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El extraño caso de Kim JongIn por Historias de A_M

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Notas del fanfic:

Después de un largo tiempo regreso con una mini historia.

Que la disfruten y espero sus comentarios :)

PD: La hisotia ests en Wattpad tambien por si quieren darle una mirada .

https://www.wattpad.com/story/121178780-el-extra%C3%B1o-caso-de-kim-jongin

–Ese niño ya no tiene remedio hijo.


–Mamá déjalo, lo más probable es que se aburrió de ser amable. –le comento a mamá, mientras le ayudó a doblar la ropa.


–Lo sé hijo solo me da tristeza.


Sigo doblando la ropa diligentemente, mientras hablamos de Kim JongIn un joven que vive con su madre tres casas más allá. Al comienzo cuando llegó a la villa era un joven amable, siempre con una sonrisa en su rostro cálido. Conocido por su piel bronceada y brillante que irradiaba alegría y elegancia. 


Sin embargo, al pasar el tiempo se fue esfumando, su sonrisa brillante iba desapareciendo, su altura fue desplazada por su forma de caminar con la cabeza gacha. Antes siempre que salía de su casa saludaba a quien pasara ofreciendo su ayuda a quien la necesitara, pero después de un tiempo ya no salía, no se veía jamás. Las personas creían que el muchacho simplemente se había ido a la universidad o a buscar nuevos rumbos, no obstante, cada vez que le preguntaban a su madre, está respondía que él joven estaba en casa, sin querer salir. La gente se comenzaba a preguntar que había sido de ese muchacho que frecuentaba las calles con encanto, sensualidad y optimismo.


–Pero ¿Porque ese niño no sale de la casa? Antes andaba por ahí todo el tiempo, ahora cada vez que le preguntó a su mamá por él, me dice que está acostado– replica mamá


–Debe estar deprimido.


–¿Tú crees hijo?


Sinceramente tampoco lo sabía, también me resultaba raro que un chico tan joven de veinte años pasara todo el tiempo en casa, sin salir ni estudiar.


–No lo sé, pero terminemos esto porque tengo un trabajo pendiente.


–Está bien, pero quería comentarte que a propósito de estos últimos acontecimientos que le han sucedido a la pobre, invite a la mamá del joven Kim a cenar.


–¡¿Que?! ¡Por que!


–Porque está sola KyungSoo, no habla ni con su hijo, no tiene marido y solo nos tiene a nosotras, sus amigas del vecindario, hay que ser buenos en esta vida.


–Está bien es tu casa–respondo resignado.


–Sube entonces, te llamaré cuando llegue y tenga todo listo.


Ordenó lo último, tomo toda mi ropa clasificada meticulosamente por color y subo. La verdad es que la señora Kim ahora, era bien conocida por ser una mujer solitaria que tenía un hijo muy poco ayudador, la pobre señora debía correr con todo sola, muchas veces la vi en los almacenes pidiendo a los vendedores si le podían fiar algunos alimentos prometiendo que les pagaría de inmediato cuando encontrase trabajo. Nuestros vecinos siempre hacían colectas para ella y para el extraño hijo que una vez enfermo y que ya no puede valerse por si mismo.  Esperando que esta cena sea buena para ella, subo a terminar el maldito trabajo.


                                       ~~~~


 


Escucho como golpean la puerta mientras me acomodo la chaqueta oscura.


–Hijo te estamos esperando.


–Voy–menciono apagando las luces de la habitación, fijándome que este todo ordenado, bajo las escaleras con mamá.


En la mesa y muy bien abrigada se encuentra la señora Kim, una mujer alta, muy delgada y cabello negó un poco canoso, quien me sonríe cálidamente cuando me ve llegar.


–¡KyungSoo! Es una alegría verte.


–Gracias señora Kim, a mí también me da alegría verle.


–Siéntate hijo que se va a enfriar. –Mamá me indica mientras nos sirve comida del pocillo sobre la mesa.


–¿Como te ha ido en la universidad? –me pregunta la señora Kim.


