiro sintiendo que sus siguientes palabras los harían arrepentirse después.
— La cafetería no esta muy lejos. En agradecimiento por ser un idiota cuidare adecuadamente tus heridas.— Ofreció con un poco de vacilación .
— Eres tan amable, pecas.— Alego con sarcasmo mientras comenzaba a caminar fuera del callejón.

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— Eres americano igual que yo .¿ Que te trae por aquí?. preguntó Bruce cuando estaban en la parte de atrás de la cafetería mientras intentaba limpiarle el corte de la mejilla. (Intentaba porque el hombre se retorcía cada que el científico acercaba el algodón con desinfectante a su rostro)
— ¿El paisaje?.
Bruce soltó un bufido. El paisaje era lo que menos buscaría alguien ahí y sabia que estaba mintiendo, pero no dijo nada para presionarlo tanto.
— ¿ Estas viajando?. Intento de nuevo al fin logrando dar con la herida del rostro.
— Si— respondió en un jadeo al sentir el ardor del desinfectante.
— ¿A donde?.
— No lo se — contestó encogiéndose de hombros y desviando la mirada.
— entonces, ¿como sabrás que llegaste?. Comenzó a limpiar el corte mas profundo sosteniendo con firmeza el brazo para que el otro no se retorciera.
—Tal vez ya lo hice. Respondió herido guiñándole un ojo al científico. Lo que hizo que soltara una risita.
— Dime que esa no es una de tus lineas de ligue. Es patética. — señalo sonriendo.
—funciona.— Bromeo.
— No lo creó. Es la peor que he escuchado. —Continuaba riendo;aunque era mas parecido a temblar totalmente con una sonrisa en la cara.
— Al menos te hizo  reír, eso es un punto para mi y mi patética frase.— Volvió a guiñar el ojo, ahora también estaba riendo.
— ¡Hey!. Es de mala educación no contar el chiste para que todos entiendan. Interrumpió la alegré jefa del doctor llamada Gloria, cuando entro a donde estaban con una taza de café que fue entregada al desconocido.
Ambos cayeron en cuenta que ya había terminado de curarle las heridas y que, además ambos habían estado hablando en inglés todo el tiempo son percatarse se estarlo haciendo.
— Lo siento. Dijo Bruce en español y parecía seriamente avergonzado por su descuidó. En cambio el otro hombre sólo ofreció una sonrisa y bebió del café que le había entregado.
Esto sorprendió, molesto e incómodo en igual medida a Bruce. Toda su aura de extraña calma lo inquietaba y hacia que desconfiara del hombre.

— Bien. Me tengo que ir. El café fue delicioso. Ofreció con una exhalación y un guiño entregando la taza vacía a la mujer.
Esto hizo que ambos presentes  levantaran las cejas de sorpresa ante la rapidez con la que se había terminado una taza de café caliente.
— ¿Tan rápido?. Cuestionó desilusionada la mujer. Cuando habían llegado al principio había quedado como prendada del encanto y apariencia del hombre.
— Volveré. Lo prometo. Ofreció como consuelo tomando una de las manos de Gloria.
Bruce lo miraba de reojo mientras recogía las cosas que había estado usando para tratar sus heridas.

— Hasta luego, pecas. Se despidió el hombre con una amplia sonrisa y un movimiento de mano.
Gloria lo siguió a la salida haciendole un par de preguntas que eran respondidas con calma por el hombre.
Bruce suspiro deseando no volver a ver a ese tipo de nuevo y reprochándose mentalmente el no haber preguntado su nombre.

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La noche había caído sobre la ciudad, cuando Barton repitió con calma los pasos para llamar a su controlador. 

—Coulson. Se escucho del otro lado.
— ¿Tus niños ya encontraron a mi hombre? Preguntó socarrón a modo de saludo el joven agente.
Phil no contestó de inmediato .
—Clint...tu hombre. Esta muerto. Los agentes que envíe solo encontraron el localizador que pusiste en él y no muy lejos de ahí se toparon con la noticia de un hombre ejecutado.

—¿Que?— alcanzó a formular después de un rato de haber recibido la noticia.— ¿Tus agentes vieron el cuerpo?. Ya sabes que, siempre hay riesgo de fuga.

— Si, ellos identificaron el cuerpo con las características que me diste. Los agentes llegaran a tu ubicación por la mañana; aseguraré de no asustarlos, herirlos o tratarlos como idiotas. Phil le advirtió con severidad.— Romanoff salio para Ashura hace unas horas. Agrego anticipando la pregunta casi obligatoria que  esperaba del arquero.

— Bien. Contestó antes de colgar.
Estuvo mirando un momento el teléfono en su mano antes de comenzar a caminar de un lado a otro totalmente furioso.
No alcanzaba a comprender como es que aquello había pasado.
Recordo cuidadosamente lo que había pasado antes de que Clock partiera en el autobús.
No pudo recordar nada mas allá de la extraña sensación de que habían sido vigilados, pero con eso también venían mas preguntas. No había notado ningún auto o persona extraña siguiéndolos.
Todo era demasiado confuso.

Sin mencionar que ahora tenia que ser niñera de algunos novatos de SHIELD porque dudaba que Coulson mandara algo mas que unos nivel Uno, que además, había desobedecido órdenes al hablar con Banner y ni siquiera había hablado con él  como deseaba. Solo había salido huyendo.
Vergonzoso. Pero que no había resultado malo a pesar de que solo habían intercambiado palabras para no caer en silencios incómodos, eso también lo había motivado para, tal vez volver después.


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