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We’re the Children of the Dark por ArthaielEng

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Notas del fanfic:

Songfic de Descendientes 2

Tematica: Homoerotica

Pareja: Harry Hook x Benjamin Florian

Ship: Harren/Berry

Leve:Bal (Ben x Mal)

 

Advertencias: Spoilers (Libros & película), Lime, leve OoC, Drama, Fantasy, Adventure, Crime, "What if...".

Modo: One-shot

Songfic: Children of The Dark de MONO INC. feat. Tilo Wolff, Joachim Witt & Chris Harms

Nota p/ comprender: La canción serán los diálogos que el Pirate Crew cantarán a Ben. // Inicia y termina con //

 

Notas del capitulo:

Nota d/ Autor:  Me gustaría aclarar unas cosas antes que nada. En primer instancia, soy mayor de edad y preferiría que las personas interesadas en leer lo siguiente también lo sean -o que al menos tengan una mentalidad madura-.

¿Porque?, debido a que Descendientes está dedicado a un grupo infantil-prepúber y el tema a tratar puede tocar sus sensibilidades aunque no sean lo suficientemente fuertes a mi parecer. Si esto se tratara del fandom en inglés no me molestaría en poner esta acotación pero estoy igual en el de español y a mi forma de ver, en el lado hispano hay mucha discriminación y, porqué no decirlo, homofobia contra ships homosexuales, ejemplificando: Harril, Jaylos, Malevie.

Así que Prevengo desde el vamos que cualquier comentario ofensivo contra los demás lectores, la historia e incluso mi persona serán baneados y/o reportados. 

“Hay maldad bajo la piel, quien lea esto será cruel”


 


Desde su más tierna edad Benjamín, o Ben, como le llamaban sus amigos -porque todos en Auradon lo son- había tenido el privilegio de nacer en la casta real del Rey de aquel paraíso en donde todos los de corazón puro, de actos nobles, de valentía y maravillosas hazañas para el bien, conviven en una estimulante armonía. El lugar en donde los jardines florecían en bellísimos espirales y las flores brotaban brillantes del rocío de la mañana le hacía recordar su despertar en ese entonces, con sus pequeñas piernas colgando de la enorme cama de sedas tan suaves como las nubes, y de cómo era recibido por el exquisito olor de panecillos recién hechos presentados por Lumiere quien dejaba derretir la miel natural de los bosques en ellos haciendo que su apetito creciera de forma abrumadora y quisiera devorar como una bestia todo aquello.


Auradon sin lugar a dudas era un lugar de ensueño, su lugar, su mundo. Y desde hace meses, era su nuevo Rey. Ahora aquel lugar en donde nadie conocía la negatividad, en donde cada motivo era un baile, donde cada amanecer ameritaba una canción, y ahí, justo donde entre todas sus planicies esconden maravillas, fue en una en especial donde la conoció y dio una oportunidad. Un lago encantado, fresas y una poción de amor inicio lo que ahora se estaba convirtiendo en la mayor preocupación que jamás había oprimido su corazón de esta manera. Porque Ben, dichoso de todo e inmune al riesgo, estaba experimentando algo que si bien era propio del lugar donde la suela de sus botas estaban pisando, no creería que estuviera sucediendo.


Dramáticamente sentía que el corazón se hacía le pedazos y estos mismos caían frágiles como el cristal mientras más estrujaba el anillo dorado entre su puño. Anillo que significó el inicio de una historia de amor que por lo visto no tendría un final feliz, mismo que Mal, la hija de Maléfica y la mujer más hermosa que haya tenido oportunidad de conocer, lo había rechazado y le pidió de una forma no muy amable retirarse de su hogar: La isla de los perdidos. Y por más que sus deseos fueran el quedarse a su lado, el cambiar drásticamente su moral de lo bueno y lo malo, quizás de demostrarle que podía hacer eso y más por amarle de esa manera, tenía responsabilidades, un Reino que dirigir con personas que aguardaban por su llegada y sus órdenes. Mientras debatía esto consigo mismo y con los pensamientos girando aleatoriamente causándole más intranquilidad caminó, anunciandole a los chicos: Evie, Jay y Carlos, que Mal no estaba dispuesta a regresar y así, en la desidia e impresión de sus palabras, los VK’s no dieron cuenta de que Ben desapareció en el pasillo convenientemente repleto en niebla.  