–Bien, pero ha estado demasiado difícil, lo positivo es que ahora nos mandan las pruebas para la casa, solo debemos ir a presentar los trabajos finales, eso me da más tiempo para poder hacer los exámenes con más calma.


–¡Oh! eso es muy bueno, estoy segura de que terminaras todo con éxito.


Asiento, agradecido mientras comemos. Mamá inicia una plática con la señora Kim sobre el tiempo y las nuevas cosillas que se susurran por los almacenes, trato de pasar por alto lo que más puedo, enfocándome en mi comida, hasta que escucho una parte de la conversación que había completamente ignorado.


–Soo podría ayudarlo.


Mi mano se detiene de inmediato y observo las caras de ambas mujeres que me observan con entusiasmo.


–Lo siento, estaba un poco desconcentrado–menciono temeroso–¿De que me perdí?


–Le estaba diciendo a la señora Kim que tu podrías ir uno de estos días, a ver a su hijo JongIn.


Siento como mis ojos se abren más de lo normal y un breve sentimiento de temor se apodera de mi estómago ¡Que está diciendo mamá! ¡Yo ir a ver ese niño! ¡Como podría…! si dicen que está deprimido definitivamente yo lo estoy más que él ¿Qué bien podría hacerle yo con el estrés de la torre de exámenes y trabajos que debo entregar? ¿y si me muerde? ¿O si yo lo muerdo? ¡¡en que piensa esta mujer!!


–Yo no creo que podría…


–¡Soo! Le haría muy bien–interrumpe mamá–La señora Kim estaba mencionando que el pobre muchacho está muy mal le vendría bien tener a alguien con quien hablar.


–Si–respondo suavemente–Pero no creo que yo sea la persona más indicada para hablar.


–Pero tu compañía le sería muy útil–responde la señora Kim, quien me mira con un poco de tristeza – Yo no sé lo que le sucedió, nunca me lo quiso contar. Él tenía amigos, sin embargo, de un momento a otro los perdió todos, no tenemos más familia, no hay nadie con quien mi hijo pueda contar.


Entendía su dolor, comprendía lo que pasaba, pero yo no podría ayudar, no podría ir y hablar con alguien con quien no tengo confianza, no tenía la paciencia ni la motivación para hacerlo, simplemente yo no era así.


–La comprendo–digo suavemente mirándola a los ojos–Pero yo no tengo tiempo, todo eso de los exámenes me ocupa mucho tiempo, sumándole que no soy muy sociable que digamos, no creo que podría ayudarle.


–Está bien Soo, solo fue una idea. –responde mamá, mientras se levanta a la cocina para servir el postre.


La señora Kim asiente mientras remueve un poco su vaso, hasta que suspira y me vuelve a mirar–Bueno, si algún momento quieres pasar a verlo, solo ve, él pasa todo el día en casa, si no está en su habitación está en una salita del primer piso yo… yo he tratado de llevar terapeutas y médicos, pero es un problemas porque no deja que  lo toquen, así que la última vez fue algo muy grave y tuvimos que…–La señora Kim trata de quitar una lagrima silenciosa que baja por su mejilla– No importa sabes, solo sería una gran ayuda que alguien, que al parecer no fuera yo, estuviera para él.


–Lo considerare no se preocupe.


 


                                                      ~~~~           


Una vez que la señora Kim agradeció la velada y se fue con una sonrisa de agradecimiento. Me encontraba en la cocina lavando los tratos que quedaban, hasta que mamá se acercó ayudándome a secar lo últimos utensilios.


–Esa pobre mujer, se ve cada vez más triste.


–Debe ser por todo lo que ha tenido que pasar–respondo lavando los vasos restantes.


–Si, pero ninguna mamá debería pasar eso a su edad, su hijo debería ser un apoyo para ella, no alejarse ni encerrarse como lo está haciendo.


–Bueno cada persona tiene su propia forma de hacer frente a los problemas–comento.


