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En las garras de un asesino por Name

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Notas del fanfic:

Los personajes no son de mi autoria, le pertenecen a Oda-sensei, creador de One Piece ^u^

A medida que la trama avance ira 'oscureciendose' poco a poco, de modo que si eres una persona sensible por favor, leer con precaución <3 (abran secuestros y escenas fuertes cof cof)

Notas del capitulo:

Esta idea me surgio de la nada mientras escuchaba musica xD

Llevo años sin escribir nada, estoy un poco oxidada cof cof aun asi espero que puedan disfrutarlo y me den sus opiniones <3

Las actualizaciones serian una cada semana.

 

 

Law estaba sentado en su cuarto, frente a su computador, navegando aburrido por Tumblr mientras suspiraba y reblogueaba imágenes de gatos.

 

El día era frio y sombrío, como todos los demás días, estaba lloviznando, y no se escuchaban las aves pues estas se refugiaban entre los árboles.

 

La ciudad entera parecía dormir, incluso los pocos autos que pasaban a penas producían ruido, incluso viviendo en un barrio lleno de peligros, pareciese que hasta los mafiosos durmieran hoy, pues no había ruido alguno en las calles.

 

Su habitación era pequeña, alcanzaba su cama, su mesa con su computador, un armario, repisas llenas de libros, al igual que el suelo de la habitación, mezclado con ropa sucia y limpia, si un verdadero desastre, el chico la verdad era muy ordenado, pero desde hace unos días había caído en una especie de depresión muy grande… ¿el motivo? Lo que estaba junto a él en ese momento.

 

A su lado había una carta de la universidad respecto a la carrera de medicina. ‘’Rechazado’’

 

 

No había entrado.

 

 

Law seguida totalmente inmóvil, apoyado en su mano mientras movía un único dedo para hacer clic en el mouse y bajar aún más por la ventana de Tumblr, entrando a blogs depresivos y suicidas, en fin lo que un adolescente promedio normal de 18 años hace cuando siente que su vida va a acabarse.

 

-Es increíble el daño que te puede hacer tu propia mente… -susurro por lo bajo el pelinegro cuando vio su propio reflejo en el espejo que estaba tras la computadora.

 

Su cabello hecho un desastre, unas ojeras negras muy marcadas, y sus ojos grises que antes siempre fueron alagados por lo lindos y brillantes que eran, lucen ahora opacos cual muerto en vida.

 

– Haagh…. La vida… apesta… -susurro antes de dejar caer su cabeza sobre el teclado de su computadora, resignado, viendo una y otra vez el mismo gif de un gatito cayéndose por la escalera.

 

‘’Yo en la vida’’ Nada le definía mejor en ese momento.

 

Entonces alguien toco la puerta de su habitación, un toque suave y calmo, señal de que aquel hombre angelical.

 

-Law… ¿Puedo entrar?

 

Se oyó preguntar a una voz masculina cálida y con aire preocupada tras la puerta. Law no respondió.

 

-Por favor Law… creo que tal vez deberíamos hablar… ¡no es el fin del mundo…! ¡Lo puedes intentar el próximo año! ¡Y yo creo en ti hijito! ¡Sé que podrás lograrlo!

 

Exclamaba el rubio intentando darle ánimos al menor, pero del otro lado de la puerta que tenía frente a él solo escucho silencio, bajo su rostro desanimado, viendo el plato con torta que tenía entre sus manos, desde que hace unos días Law recibió la carta de rechazo de la universidad, no ha salido de su cuarto más que para ir al baño, porque no ha comido nada, y eso le preocupa mucho… no sabe cómo ayudarle

 

-T-tra…. Te traje pastel… -susurro sonriendo leve, sabía que al menor le gustaba, y tenía fe que eso le hiciera abrir la puerta pero…

 

Como Law tenía de mascota a un gato negro que recogió de la calle, había una puerta pequeña para mascotas en la entrada de su cuarto, así que el rubio solo vio como el menor sacaba su mano por allí para recibir el pastel.

