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Rutina por Ari_123_love

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Notas del fanfic:

Tenía tiempo queriendo escribir algo así, y tras rechazar varias ideas, esta me terminó por convencer ^-^ 

Espero les guste :D

Minjung limpió el sudor de su frente, disminuyendo el paso de su trote hasta detenerse frente a la puerta de ese pequeño departamento. El calor de verano era una verdadera molestia para sus ejercicios matutinos, y lo único que deseaba ahora era poder tomar un baño y desayunar algo. Exhaló, incertando la llave en la ranura y girando la perilla. Incluso el pasillo que le llevaba hasta su baño se veía exhaustivamente largo por culpa del calor que sentía. Se despabiló, terminando de andar el camino hasta aquella puerta que abrió con pereza. Abrió el grifo, dejando que el agua corriera, en lo que se sacaba el top deportivo que llevaba puesto y los pantalones. Colocó su mano bajo el chorro de agua, tentando la temperatura; no deseaba el agua caliente, el ambiente se sentía sofocado, pero tampoco deseaba el agua demasiado fría. Cuando la temperatura fue agradable, terminó de desvestirse, se soltó el cabello y entró bajo la regadera.

Sólo unos cuantos minutos bajo el agua le sirvieron suficientemente para alejar el calor y mejorarle el humor. Se envolvió con una toalla el cuerpo, tomando otra para enredar su cabello en ella y no dejar un rastro de agua de camino a su habitación. Cuando entró en ella pudo ver aquel bulto que siempre saltaba a su cama, cuando ella dejaba el departamento para ir a correr. Sonrió, Taeyeon siempre lo hacía, desde que ambas estaban en la universidad. Al principio simplemente se metía en su cama cuando aún estaba dormida, pero Taeyeon realmente odiaba todo el ajetreo que Minjung hacía preparándose para salir a ejercitarse, y también odiaba lo suficiente el ejercicio como para despertarse junto a ella y salir a correr a su lado. Así que terminó por escabullirse a la cama de Minjung cuando ella dejaba el departamento. Taeyeon siempre repetía que dormía mejor en la cama de Minjung, aunque fuera sólo media hora en lo que la mayor se encontraba fuera.

Sonrió, escondiendo un poco su mueca. Esto era parte de su rutina, así que sería un poco difícil decir que su joven compañera no se hubiese despertado aún. De cualquier forma le quitó importancia y se giró, sacando de su cajonera algo de ropa interior. Dejó caer la toalla que cubría su cuerpo, colocándose primero las bragas y después el sostén. Se soltó la toalla del cabello, dejando que este le cayera sobre su hombro. En ese pequeño movimiento le prestó atención al espejo que tenía a un costado.

-Pervertida, sé que me observas.- Siempre lo hacía, la mirada de Taeyeon la seguía a todas partes desde que se conocieron.

-Yo...- Se revolvió entre las sábanas, sentándose. -Tengo hambre.

-¿Tuviste que esperar a que yo volviera para decidirte a tener hambre?- Minjung rio, sacando de su clóset un traje de color rojo y una blusa negra de botones. -¿Te gusta?

Taeyeon asintió, haciendo una linda mueca a pesar de aún verse algo adormilada.

-No me gusta cocinar.- Se quejó.

-Pero te encanta comer.- Rio, rodando los ojos.

-Por favor, unnie~.- Jadeó, siendo tierna. Simplemente se veía tierna, y Minjung no podía contra eso, no cuando Taeyeon usaba ese camisón que la hacía parecer un angelito.

-De acuerdo, haré el desayuno.- Exhaló. Tampoco era una gran molestia, sino parte de su rutina. -Ve a bañarte, se te hará tarde.

-Hmm.- Asintió, saltando fuera de la cama de la chica alta. -Buenos días Minjunggie.- Le regaló un corto abrazo antes de salir disparada al baño.

