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Los recuerdos jamás se olvidan | HunHan por Jessidk

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Notas del fanfic:

Agradecería que me dejaran comentaarios (?) 
Tengo otro OS de mi religión (o sea, HunHan) 
No sean así, quiero su opinión u///u

Historia única

 

Por las mañanas, todo era rutina. No se miraban, ni se tocaban, ni siquiera un “Buenos días, amor”, ni un beso furtivo o en la frente como solían dárselo en la juventud, ya nada de eso era común.

Donde se amaban con locura, con ternura, se admiraban el uno al otro, se adoraban…
Y lo más importante es que se cuidaban mutuamente, pero eso cambió, claro que fue con el tiempo. Si tuvieran que echarle la culpa a alguien, ese era el tiempo. Las relaciones no son un cuento de hadas tampoco, tuvieron sus problemas al principio de su relación. Cuando SeHun se le declaró, no obtuvo respuesta alguna y lo consideró como un rechazo. A la segunda vez que se le declaró le dijo “SeHun yo no puedo ser tu novio, lo siento”. Eso jamás se le olvidaría, ni aunque tratarán de borrar todos sus recuerdos, esas palabras siempre estarán presentes, parecía como si lo hubiera grabado y se reprodujese solo reiteradas veces, LuHan se fue después de eso. Para ese entonces, donde apenas había cumplido 19 años entró en una depresión, no salía, ni comía y no dormía tanto que digamos. Una experiencia penosa, que no se atrevió a contar a su propia madre, ella que siempre le consentía en todo, una mujer dulce que quería a su hijo a pesar de todo. Se dio cuenta de lo que realmente era ¿Qué madre no se daría cuenta? SeHun se la pasaba todo el tiempo con LuHan, siempre iba a fiestas con él. A veces se quedaba a cenar en la casa de LuHan o sino LuHan se quedaba a dormir en la casa del pelinegro, además tampoco su hijo le presentó a alguna novia. Una tarde cuando SeHun se fue a su práctica de natación, estuvo ordenando la habitación, si le preguntaban esté no tendía la cama y había papeles de aquí para allá, ropa tirada y de más. Por coincidencias de la vida se puso a ordenar los cuadernos que eran un desastre a la vista de todos, sus lapiceros caídos sobre estos, había una laguna de polvo en el estante así que decidió quitar todos los cuadernos y lapiceros para que pudiese limpiar. Y así lo hizo, cuando termino coloco por orden los cuadernos y libros respectivamente. No le interesaba abrir los cuadernos de su hijo para saber cómo iba si le preguntaban, cuando trato  colocar un cuaderno sobre otro cayeron un ciento de papeles, la mayoría de ellos basura, pero uno en especial llamó su atención. Su letra era entendible y estaba escrito con tinta negra y con un corazón al final. Escrito en ella decía “¿Cómo fue que caí ante tu mirada dulce? ¿Será por tus mejillas rojas por naturaleza? ¿O fue por tu inteligencia? Realmente no lo sé, eres tan dulce como un niño recién nacido. No me creerías si te digo que siempre imagino besándote con ternura y lo mejor es que en mi imaginación tú también me correspondes de la misma manera, siento que encajamos perfectamente y aunque seamos hombres, no me interesa ¿Por qué sabes qué? El amor se trata de preocuparse y hacer feliz al otro. Quisiera contarte y repetírtelo tantas veces que… Estoy perdidamente enamorado de ti, LuHan Hyung” Más debajo de toda esa prosa escrita con una buena ortografía y caligrafía estaba la dedicatoria “Para mí buen compañero de risas, Lu-ge”, con solo leer el título la madre de SeHun comprendió que no era como realmente pensaba; Amor es amor.
Encontró muchos más escritos en cada uno de los cuadernos, cada uno con mensajes diferentes, unos hablaban de sus atributos, en otras lo triste que se sentía al no poder contarle lo que sentía, en otras le daba razones de porque sólo sus ojos se habían fijado en él. Todas con las mismas dedicatorias. Y todas para la misma persona.