La observo, esperando su respuesta, pero está en completo silencio, porque se lo que quiere, y aunque le responda con mil respuestas negativas, ella seguirá, porque está preocupada, por la pobre viuda que el primer día que llego al vecindario poseía una sonrisa repleta, una alegría y tranquilidad que nadie ha podido igualar, pero que con el pasar del tiempo se ha ido marchitando, por una piel sin vida, un rostro preocupado y ojos con una capa de tristeza que es posible ver a kilómetros.


–Si en el examen de la próxima semana, me saco la máxima nota, voy a visitarlo. –le propongo con una sonrisa.


–Debe ser porque tú quieres no así… pero lo acepto–dice sonriendo orgullosa.


Lo que no sabe es que soy malísimo en cálculo y que lo más probable es que repruebe, no obstante, no se lo menciono.


                                     ~~~~


Dos semanas han pasado de esos acontecimientos, me encuentro frente a la computadora esperando los esperados resultados. Mi amigo SeHun me ha comentado que las calificaciones han estado malísimas y que reprobó el ramo. Yo y las matemáticas no tenemos una buena relación así que sé el resultado. Estoy completamente listo para realizar la materia el próximo año, cuando espero que se cargue la página y un gigante APROBADO sale en el expediente.


Mi mundo comienza a dar vueltas y no sé si el computador o yo que terminamos en el suelo. ¡Estoy frenético! llamo a cada uno de mis amigos para preguntarles cómo les fue y si lograron pasar.


Luego de eso llamo a mamá para contarle, cuando lo hago me felicita y me grita la orgullosa que esta de su hijo, para más tarde decirme que debo ser un hombre de palabra y que debo ir ahora cuando mi felicidad está a tope. No le tomo sentido a lo que me dice porque estoy malditamente contento. Le corto y bajo las escaleras corriendo, para beber un poco de agua… cuando la promesa que le mencione hace algún tiempo, vuelve a mi mente. Nervioso me detengo y medito, la verdad es que ir a ver a un joven de casi mi edad no debe ser difícil, solo me podría quedar sentado por un rato y volver, luego le comentaría a mamá que el no quiso que fuera más y podría simplemente regresar. No parece tan difícil después de todo.


Me quedo pensando en la situación, cuando después de horas decido solo pasar por afuera, no es necesario que entre, por lo que me pongo una chaqueta, tomo el celular y le mando un mensaje a mama avisándole que voy a salir y que probablemente no demore. Tomo las llaves de la mesita y me dirijo nervioso hacia la casa de los Kim, el trayecto es demasiado corto como para salir corriendo, así que llego al frente de la casa y toco indeciso la puerta.


Pasan unos buenos minutos sin que nadie se asome, lo más seguro es que la señora Kim este en su trabajo de medio tiempo, así que resuelvo irme cuando noto que la puerta no estaba cerrada con llave. Empujándola suavemente esta se abre. Un leve olor a encierro y a humedad llega a mis sentidos, cierro la puerta con delicadeza y decido llamar para evitar algún mal entendido.


–     Hola, ¿JongIn?


Me muevo hasta la cocina rodeo el lugar sencillo y humilde sin encontrar nada, cuando recuerdo de que, según su madre, siempre se encontraba en su habitación


–La puerta estaba abierta, soy KyungSoo tu vecino– menciono mientras subo las descuidadas escaleras, mirando las viejas fotografías pegadas en las paredes. Hasta que llego a dos habitaciones. Una poseía la puerta abierta y las cortinas corridas, un cuadro grande de una mujer bailando adornaba la pared, esa debería haber pertenecido a la señora Kim.


Mientras que la segunda tenía la puerta cerrada. Así que golpeo ligeramente – Disculpa, pero tú mamá me comen…–eso iba a sonar muy poco amable, así que trate de inventar una pequeña escusa–Necesito saber si tienes un computador que me prestes, el mío tiene virus y está en el servicio técnico– señalo mientras espero y espero alguna respuesta.


Nada de nada. Aburrido de esperar y pensando que a lo mejor el chico por fin salió de su habitación. Tomo la manilla y abro la puerta, una oscuridad horrible inunda la habitación, solo se ven unos muebles y una cama en el centro, donde un bulto es posible de verse debajo de las sabanas.