Con la mirada directa al suelo no se percató de chocar con el hombro de otra persona, más alta y robusta a comparación de su principesco ser. Antes de pedir disculpas apretó los labios con fuerza recordando las palabras de Evie, quien le había mencionado que aquello era inaceptable en la Isla, además su estado anímico no le permitiría pelear, contando su inexperiencia en ello, decidió pasar de largo pero la fuerte mano de aquel hombre lo tomó del brazo y lo arrastró para encararlo .


Elevando su vista se encontró con un hombre vigoroso, de piel pálida y sombrero de pirata , llevando puesto una capa rasgada roja sin mangas, cinturón marrón y botas del mismo color. Notó con temor como su mano se dirigía de forma lenta a su espada enfundada que llevaba, acariciando con la yema de los dedos la empuñadura al mismo tiempo que le veía directamente a los ojos. Y se dio cuenta de esos orbes celestes opacados por sombras intimidantes alrededor de ellos. No sabía su nombre, pero sus intenciones eran más que claras.


—¡Pero si es el Rey de Auradon tomando unas vacaciones!— escuchó la voz suave pero imponente del pirata, mismo que lo hizo tragar saliva intentando controlarse sin lograrlo completamente ya que su cuerpo exige dar un leve salto de impresión.


Al ver esta delicada reacción el de cabellos morenos en su instinto de depredador optó por acercarse más al cuerpo del joven Ben que no pudo esquivar ni protestar el movimiento. Invadiendo su espacio personal, la nariz afilada del saqueador inhalaba y exhalaba cerca del cuello del ya confundido hijo de la Bestia. Aroma poco usual en esas calles de podredumbre. Encantado de esa fragancia fresca no pudo evitar acercarse más a su rostro en donde la esencia era más fuerte y con la mirada de Benjamín estupefacta, el conocido en la Isla como Harry Hook colocó sus labios contra los del Rey.


Forcejeo, por supuesto, eso estaba mal. Pero la fuerza del pirata era mayor y en un lapso corto de tiempo el lacayo de Uma ya había aprisionado sus caderas con sus manos, acercando más sus cuerpos. Harry sentía el corazón acelerado y furioso de Ben quien estaba perdiendo el aliento, contento con eso lo dejo ir con una sonrisa sarcástica. Ben, tocándose los labios, los abrió y con los dedos sacó algo dentro de su boca que Harry con destreza hizo meter. Goma de mascar rosa, no tenía que ser muy listo como para saber de dónde la había conseguido.


—Saludos de Mal. — finalizó comenzando a reír dándole la espalda.


Ben, colérico,iba a lanzarse tras él pero fue detenido por Gil. El hijo de Gastón y ellos tienen una historia aparte.


 


2


 


Tonto, pero bruto. Así podrían definir cualquiera a quien se le preguntará sobre Gil, el tercer hijo de Gastón. Un chico musculoso, bronceado y con cabellos largos de un color rubio opacado. Aunque por supuesto, él prefería no ser llamado por el primer adjetivo, que si bien era cierto, él no se hallaba en esa característica.


Mucho menos en ese instante, sosteniendo fuertemente al Rey Benjamín de Auradon de los brazos en su espalda, obligándolo a agacharse cuando fuera necesario no llamar tanto la atención por más que quisiera obtener la ridícula venganza de su padre al no obtener el amor de Bella.  Y tenía que recordarse mentalmente cada minuto que Uma tenía un plan mejor y el momento para ello llegaría en creces.


Mientras era obligado a caminar Ben podía ver claramente la situación a su alrededor, las estanterías sucias con utensilios prácticamente inservibles, el aluminio oxidado y las paredes corroerse por el mal estado. Andando sobre una calle sucia, descuidada, con socavones atiborrados en aguas negras y lodo donde los más pequeños corrían con ropa desgastada y colorida, con sus mofletes llenos de moho entristeciendo su casi invisible color carmín agregando la poca  malicia en sus rostros. Definitivamente deplorable y mediocre por parte de su padre, el antiguo rey Bestia, quien ordeno y encerró a toda esa gente en ese campo de fuerza invisible. Porque muy seguramente, gente inocente como esos niños que recién asaltaron un pedazo de fruta aceptable al paladar, no merecían estar ahí.


