La Luna se veía radiante esa noche, tan blanca y palida, rodeada de delicadas nubes y puesta en un cielo de color violeta.
Aquel chico estaba hipnotizado por la belleza de aquel satélite, sentía que le hablaba, que era el momento, la profecía se cumpliría, pero el no sabía de que hablaba. El canto de los pájaros despierta al chico, comprobando que todo aquel suceso era nada mas que un sueño. Aquel chico era Jade, de tez semi-blanca, cabello castaño y unos caraterísticos ojos verdes, de ahí provenía su nombre... y su pasado también.
Se alejó de sus ideas y de aquel sueño, se sentó en el borde de la cama para ver la hermosa vista de su ventana y estirar su cuerpo para un nuevo día de vacaciones, aunque no le quedaban muchos, en ese momento escucha pisadas aceleradas que suben desde las escaleras y se detienen en la puerta de su habitación. La puerta se abre dejando ver una chica pálida, de cabellos negros hasta la cintura con puntas rizadas, pechos de buen tamaño, cejas pobladas y unos destellantes ojos grises.
-¡Blake!, que sorpresa verte tan temprano- dicho esto por el chico, gira su mirada al reloj de su mesita de noche confirmando que apenas eran las 6:00 AM.
- Eso no importa querido, mira lo que tengo- dicho lo ultimo esbozando una sonrisa mientras levantaba sus manos y las sacudía lentamente mostrando lo que parecía; dos sobres de cartas.
- ¡¿ ya llegaron?!- aquella sorpresa hizo que el castaño se despertara por completo- vamos a abrirla.
- oye, calmate, sé que estas nervioso y emocionado al igual que yo- decía esto mientras se acercaba y se sentaba al lado del chico- pero antes deberías de cepillarte los dientes, apesta-
Tan rápido como suena un trueno, Jade salió corriendo al baño de su habitación para asearse mientras aquella chica se levantaba y empezaba a curiosear por la habitación del castaño; había posters de Lana Del Rey, de astronomía, libros, mangas, pero la chica se detiene en un marco que contenía el dibujo de un dragón al parecer hecho por un niño de primaria. En una esquina había un mensaje el cual decía: "feliz cumpleaños, te amo mucho. ATT: Blake". La menlancolía y los recuerdos bombardeaban a la ojigris, Blake y Jade eran mejores amigos desde jardín de niños; ella había recordado que le había hecho ese dibujo a su amigo el día de su séptimo cumpleaños.
Jade sale del baño listo para recibir la carta, la pelinegra se sorprende y voltea para mirar a su amigo con una amigable sonrisa.
- no puedo creer que todavía tengas esto- decía mientras sotenía el marco con sus manos.
- es un hermoso regalo, claro que tengo que hacerlo-
- a veces, te pasas de tierno... muy bien a lo que ibamos- lo ultimo lo soltó con voz seria- aquí tienes.
- gracias- dicho esto observo el sobre el cual tenia el broche de cera en color azul la figura de un sol con un ojo- Dios, no puedo creerlo-
- aunque no entiendo el porqué no envian la carta por e-mail o vía telefónica- decía mientras tambien abría la suya.
- tal vez quieren mantener ese espíritu medieval- el chico saca la carta y empieza a leerla rapidamente hasta conseguir aquella frase: " ha sido admitido ".
La euforía empezó a circular por el cuerpo del chico, los saltitos de alegría mientras reía lo hacía parecer un niño con juguete nuevo.Por otro lado, Blake se hallaba con la mandíbula casí en el piso, a ver, que también la aceptaron pero la pelinegra no podía creerselo.
- ¡IREMOS A SONNENKONIG, IREMOS A SONNENKONIG!- jade empezaba a levantar su voz mientras una especie de luz plata emanaba de su cuerpo.
- Jade controla tu energía, el aura es visible- decia Blake con un goterón en la sien.