Tampoco le contó a su padre del cómo se sentía a su padre por el temor a ser rechazado por su preferencia sexual distinta a las tantas generaciones que su familia tiene. Era diferente a toda la familia. Se volvió inseguro, tímido e introvertido con su entorno, “ni siquiera me contaba cómo le iba en la universidad aunque ya me imaginaba que le pasaba” dijo su mamá una vez. Su felicidad vino a casi un año de su segunda confesión.
Jamás se le pasó por la cabeza que la persona que cambió su personalidad, su forma de ver el mundo y de pensar estuviera ese día en su facultad esperándolo con un ramo de flores (para nada femeninos) y un libro en mano.
Estuviera mintiendo si dijera que no le interesaba, al contrario, tuvo que contar hasta cien para  tranquilizarse y tuviera valor para acercársele, sin duda alguna, ese fue el  mejor día de juventud. Por supuesto que lo recuerda.

 

{Un día de septiembre}

—Sehun-ssi…—tuvo colocarse en frente de SeHun para que esté no lo ignorase y pasará de largo, sabía lo que había hecho, se sentía mal e impotente , realmente no quiso hacerle daño, no a él—Te estarás preguntando del porqué de mi visita…bueno, yo…

—LuHan, no digas nada que me dañe ya has hecho suficiente, por favor.

—Vengo a arreglar las cosas que alguna vez cause. No sabes cuánto lo siento.

—No sabes cuánto he pasado en tu ausencia, LuHan.

—Quiero saberlo—hizo una pausa—pero ahora no, SeHun, me siento mal y nervioso justó ahora. No quise causarte ningún mal,  yo no supe corresponderte. No puedo evitarlo, me siento inferior a los demás, y te digo la verdad. Cada vez cuando tengo un tiempo libre en las noches constantemente se me pasa por la mente que puedas encontrar a una persona mejor que yo; en todos los aspectos, que me dejarás si aceptaba.
¿Piensas que te rechace dos  veces porque no me interesas? Al contrario, eres un muchacho dulce, tienes todo lo que una chica pueda desear y me pregunto porque te fijaste en mí sino tengo nada en especial. Y me siento feliz de verte ahora y ver que has crecido bastante, que te volviste más guapo de lo que recuerdo, supongo que ya no hay espacio para mí en tu corazón. Pero vengo en son de paz a pedirte las disculpas necesarias.

SeHun quien permanecía allí escuchándolo atentamente tardo en responder, no sabía si esto era real o si era un sueño de los que nunca te olvidas y buscas el significado porque fue asombroso. No lo sabía.

—Te equivocas LuHan, nadie, ni siquiera mi modelo favorita, podrá reemplazar el vacío que dejaste en mi corazón, eres alguien interesante y divertido. En simples palabras, eres todo lo que un chico como yo puede desear, no te voy a mentir que sufrí tanto en tu ausencia, tantas veces llorando solo, sin nadie que pudiera consolarme, pero salí adelante pensando en que eso no fue tu culpa, sino mía por haberme declarado. Y ahora que te veo, tan cambiado en el físico aunque sigues siendo esa dulce persona que conocí cuando era un crío, me siento feliz y nervioso por verte hoy a pesar de todo.

—Te entregó esto—agarró su delicada mano, SeHun se encontraba conmocionado en esos instantes, le dio un suave apretón, donde quiso trasmitirle todo su cariño y admiración que le tenía para después hacer que los dedos del pelinegro se enreden alrededor del libro para que lo pudiese sostener y no dejarlo caer—sé que te encanta leer, tiene todo lo que te gusta, Hun.

—G-graccias, LuHan—observó el nombre del libro, no lo juzgó por la portada, es más, ni lo iba a juzgar porque se lo había dado LuHan, era algo precioso llegando de él.

—Estas son para ti­—le extendió las flores, eran hermosas a la vista de SeHun, eran azules y algunas eran blancas—puedes tenerlas tú, pero si no te gustan, puedes dárselo a tu madre, no me molestaría—le regaló una sonrisa mostrando los dientes y mirando fijamente al muchacho dulce, como él lo llamaba, seguía igual de siempre, aunque con ojeras más de lo normal “la universidad, de seguro” se dijo para sí mismo

—Me las quedó yo, de verdad, grac…
Lo que no se esperó SeHun, era un beso en la mejilla por parte del castaño. Inmediatamente se sonrojo, se puso de un tomate intenso, aunque no sabía cómo estaba a la vista de LuHan, sabía que estaba ardiendo de vergüenza. Jamás tuvo un contacto físico con LuHan con estas intenciones.

—Sehun, ¿Después de que salgas o estés desocupado podemos ir a tomar un bubble tea?
— ¿En serio?
—En serio, ¿Qué dices? ¿Quieres salir conmigo?
—Me debes muchas explicaciones, LuHan.
—Yo te debo todo, ¿Pero sabes qué? Necesitamos muchas citas para que te cuente todo lo que quieras saber.
—Entonces quiero salir contigo, estuve esperando tanto para esto.
Créeme que yo también.

