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ERES SOLO MIO por Liss83

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Notas del capitulo:

Ojala les guste

      Harry era el auror mas famoso del mundo mágico. Siempre se esperó que se casara con su novia de colegio, Giny Weasley, tuvieran hijos y representaran a la familia mágica tradicional. Nadie jamás se imaginó que al iniciar su segundo año en la academia Harry aceptara púbicamente ser homosexual, echando a tierra la ilusión de muchas mujeres que soñaban con convertirse en la señora Potter, en especial, la propia Giny, quien ya daba por sentado todo, presentándose como tal. La convulsión comenzó cuando se encontró al héroe en un bar gay bailando animadamente entre los brazos de otro hombre con quien paso la noche en un hotel, fue tal que por poco y lo expulsan del cuerpo, pero su status de salvador lo impidió, aunque no por ello dejo de frecuentar ese tipo de lugares. Era asiduo asistente los fines de semanas, aunque desde entonces, siempre luciendo algún hechizo glamour        Fue en una de esas salidas cerca de cinco años despues donde lo vio a él en medio de la pista. Complextura delgada, cabello cobrizo y corto, piel morena. Unos vaqueros celestes despintados que se ajustaban en los lugares exactos, una polera blanca sin dibujos y un par de zapatillas deportivas a tono. Se movía como si no hubiese un mañana. Harry se acercó y lo abrazo desde atrás por la cintura, le beso el cuello mientras choco su pelvis contra el trasero, pequeño y firme del chico. Este sonrió y se movió de manera mas provocativa, enfrascándose en un baile por demás de sensual. Un par de tragos y caricias después, Harry salía con el chico bien abrazado a él. Ni bien los apareció en la sala de su departamento le devoro la boca aferrándolo de tal manera que escucho como el chico sé quejaba, aunque poco le importo. Con desesperación le arranco la ropa y lo tiro de espalda a la cama. Se coloco sobre él y sin previo aviso se auto penetro con la virilidad despierta del muchacho que tan solo logró lanzar un alarido de placer. Prácticamente le exprimió hasta la ultima gota que había en el chico haciéndolo ver estrellas. Le dio unos minutos de descanso y volvió atacar ese cuerpo perfecto sin ningún tipo de pudor.  No descansaron en toda la noche mas que un par de veces y solo unos pocos minutos. Ya habían salido los primeros rayos del alba cuando el chico se desplomo a su lado totalmente agotado, por lo que no tardo en dormirse.        Al despertar, el héroe no estaba. Sonrió para sus adentros. Todo había salido a pedir de boca. Su señor estaría complacido y él obtendría su mas caro trofeo. Se levanto de la cama y  sin vestirse camino hasta la cocina. El olor a café recién hecho lo recibió inundando sus fosas nasales. El chico lo esperaba con una sonrisa radiante, llevaba puesto un camisón casi transparenté que solamente le llegaba hasta los muslos        - Buen día dormilón – dijo con coquetería pero sin mirarlo – ¿Qué tal amaneciste? - Con ganas de… – le susurro al oído parado tras suyo mientras le acariciaba los muslos por debajo de la bata - Si quieres eso de nuevo – dijo Harry sonriendo y girándose – deberás hacer algo por mi - Lo que quieras – dijo el chico atrapando sus labios con los suyos - Antes de nada – susurro Harry – ¿Qué te parece si nos quitamos las mascaras, o mejor dicho… , los Glamour - No se de que hablas – dijo el chico nervioso - Yo creo que si Fenrir Greyback – le susurro besándole cuello       Al mirarlo nuevamente, Harry ya tenia su apariencia habitual mientras servía el desayuno como si nada hubiese pasado. Se paro junto a la mesa sin dejar de mirarlo, temía que en cualquier momento Harry lo atacase        - ¿Desde cuando…? – dijo Fenrir listo para lanzar un desmayus y llevarse al chico a la guarida del señor tenebroso. Le pediría que lo convirtiese en su esclavo con la firme promesa de hacerlo pedazos a tal grado que no quedase nada de lo que había sido alguna vez - Hace dos meses mas o menos – dijo Harry con simpleza – desde que empezaste a seguirme por todo Londres. Por Merlín, que pésimo anfitrión, siéntate por favor. - ¿Para que quieres hablar con ese loco? – dijo el hombre lobo intrigado - Llévame ante él y lo sabrás – le susurro al oído y mordiéndole el lóbulo de la oreja – tienes mucho que ganar.        Una hora mas tarde Tom Redel, mas conocido como Lord Voldemort, veía entrar al Niño Que Vivió a su escondite como quien entra a su casa       - Harry Potter – dijo con auténtica malicia en la voz – me honras con tu visita - Lo se – contesto el menor con simpleza – por lo visto sigues sin visitar un buen cirujano plástico - Avada… – siseo Tom levantando su varita - Mátame y jamás serás el dueño del mundo mágico – dijo Harry sin tomarse la molestia de mirarlo – o conversemos y esta misma noche todos se postrarán a tus pies - ¿Qué quieres a cambio de… tu buena voluntad? – dijo el lord con ironía - Un esclavo – dijo Harry tomando una manzana y dándole una generosa mordida - ¿Y quien es el elegido? – dijo el Lord con una sonrisa cruel - Greyback – dijo mirando fijamente al hombre lobo que no se intimidó ni por un instante - Ya escuchaste Greyback – dijo el Lord  con una carcajada seguida por la de los demás mortífagos – se bueno con tu amo y abrele bien tus piernas - De hecho mi señor – dijo Harry dejándose caer de rodilla – él es mi amo y yo su mas servil esclavo – besándole los pies al hombre lobo - Con que mi esclavo – dijo tomándolo de los cabellos sin que Harry se quejara – jamás debiste decir eso - Llévatelo – ordeno el Lord –. Espera – dijo cuando Fenrir iba salir con su esclavo a la rastra – quiero  asegurarme que no es ningún plan. Ven aquí Harry – este se acerco lentamente  y se postro a los pies del Lord. Jamás debiste entregarte, niño imbécil       Le apuntó con su varita y susurro algo. Harry grito desesperadamente y se retorcía en el suelo, luego se desmayo. Fenrir lo tomo en brazos y se lo llevo a una cueva solitaria. Lo desvistió lentamente y justo cuando iba reclamar nuevamente el cuerpo torturado del auror, cuando algo lo hizo perder el conocimiento.       *                                                                  *                                                                  *       Su cabeza giraba y le dolía horrores cuando sus ojos se abrieron lentamente, todo le daba vuelta. Estaba acostado en el suelo, completamente desnudo, los brazos suspendidos. Todo estaba oscuro. no recordaba como había llegado ahí. La puerta se abrió y sintió los latigazos sobré su cuerpo. Si sus cálculos no fallaban, esa noche seria luna llena y… la inconciencia lo reclamo nuevamente arrastrándolo en un aborigen del cual no sabia como saldría vivo o si saldría.        Sintió dentro de su inconciencia como una mano  recorría su piel desnuda y lastimada, prestándole mayor atención a su entrepierna.  No supo cuanto tiempo había pasado, y algo dentro suyo le dijo que su infierno a penas empezaba         *                                                                  *                                                                  *       El mundo no daba crédito a las ultimas noticias. El señor tenebroso había sobrevivido mediante un horrocruxes. El ministerio lo sabia y todos esos años lo habían ocultado buscando el momento justo para destruirlo. Ese momento había llegado la noche anterior, cuando con un golpe exitoso el cuerpo de aurores había logrado aniquilar completamente al mago mas tenebroso de todos los tiempos y a gran parte de sus seguidores, aunque algunos se habían escapado sin dejar rastro alguno. Desgraciadamente dentro de este grupo estaba la cabeza de la manada de los hombres lobos mas grande de Europa, Fenrir Greyback.       Unos brazos lo rodearon ni bien cruzo la chimenea, mientras una boca reclamaban la totalidad del aire de sus pulmones       - Hola amor – dijo Harry sonriendo mientras le acariciaba el cabello - Estaba preocupada – dijo Giny escondiendo el rostro en el pecho del hombre - Ya estoy aquí – le susurro al oído – ya termino todo. Esta muerto y esta vez no va volver - Te amo – dijo Giny cerrando los ojos al sentir la caricia en su pelo.       Había sido difícil simular que todo había terminado entre ellos y mas amándose como lo hacían. Porque si había algo que en verdad el Harry no podía negar era el amor que sentía por esa mujer. No se imaginaba pasar su vida que no fuera con ella.  Ya estaba todo arreglado. En un par de días declararían que su ruptura era falsa, y todo era parte de un plan para asesinar a Voldemort y deshacerse de los mortífagos. Los planes para la boda no se habían detenido ni un ínstate. Tanto así que tres meses después, todo el mundo mágico celebraba la boda de Harry James Potter y Ginevra Weasley. La paz tan anhelada había llegado y nada ni nadie la iba a alterar       *                                                                  *                                                                  *       Desde su lugar escucho claramente cuando la puerta se abrió, los pasos que bajaban lentamente por la escalera, la puerta se abrió y por ella paso su captor de los últimos diez años, mas o  menos, en el tercero perdió la cuenta. Siempre era lo mismo.  Él llegaba al día siguiente de la luna llena, cuando mas débil estaba por las transformaciones, y  con un simple movimiento de mano cuatro látigos sujetos a manos invisibles aparecían para golpear su cuerpo por horas. Cuando estaba por desmayarse sintió como su cuerpo era acariciado, besado y lamido hasta llegar a ese pedazo de carne que tenia entre sus piernas hasta que este estaba totalmente excitado. Luego sin previo aviso se sentaba sobre él, enterrándose en lo mas profundo haciendo gritar al prisionero hasta desgarrarse la garganta de puro placer. Los gritos de ambos se mesclaban en una sinfonía que no tenia limite. Exprimía al prisionero por horas enteras. Cuando saciada sus propias ganas, observaba con una sonrisa su obra, creada con arañazos y mordidas en hombros, pechos y espaldas. Y mas de una vez un miembro viril fracturado.       - Nunca me voy a cansar de ti querido Fenrir – le susurro al oído de un seminconsciente hombre – nos vemos el próximo mes. Espérame lobito travieso – le beso los labios hasta hacerlo sangre – eres todo un hombre, mi hombre,  y me encantaría quedarme mas tiempo pero no puedo. Ya sabes la familia. Adiós precioso y no te olvides a quien le perteneces       El auror salió con pasos firmes. Su pequeña Lily iría por primera vez a Hogwarts al día siguiente y pasaría a comprarle un bonita pluma para escribir. Después de todo él siempre había sido un hombre de familia.  

 

Notas finales:

Esperos sus comentarios.

 


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