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MIAU por Liss83

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Notas del capitulo:

Es una historia terminada. Ojala les guste

 

  El teléfono en la casa de la familia Weasley sonó tres veces antes que un joven pelirrojo contestara, escuchó lo que decían al otro lado de la línea y colgó después de agradecer con una sonrisa       - ¿Qué te dijeron? – pregunto nerviosa una pelirroja regordeta - Ya depositaron el dinero en la cuenta que abrí – contesto el joven - ¿Cuánto? – dijo su hermana emocionada - Tu dote esta cubierta, hermanita – dijo el pelirrojo – Potter no podrá negarse a que te cases con su hijo - ¿Ósea que seguimos siendo ricos? – pregunto su otro hermano  - ¡Asquerosamente ricos! – dijo su gemelo y todos los integrantes de la familia festejaron con vitorees en medio de abrazos       *                         *                         *       Sus manos estaban atadas a la cabecera de la cama, los ojos vendados, su cuerpo apoyado sobre sus rodillas y separadas entre si, de la diminuta falda de colegiala de la que salía una hermosa cola de gato. Una mano que acariciaba suavemente sus glúteos desnudos. Besos sobre ellos. Y luego… una palmada luego otra, y otra… su cuerpo siendo profanado y desalojado, mas besos y… su cuerpo ocupado de golpe para disfrute de otros. Un maullido producto del dolor que lo desgarraba desde adentro. Gemidos y maullidos. Su actual realidad       Tres horas después estaba en una tina apoyado sobre sus manos y rodillas siendo bañado con sales relajantes. Le dieron masajes suaves y le fue imposible no relajarse cuando lo acariciaron detrás de la oreja. Quince minutos después era cargado en brazos y llevado a otra habitación donde lo depositaron en una canasta. Le colocaron un collar de oro con incrustaciones de zafiro al cual estaba unida a una cadena de oro de veinticuatro quilates y le levantaron las caderas desnudas. Su orificio sagrado profanado nuevamente, ahora por la joya.       - Vendería mi alma al diablo por ser esta joya – dijo su cuidador besándole el lugar justo donde su valle se hundía en la oscuridad, pero él se giró furioso y le lanzo un manotazo – quizás algún día – concluyo con malicia       El hombre le acerco un plato de leche a su cama y salió, aunque él no prestaba atención, su mente viajo a ese día en que su mundo cambió     *                         *                         *       ***FLASHBACK***       Arthur Weasley era un hombre ambicioso que había amasado una pequeña fortuna haciendo diferentes negocios, no todos lícitos. Aunque su mejor negocio había sido casar a uno de sus hijos, Percy, con Marcus Flint, el sobrino de un multimillonario llamado Tom Riddle. Percy nunca sintió nada por su marido pero recibía todo aquello que quería y no le exigía hijos aun, aunque estaba consiente de que esa era su obligación dárselos. Ya llegarían. A cambio, Arthur ganaba posición nuevamente en el mundo de los negocios       Después del matrimonio de Marcus y Percy, su nivel social había subido considerablemente, pero en los últimos seis meses había hecho malos negocios y había perdido buena parte de su fortuna, razón por la cual su familia se lo reprochaba a diario prácticamente. “Por tu culpa no fui este año a Paris con mis amigas” “Necesito un auto nuevo y mi tarjeta no lo cubre” “Mi closet ya tiene tres meses, debo renovarlo inmediatamente” “Quiero el ultimo equipo de música” etc. Así que cuando su yerno le propuso un negocio donde no invertiría prácticamente nada de dinero y su familia retomaría su estilo de vida no lo dudo ni un instante. La única condición seria estar un año entero fuera del país sin contactarse con su familia, una cosa sin importancia a cambio de los beneficios obtenidos. Una semana después subía junto a su yerno en un avión privado, sin saber realmente donde iba, pero para él eso seria lo de menos, si sus cuentas bancarias  volvían a la normalidad.  El vuelo a la Isla de Man duro media hora.       - Arthur, necesito que tomes esta pastilla – dijo Marcus – cuando despiertes ya estaremos en la isla de Man - ¿Por qué no puedo viajar despierto? – pregunto el pelirrojo - Reglas son reglas – dijo Marcus sonriendo –. No te preocupes. todo estará bien       Arthur estaba tan concentrado en como disfrutaría esas vacaciones pagadas, según él,  que no noto el brillo en los ojos de su yerno. Minutos después, cuando Arthur ya dormía profundamente, Marcus tecleo su teléfono y envió un mensaje. Luego esculco a su suegro y tomo su billetera, celular y otros enseres personales, camino hasta el baño y tiro todo por el inodoro. Al regresar a su lugar miro detenidamente al hombre dormido y lo desvistió. Le tomo varias fotos y las mando vía correo electrónico con el mensaje “Confírmalo”. Ese año prometía ser muy lucrativo       *                         *                         *         Arthur despertó preocupado con la turbulencia del avión, pero enseguida se dio cuenta de su situación y su atención se centro en ello. Estaba apoyado sobre sus manos y rodillas dentro de una jaula donde apenas cabía. Amarrados en cada brazo, en forma vertical, una barra de metal. Tenia otra  pegada en forma oblicua que unía su cintura con sus tobillos. Un bozal le impedía abrir la boca. Se percato que un viento se coló entre sus glúteos y fue cuando entendió que estaba desnudo e indefenso. Rato después el avión descendía hasta aterrizar completamente. Escucho abrirse las compuertas y el motor de una movilidad pequeña, entonces la jaula se movió. En el trayecto escucho ladridos, rugidos y otros animales. El viaje duro cerca de diez minutos. Luego sintió que subían una pequeña colina. La luz se atenuó un poco. Se sentía un fuerte olor a desinfectante. Avanzaron algo mas por una especie de laberinto hasta que se detuvieron. Bajaron la jaula y la dejaron en el suelo. Abrieron la rejilla y lo tomaron por las  caderas desnudas para jalarlo hacia atrás       - ¡Dios mío! – dijo una voz varonil que no supo a quien pertenecía ya que luz lo encandilo - Ven cariño – dijo una segunda voz mientras escuchaba un clic a la altura de su cuello – vamos a bañarte.        Arthur no entendía que pasaba por lo que no se quería mover, pero sintió un jalón a la altura del cuello que le lastimo manos y rodillas contra el suelo, por lo que decidió cooperar.  Lo hicieron entrar a una tina con sales y  empezaron a lavar hasta el ultimo resquicio de sus cuerpo, incluida su entrepierna y su ano. A este ultimo le dieron una atención muy especial. Intento huir cuando algo muy delgado y suave intento colarse por ahí, por lo que se removió violentamente. Varias manos lo retuvieron en el sitio. Lo que tenia dentro era pequeño y suave. Se movía en todas direcciones entrando y saliendo lo que le pareció una eternidad mientras sus lagrimas caían a raudales. Una mano suave le limpió las lagrimas con dulzura.        - Tranquilo hermoso – le dijo una voz suave mientras uno – te estamos limpiando nada mas. Concéntrate en mi mano, pequeño – le susurraba mientras lo masturbaba lentamente.       Arthur no sabia cual acto era mas humillante. Si el ataque de la que era victima su ano o la estimulación que recibía su entrepierna. Ambos le dolían horrores.       - Viste ya termino – susurro la voz de hombre –, ya tienes puesta tu cola, mi hermoso gatito. Ahora te pondremos aceite en este lindo cuerpo – nuevamente las manos lo recorrieron completo mientras un aroma de perfumes inundo sus fosas nasales – te hare un masaje y te dejare en tu jaula, mi sexi gatito. Ya veras como nos divertiremos juntos - Vengo a hacerle el examen al nuevo – dijo una nueva voz - Esta cansado – dijo la primera voz sin dejar de hacerle masaje – házselo después - Quieren el certificado hoy mismo – dijo el segundo con fastidio en la voz – además Theo, te he dicho mil veces que no te encariñes con ellos. Solo están de paso. En cuanto los compran no los volvemos a ver - Pero es que es tan hermoso – dijo Theo acariciándole el rostro – si pudiese lo compraba - Si estuviera en tus manos – dijo la otra voz – comprabas