Minjung sonrió, manteniendo esa sonrisa en lo que terminaba de vestirse y arreglarse el cabello. Se maquilló un poco, con un labial rojo y las pestañas pintadas sólo con rímel, desinteresándose en agregar algo más. Prefiero ir pronto a la cocina, donde debía averiguar qué hacer de desayuno. Sólo para escarmentar un poco a Taeyeon, prepararía sólo verduras, imaginando su puchero de decepción. Eso le causó satisfacción adelantada.

Cuando la menor entró a la cocina, no pudo evitar reír, el cabello de Taeyeon se encontraba totalmente despeinado, apuntando a diferentes direcciones.

-Te cepillaré el cabello.- Le hizo una suave señal para que se sentara a la mesa. Cogió el cepillo que la chica llevaba en la mano y comenzó a desenredar el cabello que Taeyeon se había secado hasta el punto de esponjarlo.

Trató de sostener lo más que pudo con una mano, cepillando primero las puntas y después los cortos mechones. Taeyeon nunca llevaba el cabello más abajo que sus hombros, siempre corto, y eso se debía a que Minjung una vez había dicho que le gustaba verla con el cabello a esa altura. Así que la chica sólo lo lazaba de vez en cuando, a diferencia de Minjung que normalmente lo llevaba recogido en una coleta alta.

-Listo.- Le dio un suave apretón de hombros, colocando su mentón en el hombro de Taeyeon y sonriéndole. -¿Le ponemos un listón?

-Ani ah.- Rio, mirando a la mayor. -Quiero usar estos broches.- Le mostró un par de mariposas que había estado apretando entre sus manos.

-De acuerdo.- Le recogió un mechón de cabello, haciendo una pequeña coleta pegada a la cabeza sosteniéndola con el broche color rosa. Hizo lo mismo al otro lado, dejando que el fleco de la chica fuera lo único que le cayera en el rostro. -Perfecto.

-Gracias unnie.- Taeyeon hizo una ligera reverencia con la cabeza. -¿Qué desayunaremos?

-Arroz y deliciosas verduras.- Minjung sirvió su plato, dándose el suficiente de tiempo como para observar la mueca de la contraria.

-Iug.- Se quejó. –Pero yo quería carne…

-La que cocina, es quien decide la comida.- Le mostró la lengua, riendo al final. –Tal vez a la noche podamos comer algo de carne.

-¿Saldremos a cenar?- La mirada de Taeyeon se iluminó ante la idea de salir a cenar. -¿Qué estamos celebrando?

-Que llevas un mes sin llegar tarde al trabajo.- Se burló, picándole la nariz a la menor. –Si todo marcha bien, hoy me darán mi ascenso, así que podremos ir a celebrar esas dos cosas.

-Ni siquiera me molestaré contigo por ser tan grosera conmigo.- Taeyeon infló sus mejillas. –Estoy feliz por tu ascenso, y definitivamente quiero ir a comer carne a un restaurante.

Minjung miró a su compañera y sonrió. Taeyeon realmente era linda, su personalidad algo aniñada la hacía bastante graciosa, y tierna. Aún recordaba la primera vez que le había visto. Después de que su casero le había dicho que tendría una nueva compañera de departamento, se había propuesto hacerla sentir muy cómoda. Esos departamentos sólo eran rentados para estudiantes de universidad, su primer compañera de departamento se había tenido que ir a los seis meses de que Minjung se hubiese mudado, y el siguiente año y medio los vivió sola. Así que se encontraba muy emocionada de tener a alguien haciéndole compañía. El día de la mudanza, salió a saludar, encontrándose con una niña demasiado asustada de sí misma y el mundo exterior, como para atreverse a conocer a alguien nuevo. Minjung se tentó el corazón, sonriéndole y ayudándole con sus maletas. Desde ese momento pudo sentir la mirada de Taeyeon siguiéndole a todos lados. Le costó lograr ser de confianza para ella, pero valió la pena. Había ganado más que una compañera de departamento.

-Ve a lavarte los dientes.- Jadeó, recogiendo el plato vacio de Taeyeon y llevándolo al lavaplatos.

-Neh.- Se levantó de la mesa y corrió hacia su baño.

