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Preview: Amandonos en el mar por Ghost princess Perona

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Notas del fanfic:

Naruto no es mío

Notas del capitulo:

Espero que les guste

Naruto no es mío

“Es una exquisita pintura”

“Sí que lo es, ¿no?” el pelinegro se sobresaltó al oír la voz que habló desde atrás de él. Volteó y se encontró con alguien vestido con el mejor terno Armani que el dinero podía comprar. “¿Te interesa? Es un retrato de la reina Mito Uzumaki, que se ganó el sobrenombre de la Loba.”

“Pareces estar muy enterado”

“Tengo que, estas pinturas son de mi familia” el joven abrió mucho los ojos, pero luego se serenó. Por supuesto, esto lo explicaba todo. De alguna manera un chico normal como él se había encontrado con un miembro de la realeza, un milagro tan grande como el que ellos hayan donado obras de su valiosísima colección para el nuevo museo que se inauguraría en uno de sus castillos. “No te sientas intimidado, estoy sólo”

“No lo estoy” declaró, tratando de parecer tranquilo. “¿Y bien?”

“¿Y bien qué?”

“¿Vas a contarme su historia?” preguntó interesado.

“Sí… pero no aquí” señaló una de las puertas. “Vamos al patio, ahí tendremos suficiente privacidad para hablar sin que nadie nos interrumpa o nos escuche” el chico asintió y salieron. El rubio invitado de honor al evento se sentó en uno de los bancos de mármol. Al poco tiempo se le unió su acompañante. “Se está mucho mejor aquí, ¿no?”

“¿Por qué no querías contarme la historia dentro?”

“No es algo de lo que nos guste hablar” miró al mar. “Este es el lugar”

“¿Qué lugar?”

“El acantilado desde donde Mito arrojó al mar los restos de su marido tras profanar su tumba” señaló el precipicio. “Ya era mayor, nadie sabe cómo lo hizo, sólo que… dijo que no quería ser enterrada a su lado” paró unos segundos. “¿Conoces a Madara Uchiha?”

“¿El pirata?”

“Corsario, estaba al servicio de su Majestad el Rey Hashirama… esposo de Mito” respiró hondo. “Según mi familia” tragó “Desde la primera vez que lo vio el rey le mostró preferencia. Rápidamente se volvió su corsario favorito, incluso ganó el privilegio de entrar a palacio siempre que quisiera. La reina no lo soportaba, pero el rey se negó a retirárselo y la corte comenzó a murmurar”

“¿Murmullos? ¿Incluso en esos tiempos eran tan chismosos?”

“Mucho” ambos rieron. “Decían que el rey tenía una aventura con el pirata. El rumor corrió como la pólvora entre los miembros de la corte, dañando su reputación. Sus concejeros le imploraron, pero se negó a retirarle los privilegios a su favorito… ¿y por qué lo haría? Le traía más riquezas que cualquier otro. Asaltaba tantos buques españoles que dejaba atrás a cualquier otro… y también robó el tesoro real de Lima. Todos en la corte terminaron reconociendo su valor.”

“Pero Madara Uchiha fue capturado”

“Más bien traicionado” corrigió el príncipe. “Alrededor de 1600 la reina desapareció durante unos días. Se dice que en ese tiempo se reunió con los concejeros de su marido y planeó la caída del pirata. Con su ayuda viajó a España, entregándole a su rey la ubicación de Uchiha, sus planes de ataque… todo. Cuando quiso atacar de nuevo toda la armada española estaba esperándolo. Presentó una gran batalla, pero su flota no fue suficiente. Lo capturaron y lo colgaron, dejando su cadáver colgando sobre el océano como advertencia para otros piratas. Se pudrió lentamente y cayó a pedazos al océano.”

“Es horrible”

“Lo es… pero no tanto como las habladurías” sonrió. “La reina volvió a desaparecer al ser él capturado. Muchos dicen que fue a verlo en sus últimos momentos, para decirle que había ganado, sin importarle en lo absoluto que fuera un hombre condenado.”

“No era una mujer muy popular, ¿verdad?”

“Lo que no la hizo popular fue lo que pasó después” siguió contando el rubio. “Su marido súbitamente enfermó y a ella no parecía importarle. En medio de su demencia, Hashirama llamaba una y otra vez a alguien que no era su esposa… aunque tampoco consta que fuera el pirata al que tanto favorecía. Murió a las tres semanas. Antes de hacerlo les hizo jurar a sus concejeros que arrojarían sus restos al mar”

“¿Y lo hicieron?”