Ese fue su principal pensamiento al elegir a los primeros cuatro chicos, hijos de villanos, para asistir a la preparatoria Auradon. Corregir y hacer saber que no todos los Descendientes de villanos eran eso, redundantemente villanos. La nobleza heredada de su madre y su corazón lo sentía y más que deber, su querer era que todos tuvieran una segunda oportunidad. Ingenuo le decían, además de la palpable intolerancia en Auradon con la gente de la isla, la discriminación aún era latente, un ejemplo reciente fue el golpe que recibió Jay por parte de Chad Charming por accidente entrenando Tourney.  


Tanto por trabajar, tanto por hacer, que su nuca inicio a doler y no fue precisamente por el trato de Gil, quien iba tarareando una extraña canción, sino por la pregunta que intensificó su malestar de corazón roto a pasar a decir ¿Que has hecho desde entonces?. Una corona no te convierte en Rey, esas fueron sus mismas palabras y ahora entendía su peor temor al recibir el cargo del ser el gran mandatario del reino. Asistir a reuniones, saber cuantas joyas habían obtenido de las minas los duendes, las preocupaciones de precipitaciones en el país de nunca jamás o la venida del otoño en los bosques de las hadas. Papeleo tras papeleo pero ¿Quien realmente se interesó en esa isla que logra verse desde el balcón de su habitación?


Después de la coronación ustedes estarán bien chicos. Dijo también pero Mal, Evie, Jay y Carlos no eran los únicos habitantes de la Isla y después de recibir el cargo se olvidó completamente de ellos, como todos en Auradon donde al parecer el único que sentía intranquilidad era él debido a las responsabilidades. Y siquiera pudo ocuparse bien de ellos, porque si lo hubiera hecho no estaría ahí, Mal no hubiera regresado tan sorpresivamente, no estaría siendo empujado a donde quiera que lo fueran a encerrar o peor aún, asesinar. Y si lo pensaba de la forma más deprimente, sentía que lo merecía por no haber visto por ellos al ya tener la oportunidad en sus manos, al abandonar su primer principio, su decreto, su idea.


Las personas cometen errores y ese fue el que imperdonablemente él cometió. El aroma del salino del mar inundó sus fosas nasales y miro al frente por primera vez para encontrarse con el lugar al que estaba siendo dirigido, un muelle.


Noto las letras parpadeantes y llamativas de un negocio de comida, Fish & Chips y por lo visto pertenecía a Úrsula, la bruja del mar. Se permitió soltar una risa desganada, su padre y el príncipe Eric eran buenos amigos, que ironía.


Desde la entrada pudo notar que le estaban esperando ya que al verlo desenvainaron sus espadas , saltaron y gritaron como unos locos impacientes, cosa que hizo reír a Gil como si viera a sus amigos del alma, en caso de que existiera el término amistad en la Isla de los Perdidos.  


La vio salir del sitio, empujando con fuerza las puertas de madera deslizables, hecho que hizo callar a todos los que llevaban vestimenta de pirata y puso erguido a Gil quien tiró con más potencia de Ben y se apresuró a llevarlo frente a ella. Era su líder al parecer, una hermosa mujer de piel morena y cabello trenzado de colores blanco y negro, el resto de color cian. Al estar ya de frente Ben pudo notar el descaro en su cara cosa que no le traía buenas noticias, al menos no para el. No se dirigieron la palabra, todo quedó con el sonido de las olas moviéndose y el filo de las espadas que se movían de vez en cuando, rodeándolo, como si pudiera escapar.


—Llegaste al fin. — pudo escuchar la voz demandante de Uma, supo tardíamente que no le hablaba a él.


Haciéndose paso a empujones y miradas voraces Harry Hook hizo presencia a la involuntaria reunión en la que se encontraba, haciendo que un escalofrío le recorriera la espalda al recordar lo que no hace poco sucedió entre ellos. Harry al verlo sonrió con desmesurada ternura y quitando a Gil de su camino, lo acogió en brazos y lo hizo meter dentro del local seguido de Uma y los demás piratas.