Minjung suspiró, apenas alcanzando a ver la estela que Taeyeon dejaba detrás de si, al terminar de lavar los platos. También se dirigió a su baño, lavándose los dientes rápidamente. No le pareció extraño llegar a la puerta y darse cuenta que la de menor estatura se seguía arreglando. Podía disimularlo, pero se daba cuenta que últimamente Taeyeon ponía más interés y esmero en su sutil maquillaje. Tomó su par de tacones negros, haciendo que su look se viera mucho más estilizado. Su pantalón entubado rojo a juego con su saco, sólo la hacían ver más madura y sobria de lo que era. Alzó la vista; a diferencia de Taeyeon, que a pesar de ya ser una mujer adulta, seguía luciendo como una universitaria de primer año, y más con su vestido blanco con holanes rosas en la falda. Era su preferido.

-Ya casi estoy.- Se disculpó por la tardanza, haciendo una rápida venia a Minjung. Se sentó en el suelo y cogió sus tenis de tela, que en la punta llevaban dibujados nariz y bigotes de conejo. -Ya está.

Minjung contuvo la risa, extendiendo su mano en ofrecimiento, para que Taeyeon pudiera ponerse en pie. Todo los días era lo mismo, pero eso no le quitaba lo divertido. Taeyeon siempre saliendo a las carreras, luciendo su extravagante y tierno look.

-No olvides tu bolso.- Le recordó, tomando el propio y las llaves del departamento.

-Neh, unnie.

Salieron del lugar, quedando frente a frente. Todos los días era lo mismo, su pequeña rutina. La habían tenido desde que empezaron a vivir juntas. El día que Minjung le informó a Taeyeon que dejaria el departamento, la chica había armado sus maletas y afirmado que la seguiría a donde fuera que se mudara. Ya no podían vivir sin esa rutina conjunta que llevaban.

Entonces las cosas empezaron a cambiar poco a poco. Minjung siempré notó aquel extraño sentimiento que tenía cuando se encontraba alrededor de Taeyeon, más allá que felicidad, la necesitaba un poco más con cada día que pasaba. Pero no se atrevió a hablar, nunca lo hizo.

El beso en los labios que Taeyeon le dio, le tomó por sorpresa como todos los días. Nunca dejaría de sentirse feliz y emocionada por obtener aquel gesto afectuoso con el que la chica se aseguraba de desearle un buen día en el trabajo.

-Me iré primero.- Sonrió, estando pocos centímetros a la distancia. -Vende mucho hoy, y obtén tu ascenso, por favor.

Entonces se alejó, caminando calle arriba. Minjung la observó, su atolondrada chica trabaja en una compañía de videojuegos, que se encontraba al norte de la ciudad; mientras su agencia de bienes raíces se encontraba al sur. Suspiró, pensando una vez más, como siempre, lo mucho que le gustaría acompañarl al trabajo, como las parejas hacen.

-¡Oye preciosa!- Le gritó, usando sus manos como altavoz. -¡Ten un lindo día!- Exclamó al verla voltear. Le encantaba ver la sonrisa acompañada de ese sonrojo especifico que sólo eran para ella.

-¡También tú, unnie! ¡Piensa mucho en mí, Choi Minjung!- Le gritó en repuesta.

-También debes pensar en mi, Lee Taeyeon...- No lo gritó, no era necesario.

Si bien, no eran una pareja oficial porque Minjung aún no se atrevía a hablar sus sentimientos, eso a Taeyeon no le importaba en lo absoluto. Para ella, nunca habría nadie más que Minjung; y siempre se encargaba de hacerle saber el mundo que la mujer alta era suya, cuando salían. Porque la rutina que llevaban poco a poco había desenvuelto los sentimientos de ambas, dejándolos claros, aunque sin palabras. No necesitaban de más, ya tenían todo lo que querían y necesitaban.

Fin

Notas finales:

Admito que adoro ver la versión femenina de SHINee♥ Todas ellas son tan adorables. 

¿También les gustan las chicas SHINee? xD 


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