“No, consideraban eso una falta de respeto y una blasfemia. Lo enterraron junto con todos los otros reyes en las catacumbas. Tuvieron que pasar mucho años antes de que su esposa se apiadara de él y le concediera su deseo.”

“Entonces ella quería hacerle un favor… al arrojarlo al mar” el pelinegro apretó sus manos sobre las rodillas. “Parece que después de todo sí era su amiga.”

“Quién sabe…” los dos se levantaron. El chico estaba a punto de irse cuando una mano tomó una de las suyas. “Me he percatado de que te he contado uno de los secretos mejor guardados de la realeza y aún no sé quién eres.”

“Qué idiota, deberías presentarte tú primero”

“Claro, ¿Dónde están mis modales?” se inclinó un poco como todo buen caballero. “Soy el príncipe Naruto Uzumaki, a tu servicio. Supongo que por el nombre podrás deducir todo lo demás”

“Sí” asintió el otro, reconociéndolo de los reportajes de la tele. El joven tenía fama de ser un aficionado de los deportes, la cacería y planear fiestas de caridad para recaudar fondos para muchas organizaciones benéficas. “Sasuke Uchiha”

“Uchiha… ¿no me digas que eres…?”

“Sí, soy un descendiente directo de Madara Uchiha” concedió el pelinegro. “Me… me interesaba de sobremanera esta exposición porque en el folleto decía que habían cosas de mi antepasado, pero hasta ahora no he encontrado nada que lo mencione” apretó algo en su cuello “Ni siquiera una sola”

“No me sorprende, la corona no quiere que la liguen con criminales” suspiró el príncipe. “¿Y si te muestro algo que sí lo mencione? ¿Entonces te quedarías conmigo un poco más?”

“Si me muestras algo que valga la pena, sí lo haré” Naruto le hizo un gesto con la mano, internándose en el castillo. Tras avanzar por un laberinto de pasadizos y corredores llegaron a una habitación cerrada con llave. El rubio sacó una, metiéndola en la cerradura y abriendo. Al entrar Sasuke vio al otro lado de la cama un cuadro de una persona frente al mar. Era…

“Madara Uchiha en toda su gloria” señaló el antiguo cuadro. “El rey la comisionó a uno de sus pintores de confianza, algo que le recordara a su eterno favorito. Incluso cuando dormía…” señaló. “Lo ponía en frente de su cama y se quedaba mirándola para dormirse.”

“¿Por qué Mito no la destruyó?”

“Antes de morir el rey le ordenó a uno de sus hombres que la escondiera donde ella no pudiera encontrarla. Recientemente la hemos redescubierto y… bueno, ahí terminó. Consideramos correcto devolverla a donde pertenecía.”

“Sí”

“Oh… y además… este cuarto es muy discreto” lo cogió de los hombros, volteándolo para verlo. “Aquí se pueden hacer toda clase de cosas y nadie se entera de nada… dattebayo”

“Ahhh” el Uchiha no parecía intimidado en lo absoluto. “¿Qué es lo que planeabas hacerme cuando me trajiste aquí, dobe?”

“¿Dobe? ¿Esa es manera de hablarle a un príncipe, teme?”

“No sé, ¿de esa manera hablan los príncipes, usuratonkachi?”

“Te estás pasando, tendré que castigarte” cayó en la vieja cama que se encontraba en el cuarto. “¿Sabes que esta es la original?” señaló el rubio, poniéndose encima. “Hashirama solía pasarse las noches aquí, incluso abandonaba las fiestas para venir, lo que indicaba… que escondía algo” susurró en su oído. Sasuke abrió los ojos. “¿Lo entiendes? Esta es la misma cama donde posiblemente tu antepasado perdió su virginidad.”

“Dudo que haya sido virgen cuando conoció al rey” el pelinegro trató de quitárselo de encima, pero no pudo. Naruto comenzó a hurgar en su cuello, dando lamidas y besando la piel blanca expuesta. Una de sus manos se deslizó por sus caderas y llegó a su intimidad, masajeándola. “¿Qué haces? ¡Suéltame!”

“¿Para qué? Me estoy divirtiendo” abrió el botón de su jean y bajó la cremallera para luego acariciar su miembro por encima de la ropa interior. El otro intentó contener sus gemidos, fulminando con la mirada al rubio. “Normalmente no soy de las personas que se acuestan con alguien nada más conocerlo, pero voy a hacer una excepción contigo, estás más bueno que el agua.”

