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Conociendo el amor. por May Chan

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Notas del capitulo:

Hola, aquí de nuevo.

Ahí estaba él, tocando el timbre con insistencia desde hace 20 minutos. Se había arreglado desde temprano, había preparado un rico almuerzo y se había dirigido a casa de Kageyama para hacerle la visita ya que no le contestaba las llamadas, pero no le abría. ¿Sera que no lo quería ver? ¿Sera que salió de viaje y no le dijo?. Miles de dudas le surgía, kagueyama se estaba portando muy extraño y eso no le gustaba.
 
Suspiro cansado al saber que ya no valdría la pena ni esperar, apretó con algo de fuerza la bolsa donde llevaba el almuerzo, le dolía saber que algo pasaba, y aunque sabía por donde iba la respuesta simplemente la dejaría pasar, seguramente confiando en que las cosas cambiarían.
-Kagueyama – se sintió feliz al verlo en el pasillo.
 
-¡¿Hinata?! – se sorprendió al verlo - ¿Qué haces acá?
 
-Vine a visitarte – le sonrió – quería pasar el rato contigo.
 
-Debiste llamar primero – le dijo con algo de molestia
 
-Lo hice – se sorprendió – llame desde muchos días a tras pero nunca contestaste.
 
-Pues debiste esperar a que yo te devolviera la llamada – comenzó a caminar hacia la puerta de su casa.
 
-¿Y cuando lo ibas hacer? ¿Cuando estuviéramos por ir a el campamento o después de eso? – Ahora fue el pequeño el que se molesta, acaso kageyama le estaba tomando el pelo, lo había estado ignorando y el tenía la culpa, esto tenía que ser una broma.
 
-Calmate – se dijo para si el peli negro, lo que menos le convenía era que Hinata se molestara, la situación se saldría de control si no lograba contentarlos con alguna palabra bonita, y aunque le molestaba era lo mejor en esta situación – Lo siento, estoy algo ocupado últimamente – le miro
 
 – que te parece si mañana nos vemos en el centro y salimos un rato.
 
-¿Enserio?
 
-Si, en la plaza a las 2 – se acercó a besarme la frente aunque dudoso- me voy ahora, estoy cansado.
 
-Esta bien – estaba feliz – toma, aliméntate bien – vio como el entraba a su casa -Mañana a las dos – se tocó la frente con ilusión.
 
Ya dentro de su casa Kageyama soltó la bolsa en el bote de basura, realmente le fastidiaba tratar con el y solo por que le convenía tenerlo cerca lo soportaba. Se dirigió a su cuarto a dormir, no había hecho nada importante en todo el tiempo que llevaba de vacaciones pero tampoco estaba tan desocupado para perder su tiempo con cursilerías. 
 
 
*********************************
 
Se sentía feliz al saber que esta vez no había sido él quien había hecho planes, esta vez fue Kageyama quien dio la idea de una cita, donde estarían los dos juntos paseando o tal vez viendo una película, pero solo ellos dos.
 
Tomo sus audífonos y salió de casa, iba con tiempo, llegaría a las dos en punto a la plaza si iba a buen paso pero con esa felicidad que tenía podría estar antes…
 
 
 
 
 
 
De nuevo estaba insistiendo a ese estúpido teléfono que no conectaba a llamada, había pasado más de una hora y el idiota no se había dignado aparecer, ni mucho menos a tener la gentileza de levantar el teléfono, solo quería que le dijera que no vendría así su estúpido corazón no tendría la esperanza de que aparecería corriendo, disculpándose por no poder avisar que llegaría tarde.
 
-¿Alo? – se oyó la voz ronca.
 
-¿Donde estás? – fue lo único que pudo articular.
 
-En casa, eh estado ocupado
 
-Llevo rato esperándote – miro el piso tratando de contener su llanto.
 
-Lo siento, después nos veros ahora no tengo tiempo.
 
Y colgó, no había dicho nada más, simplemente colgó. ¿No tenía tiempo? Nunca tenía tiempo para hablar, nunca tenía tiempo para el,  nunca lo tenia y siempre fue así, pero dolía, dolía que se lo recalcara cada vez más. Acaso el era tan malo, tan despiadado de darle esperanzas y después desecharlas como si fuera un trapo sucio.
 