Ese día no se besaron como suele suceder, solo tuvieron que sonreír para darle seguridad al otro, lo que si sucedió y es que ya estaba previsto; un abrazo.

 

;

 

¿Qué ha pasado con eso? Nadie lo sabe, ni siquiera los que se juraron amor eterno aún si la muerte llegaba, ellos seguirían juntos.

Pasaban las noches tristes, solas como la luna que alumbraba la habitación esperando a que rompan la tensión que se había formado meses atrás y se pidieran perdón con la mirada. La habitación estaba en silencio, interrumpida de vez en cuando sonaba el celular del otro. Cuestiones de trabajo decían. SeHun al principio creyó que lo estaba engañando u ocultando algo que merecía saberlo, las llamadas eran constantes. Aprovechó cuando LuHan se fue a bañar, LuHan nunca dejaba su teléfono con clave, no debía esconder nada, es más sabía que no le había engañado al día de hoy, pues a pesar de que no hablará con su esposo lo dejaba como estaba; sin secretos. Revisó, números conocidos, las llamadas con registro, los mensajes de la telefonía para avisar alguna promoción estaban allí. Todo en orden.
Nada fuera de lugar en sus redes sociales tampoco, quiso besarlo por tan sincera confianza que le brindaba pero tuvo miedo y se acobardó como varias veces en las noches anteriores.

 

Aquella mañana SeHun se quedó en casa, descansando pues se había lastimado el hombro el día anterior por chocar con la pared del tercer piso de la casa que compartía con LuHan. Esa casa que había comprado con esfuerzos de él y de LuHan valieron la pena, tenían donde vivir, donde convivir y amarse íntimamente en la profundidad de su casa.

Por su parte, LuHan se fue al trabajo tan pronto como se vistió, tan pronto se fue, sin siquiera probar algo que llenará su estómago, ya estaba de retraso. Se quedó despierto, absorto en sus pensamientos, quedando atrapado en un laberinto de recuerdos en las que deseó volver, disfrutar de aquella época en la que no existía nada más que él y SeHun.

 

{Un día de noviembre}

 

Comenzaron su relación a finales de noviembre, después de todas las explicaciones de parte del castaño por razones obvias.
Después de tanto llorar sin consuelo algunos por las noches , al ver que LuHan había vuelto para tener algo más que una simple amistad y pasar a mayores, claro que el castaño ya se estaba dejando entender. LuHan se había tomado el tiempo y la delicadeza de escribirle una carta inmensa, la escribió con esa letra de ángel que siempre llevaba consigo. Le quería decir lo lindo que se veía cuando se sonrojaba.

 

“Que dicha tengo de ver tus lindas
mejillas sonrojadas, pues le dan color a tus ojos,
forma a tu corazón y
esencia a tu perfecto rostro.
Si tan solo te vieras, de seguro que pensarías lo mismo.
Tus sonrojos acompañan a los míos
cuando hablamos sobre nuestro futuro, no
sabía que pensabas eso de mí
Me han regalado tanta suerte,
no sé qué hice para merecerte, quizás
en mi vida pasada fue un aventurero o un sabio.
Ante mis ojos eres perfecto… y los demás
creo que también se han dado cuenta,
pero nadie te conoce como yo,
siempre me cuentas tus cosas y yo a ti.
Por eso sé tanto de ti.
Y me da vergüenza de decirte esto,
pero debo hacerlo.
Quería decirte que…
Yo también quiero ser parte de tu futuro”.


Con esas palabras tan significativas y preciosas, se armó de valor para declarársele por tercera vez, aunque este tendría un resultado diferente al de las confesiones anteriores. Esta vez se sentía seguro, ya no había necesidad de practicar frente al espejo como lo hizo la primera vez. Solo necesitaba un impulso.
Se lo propuso una tarde nublada, donde los vientos parecían que estuvieran haciendo carreras para saber quién era el ganador de esa ronda, demasiado fuerte a esas alturas del año. Fueron a una heladería, aunque también vendían jugos, sándwiches y de más.

Pidieron dos jugos de fresa, que le resultaba muy rico a parte del bubble tea. Se conectaron por solo un par de segundos, sus ojos tenían un brillo que no pudo resolver esa tarde. SeHun tomó la mano de LuHan con suavidad, se le acercó un poco y le dio un beso en la frente, ambos cerraron los ojos cuando sintieron ese contacto.