 

Suspiro, y guardando silencio se arrodillo para darle el plato con pastel en la mano, pero antes que volvería a entrar, tomo también su mano, apretándola levemente, como hace un padre desesperado cuando quiere ayudar a su hijo pero no sabe cómo.

 

-Law por favor… hablemos…

 

Pero el ojigris con un movimiento brusco se soltó, y volvió a meter su mano hacia dentro de su cuarto por la puerta del gato, llevándose el pastel con el dentro.

 

El rubio suspiro dolido, se quedó un rato en el suelo, viendo hacia la puerta de animales, esperando que Law diera alguna señal de vida, pero no fue así, de modo que se levantó rendido y bajo con paso lento las escaleras de la pequeña cas hacia el primer piso.

 

-……

 

El chico estaba apoyado en la puerta, en silencio, escuchando como el rubio suspiraba dolido antes de comenzar a bajar las escaleras, y eso le dolía, era un mal agradecido, el otro siempre había sido bueno con él, y a pesar de no tener una buena situación económica, siempre se sobre esforzaba por trabajar más de camarero y ahorrar para comprarle los libros de medicina tan caros que el pedía… y por ello… por eso mismo no podía hablarle… no se atrevía.

 

¡Le había defraudado! Después de todo lo que el rubio se esforzó por darle estudios, y libros exclusivos, él no había entrado en medicina… quería entrar no solo porque le gustara, sino también porque al estudiar medicina, lograría luego tener un trabajo estable y bien remunerado para poder devolverle a su padre todo lo que había hecho por él, lo deseaba tanto, con todo su corazón, pero fallo… fracaso…

 

-T-Te falle… -susurro dolido, mientras apoyado en la puerta de su habitación se deslizaba lentamente por ella para quedar sentado en el suelo comiendo pastel- L-lo siento….soy un idiota… -susurro entre sollozos, mientras se ahogaba entre el dolor, las lágrimas y el pastel.

 

En el primer piso, el rubio estaba recostado sobre el sillón blanco, mirando al techo desgastado con aire igual de deprimido que el menor, suspiro rendido.

 

-Soy un pésimo padre… no nací para esto… -susurro dolido, no sabía qué hacer, no sabía cómo ayudar a su hijo…. No sabía nada…- … Tal vez… ¿hubiera sido mejor para ti otra familia en vez de estar conmigo y que te arrastrara a esta vida? –susurro para sí mismo, dolido.

 

No sabía que hacer…

 

Y así estaba el ambiente en su casa actualmente, la que antes era una vivienda pequeña y modesta, pero cálida y feliz, era ahora una vivienda pequeña, modesta, triste y sombría…

 

Las risas al charlar e intentar cocinar…

 

Las risas al ver películas y bailar en año nuevo….

 

Las risas al pintar huevos de pascua y al celebrar navidad…

 

Ninguna de ellas estaba presente más que aquel sombrío y eterno silencio sepulcral…

 

Ya nada podía ser peor…

 

-¡¡ROCINANTE ABRE LA PUERTA DE UNA VEZ!! –grito una voz potente que golpeaba la puerta de entrada con puños fuertes y firmes.

 

-GYA! –el rubio dio un salto, cayendo del sofá al suelo

 

Tan sumergido en su tristeza que no logro escuchar que habían llamado al timbre dos veces antes.

 

-¡¡¡Y-Ya voy!!! –grito nervioso mientras se colocaba de pie y corría hacia la entrada a abrir la puerta, ni si quiera miro por la rendija del correo a ver quién era, esos gritos solo podían ser de una persona.

 

-¡Ya era hora! ¡Me has tenido siglos esperando! –exclamo el pelirrojo de ojos rojos cuando al fin abrió la puerta

 

-¡Ha! Kid –exclamo sonriendo ampliamente el rubio- ¡Cuánto tiempo sin verte!

