Un día cualquiera, de esos días que piensas que son normales, no sabes que el destino cambia y Danny Rand esta camino al Sanctum Sanctorum; la mansión de Stephen Strange sin saber que su línea de tiempo seria reescrita. Solo él Hechicero Supremo puede ayudarlo a volver a K`un Lun, lleva su mochila todas sus cosas pues viene de la academia se Shield y no quería usar los medios normales para llegar a los Himalaya. Se sonríe y toca la puerta, espera a que el doctor este en casa.
Strange mientas tanto esta frente a los grandes ventanales que dan a la entrada, vio llegar a Iron Fist, -me pregunto que atormenta su mente si es que viene a pedir mi consejo…- decía para sí mismo. Danny intenta nuevamente y toca la puerta, -tal vez no está en casa-, así que decidió dar la vuelta; las puertas de la mansión se abrieron ante la sorpresa del rubio, y escucho en mu mente la vos de Strange invitándolo a pasar. Danny suspira aliviado al verse abrir las puertas y entra a la mansión.
Strange lo estaba esperando en su despacho, al verlo entrar le dijo –dime Daniel, que aflige tu espíritu…-, - Doctor… yo…. Necesito volver a K’un lun…- le dijo seriamente. –Pero dime, porque quieres volver, todavía no vence el plazo para que seas el rey ahí- le decía algo confuso; Danny lo miro, -necesito meditar un poco…estoy algo perdido, pero en la casa de Peter no se puede, siempre hay bullicio-. –mira, no te precipites, mejor quédate los días que necesites en mi casa, cámbiate de ropa por una para entrenar y vamos a meditar juntos en el jardín. Mi casa es tu casa, puedes quedarte en la habitación de huéspedes-, le decía mientras lo invitaba a salir del despacho e ir a ver la habitación que le ofrecía, hasta que llegaron a esta.
-Muchas gracias, en verdad necesito un lugar donde meditar- le sonrió Danny al doctor; -por cierto, ten cuidado cuando salgas, a las escaleras de vez en cuando les gusta moverse, quien sabe donde puedas terminar- le decía Strange, -muchas gracias por lo que me ofrece Doctor-, -vas a ver que en mi casa encontraras esa tranquilidad que buscas-, -Yo le puedo hacer la comida si me lo permite, por dejarme quedar aquí; me voy a dar un baño y creo que dormiré un poco, eso le molesta?-, -claro que no, anda, si no te duermes te espero en el jardín-, le decía mientras se retiraba.
Danny entro en la habitación, dejo sus pocas cosas en la cama, se comienzo a quitar la ropa para ir al a darse una ducha. Strange está en el jardín, salió a tomar un poco de aire. El rubio no pudo conciliar el sueño, así que recordó las palabras de ver al doctor en el jardín. Danny llega al lugar con un atuendo llamativo para entrenar –estoy listo doctor, quiero entrenar la mente-.
Strange lo mira entre asombrado y confundido -Danny, esa es tu ropa de entrenamiento?- , -es ropa cómoda simple, para relajarme y entrenar- le decía Danny sonriendo. -De acuerdo, si estás listo, yo también-, Strange chasqueo los dedos y cambio su ropa por unos pantalones blancos para entrenar, sin camisa, dejando ver sus pecho y en este estaba colgado el ojo de Agamoto.
-No me voy a contener Doctor- le advirtió algo rojo, pues nunca había visto al doctor así, suspira hondo y se pone en posición de ataque, -a ver niño, demuéstrame porque te dieron esos poderes, pues no hay mejor manera que relajarse que con un combate- le advertía Strange, pues no se iba a dejar ganar por un adolescente.
Danny hace una reverencia en señal de respeto al Doctor, -está listo- le advierte, Strange contesta la reverencia –claro- y así comenzó el combate. –No creas que por ser tú va a ser fácil, aquí en este jardín los poderes no sirven; es una expansión de una dimensión, así que están solo tú y tus puños- le decía Strange, hasta que Danny después de un par de golpes certeros termina derribando al doctor de un golpe fuerte y rápido; -bien hecho… pero no lo suficiente- este uso el agarre de Danny en su contra cambiando la posición, ahora él tenía el control.
