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¿apostamos el reencuentro? por Tokyo Fujioka

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Notas del fanfic:

este fanfic tambien lo pueden encontrar en wattpad en mi cuenta tokyo-fujioka-5927 no hay mucho que decir solo espero les guste :3 y perdonen los errores (y horrores) de ortografia sin mas que lo disfruten

Notas del capitulo:

he aqui yo despues e un millon de años :'v empiezo a aar a este grupo y tenia la idea rodando sin descanso en mi pobre cerebro espero les guste :3

Me tocaba atender dos turnos en la cafetería, por el momento había terminado el primero. Me enfunde bajo el calor de mi largo abrigo negro sin abotonarlo, mostrando el clásico mandil verde que caracterizaba a nuestro servicio.

 

Busque a mi compañero (y mejor amigo) de trabajo, WonWoo lavaba con cansancio los trastes llenos de betún, espuma de café   y demás con mucho pesar, pues a ambos nos había tocado la misma siente de completar la labor por la tarde y noche.

 

-animo Wonu intenta poner algo de música o caeremos rendidos- el rio por lo bajo decorando al silencio habitante del local, pasaron varios minutos para que finalmente hiciera caso a mi sugerencia alegrándome un poco.

 

La nieve de afuera tapizaba los vehículos de las calles, y cubría las puertas de vidrio de nuestra entrada, era hermosa, pasé mis dedos por las hebras de mi largo y castaño cabello, acomodándolo mejor de lo que se encontraba y di un largo respiro.

 

-Hannie, encenderé un cigarro hace bastante frio- gire mis marrones ojos, pero alargue una sonrisa. El hizo lo mismo se acercó hacia donde yo me encontraba en busca de fuego, arrime el viejo encendedor que se utilizaba para las velas de cumpleaños.

 

Tiro la cajetilla cerca de la caja registradora, pero antes de esto se apodero de un cigarrillo, lo posiciono entre sus húmedos labios, prendió el disgustaste adictivo, aspiro hondo y soplo nubes de humo por su boca, hice una mueca asqueada y tosí un poco.

 

El bufo -lo siento- revivió lo anterior obteniendo la misma respuesta de mi parte -vale, vale- tomo dos cigarros más y los guardo en los bolsillos de su pantalón -fumare un rato afuera ¿te parece bien? – me encogí de hombros

 

-si asaltan la cafetería quedara en tu conciencia bastardo- ambos reímos -anda ya, apestas- fingió ofenderse agachando la mirada para simular tristeza y sin más salió por la salida trasera a sentarse lejos en alguna calle (espero yo) alumbrada.

 

Estando solo aproveche para subir el volumen de la bocina deleitándome con una canción de rock indie y relajarme por el largo día hecho.

 

Serví en una taza un poco de leche tibia, regué algunos granos de café y los bato, aspire el aroma de mi bebida express, arrime la taza a mi boca y le di un largo sorbo calentando mi garganta. Suspire.

 

Crují mis uñas en el cuerpo del traste varias veces para no caer dormido, a pesar de que eso componía un chirrido intolerable.

 

Mire el techo sumamente aburrido, admirando las celdas de calefacción que regalaban un poco de calor. Observe después el elegante local lleno de artículos navideños, muy coloridos, debo añadir. Seguí paseando la mirada al piso cuidadosamente pulido haciendo que su compostura de madera se notara brillosa exagerando su descripción de “limpio”.

 

Rei recordando como MinGyu había sufrido en el descanso limpiándolo y como WonWoo lo miraba enamorado. Esos idiotas derrochando amor en el trabajo y yo amargándome mientras comía tarta de manzanas. Bah.

 

Apreté una vez más el envase, pero esta vez con las palmas de mis manos, calentándolas al instante, fue agradable.

 

La campanilla de la entrada sonó y la puerta se cerró tras un hombre atractivo en gabardina y botas.

 

Era alto, cabellos negros, de ojos en un profundo color marrón. Y aunque las telas de sus prendas ocultaban casi todo Angulo de piel, logre ver un par de tatuajes asomados en sus dedos. Era bastante atractivo, tanto que alabe su apariencia por unos segundos con la mirada.

 

De pronto, su mirada se fijó sobre mí. Me tense volviendo a rasgar a la victima de vidrio que había calentado mis palmas.

 

-buenas noches- su voz era suave, masculina, sentí como si mis piernas se debilitaran. Dios, me sentí idiota.