 

—Lú, toda esta semana estuve soñando contigo y aunque ahora estoy nervioso y me sudan un poco las manos, estoy deseoso por hacerte una pregunta.
— ¿De verdad? ¿Y estaba guapo en tus sueños? —Preguntó entre risas—
—Siempre lo estás, incluso en mis sueños. Quería preguntarte si...Si tú ¿Quieres ser mi novio?

LuHan no respondió a eso, en su lugar, tomó el rostro de SeHun entre sus manos y le dio un beso con ternura, sin lengua, ni mordida. Sólo necesitaba darle uno para que SeHun entendiera que era un “Si” rotundo y el comienzo de su historia.

 

;

 

Eran alrededor de las 8 de la mañana y pico, el estómago de SeHun empezó a rugir, captando su atención satisfactoriamente. Bajó por las escaleras con cuidado, entro a la cocina y se preparó tostadas hurtando mantequilla y mermelada en ellas, también se preparó una taza de café. Menos mal había algo para preparar porque no pensaba salir a comprar a tempranas horas.
Se comió todo en cuestión de minutos mientras estaba viendo la televisión. Como si un foquito estuviera encima de su cabeza encendido, se le ocurrió leer un libro. Sip, eso haría.

Subió hasta el tercer piso y volteo a la derecha para así abrir la puerta que lo separaba de la habitación. Buscó y ninguno había que llamase su atención, ya los había leído. Fue a buscar entre los libros de LuHan y encontró un libro azul que tenía como introducción “Nuestros recuerdos divagan pero jamás se olvidan” Lo abrió y vio las fotografías de LuHan, las de la boda, cuando eran unos críos, con sus padres, cuando fueron a China, el país natal de LuHan, tantos recuerdos en un solo libro.
Entre tanto pasar las páginas y admirar las fotos. Se le escapó una lágrima, una lagrima sincera, ya no era como antes y eso lo sabía, no había hecho nada malo y siempre le fue fiel a LuHan. Sus sollozos se escucharon más fuertes, no intentaba retenerlas tampoco, hoy debía desahogarse.  El trabajo los tenía en la palma de su mano y no los soltaba. Los estaba consumiendo a los dos
Su rostro que antes estaba seco ahora estaba húmedo, sus gemidos se hicieron sonar en la pequeña habitación. En ese instante, mientras su corazón se sentía débil y sin vida recordó que le juró amor eterno, siempre llevaba el anillo de bodas en el dedo corazón, no se lo quitaba aunque estuviera durmiendo, no podría fallarle “una promesa es una promesa”.
Con los dedos trato de limpiar las lágrimas que quedaron, aunque fue en vano porque siguieron cayendo como gotas en lluvia. Cada una más gruesa que la otra. Cuando cesaban las lágrimas otras caían, se fue de allí con el álbum en mano hacia la habitación que compartía con LuHan. Quería dormir y no llorar más, si LuHan lo encontraba así de seguro lo haría preocuparse y no quería mentirle.

 

A las 12 del día SeHun removió las sabanas que le cubrían el cuerpo con la intención de levantarse. Probablemente se la pasaría en casa solo hasta que LuHan llegue en la noche.
Sus pensamientos aún seguían atrapados en la mañana, pensando en cómo arreglar su matrimonio. Haciendo un listado en su mente de las cosas que LuHan adora que hagan para él. Con él siempre fue romántico, siempre con él. No importaba el momento en el que estaban a LuHan le encantaba escucharlo decir de SeHun, y esté recibía un beso largo y apasionado del chino por las palabras que le regalaba. SeHun sabía que eso elevaba su autoestima, que en principio estaba por el subsuelo a pesar de tener una cara tallada por los mismos dioses se sentía inferior aunque SeHun siempre se encargaba de decir “Eres el causante de que este ciego, porque eres el único al que veo muy hermoso”  LuHan solo atinaba a sonrojarse y SeHun lo trataba como si fuera la rosa más delicada del mundo.
“¡Pero por supuesto!” Pensó SeHun, se sentó de golpe en la cama y dándose un golpe mental por no haberlo pensado antes.