- ¿ sucede algo?, hay mucho escándalo- de repente hace aparición en la puerta de la habitación una hermosa mujer de mediana edad, de un curioso cabello blanco lacio hasta los glúteos y ojos verdes como los de Jade.
- ¡mamá!, Blake y yo fuimos acptados para entrar en la academia de magia Sonnenkonig-
- wow, impresionante, felicidades a los dos, eso quiere decir que abandonaran el colegio convencional para convertirse en magos-
- exactamente- esta vez habló Blake.
- bueno , ¿ les parece si celebramos esto con un buen desayuno?-
- siiii, tengo mucha hambre- el comportamiento infantil de Jade se hacía notar mas, lo cúal hacia reir a su madre.
- Blake mi vida,¿ has comido ya?- agrega la madre de Jade.
- no Selene pero me gustaría comer aquí- Blake tuiteaba a Selene debido a que ella odiaba el sustantivo de señora.
- muy bien vengan conmigo-
Los chicos siguieron a Selene hasta la cocina, mientras ellos se sentaban en el comedor a charlar, la madre de Jade preparaba distintos platillos, tostadas, huevos fritos, tocino, tortillas de huevo y queso, panqueques, café y jugo de naranja. Los chicos devoraban toda la comida mientras Selene los observaba con una sonrisa y tomando sorbos de café recién hecho.
- y chicos, ¿ que magia quieren aprender?-
- yo seré una bruja de sellos- respondió Blake mientras mordia una tostada.
- magía de invocación angelical- agregó Jade bebiendo de su jugo.
- tu abuela estaría orgullosa de ti, Jade- decía Selene con una voz un poco melancólica- incluso elegiste la rama de invocación al igual que ella.
- lo sé, estoy sguro que lo estaría- Jade fija su mirada al rincón de la sala y en un mueble con puertas de cristal estaba la Reliquia de su abuela Christine, era un collar con una cadena de rombos plateadas y un dije de un lapislazuli en forma de gota.
Selene le había contado a su hijo que su madre Christine era una bruja y que a su vez era una séptima hija, se decía que los séptimos hijos tenian habilidaes extrasensoriales desarrolladas, en el caso de Christine hablaba con los muertos, ella era una bruja respetable que cuidaba varios pueblos en Francia e Italia de malos espíritus y demás, Christine tuvo 7 hijos:Robin ,Amadeus ,Claire , Phoebe ,Mark ,Ziri y Selene, esta última siendo madre de Jade la convertía en la séptima hija de una séptima hija, desarrollò la telekinesis y su belleza no pasaba desapercibida por los hombres de aquellos lugares. Pero ella había nacido en luna llena y con pocos signos vitales, su madre sin perder la fé le pidió al mayor de los hermanos traerle una vela plateada e incienso, seguido de eso le rezó a la diosa lunar Selene para salvar a su hija, la niña siguió viva pero su cabello se tornó blanco aunque a pesar de eso la madre la llamó Selene por el milagro de la diosa.
Un dia unos cazadores de brujas encontaron la guarida de la bruja y asesinaron a ella y a todos sus hijos excepto Selene, los espíritus le habían contado esta tragedia a Christine mucho antes pero ella aceptó su destino y tambièn sabìa que si se oponìa aquellos pueblos que protegìa saldrìan lastimado , pero decidió salvar a Selene y como recuerdo le dió su Reliquia y mandó a su hija al contienente américano, Selene sola a los 17 años emprendió su viaje en la independecia donde conoció al padre de Jade, ella se alejó del contacto con la magia pero igual practicaba sus habilidades especiales.
Jade siempre quería conocer a su abuela desde el día en que su madre le contó esta historia.
- HIJO- alzó la voz Selene
- si mamá- dijo Jade volviendo al mundo.
- te estaba preguntando cuando lo iran buscando-
- oh, lo siento, según la carta el viaje es mañana-
- pues empaca tus cosas de una vez cuando termines de comer-
Una nueva aventura empieza, ¿que les deparará el destino a Jade y Blake?.