El lugar en teoría, no era decente, simulando un restaurante, la barra principal se encontraba oxidada, las mesas y sillas de madera seguramente con polillas, ni que decir de los manteles que solo eran trazos de tela al azar con múltiples manchas de comida donde no se tomaron el tiempo de limpiarlas nuevamente. En sí el ambiente se trataba de la morada de una tripulación del mal donde su capitán, en este caso capitana, hizo sentar a Ben en una silla arrojándolo hacia esta para después soltar una risa cualitativa de un antagonista, remarcando más el hecho de que los ojos color cielo de Harry no se separaban de su persona en ningún momento.


—Nunca pensé que tendríamos a una celebridad aquí. — arrancó a decir Uma dirigiéndose a Ben con hostilidad.


—No lo soy en absoluto — se defendió el de cabellos avellana. — Podemos resolver las cosas hablando, se que desean algo y yo los escucharé, los entenderé.


Las risas estallaron en el lugar, haciendo que los piratas se movieran frenéticos de un lado a otro, algunos chocando las palmas o los hombros, otros apretando su estómago por el dolor que ocasionan sus carcajadas. En definitiva su mayoría menos Uma quien implacable se acerco a el y poniendo ambas manos sobre los brazos de la silla aprisionando con sus manos intimidando al joven que se hizo hacía atrás comprendiendo que no fue o mejor que pudo haber dicho.


 


//


 


En nada somos como tu, una muralla negra, en nada somos como tú y tu no entiendes quienes somos., quienes somos. — canturreo Uma dándose la vuelta, moviendo sus cabellos, indignada dando varios pasos.


Al darle la espalda y Ben fijar su mirada, no noto que otro sujeto, miembro de ese clan, por así decir, se acercó a él y prosiguiendo con lo que la líder comenzó, tomo de su brazo comprimiendo su chaqueta.  


En nada somos como tu, desafiamos la corriente, en nada somos como tú y tu no sabes quienes somos, quienes somos.


Otro más, uno mucho muy alto y piel morena jalo del cuello de su camiseta y se hizo ver. Era rizado y sus ojos color miel, tuvo que agacharse para que el Rey lo escuchará atentamente.


En una tierra de marcas y dolor estuvimos esperando por una chispa. — Uma señaló a Ben con fiereza.


Así que saluda a tu Padre y a tu Madre*. Somos diferentes. —  Emocionado, Gil subió a la barra proclamando lo dicho.


Somos los hijos de la oscuridad —  Cantaron todos haciendo surgir el desastre dentro del establecimiento.


Somos los hijos de la oscuridad —   Las palmas de los piratas golpearon las mesas a su alrededor.


Las posiciones de todo volvieron a cambiar, como una danza siniestra, hasta que, quedándose estáticos dejaron ver a un inquieto Harry que se acercó a Ben con lentitud, esta vez sí tuvo ansias de escapar.


En nada somos como tú, somos verdaderos y libres. En nada somos como tu, no puedes ver quienes somos, quienes somos.  —   Al terminar pasó la punta de sus dedos en el pomo de la silla haciéndolo temblar un poco.


En nada somos como tú, ni como el resto, en nada somos como tú y no sabrás quienes somos, quienes somos. —  Una chica, al fondo, haciendo notar su enojo tiro la silla logrando romperla.


Varios piratas quisieron acercarse a Ben, pero Harry en una excesiva sobreprotección los echaba a todos empujandolos hasta hacerlos caer al suelo.


En una tierra de odio y horror establecimos un signo de exclamación. —   Uma alzó el brazo, haciendo referencia a romper la barrera mágica, y por supuesto, sentada frente a ella estaba su salida.


Así que saluda a tu Padre y a tu Madre. Somos fuertes, somos los hijos de la oscuridad. —  culminó otro quien hizo ademán de rasgar su cuello, movimiento que hizo que Ben tuviera el reflejo de levantarse.


Somos los hijos de la oscuridad


La amenaza fue tan evidente como quien sabe el color del cielo, el pavor invadió el pecho del Rey quien sabía que si todo aquello continuaba Auradon estaba en peligro.