 

Y ambos se abrazaron, se hicieron amigos hace muchos años, una amistad fuerte que nunca se había roto o desgastado a pesar que no se vieran tan seguido, debido a que el pelirrojo era un agente de policía y uno de los principales encargados de la prisión de la ciudad, mientras el rubio era un camarero que para poder llevar sus cuentas pasaba todo el día trabando.

 

-Oye, y a ti ¿Qué te pasa? –Pregunto el pelirrojo mientras entraba a la casa- No luces alegre como sueles ser…

 

-Oh… si bueno… -el rubio cerró la puerta en cuanto el otro entro- e-es… por mi hijo…

 

-¿Tu ‘’hijo’’? ¿En verdad le criaste como tal? –pregunto enarcando una ceja

 

-¡Shh! ¡Cállate idiota! Él no sabe nada, y no debe por que saberlo, es mi hijo, eso nunca cambiara

 

-Bueno, bueno, no es necesario que me mates, no lo sabía, pero ¿me dirás porque estas triste?

 

-E-Es que… bueno… lo que pasa es que….

 

 -¡Deja de tartamudear y explícame!

 

Y mientras los dos adultos comenzaron a hablar, el chico encerrado en su cuarto comenzó a molestarse al notar su silencio sepulcral interrumpido.

 

¡En esta casa no se puede ni sufrir tranquilo! Pensó a regañadientes el menor al escuchar voces en el primer piso de la casa, ¿Roci estaba hablando con alguien? ¿Con quién? Y fue en ese momento cuando la curiosidad le pudo a su depresión y a su delicioso pastel, pues en silencio abrió la puerta lo más callado que pudo, saliendo de su cuarto, y comenzando a bajar las escaleras a hurtadillas, asomándose entre la baranda de la escalera, pero no le alcanzaba el ángulo para ver a la persona con la cual hablaba el rubio, de modo que bajo las escaleras por completo y…

 

-¡….! –se encontró de frente con  el hombre que mejor físico ha visto hasta ahora en su vida.

 

Un pelirrojo con cabello peinado cual llamas salvajes, con unos ojos rojos cual sangre, una piel blanca cual marfil, vestido como oficial de policía, excepto por una chaqueta de cuero extra que llevaba encima, el traje parecía que fuera a romperse en cualquier momento por sus músculos.

 

El ojigris se  quedó en silencio, observándole unos instantes antes que los dos mayores notaran su presencia.

 

-¿Hm…? – El pelirrojo noto entonces al menor.

 

Un chico muy delgado pero con buena figura y físico, con el cabello hecho un desastre, rasgos hermosos y unos ojos hipnóticos que no había visto nunca, camuflados por sus ojeras, vestido con un jeans negro roto, unos zapatos con un ligero tacón ¿Tal vez para verse más alto? Y una sudadera gris oscura con capucha, algo le decía que ese chico querría pasar lo más desapercibido posible, pero claramente ello le debía resultar imposible, pues su simple apariencia era muy llamativa.

 

Se produjo un silencio incomodo cuando la mirada de ambos se chocó, el pelirrojo tenía una mirada de fiera que brillo al verle, al tiempo que se relamía los labios, lo cual produjo un escalofrío en Law y un disparo de alerta en su mente ¡Ese tío era peligroso!

 

Y ambos podrían haberse quedado en silencio por la eternidad si no fuera porque…

 

-¡Oh Law! ¡Hijo! ¡Bajaste! –exclamo feliz el rubio mientras se lanzó a abrazarle cual padre contento.

 

-¡Padre! ¡No seas tan empalagoso! –reclamo entre gruñidos el menor mientras intentaba separarse del abrazo.

 

El pelirrojo rio con su voz masculina, divertido.

 

-¿Tan arisco como un gato he? –dijo como broma al menor.

 

-¡….! –Law enseguida le quedo mirando, serio.

 

-¡….! –Y el pelirrojo entonces pudo apreciar todo el odio y enojo que puede expresar un gato adolescente ofendido.