 

-buenas noches- conteste con un hilo de voz. Se acerco a la caja, desnudando sus brazos retirando su gabardina, exhibiendo sus músculos tanto en ellos como en su pecho que se lograba remarcar bajo su desgastada playera de manga corta - ¿Qué… va a ordenar? -detuvo sus ojos en mi taza

 

-Um, algo asi – señalo con uno de sus dedos (donde pude ver un tatuaje que escribía “Destiny”)

 

-es una simple taza de leche con café- el asintió

 

-Me parece bien, y una rebanada de pastel de chocolate- sonreí

 

-lo siento, se ha acabado-

 

- ¿bromeas? Lo estoy viendo- y era cierto. Detrás mío en la repisa había una bandeja de vidrio con cuatro rebanadas del sobrante postre. Me sonrojé, sentí mi cara arder

 

-lo lamento, pero eso… pues… es mío- Rei nervioso pues su autoritaria mirada estaba sobre mí. era penetrante, y el color de sus ojos era profundo

 

-ya veo… ¿no gustas compartirlo conmigo? -se inclinó cerca mío con una dulce sonrisa. De un momento a otro el gran hombre se había convertido en un niño pequeño. Negué con una leve sonrisa, El hizo un puchero -Oh, vamos. Yo invito el café.

 

-señor, el café que yo consumo no lo descuentan de mi pago-

 

-dime Cheol-

 

-Cheol…-

 

- ¿hay algo que pueda hacer para que me des pastel? -volví a negar girando mi cabeza. Bufo. Miro a la nada por ciertos segundos, después, ensancho su bonita sonrisa de a lo que podía atinar, una forma picara - ¿Qué tal si te traigo mañana un pastel entero para ti solo? -volví a negar. Golpeo su frente en el mostrador suspirando estruendosamente, regando sus cabellos oscuros, se veía gracioso.

 

-en ese caso debería comprarse a si mismo su propio pastel- elevo su mirada de nuevo a la mía

 

-ah, hombre- soplo apuntando sus labios hacia arriba, resoplando los mechones de su frente.

 

-en un minuto le preparo su café con leche-arrastro sus pies hacia la mesa más cercana. Se sentó y del bolsillo de sus jeans desgastados saco su (a simple vista) costoso celular para pasar los siguientes minutos con los ojos pegados al dispositivo.

 

me dirigí al refrigerador a tomar la leche y verterla en la olla metálica. Me preguntaba si Wonu tardaría mucho allá afuera. La preparación de la bebida no me tomo bastante tiempo, el aroma era delicioso. Que bien me sentí orgulloso.

 

Escuche unos rítmicos golpes por las mesas, gire sobre mis talones, encontrándome con mi cliente usando un par de audífonos en sus orejas, golpeando con sus dedos la mesa como si esta se tratara de una batería. Me acerque con indiferencia hacia el entregándole su bebida- me observo, chocando nuestras miradas, marrón contra marrón. De nuevo me sonrió -aquí tiene- retiro sus dispositivos, arrimo la mesa a su silla

 

-vamos ¿te molesta una charla? – pregunto sin despegar la vista de mí, pasaron segundos en silencio donde me reprendí mentalmente por no negarme de inmediato como suelo hacer y su mirada se volvía más pesada hasta que al final mis labios pudieron responder

 

-supongo- susurre y con el mismo dedo con el que señalo mi taza repitió la acción con la silla frente a él, captando el mensaje más rápido que en anteriores ocasiones, hice un intento de sonrisa y me senté en el objeto metálico, no esperaba que fuera a hablar de manera inmediata.

 

- ¿Cuál es tu nombre? – una pregunta normal en realidad, pero que lo hiciera con su mirada fija en mi rostro mientras bebía su café me desorientaba de alguna forma

 

-me llamo…- vacile unos segundos, yo no era especialmente fan de mi nombre, sin embargo, no quería mentirle por alguna razón, entonces solo le daría parte de -me llamo Han- respondí con seguridad viéndolo reír por mi contestación, cosa que me apeno

 

-lo siento- se disculpó -es la primera vez que escucho a alguien decir su nombre con tanta seguridad y orgullo – explico posicionando la taza nuevamente en sus labios y liberando el sonido del líquido pasando por su boca

 

- ¿Qué hacías afuera en este frio? -solte sin pensar, pero rápidamente le reste importancia se supone estábamos teniendo una charla. Dejo el traste en la mesa mirándolo unos segundos

 

-no tenía ganas de estar en casa- hablo sin interés jugando con la taza -es tedioso estar solo y… me sentía sofocado- cada oración era separada por varios segundos. Tenía curiosidad, pero sentía que no debía preguntar de más.