Haría una cena muy deliciosa, normalmente LuHan era el que cocinaba, pero eso no implicaba que SeHun no supiera, claro que sabía solo que no lo hacía muy frecuente. Después de eso hablarían del cómo llegaron a esto, incluso ya estaba preparando su guión paras saber qué cosas decir, le pediría disculpas si es necesario, solo si él se lo pide, claro.
Luego como toda pareja que se reconcilia, le haría el amor como a él le gustaba. Si preguntaban quién era el que manda en la relación ese era LuHan, él controlaba sus decisiones, como se dice “un pisado” porqué hacía todo lo que LuHan le pidiera, sin importarle un pepino. Aunque LuHan seguía siendo el que recibía, siempre cumpliría sus deseos.  

 

;

 

Cuando LuHan entro las luces estaban apagadas, pensó que no había nadie y dejo escarpar un “¡Ah!” como un suspiro, aunque la sala estaba alumbrada con apenas una lámpara encendida, vio que de la cocina provenía una luz más fuerte así que decidió entrar para verificar que no le estaban robando, en los últimos días han estado forcejeando puertas para entrar y quitar lo de valor, así que se asustó.
Se encontró con una sorpresa y casi salta de alegría al ver todo puesto en la cocina y ya servido, sus ojos estaban por salirse de sus cuencas al ver semejante cosa.
La mesa había cambiado de mantel a un blanco con un confeccionado perfecto, en el centro estaban rosas frescas y un candelabro con 3 velas encendidas ya. Y qué decir de la comida, se veía vapor que estas soltaban, estaba recién servido listo para una cena. Una de cena de dos, no había terceros, solo ellos.

SeHun quien estaba arriba arreglándose, bajo de las escaleras muy de prisa con miedo a que su esposo ya haya llegado. Y efectivamente era así. LuHan no se dio cuenta de su presencia porque aún seguía viendo algo magnifico. Sintió que un beso en  el hombro y unas manos en su cadera, se quedó helado ante eso.

—Has llegado temprano hoy, cariño.

—H-hola, SeHun-ah.

Volteo a LuHan para que lo mirara fijamente a los ojos.

— ¿Ves eso de aquí? Es para ti, mi cielo.

— ¿Para mí? ¿Y por qué?

—Últimamente estoy sintiéndote algo distante, no hemos tenido tiempo para nosotros. Así que me pareció buena idea, preparar algo  romántico como a ti te gusta.

—Vaya no sé qué decirte.

—No digas nada, siéntate y come conmigo que lo prepare para ti con todo el amor que te tengo.

—Ew, gracias.

LuHan se sentó, y SeHun lo hizo al frente de él, cogiendo el tenedor para empezar a devorar la carne frita y probar un poco de la ensalada.

­— ¿Qué tal está, cariño?

—Muy delicioso, SeHun-ah, gracias.

—LuHan ¿Qué nos ha pasado? ¿Cómo hemos llegado a esto?

—A veces pienso que tienes a alguien más.

— ¿Piensas eso de mí? —SeHun le mostro su mano para que pueda ver el anillo de compromiso— Nunca te haría eso, ya hemos hablado de esto… Sabes que te amo.
Te amo más que a mis propios padres.

LuHan tardó en responder pues por su paladar estaba pasando una comida de cinco estrellas, su boca estaba echa agua.

—Soy muy inseguro, cuando fui a buscarte también me encontraba así. Pienso que es mi culpa por no querer entablar  una conversación contigo aún si tenía poco tiempo.

—Es culpa de ambos. Perdóname si estos meses no te estuve consintiendo como suelo hacer. Hoy soy todo tuyo, para arreglar nuestras diferencias.

LuHan empezó a sollozar, se estaba echando la culpa de todo, no quería que llegará este día, no pudo contener todo el peso que llevaba, se desploma en frente de su esposo. Al ver esto, SeHun se paró de su asiento y fue hacia donde estaba LuHan, lo cogió en brazos y lo abrazo, como si fuera su propio hijo. LuHan empezó a llorar en su hombro, muy fuerte.

—No llores, bebé. Me duele verte así.

—Lo siento tanto, no sabes cuantas noches quise acercarme a ti, pero estoy muy cansado como para moverme por sí solo.

—Podemos arreglarlo, de eso no dudes.

— ¿Cómo? Quiero que nuestra relación siga como antes. 

­Dicho esto, SeHun beso a LuHan, primero un beso tierno y dulce, agarró sus caderas y lo atrajo más así, ladeando la cabeza, siguiendo el  ritmo de LuHan. El castaño cogía los cabellos de SeHun, sintiendo este momento único. Separándose por falta de aire, se miraron y vieron los el brillo en los ojos del otro. SeHun levanto a LuHan del suelo e hizo que se sentará sobre la encimera de la cocina. El cuello del castaño estaba pidiendo a gritos que fuera tocado y mordido. Así lo hizo, besó delicadamente el cuello de LuHan, lo mordisqueo un poco, no tan fuerte, quería que le doliera pero de placer. La cabeza de LuHan se echó hacía atrás, para permitirle un espacio más amplio para que pueda besar. Solo se dejaba besar, no se quejaba, era lo que estaba esperando hace ya varios meses.