¿Y si está muerto? Es lo primero que pienso, hasta que noto que respira, cuando me fijo que el bulto se mueve, al parecer solo estaba dormido. Me acerco a la ventana y corro un poco más las cortinas para notar su rostro moreno asomado.


Inquieto si debo quedarme o solo irme, me acerco solo un poco y le toco el hombro y lo muevo suavemente.


–Oye…–susurro mientras lo muevo–Necesito pedirte un favor


Su rostro se contrae, hasta que lo muevo un poco más, algo hace que se altere, porque sus ojos se abren demasiado rápido, tanto que retrocedo unos centímetros. Su pecho no para de subir y bajar en ritmos frenéticos, un sonido ronco sale de su boca y… ¡se estaba hiperventilando!


–¡Tranquilo! Soy tu vecino KyungSoo vivo a tres casas de aquí, soy el que usa lentes y nunca te devolvía los saludos, no soy muy cordial la verdad… solo venía a pedirte la computadora.


Veo que poco a poco hace memoria y sus respiraciones bajan solo un poco. Aunque claramente sigue agitado porque sus ojos se pierden con frenesí.


–¿Quieres que llame a alguien? –pregunto dudoso mientras veo que se recuesta en la cama apoyando la espalda en el catre de la cama.


–N-no–susurra.


¿Qué hago? ¿Me voy? Creo que es la mejor opción porque empieza a aplicar una técnica extraña que le toma un buen tiempo, mientras yo sigo parado mirando hacia cualquier lado menos a su rostro.


–Bueno… ¿abro la ventana? –pregunto sin saber que decir.


–N-no–responde.


–¿Te sientes mejor? –vuelvo a preguntar mirándolo, Mientras él tiene una mano en su pecho y la otra firmemente en el cuello.


–N.no.


–Entonces… ¿creo que debería irme? –cuestiono levantando una ceja dudoso.


–Si


Su respuesta es concisa y seria, por lo que solo lo miro unos segundos más, para alejarme de ahí. Bajo lo más rápido que puedo cierro la puerta y llego a la calle. Y lamentablemente solo puedo recordar que ese rostro bronceado y brillante estaba completamente acabado, delgado a más no poder sus huesos notándose más de lo común y sus ojeras…


Eso estaba muy mal y lo peor, es que no deje de pensar en esa situación en un buen tiempo.


 


 


                                             ~~~~


Me encontraba de vacaciones con mis amigos, habíamos ido a tomar unos helados, que al final y por petición de todos tenían que ser los más baratos de todo el centro, ya que ninguno trabajaba y la verdad es que no queríamos algo grande. Solo hablar y reírnos de las locas anécdotas que vivimos durante el año.


Hasta que se hizo tarde. Venia caminando por un lado de la calle, llegando a mi hogar, cuando veo una mujer con bolsas que pasa apresuradamente por mi lado. Tratando de enfocar mejor me doy cuenta de quién es y corro para ayudarla.


–¿Señora Kim está usted bien? –pregunto mientras la alcanzo.


–¡Oh! KyungSoo necesito pedirte un favor–dice mientras se detiene abruptamente.


Puedo ver su rostro cansado y sudor cayendo sobre su frente, completamente agitada. Deja las bolsas en el cielo, saca su celular revisa algo con rapidez.


–¿En que puedo ayudarla?


–Necesito que dejes estas bolsas en mi casa, ¡debo irme, mi hermana no se encuentra bien! Y no me contesta…– me entrega las bolsas, una en cada mano–  Aquí va la comida para JongIn por favor KyungSoo dile que me tuve que ir de inmediato tratare de regresar esta noche, pero lo veo imposible… dile que trate de comer, fíjate que lo haga.


Impactado trato de asentir, pero es demasiada información para mis sentidos, lo único que veo es que toma su cartera olvidada en el suelo, dice unas palabras más, hasta que se va y me deja ahí con bolsas con comida y una ida a la casa de los Kim.