 

- ¿vives solo? – disimulé mi curiosidad lo mejor que pude apretando la tela del mandil sobre mis piernas por el temor de su respuesta

 

-podríamos decir que si, la casa siempre esta limpia y parecemos más fantasmas que habitantes por el poco tiempo que estamos… se siente más frio adentro que a fuera- su forma de hablar me recordaba a los libros que veía leer a MinGyu y me prestaba de vez en cuando

 

-debe ser difícil- comente sin saber que más decir

-no realmente- negó de inmediato -las cosas son asi porque lo decidimos nosotros, no nos llevamos mal- se apoyó sobre la mesa y con un movimiento de pereza se recargo en el respaldo de la silla -nadie sufre la ausencia de nadie, pero es cierto que el lugar se siente frio y solo, es… molesto- continúo explicando para después mirar el piso con un encogimiento de hombros como restándole importancia, no se había la víctima, parecía indiferente, más bien resignado

 

-si lo sientes asi, entonces deberías buscar el modo de cambiar el ambiente- opine más relajado

 

-los veo más seguido de lo que aparento- continuo. dándole otro sorbo al líquido, parecía que ya no estaba tan caliente

 

-yo me refería a que te compraras un hámster y te enterraras bajo 50 cobijas- aclare con una media sonrisa entre bromeando y serio

 

-podría funcionar- acepto con normalidad volviendo su oscura mirada a mi -también podría venir a molestar al glotón camarero de este lugar- sonrió exhibiendo su blanquecina dentadura. ¿acaso todo en él era perfecto?

 

-oh si, escuche que no le da pastel a nadie por mucho que ruegue- le seguí el juego sonriendo de igual manera escuchando una suave risa por parte de él. Me hizo estremecer

 

-por esto no me gustan las pláticas casuales- tomo un semblante serio -después quiero volvérmelos a topar, pero contigo tengo la ventaja que se dónde trabajas- completo con una sonrisa en el rostro

 

-podría ser la última vez que trabaje aquí- quise objetar

 

-alguien te conocerá aquí- contra ataco sin esfuerzo

 

-quizás soy un fantasma- continúe

 

-algo te hizo aparecer aquí-

 

-podría matarte-

 

-ya lo hubieras hecho antes, cuando las cámaras de vigilancia te tenían fuera- el tipo era bueno

 

-la próxima vez te ignoraría-

 

-Sino lo hiciste ahora no lo harás después- se veía seguro

 

- ¿me estas retando? – cuestione fingiendo molestia

 

-te dejo sin escapatoria- acerco su rostro a mí para seguidamente sonreír

 

-eres raro, pareces obsesivo con tus contestaciones, pero no me das miedo- me sincere

 

-eso te vuelve raro a ti también- afirmo mientras retrocedía a su posición anterior -no es un encuentro casual, no soy alguien que le hable a quien se me ponga en frente, tú me mandaste al demonio desde el principio, le dolió a mi orgullo- dramatizo colocando una mano en su frente

 

-lamento no haber caído en tu encanto- fingí pena mirando mis manos sobre la mesa, ¿Cuándo llegaron ahí?

 

-entonces dame pastel- pidió con un puchero y unos ojos más brillantes. No sabía que la gente podía volverse tan tierna en segundos

 

-tampoco lo lamento tanto- reí por si cara de frustración tras su intento fallido, me preguntaba ¿cómo había pasado mi indiferencia a diversión en tan poco tiempo?

 

-el mundo te castigara después- amenazo señalándome con otro de sus dedos en donde pude leer “bet” mientras con su otra mano se empinaba la taza para (creo yo) terminar con su bebida, yo solo reía por su actitud

 

-no pienses mal, no soy alguien que se la pase coqueteándole a todo lo que vea, pero si me aprovecho de mi apariencia de vez en cuando, por eso me decidí a hablarte- aclaro dejando nuevamente la taza en la mesa

 

-no soy alguien para que me des explicaciones- comente sintiendo cierta tibieza en una de mis manos, gire mi vista y encontré nuestras manos unidas, la mía debajo de la suya, usualmente la habría sacado de inmediato, pero era muy cómodo el tacto

 

