Estamos situados en un mundo con un tinte de la época del antiguo oriente, en el cual existen cuatro reinos; este, oeste, sur y norte. En aquel entonces la humanidad estaba guiada por cuatro dinastías situadas en cada uno de los estos. Es un mundo lleno de misterio y de poder político. Las personas se dividían en tres categorías, hombre, mujer y portador, este último en su fisionomía era aparentemente del género masculino pero podía portar vida dentro de sí, sumado a ello estaba llenos de una gran belleza y delicadeza capaz de despertar los sentimientos más hermosos así como los más oscuros.
Estos eran realmente escasos y valiosos en dichas sociedades, toda vez que toda descendencia que proviniera de ellos sería más fuerte, más sabia y más poderosa y estaban destinados a ser grandes en la historia. De allí que el privilegio de consumar una relación y tener descendencia con alguno de estos portadores generalmente estaba destinada a la nobleza y reyes de cada reino. Que un reino tuviera un portador significaba poder social y político y una ventaja dentro de los reinos.
Ya hace más de 30 años que no se conocía del nacimiento de un portador, sin embargo en hogar de una las más reconocidas casas de la nobleza, la familia Feng del reino del Norte, se escuchaban los gritos de una hermosa mujer a raíz de los dolores que anunciaban que ya era hora de dar a luz, esta fue situada y atendida por los mejores médicos de la época dispuestos por su preocupado esposo y jefe de familia, el cual se encontraba al otro lado de la puerta escuchando los gritos de su amada.
Allí estaba el señor Feng angustiado por el incesante dolor que sentía su amada esposa, y fue el momento más feliz de su vida cuando escucho los llantos de un bebe que induraron el lugar, ansioso vio como era abierta la habitación y le era permitido pasar a ver a su primogénito, este le fue entregado en brazos, analizo sus lindos cortos cabellos negros y hermosos ojos turquesa que evidentemente había heredado de su madre y como estos se abrían con un brillo de curiosidad. Cuando vio alterno la vista hacia su mujer pudo notar su sonrisa que no dudo en devolver y con la cual quería trasmitirle lo agradecido y feliz que era en ese momento, un dejo de tristeza se asomó en los ojos de su esposa y fue allí cuando noto la palidez de su rostro y lo decaído de su semblante.
El médico de la familia se acercó lentamente con cara de preocupación, mientras le explicaba que el parto tuvo complicaciones y la señora Feng había perdido mucha sangre y no se podía detener el derrame interno, fue allí cuando supo que su esposa moriría, ella también lo sabía. Rápidamente se acercó al lecho de su esposa y no dudo en posar sus labios en los suyos con ansia, queriendo con ello aferrarla a la vida.
Ella lo miro con determinación y dijo:
-Mi señor y amado esposo, necesito que seas fuerte de ahora en adelante, no te desmorones y vive bien amor mío, cuida de nuestro valioso hijo, él es mi regalo para ti, lo único que te dejo en este mundo, amalo mucho, llora y ríe con el- todo ello mientras derramaba lagrimas-
La mujer miro con añoranza a su hijo sabiendo que se perdería el ver crecer a su bebe, la luz se apagó de sus ojos.
El luto nunca sería quitado de los ojos del señor Feng, pero su vida ahora estaba dirigida a proteger a su hermoso hijo Feng Li, UN PORTADOR...