“Yo tampoco soy de esas personas, así que deberíamos olvidarlo”

“Creo que no” metió su mano dentro de la ropa interior, frotando con más fuerza el miembro. El Uchiha cerró los ojos con fuerza, no podía… uggggg, ¡pero se sentía tan bien! No, tenía que mantenerse firme. Ese idiota no iba a lograr que… no… “Qué bonito te ves sonrojado”

“Ca… cállate… ahhh” mordió su labio. Tenía una muy dolorosa y necesitada de atención erección, a la que sólo complacía la mano de ese idiota. “Su… suelta… suelta… me… no me… ahhh… ahh” apretó los labios aún más fuerte. “Déj… déjame… de una vez… usuratonkachi… dobe”

“¿Me llamas así a pesar de que estoy encima de ti? Sólo por eso voy a hacer que te vengas” aceleró sus caricias, haciéndole llegar al punto donde estalló, viendo todo blanco. Una sustancia blanca manchó la mano de Naruto y la ropa interior, que aún seguía en su lugar. “Lindo”

“Ahhhh” mientras Sasuke bajaba de su orgasmo, el príncipe aprovechó la oportunidad para desnudarlo completamente. Cuando abrió la camisa se topó con la sorpresa de que el pelinegro estaba usando un collar de oro con un dije de abanico.

“¿Qué es esto?” preguntó, cogiéndolo.

“Es… el símbolo de la familia de Uchiha… Madara usaba un abanico de guerra para pelear como corsario” dijo el pelinegro resoplando, ya mucho mejor. “El rey se lo regaló como un símbolo de lo que sea que tuvieran. Antes de morir se lo dejó a su hijo mayor.”

“Parece que ya sabía qué se avecinaba”

“Desde hace mucho tiempo lo sabía” volvió a sentir la lengua del otro acariciar la piel de su cuello, dejando más marcas rojas que acompañaran a las demás. El Uchiha volvió a gemir, sintiendo cosquillas en el estómago. Entonces recordó cómo había llegado ahí. “¡Suéltame, imbécil! ¡Déjame ir!”

“Vaya, y a mí que ya me habías parecido tierno” Sasuke intentó zafarse, pero el otro se deslizó hasta sus tetillas, donde empezó a pellizcar una y a lamer la otra, provocando más jadeos y gemidos que el pelinegro se esforzaba por mantener encerrados. “Será mejor que ya te vayas haciendo a la idea de que esto va a pasar, ttebayo”

“Sobre mi cadáver”

“Preferiría tu trasero” cambió de tetilla, la que estaba succionando hasta hace poco ya estaba roja y erecta. Su próximo amante estaba intentando todavía serle indiferente, pero una mano en su ya endurecido miembro le hizo perder el poco control que tenía sobre su cuerpo. Dos dedos aparecieron frente a sus ojos. “Chupa”

“No…”

“¿En serio? ¿Quieres que te tome así no más?”

“Prefiero que no lo hagas, usuratonkachi” le dijo desafiante. El rubio levantó una ceja, estaba demasiado excitado como para no ir hasta el final. Se metió los dedos en la boca, chupándolos mientras apoyaba el peso de su cuerpo sobre el otro para impedir que se escapara. Terminó y los llevó a la entrada del pelinegro, metiendo uno como prueba.

“Ugggg, sácalo” pidió Sasuke, sintiendo la dolorosa entrada del dedo en él. Este comenzó a rebuscar en su interior, buscando algo. “Sácalo”

“Estás muy apretado” comenzó el príncipe, que tenía problemas para mover el dedo en círculos. “¿Acaso eres virgen?”

“Sí…”

“¿En serio? ¿A tu edad? ¿Eres virgen?” el Uchiha le lanzó una mirada envenenada. “¿Seré tu primero? Eso me calienta aún más, nunca he desvirgado a nadie.”

“Quítate”

“Me parece que no. Voy a follar ese culo virgen tuyo hasta que veas estrellas...” se acercó aun más, metiendo el segundo dedo. “En la misma cama donde mi antepasado se cogió al tuyo como una zorra.”

“Cálla… ¡ahhhhh!” tan pronto como el otro tocó un sitio dentro de él, un corrientaso de placer corrió por su espina dorsal. No pudo contenerse más, soltando sus gemidos. Naruto se dio cuenta de esto y comenzó a impactar la misma zona con sus dedos. El pelinegro enterró sus dedos como garfios en la suave tela de la sábana, tratando de controlar el placer que el otro le brindaba. Finalmente el rubio sacó sus dedos, observando los llorosos ojos del joven. “Ah… ahhh… nooo”

“Shhhh, será bueno, lo vas a disfrutar” Naruto cogió su miembro y lo puso en la cavidad preparada del Uchiha. “¿Listo?”

