Desde que la ilustrísima Diamante Amarillo dio una orden directa a Aspecto 2F5L Corte 5XG, o como mejor la conocemos: Peridot, habían pasado unos días. Una misión a la Tierra era infrecuente, y mucho menos con gemas, pero la nave sin tripulación que mandaron se estropeó o fue destruida, aunque la última opción era imposible ya que los humanos no poseían herramientas capacitadas para destruir ese material.
Organizar una misión así era costoso y lento, pues tenían que asignar una escolta a Peridot para asegurar el éxito, preparar una nave y llevar a cabo una estrategia.
-¿Una prisionera?.- la expresión de disgusto de Peridot fue notable, aunque mantuvo su postura firme, con las manos entrelazadas en un rombo, muestra de respeto a su Diamante.
-Tiene información vital para la misión, al parecer permaneció en la Tierra atrapada durante siglos. Mencionó algo sobre las Gemas de cristal, o eso pone en el informe.- la perla de Diamante Amarillo habló, mientras que la superior permanecía en su asiento, de cara a varias pantallas pero mirando de reojo y con superioridad a las gemas que había en la habitación.
Peridot miró a la Jaspe que la acompañaría, era alta, y si no fuese por sus extra-extremidades, parecería un insignificante gusano a su lado. Cuando aquella perla mencionó la posible presencia de rebeldes, la gema verde no puedo evitar ponerse nerviosa, si fueron capaces de destruir a un diamante y casi a un ejército entero, no les supondría mucho esfuerzo acabar con una peridoto, un cuarzo y una lapislazuli.
-Mi diamante.- Jaspe rompió el silencio, mirando a Peridot.- Ambas estamos listas para marchar hacia el planeta Tierra, avisaremos inmediatamente si notamos la presencia de otras gemas y las capturaremos como rebeldes.-
Diamante Amarillo asintió y se levantó, alzando una mano.
-Perla.- murmuró con su grave e imponente voz.
-¿Si, Diamante?.- su sirivienta cruzó los brazos y la miró fijamente, con la cabeza inclinada hacia abajo.
-Autoriza a la peridoto para tripular una de mis naves, si capturan rehenes, necesitarán un espacio especializado para ello. Además, si necesitamos un informe urgente, no hay nada más directo.-
-¿S-su nave?.- Peridot tragó saliva para recomponer la voz.- Mi diamante, nunca pondré en duda sus decisiones, usted siempre tiene razón pero... .-
-Peridot.- la superior interrumpió.- Es suficiente, vaya a por la lapis mientras Jaspe asegura la nave, luego comprueba que todo funciona bien y marchad inmediatamente hacia ese desastroso planeta. Cuanto antes os vayais, antes volveréis con novedades.-
Tras decir eso Diamante Amarillo entró a una sala, dejando a Jaspe y a Peridot solas en la habitación. La gema de piel naranja se giró y comenzó a andar hacia el exterior.
-Ve a por la prisionera, yo misma me encargaré de sacarle información cuando estemos rumbo a la Tierra.- Jaspe sonrió de una manera un tanto maliciosa, gesto que Peridot pudo notar.
No respondió, tampoco era asunto suyo lo que le pudiera ocurrir a la joven que las acompañaría en el trayecto, al fin y al cabo solo servía para dar la información necesaria, luego no sería nada importante para la misión. La chica de cabello amarillo salió detrás de su escolta y se separó de ella para ir a la zona de detención, donde se supone que estaría Lapislazuli.
-Yo misma me encargaré de ella.- murmuró Peridot con un tono burlón y una voz aguda.- No se preocupe, ilustrísima, Peridot y yo ya estamos listas para marchar.- sacó la lengua, poniendo una mueca chistosa, mueca que cambió al ver que ya se encontraba frente a una celda de retención, donde una confusa joven de cabello azul la miraba.- E-eh... .- Peridot pestañeó varias veces aún con la lengua fuera y zarandeó la cabeza. Puso la mano delante de su boca para toser, como si de algún modo eso arreglase todo lo que Lapis acababa de ver.
La gema azul se encogió de hombros y evitó la mirada de su...¿superior?. Tampoco le importaba demasiado, para ella no era nadie, ni ella ni cualquier otra gema, excepto aquel chico que la sacó del espejo, quería preguntarle tantas cosas. La rubia (si se le puede denominar así) miró por unos segundos a la que era su prisionera.
-Bien, eres Lapislazuli, ¿no?.- hizo una larga pausa donde no hubo respuesta. Apretó los labios y miró a los lados, la situación era incómoda ya que la peliazul no parecía querer colaborar.- Esto no es agradable para ninguna de las dos, te lo aseguro. Una peridoto como yo podría estar invirtiendo su tiempo en algo mejor.-
-Que sabrás tú sobre situaciones desagradables.- Lapis murmuró tan bajo que la ajena no pudo entender nada, se sentó abrazando sus rodillas y escondió la cabeza en estas.
-Oye, ¿qué haces? Tenemos que partir ya, levántate.- la actitud de la otra empezaba a irritarle, no era alguien precisamente paciente, y mucho menos en una misión como esa.- ¡Te estoy hablando! ¡¡No me hagas perder más el tiempo!!.-
Lazuli miró a la gema de reojo, pero mantuvo su postura, cosa que terminó de enfadar a la ajena, pero antes de poder hablar un sonido fuerte y una explosión de humo interrumpió las palabras de Peridot.
-Basta.- Jaspe había destruido la forma física de Lapis con uno de esos desestabilizadores. Cosa que sobresaltó a su compañera.- No podemos perder más tiempo, ya tendrás días para hacerte la dura en la nave.-
-No me estaba haciendo la dura.- se cruzó de brazos y miró a un lado.- Además, eso era innecesario, no sabemos cuanto le llevará recomponerse. La necesitábamos entera, una piedra no responderá tu siniestro interrogatorio...pardilla... .- lo último apenas lo susurró para ella misma.
-Como sea, ya podemos marchar, nos llevará unos días llegar, así que no tenemos prisa para preguntar.- la cuarzo agarró la gema de la prisionera y comenzó a caminar en dirección a la nave.
Peridot suspiró bajando los brazos y miró al suelo. -Sí.- murmuró antes de ir con su escolta, subiendo a la enorme nave.
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