Besos húmedos sentía, sus piernas apretaron los costados del cuerpo de SeHun, él tenía razón. Encajaban perfectamente. Gimiendo bajito, aunque sabía que a SeHun le encantaría oírlo.

—Eres tan hermoso­—SeHun besó la punta de su nariz cuando termino de besar su cuello—

—Tú no te quedas atrás. Eres precioso.

SeHun empezó a llenar su cara de besitos pequeños. Sabía que a LuHan le enloquecía eso.  Enredo sus manos alrededor del cuello de SeHun para un beso más intenso.

Se empezó a subir de tono cuando SeHun apretó el trasero de LuHan, haciendo que esté sintiera la gran erección que tenía el pelinegro. Gimió alto con intención de ser escuchado. Para SeHun era música para sus oídos y acaricio su trasero por encima de sus pantalones.

—Vamos a la habitación, amor.

­—Soy todo tuyo, cariño. Así como tú eres mío esta noche.

Con el permiso de LuHan, lo alzo en brazos así como los príncipes llevan a las princesas, pero SeHun sintió que estaba llevando a un ángel. No tuvo problema en subir hasta el segundo piso.

 

;

 

Deposito al amor de su vida, a su compañero de risas y secretos sobre la cama, lo admiró por unos breves segundos, después se unió a LuHan en la cama, besándolo con mucha sutileza, dejo marcas en el cuello de LuHan, no las necesitaba pero quería verlas allí en la mañana y recordar lo que pasó hace algunas horas. Sintió los labios de LuHan sobre los suyos, lo besaba como si su vida dependiera de ella. Dando un mordisco a los labios de su amor. Succionando su cuello como lo había hecho el hace unos instantes. SeHun gimió al sentir aquello. Estaba guardando la compostura, quería hacer que LuHan llegase a la luna y estrellas con sus caricias, no quería tener sexo con él.

—Amor, ve con cuidado, no quiero perder el control y hacerte daño. Ya sabes cómo resulto la última vez.

LuHan desabrochaba lentamente los botones de la camisa de SeHun, este solo se dejaba hacer, veía en su mirada deseo, una mirada que no había visto hace mucho tiempo. Ayudo a LuHan en la tarea de sacarse la camisa. LuHan hizo que se echará mientras que él estaba encima de él (de SeHun). Desde su ombligo LuHan empezó a subir hasta sus labios dejando un camino de besos, también se movía de arriba hacia abajo haciendo una fricción entre la erección de ambos. Que delicioso, glorioso, se sentía. Llegando a sus labios ya, LuHan lo beso, SeHun repasó con su lengua los labios de su amado, como pidiéndole permiso para entrar en su cavidad bucal, iniciando una batalla de lenguas, ansiosas por querer dominar a la otra, resultando como ganador; SeHun.  Se separaron por razones obvias.
Dispuesto a bajarle el cierre y desabotonar el pantalón SeHun lo detuvo, quería ser él quien lo desnudará y besara cada centímetro de su preciosa piel.
Con una maniobra LuHan quedo debajo de él, le quito la polera que llevaba y los pantalones quedando así solo en bóxer, no quería apresurarse así que le besó a LuHan los brazos, piernas y cara, parecía un maestro dejándose llevar por la música

—Emanas un olor delicioso, joder, me hace querer tomarte aquí y ahora. Pero soy paciente, Esta noche será especial. Como si fuera la primera vez.

 

{Un día de agosto}

 

Estaban en la habitación de SeHun, tan acogedora y espaciosa. Se les ocurre ver una película en la laptop del pelinegro, apagaron las luces como si estuvieran en un cine, la película era una comedia, y aunque era de eso, tuvo su contenido adulto en una parte. Fue una pareja heterosexual pero a ambos les excito ver aquello, no sé sabría porque pero SeHun besó apasionadamente con LuHan y jugando con su lengua mientras LuHan movía sus caderas para que supiera que lo deseaba en ese momento. SeHun gimió fuerte porque pensaba que nadie estaba. LuHan desvistió a SeHun tan lento como pudo, quería disfrutar del momento dejando la laptop a un lado.