-hagamos una apuesta- ofreció poniéndose de pie y separando su mano de la mía

 

-no me gusta apostar- negué de inmediato parándome

 

-solo escucha, realmente no hay mucho que perder por no decir nada- pidió caminando a la caja, saco lo que parecía ser su billetera abriéndola con familiaridad y dejo un par de billetes para pagar. Camino a la salida conmigo siguiéndolo con la vista -anda no voy a robarte- me sonrió con burla cuando giro su cabeza hacia mi

 

-soy bueno rompiendo huesos- advertí y a continuación lo seguí fuera del local -te escucho- fue lo que dije tras sentir el helado viento en mi rostro después de abrir la puerta, pasaron varios segundos en los que mi rostro se entumió y volvió a colocar su grueso abrigo. Ni si quiera me percate de cuando lo tomo

 

-la apuesta es simple- comenzó su explicación abrochando los botones que apenas se veían por lo oscuro que eran -la vida reúne a quien tiene que, si esto es más que un encuentro casual nos volveremos a encontrar- tomo mi mano haciéndome sentir pena y calidez yo solo pude asentir -apuesto a que no será nuestro último encuentro porque me regresaras algo- sonrió de forma que pude deducir coqueta preocupándome unos instantes -cuando nos volvamos a ver deberás devolverlo -estaba por preguntar a que se refería cuando mi visión de un momento a otro se desvió al blanco tapiz de agua congelada sobre la solitaria calle, mis ojos de un momento a otro perdieron la visión del paisaje invernal y ahora solo veía hebras negras que llegaban a causarle cosquillas arriba de mi nariz, había algo tibio en mi mejilla, una suave respiración, y lo más importante, algo sellaba mis palabras, un par de labios ajenos, me di permiso de perderme en la cálida sensación del roce entre ambos y mis parpados se cerraron por inercia, no hicimos ningún movimiento era un simple roce de varios segundos, olvide por un momento lo frio que estaba afuera, el que era un desconocido, me negaba a escuchar a mi consciencia reprendiéndome lo irresponsable que estaba siendo, incluso olvide el momento en el que nuestros labios se movían a un tranquilo compas, la sensación en mi mejilla se apartó, asi como de mis labios encontrándome con los oscuros ojos de Cheol. Lo vi sonreír -SeungCheol recuérdalo, me lo debes para la siguiente- susurro soltando mi mano, algo en mi quería decir algo- hasta muy pronto

 

-JeongHan- completé mi nombre y su oración, soltó una pequeña risa y dio la vuelta, cuando quise decirle algo más alguien me llamo obligándome a voltear dentro del local

 

- ¿estás aquí Hannie? - era WonWoo. Había vuelto

 

-ehh… si- respondí lo suficientemente alto girando sobre mis talones, pero SeungCheol se había esfumado. Suspiré y volví dentro del local

 

- ¿Qué hacías afuera? -interrogo mi mejor amigo viéndome caminar a la barra

 

-creí escuchar algo- me encogí de hombros guardando el dinero que dejo el chico de mirada oscura, había un papel entre los billetes lo leí y guarde en mi bolsillo con una sonrisa, seguido de esto tome mi abandonada taza de vidrio llevándola a mis labios tomando un sorbo. Estaba frio. Hice una mueca y lo deje nuevamente en el mostrador, toque mi mano que antes había sido envuelta en la calidez de mi compañero de mesa hace unos instantes. estaba fría. Ahí también se había la calidez y eso me daba una sensación de añoranza, era extraño pero real, recordando nuevamente nuestro último tema sonreí de forma sutil, gire sobre mis talones y camine a la mesa donde estuvo sentado quien me hizo compañía. WonWoo pasaba el trapo sobre esta y levanto la taza de la que había bebido -yo la llevo- hable tomando el objeto entre mis manos recibiendo un asentimiento de mi amigo, camine al fregadero y viendo el contenido de la taza, aún quedaba un poco de café, sin pensarlo lleve el traste a mis labios y bebí lo que quedaba. Sentí calor recorrer mi garganta y dejando el utensilio en el fregadero junté mis manos sintiendo cierta tibieza. Volví a sonreír y pronuncié lo que quise decirle al chico que me pedía pastel -acepto la apuesta SeungCheol-

 

Destiny is a bet” decía aquel papel

Notas finales:

espero les haya gustado :D y tambien espero volver a publicar mas de este grupo :3 nos leemo~~

 

bye-bee~~~


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