 

-Y tú eres tan estúpido como un perro, ¿No es así? –gruño el ojigris.

 

-¡Tsk! ¿¡Qué dijiste mocoso!?

 

-¡Oh! ¿Además de estúpido eres sordo?

 

Y Así fue como el rubio pudo ver como de los ojos de su hijo y de su amigo salían verdadero rayos de odio entre ellos.

 

-¡N-no pelen por favor! –Tartamudeo nervioso- Law, él es Eustass Kid, es un amigo mío, es agente de policía, es en verdad una buena persona si le conoces es solo muy bromista.

 

-Y estúpido… -refunfuño.

 

-P-por favor… -nervioso- Law no hagas una escena, anda se un buen chico…. ¡Voy a preparar la cena para que comamos todos juntos y así charlemos! ¿Vale? –Dijo emocionado el rubio.

 

Y no espero respuesta cuando ya había salido corriendo a la cocina para preparar la cena, ¿qué puede decir? Estaba muy feliz de que su hijo al fin bajara, además de lo que había hablado con el pelirrojo.

 

*Minutos antes*

 

Kid y Rocinante están hablando en la entrada de la casa que da a las escaleras.

 

-Todo iba perfecto… hasta que recibió la carta de la universidad… sinceramente no sé cómo pudo reprobar, es muy inteligente… -suspira- pero no me molesta que haya reprobado, puede intentarlo el próximo año, sin embargo esta muy deprimido y no tengo idea de que hacer para ayudarle…

 

Susurraba angustiado el rubio, explicándole al su amigo la situación que le estaba preocupando en esos instantes, mientras el otro escuchaba con completa calma.

 

-Ya veo… entiendo a tu ‘’hijo’’ es normal que se sienta desanimado… tal vez siente que te fallo o algo…

 

-¡P-pero no es así! ¡Yo creo en el!

 

-Lo sé, lo sé, pero la mentalidad adolescente es compleja…

 

El rubio suspiro rendido mientras un corto silencio surgió entre ambos.

 

-Detesto en verdad verte así… oye ¿y si intento hablar yo con tu hijo? Tengo 20 años, nuestra edad es similar, tal vez se sienta mejor con alguien joven como el…

 

-Oh si… ahora que lo dices, no tiene amigos… los únicos chicos con los que se llevaba bien, Shachi y Penguin se cambiaron de ciudad….

 

Que nombres más extraños, pensó el pelirrojo, aunque seguramente eran apodos, de modo que le restó importancia.

 

-Tranquilo, sacare a tu hijo a pasear, no lo sé, el cine, a hacer deporte, algo con lo cual se relaje y distraiga, hasta que encuentre el momento preciso para hablar con el

 

-¿¡De verdad harías eso por mí!?

 

-¿Somos amigos no?

 

-¡¡Gracias!!

 

*El presente*

 

Si, Kid tiene razón, a Law le falta distraerse, vivir más como un adolecente, sale muy poco y no tiene amigos, Kid siempre ha sido popular y tiene muchos hobbies, estoy seguro que le ayudara mucho poder salir con él, tal vez hasta puedan hacerse amigos…

 

Pensaba ilusionado en rubio mientras preparaba el horno en la cocina, y escucha al  ojigris y al pelirrojo discutir, rio.

 

Incluso si solo pelearan todo el día, ya le serviría a Law como distracción, sabe que aunque se vea como un chico fuerte, inteligente y arrogante, en realidad es muy inseguro y valora cada interacción social, incluso cuando es una pelea.

 

-Escuchaste a tu padre, se un buen chico… -dijo divertido el pelirrojo mientras se quitaba su pesada chaqueta de cuero.

 

-¡Tsk! ¿¡Por qué no te callas!?

 

-Mejor deja de maullar y ayúdame con esto –dijo el pelirrojo divertido mientras le lanzo su chaqueta de cuero encima- Cuélgala… -y antes de sufrir los posibles arañazos de un gato furioso adolescente encaprichado, se marchó hacia la cocina- ¡Rocinante! ¿Necesitas ayuda para cocinar?