Hizo que SeHun se sentara en el borde de la cama, con sus ágiles dedos le bajó el bóxer, y pudo deleitarse con lo que vio. Era muy grande, quizás lo iba a romper a él después pero no le importó tanto que digamos. Antes de meter toda la virilidad de SeHun a la boca, delineo sus labios con su lengua para provocarlo. Le dio un casto beso y lo introducía de a pocos, ya estando en la base hacía la faena de ir arriba y abajo, chupando como si estuviera bebiendo bubble tea.  SeHun solo lo miraba y cogía su cabello para atraerlo más a él, se lo estaba comiendo todo, literalmente
—Joder LuHan, apártate creo que ya estoy llegando.

—No me interesa.

Siguió con su labor de complacer a SeHun, el pelinegro sentía espasmos y sentía que ya estaba al tope. Se sintió liberado segundos después y el sonido obsceno llego hasta sus oídos. Miró a LuHan se había tragado todo el semen. LuHan le dio un beso y sintió su propio sabor entre esos delicados labios. “¡Uff! No duré ni cinco minutos”, SeHun se sonrojo después del beso.

Ahora era su turno, quitó la polera de LuHan levantando sus brazos para que saliera con facilidad, y fue a llegar a quién sabe dónde. Sus pantalones ya no existían.  

—LuHan, ¿Quieres hacerlo? —preguntó, no era una persona que presionaba.
SeHun se encontraba desnudo, LuHan al verlo se ruborizó a más no poder. Tenía un cuerpo perfecto, con abdominales bien marcados, sus piernas fuertes y los brazos con músculos notorios. Oh joder, se había sacado la lotería.

—Hazlo, hazlo pero con mucho cuidado. No me creerás, pero soy virgen.

— ¿Quieres decir que soy el primero en probarte?  No me sorprende, también es mi primera vez, así que haré lo mejor que pueda, amor.

Sus besos y sus cuerpos estaban deseando por más. LuHan quedó desnudo después de aquella sesión de besos y caricias. Después de la preparación necesaria (que hizo con sus dedos muy torpemente) con cuidado rozo la entrada de su amante.

—Dime cuando estés listo, cariño.

—Por favor.

Entro lento pero seguro. LuHan se movía incomodo por sentir a un intruso dentro de él. Pateaba a SeHun cada vez que avanzaba dentro suyo.

—Deja de moverte, bae. También me duele a mí. Estas muy estrecho que siento que están  haciendo una inquisición con mi pene.

Para solo cuando LuHan lo pedía, arañaba su espalda en señal de dolor. Ya pasaría pero no tan pronto.
Una vez adentro, cuando ya no podía avanzar más con su exploración; ya está por completo en él. Ninguno de los dos se movió. LuHan porque le estaba doliendo, a pesar de que SeHun trataba de calmarlo con besos en su mejilla. Y SeHun porqué sabía cuánto dolía, aunque jamás había sido penetrado comprendió su dolor al ver una lagrima recorrer el rostro de su amor. 

Pasado ya unos minutos, empezaron con la faena de movimientos rápidos pero no tan fuertes por ser la primera vez de ambos. Como era la primera vez de SeHun sus embestidas eran algo torpes, cogiendo la cadera de LuHan para dirigirlo a su ritmo. LuHan llegó primero, manchando el abdomen de SeHun con el líquido viscoso. SeHun seguía moviéndose para alcanzar la ansiada liberación, llegando así con un gemido alto, lo suficiente para que se escuchara hasta China.
Ellos no tomaron en cuenta en donde se encontraban. Y seguro que ni se percataron cuando alguien entro y los escucho. Escucho el movimiento de la cama, de los cuerpos chocar. Lo dejó pasar porque según ella “era algo especial para la vida de un ser humano”, así que no interrumpió y yéndose minutos después; la madre de SeHun los había escuchado.

 

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Ambos ya en bóxer, LuHan masajeo el miembro de SeHun por encima de la tela, arrancándolo un gruñido extremadamente sexy. SeHun bajó el bóxer de LuHan, dejándole una vista maravillosa. Cogió el pene de LuHan, introduciéndolo en su cavidad bucal, lo hizo mientras miraba a LuHan y viceversa. Chupándolo a su antojo, como él lo hizo años atrás.

Sentía que lo mejor ya venía cuando LuHan empezó a temblar. No se apartó porque no lo alejó, tampoco lo iba a hacer si se lo pidiera. Es noche de complacer a LuHan. No de complacer a SeHun.

