Luego de toda una vida dedicada exclusivamente a la danza, Zhu Zhengting detiene su práctica abruptamente.
Mira a su alrededor, está absolutamente solo. Su reflejo solitario en los espejos de la sala de práctica de Yue Ha le hace cuestionarse luego de tantos años si valió la pena dejar ir tantas oportunidades de ser feliz junto a otra persona.
Zhu piensa en las familias que ya han formado la mayoría de sus amigos a pesar de tener poco más de veinte años. Cree que sería agradable llegar a casa y ser recibido por con un beso y una sonrisa por parte de una linda y pequeña esposa. Incluso viene a su mente la imagen de su cuñada embarazada de pocos meses y cree que su novia imaginaria se vería tierna con una pequeña barriga y una de sus camisas puestas.
Tiene deseos de caer en las garras del amor y darle otra vuelta de tuerca a su vida. Ser feliz en base al amor e incluso, de ser necesario, postergar un poco su carrera artística con tal de asegurar una bienvenida en su hogar.
Seca el sudor de su rostro con una pequeña toalla y siente como sus músculos se comienzan a resentir cuando el calor comienza a irse.
Media hora después ya está de camino al pequeño departamento en el que vive hace un par de meses.
Al momento de abrir la puerta, vuelve la ilusión de ser recibido por alguien dentro. Quizás una pequeña rubia de labios cereza y sonrisa deslumbrante. A su chica ideal imaginaría le ha agregado sin darse cuenta, ojitos rasgados con bolsas bajo ellos y marquitas a los márgenes de los labios, que solo nota cuando le sonríe.
La imagina con pechos pequeños, de esos que caben sin ningún esfuerzo en la palma de mano y un traserito burbuja que forme la curva perfecta para que sus manos descansen al momento de abrazarla.
El día que la conozca está completamente seguro que la reconocerá y la amará hasta que sus huesos duelan.
Dos meses después su CEO les informa que formarán parte de la nueva temporada de “Produce 101”.
Luego de un par de semanas, él y sus cuatro compañeros ingresaran al show con la ilusión de cumplir su sueño.
No sabe el momento exacto, pero entre las exhaustivas practicas, su amada mujer imaginaria comienza a deformarse.
Lo toma como algo normal cuando sus piernas se hacen más largas y más delgadas. Incluso culpa un poco que esté rodeado de tantos hombres que suelen estar semi-desnudos el hecho de que las caderas que tanto desea tocar se estrechen un poco.
Sin embargo, cuando el pequeño y perfecto rostro comienza a deformarse para convertirse en uno demasiado conocido se da cuenta que hay algo más que abstinencia en aquellos cambios.
Así, la primera vez que besa a Eun Ki – un joven aprendiz de GON ent.- lo hace de manera completamente consciente en medio de un juego entre adolescentes calenturientos.
Reconoce de inmediato que sus labios no se parecen a los de ninguna chica que haya besado antes. Sus labios son menos voluminosos, más delgados y, a pesar del cuidado que suelen tener, se sienten secos bajo los suyos. Además, cuando su rostro roza un poco el suyo es capaz de sentir la barba que comienza a crecer y el cabello de su nuca es más grueso y corto que el de sus últimas citas.
Su estomago, sin entender de sentido común, se estremece y se llena de nubes. Su corazón palpita fuerte cuando siente una pequeña sonrisa en medio del beso y al separarse, Eun Ki baja la vista, aún con los extremos de su boca curvados.
Ahí, a tan solo un palmo de él, puede observar las pequeñas marcas que decoran su rostro justo en la comisura de sus labios.
Luego de eso ya no le asombra que la imagen de su pequeña, linda y perfecta mujer vaya cambiada lentamente.
Los pequeños pechos desaparecen, su espalda se ensancha y su cintura casi se esfuma. El largo cabello rubio es cortado y remplazado por un cabello grueso y de color azabache. Aparecen venas en sus delicadas y blancas manos, ahora con dedos más grandes. Sin asco de pensarlo, aparece en aquel cuerpo imaginario, vellos que ha visto más de una vez en el modelo original.
De una forma o de otra, cuando ambos son eliminados, no siente como si hubiera perdido gran cosa.
Aunque en un principio les haya pesado a los dos, cuando vuelven a verse fuera de cámaras, Zhu comienza a dilucidar la verdadera razón por la que el destino lo envió allí.
Luego de toda una vida dedicada exclusivamente a la danza, Zhu Zhengting detiene su práctica abruptamente.
Mira a su alrededor, está absolutamente solo. Su reflejo solitario en los espejos de la sala de práctica de Yue Ha hace que mire el reloj de pared para encontrar casi horrorizado que ya es mucho más tarde de lo que pensó en un principio.
Seca el sudor que cae por su rostro con una pequeña toalla y decide tomar una ducha antes de volver a casa.
De camino a su hogar compra un par de cosas y sigue su camino a pasos apresurados.
Se descalza ni bien cruza la puerta y deja su bolso tirado en la entrada.
Avanza a la cocina con una gran sonrisa en sus labios y es recibido con un beso en los labios.
Aún continúan como la primera vez, poco voluminosos, delgados, algo secos e incluso el incipiente vello lo raspa un poco, pero para él no podrían ser más perfectos.
Lo ama, lo ama tanto como siempre quiso amar. Por ello no duda en abrazarlo –ni bien deja las bolsas sobre la mesa- y descansar sus manos en el arco de su cintura, sintiendo como encajan de manera perfecta. Su novio, ríe ante su ataque de cariño y se deja hacer, acariciando su cabello con suavidad.
—Te amo tanto mi pequeña esposa…
—Zhu- Babo, di nuevamente eso y te rompo todos y cada uno de tus hermosos y perfectos dientes de un solo golpe…
—Siempre dices lo mismo, yo se que en el fondo amas ser la persona que me enseñó a amar.
—Por supuesto que si idiota.
—Te amo mucho Ki-yah
—Yo también te amo tonto.
En medio de su nube de cariño, Zhu Zhenting abraza a su amado y cree que nada podrá superar el calor que siente en su pecho.
Incluso, aunque cree que ha llegado a su tope de “amar” Eun Ki le guarda una sorpresa en forma de papeles que deben esperar hasta después de la cena.