 

-¡Gya!

 

La pesada chaqueta del otro le cayó encima de la cabeza al menor, rodeándole con aquel fuerte aroma masculino que el otro tenia encima, le hizo temblar.

 

-¡Tsk! –reclamo enojado, votando la chaqueta al suelo- ¡Cuélgala tú! –refunfuño, mientras se metía las manos en los bolsillos de sus sudadera y caminaba molesto hacia el comedor.

 

-Tranquilo no necesito ayuda, estoy bien ¡Gya!

 

El rubio tenía un escándalo en la cocina, casi se le prende fuego encima, bueno, como siempre, así que los otros dos no se preocuparon, ya le conocían.

 

El pelirrojo veía con una sonrisa divertida al chico que entraba molesto al comedor, y con aire victorioso fue a sentarse pero…

 

El chico pateo su silla, corriéndola en el último instante, haciendo que el otro cayera al suelo en vez de sentarse, si fue un acto infantil, pero le hizo sonreír arrogante y victorioso.

 

-¡Uh! ¿El policía no tiene buenos reflejos? –dijo sonriéndole travieso.

 

-¡TSK! –Bufo el mayor desde el suelo, molesto, viéndole pasar por delante de él.

 

Law camino elegante y victorioso antes de sentarse, en el lado contrario de la mesa, cruzándose de piernas divertido, cual gato caprichoso chico que marca su terreno.

 

Aun así, el mayor termino sonriéndole desde el suelo, antes de levantarse junto a la silla, que sonriera de esa manera tan desafiante sinceramente le borro la sonrisa a Law y le dejo muy descolocado, el otro le veía casi como si hubieran iniciando una guerra y…

 

-¡…!

 

El ojigris salto cuando el mayor dejo caer su pesado cuerpo en la silla de madera delante de ellos, y se cruzaba de piernas igual de él, pero luciendo como un maldito emperador todo poderoso. Pudo sentirse encoger en su propio asiento mientras la mirada del pelirrojo comenzaba a incomodarle, aquella mirada fiera y salvaje junto con su sonrisa vanidosa.

 

 

¡Como odiaba a ese tío!

 

 

Y ambos se quedaron en silencio, en una competición infinita de miradas de odio, hasta que el rubio volvió al comedor trayendo una bandeja con un pastel de frutas y otras cosas para que cenaran todos juntos.

 

Entonces el ambiente tenso del cuarto se relajó, con Rocinante allí, siempre tan alegre, era imposible estar molesto delante de él, de modo que a medida que avanzo la cena se creó una conversación normal y amistosa entre los tres, Kid contaba anécdotas de su trabajo, Rocinante del suyo y Law les escuchaba atento mientras hacía preguntas y contaba curiosidades científicas.

 

Así terminaron incluso riéndose en algunos instantes, hasta que, ya para el final de la cena, termino saliendo un tema que a Law no le agrado.

 

-Por cierto Law… -dijo el rubio mientras comía un pedazo de pastel- ¿No has pensado unirte a algún club? En la ciudad hay muchos y te servirían para hacer amigos y vida social…

 

El ojigris refunfuño, dejando de lado su café negro.

 

-¿Por qué sacas ese tema ahora? –Dijo viéndole molesto- Te he dicho que no me interesa hacer amigos con nadie de esta puta ciudad, todos son unos gilipollas…

 

-Law no digas groserías en la mesa –trato de corregirle nervioso el rubio.

 

-¡Pues no saques temas de mierda en la mesa!

 

-¡….!

 

-¡….!

 

Y el menor pudo ver como la expresión de su padre se volvía triste, se arrepintió enseguida de sus palabras y de haberle faltado el respeto, pero le faltó valor y le sobro orgullo para disculparse, de modo que simplemente siguió bebiendo de su café, mientras el pelirrojo frunció el ceño molesto al ver a su amigo triste debido al trato del lindo chico, sin embargo, termino sonriendo.