el zoológico entero - No es mala idea – dijo Theo besando el lugar donde estaba el plug       Lo acostaron de boca abajo y un par de manos le levantaron las caderas, otras le abrieron los glúteos, susurraban entre si, el plug salió y un dedo entro nuevamente por su ano hasta palpar su esfínter       - Tranquilo cielo – volvió a decir la voz – cuando el doctor termine te daré leche y te masajeare hasta que te duermas. - Prepárate  Theo, porque tendrás que educar a esta preciosidad – dijo la voz mientras le daba una palmada en los glúteos - ¿Es virgen? – dijo Theo emocionado - Como si acabara de nacer – dijo la voz - ¿Escuchaste mi amor? – dijo Theo – te voy a enseñar a ser un gato en toda la extensión de la palabra – lo alzo en brazos – vamos. Empezare hoy mismo. Gracias – grito saliendo a toda prisa - ¡Olvidaste su cola! – grito sonriendo       Desde ese día su adiestramiento comenzó. Al principio lo llevaban con correa todo el tiempo. Aprendió a recibir sus alimentos en un plato en el suelo y sin usar las manos, paulatinamente todo lo que comía era comida para gatos. Aprendió que no debía erguirse sobre sus piernas, y solo se podía comunicarse mediante maullidos. A restregarse en la pierna de los demás para que le hagan caricias en cabeza y espalda, que normalmente se extendía a su entrepierna. En estos momentos se le exigía cerrar los ojos y ronronear, razón por lo cual se le enseño a hacerlo. Cuando se le permitía terminar en la mano de su cuidador, debía limpiarla con pequeñas lamidas, si no llegaba a terminar en la mano del hombre, debía lamer cariñosamente la cara a menara de petición para que se lo permitieran. También aprendió a ronronear cuando durante las clases sus cuidadores metían, no muy profundo, uno o dos dedos en su ano. En esas ocasiones, sí no quería ser castigado, debía conseguir una erección, aunque claro, sin eyacular, o seria castigado de igual forma. Después de un tiempo, no supo calcular cuanto, se le permitió salir al jardín para practicar a correr con manos y rodillas. Para que no se lastimase, le ponían protectores en dichas partes. Ahí vio otros hombres y mujeres simulando ser gatos o perros. Algunos llevaban colas de monos o ardillas a los que los obligaba a trepar arboles. Y no supo cuantos animales mas El día que le quitaron la correa en el jardín intento huir. Cuanto lo atraparon le pusieron correa nuevamente y lo golpearon con un látigo mientras le repetían que era un gato malo. Sabía que su trasero no estaba sangrando pero le dolía horrores. Y si a eso le aumentaba que tenia el plug, la tortura era lo indecible. Luego lo metieron en una jaula que se llevaron, no supo donde. No salió de la jula durante una semana. Supo el tiempo transcurrido porque colocaron un reloj enorme frente a su jaula que le repetía cada hora el tiempo que llevaba ahí. A penas tenia campo para erguirse sobre manos y rodillas.       Cuando el castigo termino lo sacaron en brazos y lo llevaron para darle un baño. Todo el tiempo que estuvo en manos de su cuidador le lamio suavemente la cara y maulló bajito en señal de agradecimiento. Mientras estuvo castigado lo había decidido. Si querían que fuera gato, pues bien, eso seria a partir de ese día. Viviría y comportaría como un gato aunque nadie lo viera. Bueno, gato no. Gata. Y una muy mimosa. Una vez limpio, lo llevaron a una sala finamente decorada con cojines esparcidos en el suelo. En el rincón mas alejado había una caja de arena. Era obvio con que fin. Esparcido sobre el piso almohadones. Una canasta para gatos y al lado un plato con agua. También había varios estambres de diferentes colores y tamaños. En la otra esquina había una caja de madera de dos metro de ancho por tres de largo y uno de alto, que estaba llena de círculos. En otra parte habían pelotas.        - A partir de ahora este será tu cuarto – dijo su cuidador – pero ahora a comer. Desde hoy tu dieta cambiara un poco – dijo   

 

Notas finales:

Gracias por leerme. Mañana el final. Besos

 


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