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Love in trouble por Leviathan

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No eran pasadas las 8:00 pm y todavía seguía atareado con los pedidos. Una reunión importante se estaba llevando en el local y las ordenes llegaban y llegaban. La verdad, pensó que hoy estaría más tranquilo, puesto que solo iba a cocinar para unos cuántos hombres de trajes costosísimos que cerraban tratos de los que no entendía nada. 


La comilona del siglo.


-¡Yugi! Otro Pudín por favor.-


-Dame un momento, Anzu.- Yugi paró lo que estaba haciendo para dirigirse rápidamente y sacar de la nevera el postre. La cerró con cuidado de no tropezar y se lo entregó.


-Gracias.- La chica se retiró y emitió un suspiro. ¿Cuántos postres iban ya en lo que llevaba la reunión? Tendría que pedirle a su jefe que llenara la despensa pronto.


Poco a poco se fue la agitación hasta que pronto estuvo limpiando el área para retirarse a su casa.


-Ya se han ido los ejecutivos, Yugi. ¡Buen trabajo!-


-Gracias Anzu.- Yugi sonrió y luego recogió sus cosas. Salió de la cocina y se dirigió a la puerta principal para tomar su abrigo y después salir junto con la chica.


Era una bonita noche, pasaban las 10:00 pm por lo que ya el viento soplaba fuerte. 


Tuvo una charla amena con la chica hasta que pararon y la dejó en el portal. No vivía muy lejos a comparación de él. Gracias a que el local cerró tarde y no poseía algún tipo de vehículo se arregló a la idea de una larga caminata nocturna.


Abrazó con fuerza su bolso contra su pecho, el frío ya empezaba a calarle.


 


Quién pudo ser tan ciego para chocar, 


de frente contra el fuego como mariposa


Quién pudo ser tan loco para cambiar,


 el sol de la mañana por la llama


de un fuego cualquiera...


 


Se empezó a escuchar una de sus canciones favoritas de un tono imperceptible hasta que estuvo suficientemente cerca.


El claxon de un auto lo hizo sobresaltar y por inercia se volteó a mirar.


-¿Qué demonios haces TÚ aquí?- Yugi cambió a una actitud hostil rápidamente.


-Digamos que es una mera coincidencia.- 


Yugi siguió caminando, ignorándolo.


El otro frunció el ceño. 


-¿Enserio vas a ignorarme de esa manera como si fueras un crío?-


Yugi paró en seco.


-¿¡QUÉ DEMONIOS QUIERES, ATEM?!- 


-Hey, cálmate. Despertaras a toda la maldita ciudad.- Sonrió. -Parece que te has vuelto toda una fiera desde que rompimos.-


-Escucha, no quiero volver a saber nada ti. Y es tal como dijiste, tu y yo no tenemos NADA.-


Escuchó a Atem soltar una carcajada que lo dejó estupefacto.


-Te equivocas, mi querido Hikari*, aun estamos casados ¿Lo recuerdas?-


-Un matrimonio se puede romper fácilmente, idiota.- 


Yugi sacó disimuladamente su celular para mirar la hora.


Son las 10:32pm, mierda...


El ya le había hecho perder mucho tiempo y a este paso no llegaría a dormir nada para mañana.


-Te equivocas, Yugi. Estamos por bienes mancomunados...-


-Yo no quiero tu dinero. Cuando quieras te firmo los malditos papeles del divorcio, no quiero nada tuyo.- Suspiró. ¿Por qué era tan difícil que sólo desapareciera de su vida?


-Parece que no has entendido nada.- Hizo una pausa y se puso serio. -Quiero que volvamos.-


A Yugi se le heló la sangre. ¿Volver?


-Estas demente.- A Yugi le pasaron varios escalofríos, comenzó a temblar.


-Estoy hablando en serio.-


Yugi no habló. Sólo se quedó ahí, quieto, pensativo.


Al no ver ninguna reacción, Yami bajó del auto y se le acercó. Tomó sus manos y las besó.


Nada aun. 


Vale, ya se asustó.


Lo arrastró hasta el auto y lo subió al asiento del copiloto. Podría ser un patán pero no tanto. 


Luego de subirse él, se quitó la chamarra azul que traía puesta y se la colocó a Yugi. Encendió el carro y se puso en marcha a la casa del menor.


-Yo no quiero... No quiero tener nada que ver contigo.- Tenía una expresión triste, él no dijo nada y dejó que pensara lo que quisiera de momento. No estaba en sus planes rendirse.


Una vez llegó al portal del otro, Yugi se bajó y caminó rápido. Abrió la puerta y la cerró fuerte.


Se quedó mirando la pequeña casa y luego se fue.


Yugi se dejó caer apoyado en la fría madera y dejó caer un par de traviesas lágrimas que se le escaparon. Al menos aguantó hasta estar solo.


Se puso a recordar todo lo que habían vivido juntos, que fueron mas tristezas que alegrías, pero el atesoraba todas y cada una de sus memorias. Pero fue en especial esa memoria la que volvió a atormentarlo.


Flash Back


 


-¿T-Terminar...?- Yugi estaba enjuagado en lágrimas, sintiendo como su corazón se partía y los pedazos caían trozo a trozo.


-Es muy aburrido estar contigo. Ni siquiera eres bueno en la cama. Todo es tan insípido.-


El chico ya no sabía que decir, sólo no quería escuchar las palabras de Atem. Quería pensar que era una cruel pesadilla, pero no, no lo era.


Atem tomó sus maletas y se fue.


Y lo dejó solo.


 


Fin Flash Back


 


Se levantó y tiró sus cosas a la primera silla que vio al entrar a su cuarto y se dejó caer en la cama.


 


Trato de decirte que ya no me faltas,


mira que no estoy sufriendo


Desde que te fuiste,


nada me hace daño


Mira que no estoy mintiendo.


 


Su celular empezó a sonar, alguien llamaba pero no contestó.


 


Toma estas palabras,


ya no hay más


Y mira que esta noche...


No es por ti que estoy despierto...


 


Era irónico, siempre que algo en su vida pasaba, sonaba una canción que describía lo que sentía o lo que pasaba... Hoy no fue el caso con esta...


 


No, no voy a darlo todo por ti,


Ya, ya no me falta lo que te di


Sé que el tiempo hizo y deshizo todo lo que pudo,


Porque al final,


Ya no estas tú...


 


Le hacía falta todo, él lo tenía todo.


Y justo cuando creyó que lo había superado, vuelve a quebrantar su pilar de apoyo. Había tirado sus cartas al olvido.


-¿Por qué tenías que volver justo ahora que creía que estaba bien?-


Concilió el sueño entre lágrimas esa noche.


 


 


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