Desde el principio fue el moreno quién lo busco, quién insistió en salir y quien rogó por que el aceptará entonces por que se portaba así. No lo comprendía.
 
-Pareces un bebé llorando – No pudo evitar su sarcasmo- ¿Estas bien?
 
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Hoy era un bueno… si se le podía decir así. Aunque no le gustará el sol hoy sería perfecto para ir al centro y comprar el nuevo CD que espero por un tiempo. Detestaba la idea de tener que caminar entre tanta gente pero valía la pena.
 
-Ya me voy – dijo al ponerse los zapatos.
 
En el camino se acomodó los audífonos y se dirigió a la parada más cercana de la zona que lo dejara en todo el centro. Cuando estaba por sentase vio a su enérgico compañero ido en sus pensamientos con una gran sonrisa en su cara.
 
Realmente el que alguien te guste te manda a otro mundo, para nadie en el equipo era un secreto con quién se vería Hinata hoy pero que pudiera semejante expresión era mucho. No le dio mas importancia y se centró en la buena melodía que sonaba.
 
Después de casi media hora llego a su destino dispuesto a irse hacia la tienda no sin antes fijarse a dónde se dirigía el peli naranja. Se quedo  observándolo un par de minutos sin razón alguna, algo le llamaba la atención pero como siempre desecho la idea y tomo rumbo de nuevo.
 
Despues de estar tonteando un buen rato y comprando lo que quería volvió a rondar la plaza. ¿Por qué? Ni el sabía, no le gustaba ese lugar tan concurrido y abochornado de persona ignorantes, pero especialmente hoy quería saber que había pasado con cierta persona.
 
Se sorprendió de manera al ver a un decepcionado Hinata ahí parado con el celular en la mano, llamando una y otra vez al lo que se supuso el número de Kageyama. Enserio el peli negro era de esas persona que dejaba plantado a otras. Algo se movió dentro cuando lo vio poner esa mirada de tristeza, esos ojos aguadas y su cuerpo tenso. No sabía por qué pero enserio quería partirle la cara a ese idiota, ponelo de tal manera.
 
Cuando el pequeño soltó el teléfono sin que pudiera reaccionar se acercó.
 
-Pareces un bebé llorando ¿Estas bien?
 
- … … … - Sus lágrimas habían parado de la sorpresa de tener a ese rubio despreocupado preguntándole como estaba.
 
-Acaso te volviste mudo, sería un milagro – dijo con algo de burla.
 
-Tsuki… Tsukishima…
 
-Por fin te diste cuenta -Se río un poco por la cara de confusión.
 
 -¿Qué haces aquí? – pregunto cuando se recompuso – pensé que no te gustaba salir de casa, que eras así como un vampiro.
 
Una vena de enfado apareció en su frente, eso era lo único que podía pensar ¿Enserio?– Y yo pensé que tú eras un gnomo  y veo que también me equivoqué.
 
-Perdón, no lo quiere decir asi – agacho un poco la cabeza – Solo me sorprendí.
 
-Jumm – fue lo único que respondió, al menos pudo cambiarle por un momento la expresión.
 
-Estoy bien, gracias. Ya me iba a casa – acomoda su buzo tratando de sonreír -Nos vemos Tsukishima.
 
 -Yo también iba a casa y tenemos que tomar el mismo autobús así que no te apresures – se adelanto un poco empezando a caminar hacia la parada mirando de vez en cuando a un desanimado Hinata.
 
Ya en los asientos nadie pronunció palabra alguna, el primeri por que no estaba muy familiarizado en entablar conversaciones y mucho menos animar a alguien. Y el segundo por que realmente solo quería llegar a casa y llorar.
 
-Hinata – hasta el mismo se sorprendió – Tengo dos entradas para ver una película mañana ¿Vienes conmigo?
 
-… ¡¿Eh?! ¡¿Qué?! ¡¿Yo?! – lo miro.
 
-Si, acaso vez a otro Hinata revoltoso por acá – dijo algo molesto. Enserio era malo hablando con las personas, y que estuviera hablando con alguien tan despistado no ayudaba para nada. ¿Quieres ir o no?
 
-No lo sé… no q…
 
-Yo no te dejare plantando, así que ¿Quiere ir conmigo a ver una película?
 
-Yo… mmm si – Se volvieron a sorprender ambos aunque felices.
 