-Te gustaría aprender cosas nuevas…- le susurraba Strange al oído, -si…- respondía agitadamente por la cercanía del doctor, -me encantaría aprender de usted-, pues es bien sabido que al igual que él, Strange había pasado por un entrenamiento muy exigente para ser el Hechicero Supremo. –Te voy a dar un entrenamiento especial para que te relajes y aclares tu mente-, ahora el susurro tenía otro tono que no supo interpretar, pero que lo hizo sentir más tranquilo –está bien, hare lo que usted me pida- le respondía suavemente el rubio.
Strange lo soltó suavemente del agarre y antes de liberarlo por completo de la llave de lucha, aspiro el aroma del cuello del rubio, -sabes, tendrás un experiencia muy placentera conmigo-, Danny lo miraba un poco confuso –placentera…- pensó que podría pasar, el rubio notaba que el Doctor era muy atractivo ahora que lo admiraba más de cerca, tanto que se puso algo rojo. –Claro…- le dijo y Strange comenzó a bajar poco a poco una de sus manos por el pecho del rubio, -Te voy a enseñar otras sensaciones que van a relajar tu espíritu…-
Danny abrió los ojos sorprendió ante la sensación de una mano ajena sobre su cuerpo y la otra sujetando sus muñecas, -a…amm- fue el único sonido que produjo su cuerpo, pues sus labios y su cuerpo comenzaron a templar; mientras tanto Strange con su mano derecha sujetaba las muñecas de Danny y la otra seguía recorriendo el cuerpo del rubio. –Sabes, tienes unos hermosos ojos…-, ese comentario le sirvió para desviar la atención de Danny y atacar sus suave labios; eso era algo nuevo, nadie jamás lo había tocado así, pero lo que más hizo temblar su cuerpo fue ese beso, el cual respondió con torpeza.
Strange notaba que el rubio respondía torpemente, se separó para ver ese rostro, -y dime, ya estas más relajado…-, Danny le respondió sonrojado –si… lo… lo… estoy- y lo miro fijamente a los ojos; el doctor que lo miraba a los ojos interpreto ese comentario como un “continuemos”, así que ahora atacaba el níveo cuello y torso del rubio –tienes una piel muy suave-. No pudo evitar gemir al sentir aquello, -Doctor, que hacemos…?-, -tu solo déjate llevar por las sensaciones- le susurró al oído y le soltó las manos, Danny en su inexperiencia y vergüenza solo pudo alcanzar a decir –puedo… a… acariciarte-, Strange estaba entretenido en dejar besos en el abdomen de Danny, -claro, déjate llevar por lo que pide tu espíritu-. El rubio al oír aquellas palabras, no pudo evitarlo y aun con sus mejillas rojas jalo al doctor para besarlo, sorprendido por la acción del chico, le responde demandantemente hasta que les falta el aliento.
El doctor lleva cuidadosamente una de sus hasta sus pantalones, notando que el rubio estaba comenzando a excitarse, -veo que te está gustando mucho y esto aquí lo demuestra-; este estaba respirando agitadamente tratando de recuperar el aire por el beso. –Me estoy excitando mucho… na… nadie me había tocado así en mi vida…- desvió la mirada y continuo - usted… me gusta-, Strange no creía las palabras que escuchaba, -a mí me atraes también, eres muy hermoso…-, en ese momento reacciono, -es tu primera vez… si es así, hagamos que sea memorable-. Danny lo mira y se detiene en seco –que… mi primera vez…- este se alejó un poco de su contacto sorprendido y algo asustado, aunque su erección le dolía.
-Es tu primera vez teniendo sexo… y con un hombre- le decía mirándolo a los ojos, ante esa mirada no dice nada, algo dentro de él dice que no debe responderle que sí, porque va a decepcionar al Doctor y es que no ha tenido nada que ver con nadie; ante estos pensamientos, Danny tomo el valor y la mano de Strange y sonríe tímidamente –quiero… quiero hacerlo…-, -entonces deja que libere tu espíritu al máximo…-; Strange con delicadeza despojo al menor de su ropa, lo vio expuesto y sonrojado, este al verse desnudo trato de taparse pero el Doctor lo detuvo, entonces dejo que lo viera expuesto –soy muy delgado-, -para mi eres perfecto- le decía a los ojos Strange, y frente al apenado rubio, este se despoja de su pantalón quedando expuesto ante él. –Ahora estamos en las mismas condiciones…-
A Danny se le suben todos los colores al rostro al ver a aquel hombre desnudo frente a él, –Usted es muy grande…- dijo sin pensar en las palabras que había pronunciado y rápidamente se corrigió –guapo, quise decir guapo-, le decía muy apenado; ante los comentarios, Strange se rio, -me gusta ver cómo te pones todo rojo…-. El rubio puso sus manos en sus mejillas –lo… lo siento, estoy muy nervioso-. Una de las manos de Strange baja hacia la entrepierna de Danny y comienza a besar esos delicados muslos y hacer despertar más el miembro del rubio; -sé que es tu primera vez porque no me lo negaste, así que haremos las cosas con calma-; este afirma ante las palabras del mayor mirando lo que hace. –No me trate como a una chica…- le suplicaba, este tenía el corazón acelerado, y sus manos se movían sin su control acariciando al doctor con necesidad.