Frustrado, hago lo que me indico. Camino hasta su casa, veo que la manilla sigue sin llave y me pregunto porque la señora Kim no la cierra. Mientras entro y deposito las bolsas en la cocina, creo que se la respuesta. Si su hijo nunca sale de casa y pasa alguna emergencia alguien podría solo abrir la puerta y sacarlo, así podría ser salvado, pero que pasaría si el no quisiera serlo o si esa emergencia la crea él…


– ¡JongIn soy KyungSoo! – grito para olvidarme de mis últimos pensamientos.


Como la última vez, no sé escucha nada, ni respuesta alguna lo que hace que comience a desesperarme, porqué no puede solo gritar o algo –La señora Kim tuvo que ir donde su hermana, dijo que a lo mejor no iba a alcanzar a llegar, pero que en estas bolsas esta la cena.


Un ruido proveniente de la puerta que da al pasillo llama mi atención. Me acerco dudoso hasta que escucho la cadena correr y posteriormente la llave del agua. Está en el baño, bueno eso es mejor que tener que subir como la vez anterior.


Me siento en el pequeño sillón que da para la sala de estar, esperando que salga. Me fijo en la decoración de la casa, muy parecida a la mía hasta en los tonos que tenemos pintadas las paredes, hay algunas fotos también de JongIn cuando pequeño, en su mayoría salía sonriendo y con perros de diferentes razas. En otras salía en el parque riendo con un helado en la mano, y en la última un JongIn más adolescente abrazando a su mamá dándole un risueño beso en la mejilla. Varios minutos después cuando ya estoy a punto de ir a ver que contenían las bolsas, la puerta se abre lentamente. Me levanto del sillón y espero a que salga.


Un cuerpo frágil se asoma despacio. Con una mano se apoya en el marco de la puerta, mientras noto que sus brazos son más delgados de lo normal, mi vista baja a la camiseta ploma que lleva y que le queda notablemente suelta, hasta su pantalón de buzo azul oscuro holgado, mi vista sube hasta su rostro. Un rostro hermoso, pero maltratado, sus ojos son apenas dos líneas, las bolsas bajo estos no permiten ver mucho más, sus labios pálidos y completamente decolorados.


Todo me causaba dolor y sufrimiento, su cuerpo gritaba algo que no podía descifrar, algo que quería descubrir. A pesar de eso, quería seguir observando cada parte… cuando sentí que daba vacilante un paso hacia adelante.


–¿Quieres que te ayude? –susurro todavía mirándolo.


Pero no hay respuestas, solo da otro paso y otro, apenas se sostiene. Su mano pasa por las paredes para tener impulso y no perder el equilibrio, hasta que noto que su objetivo es poder llegar al sillón que se encuentra al medio. Sin quitar la mirada, veo que llega a su objetivo y se sienta con un esfuerzo que me obliga a despegar la vista e ir a la cocina a ver las bolsas de la señora Kim.


–Bueno… como te había mencionado tu mamá no sabe si alcanzara a llegar, así que me dio como recado que aquí está la cena y que debes comerla.


–Puedes irte–responde con su voz tremendamente cansada.


Su voz también es un poco ronca y me pregunto cómo sería su voz descansado, porque aun así su voz suena como… como masculina o algo así.


–Si es solo que–respondo sacando las cosas de las bolsas–me pidió que me quedara para ver que lo hicieras.


Levanto mi vista para verlo, pero solo es un saco de papas en un sillón su rostro esta hacia abajo observando sus manos en su regazo.


–Has lo que quieras–susurra.


Caliento la comida en el microondas. Saco unos platos que se encontraban sobre una mesita. Todo en completo en silencio, cada vez que le daba una mirada, se encontraba en la misma pose. Y simplemente no podía dejar de pensar que esto no estaba nada bien, como vivir así día tras día, era casi como si le hubiesen succionado la energía, la vitalidad y solo hubiesen dejado un cuerpo vacío. Ya no quedaba nada de ese joven que caminaba por las calles con confianza y alegre, era simplemente otro.