¡Por un nuevo comienzo! —   se escuchó el grito desde el fondo.


¡Para un cambio completo!—   un hombre alzó un tarro al aire, brindando.


Nuestras cabezas están girando—  Gil giró su cuello varias veces burlescamente.


Y no nos tranquilizaremos—   Advirtió el que al parecer era el más joven de todos.


Somos un muro en movimiento —  A este punto Ben se sentía mareado de voltear a todos sitios, en esta ocasión a un tipo quien daba filo a su espada.


Un cambio ahora es un paseo por el parque—   con la sed de poder casi tangible hablo Uma.


Lo que está por venir—   dijo saltando Gil.


Está cerca…. ¡Mejor ten cuidado! —  exclamó suavemente en el oído de Ben, Harry quien adoraba las expresiones de horror y por supuesto, que él era su autor.


Somos los hijos de la oscuridad


Al fin, las piernas entumecidas de Ben lograron hacerse levantar e inútilmente trataba de salir de ahí con toda la tripulación poniéndose en su camino.


Somos los hijos de la oscuridad


Desesperado y valientemente, a sabiendas de que podría ser herido por sus espadas, empujo a todo el que podía, hasta encontrar un hueco entre los pies de varios y agachándose con rapidez pasó por debajo, pero antes de tocar apenas la salida...


¡SOMOS LOS HIJOS DE LA OSCURIDAD!


Harry Hook lo tomo con fuerza y lo regreso hacia adentro, forcejeando con el dulce príncipe, lo hizo sentar ahora con fuerza de nuevo donde estaba.


Hijos de la oscuridad


Uma hizo girar con fuerza la silla donde se encontraba ahora ya aferrado Ben de una patada, pero esta vez no objeto ni quiso hacer un movimiento en falso.


Somos los hijos de la oscuridad—  Los piratas comenzaron a subirse a las mesas y hacer giros peligrosos saltando una sobre otra.


Hijos de la oscuridad —  El eco de la canción que quizás persiga en pesadillas al Rey se escuchaba hasta el muelle.


¡SOMOS LOS HIJOS DE LA OSCURIDAD! —   Harry grito en la cara de Benjamín alzando el garfio. Uma se lo quitó de encima dandole un empujon al hombro.


Somos los hijos de la oscuridad —   La canción continuaba y Uma empezaba a dar indicaciones que Ben no entendía, solo hacía movimientos con la cabeza y las manos.


Somos los hijos de la oscuridad


El movimiento errático de los que estaban presentes cambió, algunos comenzaron a irse, otros entraban a las partes traseras del establecimiento, otros simplemente se sentaban en la barra.


En nada somos como tú, somos verdaderos y libres. En nada somos como tu, pero no puedes verlo


Vio como un par sacaba varias sogas gruesas y comenzaban a desenredarlas mientras lo veían con crueldad, sobre una mesa la hacían ovillo entre sus brazos preparándose a cargarlas.


En nada somos como tú o  como el resto. En nada somos como tu…


Otro par lo levantó de la silla, uno sosteniéndolo de cada lado, llevándolo ante Uma que estaba a un par de metros.


Somos los hijos de la oscuridad—   Le dijo a Ben individualmente Gil quien después se iria con los demás.


En nada somos como tú, somos verdaderos y libres. En nada somos como tu, pero no puedes verlo. —   Uma  finalizó durante lo veía,  era una exquisitez ver al Rey de Auradon cabizbajo. Y con la mano dio la orden de quien lo llevaría. No podía creerlo.


 —En nada somos como tú o  como el resto. En nada somos como tú… —   le susurro nuevamente Harry al oído, más calmado, tomando el lugar de los otros dos para llevarlo al muelle y atarlo a un poste donde no escaparía hasta el medio día de mañana si es que el trato se cumplía.


Somos los hijos de la oscuridad


O si no morirá devorado por lo tiburones.