-Una chica no se compara contigo; no te compares con una, tu naciste para ser rey y tener el poder de los dioses en tus puños, para mi eres sublime y delicado…- le decía Strange, una de sus manos descendió hasta la parte más baja de su cuerpo, mientras lo besaba demandantemente, esa mano comenzó a explorar ese lugar. Danny comenzó a jadear y gemir de manera lenta y necesitada, -S… Strange- pronuncio en un susurro, los delgados y largos dedos del Doctor se perdían de manera lenta en la entrada del rubio, lo escuchaba gemir, y eso le encantaba y más cuando escucho su nombre provenir de esos suaves labios. –Danny… te gusta que este tocando este lugar…- le dio con voz lasciva, -ah… si me gusta…- y este movió sus caderas en busca de más contacto –me… me gusta mucho…
Ya se había acostumbrado a sus dedos, así que los saco, y Strange se colocó entre esas delgadas y blancas piernas, acerco mas su cuerpo en un abrazo demandante, mientras le dejaba unas marcas en el cuello; comenzó a entrar lentamente en el rubio, -me encanta verte así… eres hermoso…- ; un gemido fuerte emite Danny al sentirlo entrar y lo mira sonrojado, esas marcas en su cuello lo excitan más, -Do… doctor… du…duele…- ; -lo siento… no se si no te prepare bien o que soy más grande de lo que pensé…-, -e… es… muy grande a… amor…-, Danny se puso más rojo de lo que estaba al darse de cuenta de las palabras que había pronunciado, mientras que Strange abrió los ojos llenos de sorpresa para besarlo suavemente.
-Amor… no sé cómo se llame un sentimiento que sea superior a esa palabra, porque no tiene nombre aun, pero si por ahora tengo que decirle amor, te amo y me gustas mucho…- decía el Doctor mientras comenzaba a moverse un poco más rápido dentro del rubio, este se aferra con las uñas a la espalda del mayor, -me… amas?-, une sus movimientos al compás de los del Doctor; -tu… tu si me gustas y mucho - le confesaba el rubio. El dolor en su espalda le gustaba, además de ser el primero en la vida de Danny es para el algo privilegiado; -te amo, quédate conmigo…-. Sus movimientos tomaron más velocidad y se escuchaba el sonido de sus cuerpos, Danny ya no tenía dolor, ahora es solo placer.
El clímax está por llegar, Strange con una de sus manos toma el miembro del rubio para masturbarlo y que lleguen juntos a esa liberación espiritual –quédate conmigo porque nuestros espíritus solo se pueden liberar juntos, sentirse plenos…- le susurró al oído suavemente a Danny, algo dentro de él le dice que es hora de que su placer explote, rasguña los brazos del Doctor y pronto se mueve más y más rápido tanto que muerde el hombre de su amor –a… ahhhhh!!!-. Strange derrama su espíritu dentro de Danny, contemplando el rostro agitado del rubio, le quita unos mechones de cabello para verle el rostro y plantarle un lento beso, - se mi amor, se la razón por la cual mi espíritu vibre…-. El rubio lo mira agitado y lo vuelve a besar –eres quien ha probado mi cuerpo, el único y el primero, seré tuyo hasta que mi espíritu se apague y mi cuerpo se haga polvo-, los brazos del Doctor abrazan a Danny como si no hubiera un mañana –soy tuyo y tú eres mío… aquí y en los nueve mundos-; -solo tuyo- le dice con una sonrisa el rubio mientras le acaricia las mejillas. Danny rand está profundamente enamorado.