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The Secret por Jack Neptune

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Notas del capitulo:

Hola chicos sè que dije que actualizaria cada semana, pero tenía este capítulo listo asi que decidí publicarlo.

Disfruten.

Los chicos terminaron su desayuno mientras seguían conversando, la madre de Jade se fue a lavar los platos, se detuvo en frente de aquel montículo de platos y cubiertos sucios. De repente por un pequeño instante una luz de color violeta apareció y cubrió el cuerpo de Selene para luego volver a desvanecerse, al parecer se concentraba, acto seguido su cabello empezó a elevarse y mechones empezaron a alargarse para luego ir al comedor y agarrar aquellos objetos sucios.

Su cabello se movía cual serpiente por toda la cocina y el área del comedor, mientras ella lavaba los platos, aquellos mechones les traía los demás sucios; otro grupo guardaba los platos y cubiertos limpios, otros limpiaban la cocina y el comedor, mientras que la última parte arreglaban la sala.

Los chicos observaban aquella mágica escena.

-Sabes, no importa las veces que lo vea jamás me canso de sorprenderme- soltó la chica.

- Esa es mi mami-

-Aunque tengo una duda-

-¿Cual?-

- Si tu mamá es telequinética, es decir, mueve objetos con la mente. ¿Por qué se mueve su cabello, en vez de los objetos en sí?-

- Acabas de responderte a ti misma, su cabello cuenta como objeto, esos mechones que vez serían  como dedos o manos y le resulta más fácil a la hora de agarrar varios objetos- empezó a explicar Jade con sumos de sabiduría- realmente la telequinesis permite distorsionar y manipular los objetos con la mente, pero como podrás ver mi mamá necesita mucha concentración, ella esta lavando los platos pero igual está tan concentrada que no puede escuchar nuestra conversación.

- Entiendo, así que puede mover objetos a la vez con la mente pero prefiere usar el cabello, el cual no gasta tanta energía pero necesita mucha concentración, haciendo que estos cobrasen vida propia- concluyo Blake mientras veía como un mechón barría con la escoba.

- Exactamente, pero igual puedo escucharlos hablar- esta vez habla Selene.

Tanto Jade como Blake se quedaron sorprendidos antes las palabras de la albina.

-Hijo, he estado practicando desde los 17, soy más fuerte de lo que aparento- voltea esta para mirar a los chicos con una sonrisa amigable.

El tiempo había pasado y la tarde había llegado, Blake se retiró a su casa y  Jade pasó el día en su habitación, estaba en su cama perdido en sus pensamientos que sin darse cuenta se había quedado dormido.

 

En un cielo rojo se encontraba la Luna pero esta vez en fase creciente, con pequeñas acumulaciones de nubes en color morado.

-Ten cuidado hijo, hallarás el amanecer en ojos los cuales te desean-

- ¿Qué quieres decir?-

- El amor es hermoso pero doloroso a la vez, no dejes que eso te ciegue-

- Por favor explica, no entiendo nada- decía el ojiverde con extrema confusión.

- Amar será tu ruina-

Jade quería respuesta, de hecho ni entendía el porqué soñaba con la Luna. En eso un sonido en la puerta lo despierta, el chico observa a su alrededor y era de noche, fijo su vista en el reloj y este marcaba las 8:17 PM. El sonido en la puerta vuelve a repetirse y el chico se percata que alguien toca su puerta.

-Adelante-

La puerta se abre dejando entrar la luz al cuarto oscuro para luego divisar la figura de un chico de unos 20 años de cabello castaño como el de Jade un poco largo atado de un moño atrás con un mechón en su lado frontal derecho,  de ojos oscuros y un curioso lunar debajo de su ojo izquierdo.

-¡Derek!-  el chico rápidamente se levanta y abraza al mayor.

-Hey pequeño, ¿cómo has estado?, tiempo sin vernos-

- que sorpresa tenerte aquí, ¿Qué no estabas en la universidad?-

-SÍ, pero mamá me llamó y me contó lo ocurrido, así que busqué un momento libre y vine lo más rápido que pude-

-Oh, ya veo-

-Serás el primer brujo de la familia, aparte de la abuela y nuestros tíos difuntos…. Y digamos que mamá también- decía lo último con algo de duda.