// 


3


Agradeció en ese instante a Evie por hacerle llevar una chaqueta, ahora sabía el porqué. El frío en sí era abrumador en la Isla y aumentaba su potencia el hecho de que estaban a la orilla del mar.  En un barco aparcado perteneciente a Uma, lo llevaron ahí después del espectáculo en el Fish & Chips de Ursula, su hija tenía un plan que desconocía y hasta el momento su situación era esa: estar atado a un poste del barco y su velador no era nada más ni nada menos que el chico que menos quería tener ahí, Harry Hook.


El chico de cabellos morenos parecía desesperado, daba vueltas de un lado a otro, yendo al timón a juguetear de vez en cuando, lanzarse por las sogas, saltar por las escaleras o simplemente quedarse quieto a la orilla del barco pero todo esto sin perder de vista a Benjamín y sin soltar el garfio que al parecer apreciaba mucho más que su propia espada. Y aunque el de mirada cian quisiera hacer conversación con Ben, este no cedía debido a que temía a las consecuencias de volver a provocarlo.


Las luces apenas tenues de la isla no resaltan a esa hora mucho, eran casi invisibles debido a la densa niebla, y los demás miembros del Pirate Crew no decidieron quedarse, así que estaba solo con el psicópata hijo del capitán Garfio. Y aunque quisiera dormir no podía hacerlo, no teniéndolo ahí. Ese chico le causaba cierta incomodidad que no sabría describir, el plus más grave es estar secuestrado, dejando a Auradon sin un líder por horas. Además de que Mal ya no quería saber de el pidiendole que se fuera, aún lo recordaba.


Encontrándose de lleno en sus pensamientos no notó cuando el impredecible Harry se sentó frente a él en el suelo de madera, viéndolo como un niño maleducado. Esto hizo que sus cejas se fruncieran, movimiento que hizo soltar una risa nasal a Harry y Ben, como buen curioso que es no pudo evitar iniciar la conversación que tanto estaba evitando.


—¿No te arrepientes de nada? — preguntó el Rey Ben frunciendo ahora un poco los labios, era molestia que bien guardaba contra el chico con excesivas sombras alrededor de sus ojos.


—Me arrepiento de no tener este gancho de verdad. — contestó honestamente a lo que el aludido no comprendió.


Al notar eso, Harry simuló cortarse la mano y, literal, engancharse el gancho, sustituirla por eso. Ben abrió los ojos de sobremanera y tragó saliva, ahora si que lo había asustado pero eso reflejaba la admiración que ese chico sentía por su padre, cosa que él ya no podría decir exactamente después de ver cómo vive la gente en la isla y lo que los obliga a hacer para salir, porque eso es lo que quieren, ser libres.


—Dígame, su majestad…


—No me digas así. — interrumpió Ben


—Bien, dime… ¿Que es lo más indigno que has hecho? — la curiosidad se reflejo en el brillo de sus ojos de Harry.


Y como si se tratara de una pregunta sorpresa de un examen Ben no supo qué decir, si bien en Auradon la maldad no se conoce, nadie está exenta de ella, siquiera el y se lo han demostrado los VK’s . Pero hasta él mismo sabía que sus respuestas serían terriblemente tontas para el chico que aguardaba por su respuesta. Saltarse clases, comer algún bocadillo dulce cuando no debía, no escuchar a sus padres, mentiras piadosas, nada que sorprendiera al que roba y hace un caos donde pisa.


—Supongo que… dejar a Mal cuando más me necesitaba. — contestó con la cabeza gacha.


Un sonido enternecedor salió de los labios de Hook, en son de burla, pero eso lo hizo comprender el porqué las cosas estaban sucediendo y el porque el estaba ahí, entregándose a la boca del lobo. Levantándose de su sitio se acercó al chico y este por fin pudo enfrentar la mirada.


—Quiero deducir que si hago la misma pregunta sería una ofensa para ti ¿No es así? — dijo Ben teniendo el rostro de Harry a escasos centímetros del suyo.


—No, porque estoy a punto de hacerlo.


Así fue como tomó la mandíbula de Benjamín con su mano y volvió a besarlo con poca delicadeza, sus labios se movían como animal hambriento en los dulces y bien cuidados del Rey. Y este último no podía hacer nada más que soltar jadeos en desaprobación de lo que estaban haciendo. Nunca se había planteado besar a un hombre, pero ahora estaba siendo forzado a hacerlo y que decir, el hijo de Garfio es un buen besador o quizás era inexperto ya que Mal no había accedido a hacerlo aún y más que seguro que sentiria culpabilidad al saber esto.


