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Uncanny por Kichi Hikari

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Notas del fanfic:

Fic de Vatican Kiseki, ojala lo disfruten, y hasta que no se cree una categoria para este oneshot, pues asi permanecera.

Notas del capitulo:

Basado en el ultimo capitulo del anime, para que si no lo han visto tomen en cuenta los pequeños spoilers.

Este, junto con otros oneshots de animes de temporada han sido subidos por si desean leerlos, los otros son de:

Dive!!

Youkai Apartament

Por si desean pasar a leerlos, los dejo con el fic.

Hiraga no podía describir como se sentía cuando vio a Roberto tirado en el piso de la habitación, por suerte Julia estaba ahí y ambos pudieron sacar de peligro a su compañero, pero aun sabiendo que ya no había peligro real, no pudo evitar quedarse dormido a lado de su cama, no se quedaría tranquilo hasta verlo despertar.

Y cuando de nuevo vio a Roberto desfallecer por culpa de esa serpiente, no le importo que podría pensar el resto del mundo, solo se agacho y empezó a absorber el veneno de su pierna, rezando por que el antídoto mandado por Lauren fuera lo suficientemente potente para salvar al mayor.

Para ese momento tenía miedo, no solo del extraño comportamiento de Roberto, si no de si mismo, parecía que cada día sus sentimientos mutaran, la primera vez que conoció a Roberto no podía más que pensar en el como un hombre raro, más con su afición por los libros, pero no parecía ser mala persona.

Que terminaran por ser asignados como compañeros para ser examinadores del Vaticano solo fue algo normal, ambos se parecían más de lo que creían, aun así, no fue difícil llevarse bien entre ellos.

Y hasta cierto punto, Roberto cuidaba de él como su madre, claro que Hiraga solo reía ante ese pensamiento y lo descartaba al poco tiempo, siempre distrayéndose en miles de cosas más.

Por eso era que no lo entendía, parecía que algo había entrado en él y se había apoderado de su lado sentimental, porque si bien al principio el pensamiento que tenia de Roberto era inocente y amistoso, ahora se transformaba en algo más carnal, doloroso, y pecador.

Había momentos, no siempre, que no podía ni ver al castaño a la cara por los sueños que sufría, y por más que rezaba y pedía por dejar ese tipo de sentimientos, volvían con más fuerza, como si le castigaran por pensar siquiera en abandonar esos sueños que iban desde pequeñas cosas inocentes como tomarse de las manos, hasta momentos lujuriosos, implicando a ambos sacerdotes en una cama.

Hiraga solo se sobresaltó, devolviendo la vista a otro en la cama, aun dormido.

Sabía que estaba fuera de peligro, el mismo se aseguró de eso, pero no se había separado de Roberto en ningún momento, quería creer que esos momentos en que soltaba su mano y el castaño fruncía el sueño, era porque Nicholas necesitaba de él tanto como Josef necesitaba del otro.

Tal vez no podía expresar ese sentimiento en voz alta, ni hacer alguna acción ante ello, pero sus sentimientos eran demasiado grandes para mantenerlos en silencio todo el tiempo.

Por eso no soltaba su mano, por eso no se negaba a compartir cuarto con el otro cada vez que tenía oportunidad, y también, y aprovechando la bondad de su amigo, tocar sus brazos, sintiéndose pleno.

Oh, que Dios le perdonara, en verdad amaba a un hombre, otro sacerdote como el, y había momentos en que su corazón parecía inclinarse más por el amor pasional a ese hombre, que por su fe que tanto profesaba.

No pudo evitarlo, no viendo a Roberto aun dormido, se inclinó suavemente y rozo ambos labios, sintiendo esa textura como algo único y sin lo que no podría vivir, separándose al notar que el otro despertara.

Puede que esa profecía tuviera razón, pero quien toco el mal definitivamente no era Roberto, si no el.

Notas finales:

Espero que les gustara, y me alegraria que comentaran, muchas gracias por leer.

Bye bye


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