El sonido del microondas me recuerda que debo sacar la comida. Busco los utensilios necesarios y me doy cuenta de que una pequeña cosilla se me estaba olvidando.


–¿Quieres … comer aquí? ¿o te lo llevo al sillón?


No hay respuesta.


Así que tomo todo y lo llevo donde él. Dejo las cosas a su lado y tomo un cojín para ponerlo en su regazo. Cuando veo que no se mueve ni levanta la vista, tomo sus heladas y escuálidas manos y las levanto para depositar el cojín en sus piernas. Cuando me fijo que no hace nada, pongo el plato sobre el cojín.


–Cuidado está caliente.


No encontré palillos así que solo hallé un tenedor de plástico lo cual dejé delicadamente en el plato. Sin saber que hacer, me siento a su lado mirando hacia el frente. Pero el sigue casi en la misma posición, claro que ahora, con sus manos hacia sus lados su rostro mirando hacia abajo, y me pregunto como el plato no se ha caído todavía.


–Debes comer JongIn–menciono, mientras observo que no hace ningún movimiento


No sucede nada.


En algún momento creí que estaba durmiendo, pero podía ver sus ojos observando la nada, debería solo irme y dejarlo contarle a mama esta terrible experiencia. Sin embargo, si lo dejo así lo más probable es que pase todo el día en esa posición.


–Te tendré que dar la comida en la boca.


No hay respuesta.


Como era de esperar, así que me acomodo y con una nueva y loca determinación, acerco mis manos a su rostro, hasta que lo comienzo a levantar lentamente, sus ojos siguen un poco perdido, hasta que lo situó en una posición donde su cabeza quede derecha mirando hacia el frente. Pero algo pasa siento su pecho subir y bajar frenéticamente otra vez y noto que se comienza a hiperventilar… ¡Mierda!


–¡JongIn! –digo girándole la cabeza hacia mí, sus ojos frenéticos se mueven por todos lados, menos por mi rostro–¡Soy KyungSoo! Te traje la cena que menciono tu mamá, estoy aquí esperando que comas, nada más.


Su respiración solo disminuye después de unos segundos, su mirada está inquietamente perdida. Cuando después de lo que pareciera una eternidad encuentra mis ojos. Mis manos van hacia su flequillo y lo acaricio.


–Está todo bien–susurro. El solo asiente débilmente, mientras sigo acariciándolo. Él comienza a cerrar los ojos suavemente, es ahí que noto la situación extraña que está sucediendo, pero no puedo detenerme, no cuando el vuelve abrir sus ojos cafés sin esa capa de temor–JongIn necesito que ahora comas o si no se va a enfriar y yo… no… me iré de aquí hasta que el plato este vacío.


No me hace caso de inmediato, y cuando creo que no va a comer, su mano se dirige al cubierto y saca un poco de comida para llevarla a su boca. El procedimiento continúo, aunque su entrecejo se arruga un poco cuando traga, pero lo hace. Tampoco se termina de comer todo, aunque me encuentro bastaste satisfecho con la mitad del plato vacío.


–Fue un gran día ¿no lo crees? –digo observando, ahora que este todo limpio.


Sigue en la misma posición, sentado con la cabeza gacha mirando hacia su regazo


–¿Necesitas que te ayude en algo más? –pregunto observándolo.


No hay movimiento, ni siquiera sé si respira.


–Debo irme.


Nada.


–Espero que tu tía se recupere –comento resignado dirigiéndome hacia la puerta– Puedes llamar si algo sucede.


Cansado, tomo la perilla para ponerle fin a esta pesadilla – Nos vemos JongIn.


            Cuando abro la puerta y estoy listo para salir, escucho solo un leve susurro, algo leve que transformo algo que mí, algo que no sabía que poseía. Hizo que mi corazón se acelerara de una forma sorprendente y dolorosa, casi como si quisiera salir corriendo de mi pecho.


–Y-yo no encontré mi computadora, la busqué, pero no la encontré lo siento.

Notas finales:

Espero que les haya gustado :)


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