Al faltar el aliento se separaron lo suficiente para recuperar el aire, pero no para dejar de sentir el aroma del otro. Ben para Harry era como un caramelo dulce que en la Isla jamás podría encontrar, entonces estaba dispuesto a exprimir todo hasta que no quedara restos de aquello. Volviendo a retomar el ósculo, Harry saboreaba el labio inferior de Ben mordisqueando un poco y jalandolo otro tanto, pasando la punta de la lengua en el superior hasta que el chico acosado y resignado, relajo su postura dejándose hacer. Harry sonrió de medio lado y ahora tomo de su nuca para profundizar su acción introduciendo su lengua en la boca de Benjamín que gimoteo al sentir como era invadido por el pirata.


Ese maldito sabor de su majestad lo volvía más imprudente de lo que ya era, sentir como revolvía su cuerpo acostumbrándose, teniéndolo solo para el. Aflojando el agarre de la nuca deslizó sus dedos al cuello del más bajo que lo hizo estremecerse, delineando con las puntas cada parte que podía, con el calor aumentando en su piel y viéndola erizarse y sin poder evitarlo mordió esa zona con suavidad para no dejar marcas que lograran hacer que Uma le llamase la atención. Fue este el primer sonido que Ben emitió al sentir los dientes aferrarse a la piel de su cuello, que lejos de doler  estaba creando en él una sensación placentera, estaba sucumbiendo. Y lo hizo más cuando sustituyó sus blanquecinos por su lengua.


Con ayuda de su otra mano, con la que sostiene el garfio, con el pico de este logro levantar la camiseta de Ben dejando ver su medio marcado abdomen blanquecino que no dudo en tocar. El Rey cerró los ojos con fuerza, eso se estaba convirtiendo en demasiado y sobre todo le sorprendía el hecho de que no se estuviera negando. La peculiaridad de las sensaciones que estaba sintiendo en ese momento no se lo permitían y su más bajo pensamiento fue el querer descubrir hasta dónde llegaría el hurtador y su secuestrador, la morbosidad ampliaba ese tornado de emociones que a su edad no había experimentado.


La mano ahora libre de Harry acarició con los nudillos  esa zona, haciendo temblar a Ben quien su respiración se empezó a acelerar. Su tacto frío se tomaba su tiempo ya que, en especial en la Isla de los Perdidos, las noches eran largas y apenas estaba comenzando. La piel de Ben, tan limpia y pulcra, que daban ansiedad de ensuciarla, se veía tan apetitosa a la mirada celeste pero no dejaba de hacer su trabajo con su lengua en el cuello de Ben donde gustaba especialmente de morder con dulzura ese específico bulto que lo caracterizaba como un hombre. Iría por el segundo, más adelante.


Con sutileza, deslizó sus dedos hasta su pecho, sintiendo nuevamente ese pulso frenético, y como si fuera ya un experto en el tema, la punta de estos dio comienzo a estimular sus  pezones soltando un gemido de los labios de Ben que provocaron a besarlo nuevamente. Los movia en forma circular, abarcando toda esa área, dando apretones de vez en cuando que hacían que el menor moviera un poco sus hombros inmovilizados, queriendo deshacerse de su escape, el motivo tenía dos opciones: escapara o provocar lo mismo en el pirata, esa impotencia de no poder otorgarle lo que él le estaba dando.


Se percató de algo mucho peor, ya que el incentivo dado provocó que algo, en específico, comenzará a crecer, abultarse y consiguientemente a doler.  Sus ojos color hazel se dirigieron a la entrepierna de Harry, que al parecer estaba presentando el mismo problema. Y como si ambos leyeran sus mentes, Harry inicio a restregar ambas partes en busca de alivio, que en ese instante fue calmado haciendo sentir más que mejor a ambos, el sudor recorría el rostro del pirata quien sonreía con perversidad a cambio de Ben quien con los ojos entrecerrados y húmedos dejaba notar un sonrojo en sus mejillas.  