 

-¿A sí que no haces amigos porque todos son unos gilipollas? Te entiendo, yo pienso igual que tú… -sonrió- en ese caso, tú y yo salgamos mañana.

 

-¿He? –El menor levanto la mirada de su café para ver al otro incrédulo- No digas estupideces… ¿Quién dijo que quiero salir contigo?

 

-¿Y quién dijo que me importaba tu opinión niñito? –Sonrió más ampliamente- ¿O lo que en verdad te impide hacer amigos es tu miedo a ser tú un gilipollas?

 

El ojigris se levantó molesto de su puesto, golpeando la mesa.

 

-¡Puedo hacer amigos si quisiera!

 

-¿O sí? –Pregunto divertido el pelirrojo mientras también se levantaba- En ese caso demuéstramelo en nuestra salida mañana, ¿O te da miedo arriesgarte?

 

-¡Tsk! –viéndole molesto- ¡Claro que no!..... –sonríe vanidoso- está bien si tanto lo deseas y te urge tanto un amigo, saldré contigo mañana, no debes rogar más… -dijo el menor intentando ganar la pelea.

 

El pelirrojo rio divertido, amaba que el otro pudiera responderle.

 

-¡Bien! Considéralo entonces una cita… -y antes de decir algo más, se despidió de Rocinante mientras caminaba hacia la salida.

 

-¿¡He!? –el chico se quedó en blanco.

 

El rubio, confundido y callado sin querer meterse entre ambos jóvenes, simplemente se despidió de su amigo, y quedaron de juntarse otro día o hablar por móvil.

 

-¡Oye tú! ¡Espera! –y el adolescente salió tras el pelirrojo pero en cuanto este agarro su chaqueta del suelo, salió de la casa cerrándole la cara en la cara – Ugh!

 

 

‘’¡¡Maldito imbécil!!’’

 

 

-¡Ven Aquí!

 

Y aunque el chico abrió la puerta y salió corriendo tras el otro, solo alcanzo a ver como el pelirrojo se colocaba el casco, sonriéndole burlesco antes de arrancar en su motocicleta lejos de allí, marchándose por la calle principal, mientras las charcas de agua en el suelo le reflejaban.

 

El silencio de ese frio y deprimente día era roto por el fuerte sonido de una motocicleta marchándose a lo lejos, y de un gato maullando adolescente refunfuñando molesto mientras corría de regreso a la casa por haberse mojado con la llovizna.

 

-¡Law vas a resfriarte! –Exclamo preocupado el rubio mientras le veía entrar todo empapado- Espera are chocolate caliente, ¡sube a abrigarte!

 

-¡Tsk!

 

Pero resfriarse no era algo que le importara en ese momento, se quedó viendo enojado desde la puerta de su casa como esa motocicleta desaparecía a lo lejos, antes de cerrarla de un portazo.

 

 

¿¡Como un policía podía llegar a ser tan idiota!?

 

 

Mejor dicho…

 

 

¿¡Como alguien tan idiota podía llegar a ser policía!?

 

 

Como fuese, ¡El otro estaba loco si creía que iba a salir con el mañana en una cita! ¡Ni si quiera le conocía! ¡Que sujeto más desagradable!

 

-Ashus! –estornudo

 

-¡Que te abrigues!

 

-¡Lo sé! –dijo subiendo a su cuarto.

 

 

Genial, acababa de resfriarse por culpa de ese gilipollas

 

 

 

‘’¡¡Gracias querido Eustass Kid!!’’

 

 

 

¡Y si, eran palabras dichas con sarcasmo!

 

 

Que imbécil mas molesto

 

 

Notas finales:

akjsaksja me pregunto si Kid y Law podran llevarse bien en algun momento xD

En el proximo capitulo aparecera un nuevo personaje <3 oh si, el 

Espero sus reviews, se agradecen ^u^


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