“Qué… ¡auch!” el grueso miembro comenzó a entrar en él, estirando aún más el virgen canal del joven. El otro se siguió metiendo, disfrutando de cómo el pasaje inexplorado se abría para él. Era tan delicioso… tan placentero… lo apretaba tanto. “Sácalo…”

“Estás… tan estrecho… delicioso” terminó de entrar, quedándose quieto por un rato. El rubio resopló en el cuello del pelinegro, disfrutando de unos momentos en el cielo. Después se levantó sobre los codos y comenzó a empujarse adentro y afuera, causándole mucho dolor. Entonces tocó ese mismo sitio que sus dedos habían palpado antes, haciendo que el otro se levantara de la cama, gimiendo y moviendo sus caderas. “Así, bebé… gime para mí”

“Ahhhhh… ahhhh… hummmmm…” Sasuke no podía evitarlo. Cada vez que pensaba que estaba retomando el control y podría quitárselo de encima, el rubio tocaba otra vez su próstata y lo mandaba al espacio, haciéndole tocar las estrellas.

“Sí… sí…” siguieron así un rato, gimiendo y jadeando hasta que ambos estuvieron a punto de estallar. En algún momento el Uchiha había puesto sus manos alrededor de su cuello, moviendo las caderas para acompasar sus empujes. Apretó fuertemente sus brazos, gimiendo altamente y derramándose en sus vientres. Naruto fue el siguiente, bañando el interior de su amante con su semen. “Ahhh… sí… no estuvo mal” se retiró suavemente, mientras el otro prácticamente se desmayaba en la cama. “Eres el mejor polvo que he tenido”

“Maldito…”

“Ehhh, tranquilo, que a ti también te ha gustado” lo cubrió con la sábana, sonriéndole. “Quizás deberíamos volver a hacerlo. Es una buena idea, programaré mi número en tu teléfono. Oh, y si cuando te despiertes el autobús se ha ido, sólo llámame ttebayo. Te llevaré a casa”

“Pre… prefiero…” pero ya estaba cayendo en la inconsciencia.

-Más tarde-

“Adiós, cariño, espero que nos veamos pronto ttebayo” Sasuke gruñó y con toda la dignidad que le quedaba comenzó a caminar por el porche de su casa, con una pronunciada cojera. Normalmente hubiera mandado al diablo a ese rubio presuntuoso, pero cada vez que daba un paso sentía tanto dolor que no podía andar hasta su casa, como deseaba.

“Buenas noches, otouto, ¿Cómo estuvo…?” Itachi eligió el peor momento para salir de la cocina. Tenía encima ese estúpido delantal amarillo que su madre usaba cuando estaba viva. “¿Qué te pasó?”

“No quiero hablar sobre eso” tiró la puerta de su cuarto, haciendo que su hermano suspirara. Fue a la cocina para traer una bandeja. Usualmente no tocaría la puerta de su hermano adolescente cuando este estaba encerrado, sobre todo porque era una especie de sustituto de padre… demonios, tan joven y un padre soltero, qué depresión.

“¿Vas a querer tu cena? Hay sopa de tomates hoy”

“Entra” la comadreja lo hizo, poniendo la bandeja en su mesa de noche. “¿Quieres contarme lo que ha pasado?”

“NO” dijo firmemente. ¿Confesarle a tu hermano mayor, que era una especie de padre sustituto para él, que habías tenido sexo desprotegido con un completo extraño que para colmo era de la familia real? ¿Qué había perdido tu virginidad con un príncipe que también le había dejado su número y asegurado que estaba sexualmente disponible para él?

“¿Vas a contármelo alguna vez?” siguió presionando Itachi.

“No” comenzó a comer su sopa. “No insistas”

“Okay…” levantó las manos el mayor, aún más preocupado. “Si fuera algo malo me lo contarías, ¿verdad?”

“Define malo” de repente comprendió lo que acababa de decir. “Olvídalo”

“¿Eh?” la comadreja estaba sin habla. “Es… espera… ¿Qué pasó? ¿Por qué tengo que olvidarlo? ¿Sasuke? ¿otouto?” la puerta se cerró en su cara. “¡Sasuke, abre la puerta! ¡Sasuke!”

Notas finales:

Un poquitito de lemon más tradicional para endulzar nuestro fin de semana. Y... ¿qué habrá pasado con Hashi y Mada en el pasado? ¡Espero que les guste! ¡Review!


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