 

 

Se limpió el resto de semen que no pudo tragar por la cantidad que soltó. Saboreando su esencia se sintió fantástico. Besó a LuHan duro para que probará su delicioso sabor.
Se quitó la ropa interior, preparó a LuHan ya con facilidad, ya había aprendido a hacerlo a lo largo del tiempo y claro también viendo porno gay, si no, estuviera perdido.
No importaba cuantas veces lo había hecho con LuHan, el siempre estaba estrecho. Y lo comprobó una vez más, Seguía en las mismas.
Introdujo su pene en él, lento para hacerlo sufrir, lo hacía mientras lo besaba, se besaron con lengua y que misteriosamente ganó LuHan.
Apenas entro, levanto a LuHan de donde estaba, y se sentó en el borde de la cama, LuHan en su encima. Hoy no iba a controlar esto.

—Hoy yo no moveré ni un solo músculo. Hoy nos dirigirás a ambos.

— ¿Qué mosco te pico? ¡Yo quiero que me dirijas a mí!

—No cariño, yo quiero que tu placer sea mayor que el mío esta noche.

—SeHun…

—Por favor, cariño, quiero sentirme como un adolescente.

No quedaba de otra, ¿Cómo era posible esto? ¡Él siempre mandaba a SeHun! Pero sus ojos oscuros no lo dejaron pensar con seriedad. Colocó sus manos en los hombre de SeHun, esté por su parte tenía sus manos en el colchón. Sus movimientos al principio eran lentos, quería disfrutar, porque probablemente sería la única vez que haría esto (o quizás no), besaba a su amante muestras se movía, deleitándose con la penetración que se estaba auto proporcionando. Cansado de eso ya, empezó a moverse rápido que se escuchaban el sonido obsceno de sus cuerpos chocar. Los jadeos pasaron de suaves a intenso, que lo único que se escuchaba en la habitación era eso.

—Más fuerte

SeHun dirigió sus manos al trasero de LuHan para que el placer sea aún más profundo y delicioso. LuHan seguía moviéndose más fuerte. Uno, dos, tres embestidas fuertes y rápidas lo acaba de sacar de quicio, y se montó como un loco, sentía que ya llegaba. SeHun también lo sintió así que empezó a masturbarlo para que pudiera ver estrellas cuando llegase al orgasmo.

­—Córrete conmigo, cariño.

—Juntos—agregó LuHan.

Llegaron después de varias embestidas más fuertes que las anteriores. Los “¡Ah!” se escucharon al compás del otro. Ambos cayeron rendidos pero sin romper la penetración, dejaron que sus respiraciones se calmaran. Se dieron un último beso antes de que SeHun rompiera esa conexión.

SeHun los cubrió a ambos, dándole un besito a su esposo en la coronilla, pasando el olor que tenía LuHan en el cabello a través de sus fosas nasales.

­—Te amo LuHan, no te imaginas cuánto.

—Te amo SeHun, desde siempre… jamás deje de hacerlo.

­— ¿LuHan?

—Dime

—Quiero tener un hijo, o mejor dicho, una hija.

—Sabes que no podemos, no nací para traer hijos al mundo, cielo.

—Lo sé, ya sabes cuánto ha avanzo la ciencia. Podríamos recurrir a la fecundación in vitro.

—Tiene sus riegos SeHun-ah.

—Entonces adoptemos a una niña ¿Qué te parece?

—Es una buena idea, pero ¿Quién la cuidará?

—Algunas veces tú, algunas veces yo. Es así como trabajan los padres.

— ¿Por qué justo ahora?

—Quiero cuidar a alguien más, pero que ese alguien más sea algo que nosotros compartimos.

—Bien, creo que sería fabuloso tener a una pequeña aquí y darle mimos.

— ¡Estupendo! , ¿Entonces cuando quieres ver a la pequeña?

—Lo antes posible.

La noche era joven, así que se dieron su tiempo para hablar de ellos, recordando cosas del pasado. Las manos de LuHan eran traviesas y tocaban a SeHun a su antojo. Pronto tendrían a una personita en casa, estaban haciendo preparativos para una fiesta de bienvenida que ambos disfrutarían con la compañía de sus amigos.
Esa noche volvieron a jurase amor eterno por segunda vez. 

Notas finales:

Bueno, es mi primer fanfic completo :'v 

A ver si lo valoran xdxdxd

Acepto criticas constructivas y destructivas (? 

Gracias por leer bebes. 


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