-Yo te escribo mañana a qué horas nos encontramos y en dónde – Se levantó del asiento – Está es mi parada, que descanses… - Se puso en la puerta bajo la atenta mirada del menor – Sonríe, me gusta más cuando no tienes la cara llorosa.
 
Fue lo último que Hinata oyó antes de quedarse totalmente perdido ¿Enserio estaba hablando con el mismo Tsukishima de su equipo? ¿Sera que ya empezaron a clonar a las personas? Desecho esas ideas al darse cuenta de que había aceptado… realmente irían a ver una película.
 
 
 
 
-Eres un Idiota – se reprendió así mismo mientras pateaba un árbol, nunca en su vida había dicho algo tan vergonzoso, en primer lugar ¿Por qué lo había dicho? No era como si conociera a Hinata desde hace tiempo… y en que estaba pensando ¿Ir al cine? Si no tenía entradas como se le ocurrió invitarlo a cine. – realmente eres un idiota – se apresuró a ir a casa, tenía que aprovechar la noche y comprar unas en línea.
 
 
 
*******************
Mensaje
De: Tsukishima 
Para: Hinata
Asunto: A las 3:30 en la parada de ***** nos queda fácil a ambos.
 
Ese fue el mensaje que le dejo el rubio la noche anterior, sin más, sin menos… En realidad no tenía ánimos de salir, no pudo dormir en la noche por más que trato. Simplemente quería quedarse en casa sin hacer nada, sin ver a nadie ni recordar nada.
 
Pero ahí estaba el mensaje que le impedía quedarse en casa ¿Enserio Tsukishima lo había invitado a ver una película? ¿A el?.
Suspiro antes de meterse al baño, ya había perdido mucho al creer en Kageyama a quien creía conocer, por que no perder otro poco por alguien que no conocía.
 
***************
 
El camino al cine fue silencioso pero no incomodo como ambos se lo imaginaban, quién iba a decir que la presencia del otro era tranquilizadora. Los dos solo se saludaron y tomaron rumbo sin mencionar nada, en un silencio agradable y reconfortante.
 
-¿Qué película veremos? – pregunto Hinata cuando estaban en el cine.
 
-Como los boletos ya estaban comprados, será un de miedo – mintió, después de buscar por horas solo pudo encontrar esa dos boletos, no eran la mejor opción pero era lo único que le quedaba, como iba a salir sin nada después de que el abrió la bocota. - ¿No me diga que te asustan?
 
-Claro que …. Bueno si un poco – confesó – pero aún así me gusta ese género.
 
Compraron todo lo necesario para entrar a la sala a buscar los asientos, les había tocado en la mitad en el perfecto ángulo de la pantalla.  Ninguno hablo durante la película, ninguno dijo nada pero no pudieron evitar mirarse o que Hinata tomara el brazo de Tsukishima de sorpresa sin soltarlo un buen rato. 
 
 
 
 
Honestamente el rubio le había prestado más atención a las reacciones del menor que a lo demás que lo rodeaba, por alguna extraña razón le llamaba la atención, le estaba interesando y eso no era bueno.  
 
-Estuvo buena – exclamó Hinata – Miedosa pero me gustó.
 
-El miedoso aquí fuiste tú – salieron de la sala - ¿Enserio gritaste cuando halaron a la niña?
 
-¿Y quién no? Eso da mucho miedo, que de la nada te arrastre algo que no puedas ver enserio da miedo.
 
-Pensé que te saldrías ante, nunca creí que durarías toda la película.
 
-¡Hey! Te dije que me gustaban… mejor vamos rápido, no quiero que me empiece a asustar si se hace más de noche.
 
Rieron por tan tonta idea, habían pasado un rato agradable con la persona que menos imaginaron.
Todo movimiento paro al ver como Hinata dejaba caer el cubo de palomitas ya vacío. Enfrente de él estaba Kageyama, estaba riendo como nunca y lo peor es que no era solos, estaba con alguien mas, cogidos tan íntimamente que cualquiera pensaria de inmediato que eran una feliz pareja.
Lo sabía, muy en fondo sabía la respuesta de el por qué el era así, pero quería ignorarlo, quería creer que todo era una etapa y que se solucionaría pero verlo con los propios le sacaba esa verdad a flote, y verdad dura, despiadado y cruel. 
 
Notas finales:

Espero que les haya gustado...

Gracias por leer


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