No, no era suficiente. Harry deseaba más del cuerpo del Rey quien parecía disfrutar llegados a ese punto y lo que estaba sucediendo. Desabotono el pantalón de mezclilla oscuro de Ben, después bajó la cremallera, sonido que alarmó al de cabellos color miel, como si hubiera estado en un trance y eso mismo lo hubiera retirado de él, pero la mirada penetrante de Harry no le dejó decir palabra alguna, y así fue como libero su miembro de sus pantalones. Se sacudió cuando esta parte tan íntima de él sintió el clima directamente pero fue cubierto por la vigorosa mano del pirata.


—No, detente, esto esta mal. — pidió Ben pero su oyente hizo caso omiso y comenzó a mover su mano  de arriba hacia abajo y a la inversa.


La carcajada de Harry no se hizo esperar, continuo para elevar más la excitación en Ben y su miembro no se estaba negando ya que cada vez se ponía más rígido. Se hizo una broma mental diciendose: Ahora sé porqué le llaman Bestia. Y haciendo una mueca de sonrisa sus oídos se llenaban de los jadeos que intentaba reprimir Ben que apretaba su boca, pero no era de mucha ayuda ya que estaba a punto de estallar. Observando que su líquido preseminal salía Harry se detuvo un instante dejando al de ojos hazel con un dilema en el rostro.


—Ahora se que tu teoría es cierta, su majestad. — bajo su propia cremallera sacando su pene— Quizás los villanos pueden ser buenos.


Unió ambas intimidades sacando un gemido ya audible y claro de Benjamín e inicio a moverse satisfaciendose a ambos al mismo tiempo, quien marcaba el ritmo era Hook quien movía sus caderas restregándose contra el Rey quien ya estaba colorado hasta los oídos.


—Y los buenos… tienen su lado malvado. — finalizó mordiendo el lóbulo del oído de Ben.


La celeridad aumento, los gruñidos de Harry y los gemidos de Ben se hacían cada vez más fuertes, a punto de venirse el de cabellos miel no pudo evitar soltar gritos cargados de placer que el pirata tuvo que callar posando sus labios sobre los de él, no quería que toda la Isla escuchara lo que estaban haciendo y el Rey sí que era ruidoso.


Estaban a punto de venirse, Benjamín optó por cerrar con fuerza los puños por no poder aferrarse a algo más, sentía sus piernas flaquear y el calor subirse hasta la cabeza. El ceño fruncido del más fornido indicaba lo mismo, soltando suspiros en al boca de Ben. El orgasmo vino primero en Ben que sintió como su cuerpo quería irse abajo pero sus ataduras no se lo permitían, su semen salió humedeciendo la mano de Harry que, como si de un fetiche se tratara, hizo que esto hiciera venirse. Para evitar un sonido vergonzoso beso con pasión a un casi irrecuperable Ben que seguía en el estrago de su primer ocasión sexual.


Momento oportuno en que Harry, al recuperarse, miro directo a los ojos nublados de Benjamín que también hizo un esfuerzo por verlo, un encuentro entre la intensidad y lo endeble. Con su garfio acaricio su mejilla y se apartó, sin antes volver a sus posturas de antes volviendo a dejar sus ropas en su lugar., hasta respirar con normalidad.


¿Se siente bien ser Rey ahora?


Harry Hook dejo esa pregunta en la conciencia de Ben, antes de retirarse del Barco y dejarlo completamente solo toda la noche. Un hijo de la oscuridad quien por lo visto para él un cambio no era  opción, le dejó una nueva perspectiva del mundo y no como hubiera deseado.


 


Pero aguarden, ¿No creerán que es el fin de la historia, cierto?


 

Notas finales:

Vk's: Villian Kids. (Se refiere a Mal, Evie, Jay & Carlos)

Padre y tu Madre* : En esta parte de la canción dice "Saluda a tu Rey y a tu Reina" decidí cambiarlo porque, a pesar de que ellos antes eran los reyes, ahora el Rey es Benjamín. 

El mini músical que seguro les dio grima es para no quitar la esencia de lo que en si es Descendientes y la canción me pareció apropiada para el mensaje que quizó darle al final Harry a Ben. Un poco torcido, disculpa.

 

Espero les haya agradado. 


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