Desde siempre mi vida tuvo como centro el patinaje artístico, pase por entrenamientos muy difíciles y pesados para poder mejorar mi técnica, fue difícil pero con tiempo, dedicación y esfuerzo lo logre.
Mi nombre es Otabek Altin, tengo 18 años y soy un patinador que representa con orgullo a Kazajistán. Entreno duro y siempre doy lo mejor de mí para poder ser uno de los mejores en el mundo del patinaje artístico.
Pero en la actualidad mi mente y toda mi atención siempre están en ese chico rubio el cual es mi novio hace dos meses.
Después del Gran Prix Final en Barcelona, en donde nos volvimos amigos, Yuri y yo nos hicimos muy unidos. A pesar de que mi entrenamiento tiene sede en Almaty, Kazajistán y el suyo en San Petersburgo, Rusia cada dos semanas yo tomaba un vuelvo de cinco horas a Rusia o él a Kazajistán, solo para pasar un fin de semana juntos como los buenos amigos que éramos.
*FLASHBACK*
“Bienvenido a Rusia Otabek” me saludaba Yuri a mi llegada
“se supone que esta vez tu irías a verme”
“lo se… y lo siento” veía como juntaba sus manos en señal de disculpa “pero sabes que mi espalda me ha estado molestando desde hace una semana… no resistirá cinco horas sentado en un avión”
“está bien, no te preocupes” mi sonrisa aparece automáticamente al verlo “yo entiendo Yuri… pero te perdonare solo si me das pirozhkis”
“está bien… mi abuelo hizo ayer porque sabía que vendrías”
La amistad entre Plisetsky y yo era cada vez más fuerte, nos pedíamos opiniones y consejos el uno al otro de cualquier cosa, llegue a pedirle a Yuri que eligiera la marca de mis nuevos patines por mí y todos en el mundo del patinaje saben que esa es una gran muestra de confianza y cercanía entre los dos.
*FLASHBACK*
“Beka… ¿crees que el traje nuevo hace juego con la música?” me pregunto mientras me enseñaba los bosquejos hechos por su diseñadora
“yo pienso que si… además es obvio que a tus fans les gustara”
“no lo sé… creo que es muy tierno para mí” miraba como seguía quejándose y me daba cuenta lo mucho que me gustaba como su nariz se arruga al pensar seriamente algo “¿Por qué me miras así?”
“Mmmm… por nada” recuerdo como en esos días descubría cada vez más lo mucho que me gustaba pasar el tiempo con Yuri sin importar donde estuviéramos “Yuri...”
“¿Qué pasa Beka?” me miraba fijamente con sus ojos de soldado
“si tú me llamas Beka… ¿puedo llamarte Yura?”
“Claro que si Beka… entre tú y yo hay mucha confianza para llamarnos así” me concedía su permiso mientras me regalaba una de las más hermosas sonrisas que había visto en mi vida
Un día la actitud de Yuri conmigo cambio. De repente ya no se comportaba como el adolescente con problemas de actitud de siempre, ahora cada vez que nos veíamos quería caminar conmigo del brazo, pedía una malteada para los dos, me sonreía de una manera distinta, se reía de mis chistes malos que antes me golpeaba si se los decía, en fin todo en él estaba distinto.
*FLASHBACK*
“mañana debo volver a Rusia pero no quiero” me decía mientras se aferraba a mi brazo
“nos veremos en dos semanas Yura” amaba ver ese lado suyo infantil solo dirigido para mi
“¿acaso no me extrañas mientras estamos separados?” es obvio que lo hacía pero no podía decirle eso a mi amigo… sería muy extraño
Un mes después me acostumbre a ese nuevo Yuri Plisetsky que tenía como amigo, justo a tiempo para poder verlo sin preocupaciones en el evento Fantasy On Ice* en Hasetsu, el cual estaba organizado por Yuuri y Viktor.
Aún recuerdo como si hubiera sido ayer cuando Yuri antes de hacer el show me dijo “tengo que hablar contigo… tengo algo muy importante que decirte y lo hare cuando el show termine” sus palabras me preocuparon durante todo el espectáculo y aunque pensé en todos los escenarios posibles, nada pudo prepararme para lo que me esperaba.
*FLASHBACK*
“¡Me gustas!” eso era lo más increíble que me habían dicho en mi vida “¡no es una broma Beka” en especial por ser él la persona que me lo decía
“Que estás diciendo Yuri… deja de bromear conmigo” en verdad no lo podía creer, era muy bueno para ser verdad “volvamos con los demás, nos están esperando para festejar” lo tome del brazo intentando ir en busca de nuestros amigos
“te dije que no es una broma Otabek” se soltaba de mi agarre frustrado “tu enserio me gustas… hablo de la misma manera en que lo hacen el cerdo y el viejo” casi muero de ternura al ver en sus mejillas un pequeño sonrojo
Gracias al cambio que Yuri tuvo me di cuenta que el me gustaba de una forma distinta a la de amigos, pero pensaba que una relación con él sería imposible así que rápido intente ocultar mis verdaderos sentimientos “Yuri… en realidad… hace tiempo me di cuenta que yo no te quiero como un simple amigo”
“¿eso quiere decir que yo también te gusto?” veía como esa hermosa sonrisa que tanto amaba hacia su aparición
“si Yura… quiero decir…” rogaba porque en mis mejillas no hubiera un color carmesí “si… tú también me gustas”
“entonces… dame tu celular” no entendía porque en un memento como ese me pedía eso “el mío se lo di a guardar al cerdo…rápido” aun un poco confundido y mareado por lo que estaba pasando le di mi celular “hoy 6 de Agosto a las 11 de la noche con 11 minutos tu y yo dejamos de ser amigos para ser novios”
“!davai Yura!” recuerdo la felicidad que me invadía ese día
Y en verdad creía que esa felicidad me duraría por un largo tiempo pero me equivoque. Desde hace un mes Yuri dejo de tratarme como su novio y ahora me habla como si fuera cualquiera de sus amigos.
Yo desde la media noche le llame pero al no poder contactarlo le mande un mensaje diciéndole lo mucho que lo quiero y lo feliz que me han hecho estos dos meses, además de enviar a Rusia un enorme peluche de un tigre. Ya es 6 de Octubre y son las 10 de la noche, miro mi teléfono con la esperanza de que me llame o envié un mensaje pero nada.
Yura se ha olvidado por completo de mí y ya no sé qué más hacer.