- Bueno eso espero, de verdad que me gusta que estés aquí- Jade expresaba su mejor sonrisa.

- Y a mí también, bueno vamos a bajar, tendremos una cena familiar, papá salió temprano del trabajo por tu noticia-

- ¡¿papá está aquí?!

-Jejeje si, así que vamos-

-Ok-

- Y una cosa, ¿podrías soltarme?-

- No- concluye Jade de manera infantil.

Los hermanos bajan al comedor abrazados mientras el padre, un hombre de mediana  edad un poco robusto, de cabello igual castaño, de ojos avellana, y con una cuidada barba, sentado en una de las sillas del comedor.

-Hijo, me enteré de tu beca de la academia de magia, me siento muy orgulloso de ti-

- Gracias papá-

- Bueno, la cena está servida, chicos siéntense por favor- dicho esto por la madre mientras se dirigía al comedor con su cabello extendido para traer los platos- hoy cenaremos Lasagna-

Aquellos mechones blancos depositaron el plato con un trozo de Lasagna a cada integrante de la familia, mientras que el sobrante de aquel alimento se posó en el medio del mesón. La familia disfrutaba de aquel encuentro, Jade sentía una cálida presión en su corazón al sentir esta escena. Su hermano hace 2 años se había ido a la universidad, su padre trabajaba hasta tarde y solo lo veía los fines de semana, la única era su madre pero de vez en cuando salía con unas amigas o compraba cosas para la casa.

-Hijo, quiero que sepas que estamos todos muy orgullosos de ti, sé que puedes lograrlo, lamentablemente no somos magos para darte consejos sobre este tema, pero somos familia y tienes todo el apoyo y nuestro amor- acotó el padre.

-Tu padre tiene razón, te amamos mucho y solo queremos que sigas tu sueño de ser mago, pues claro que me preocupa que seas brujo debido al extraño aumento de cazadores de brujas, pero si serlo te hace feliz pues también me hace feliz- dijo la madre a punto de llorar.

- Vamos déjense de sentimentalismo, mi hermanito estará bien, él es inteligente y sabe defenderse…aunque sea muy infantil- agregó lo último en un susurro el hermano mayor.

-¡Oye!, escuché eso- dijo Jade con puchero haciendo reír a los presentes.

-De verdad que tu llegada nos alegró la vida Jade, no sé qué sería de nosotros sin ti y la ayuda de esas ninfas- comentó la madre soltando una lágrima de su ojo derecho.

A lo que se refería la madre es que al estar embarazada de Jade, el caso del nacimiento de Selene se repitió, Jade no había nacido con pocos signos vítales, él ya había nacido muerto. Esto fue un balde de agua fría para aquellos padres y su hijo, Selene decidió enterrar el cuerpo del recién nacido en la colina de un bosque el cual ella conocía, al llegar al lugar, la colina contaba con un árbol un poco inclinado de unas hojas tan verdes como el jade. Enterraron el cadáver ahí para luego marcharse con dolor; tiempo después de marcharse, unos ojos de color ámbar se abren casi en la copa del árbol, luego una especie de cuerpo de madera empieza a moverse para luego bajar hasta el piso. Esta figura tenía una enorme cantidad de hojas en su cabeza, mientras iba caminando la madera se iba transformando en piel y las hojas en un hermoso cabello rubio, la figura resultaba ser una chica de tez pálida y desnuda, caminaba mientras posaba su mirada en aquel montículo de tierra donde yacía el cuerpo.

Su cabello tan amarillo como el sol le llegaba al suelo y dos mechones le cubrían los senos, flores pequeñas y de varios colores crecían en el mientras mariposas se posaban también; la chica se posó en frente del cadáver para luego desenterrarlo, tomarlo en sus brazos y llevarlo lejos.

Aquella chica llegó a una cascada de agua tan clara como el cristal donde un pequeño arco iris se formaba debido a la refracción de la luz; y el sonido del agua a caer daba un ambiente de tranquilidad, aquella chica entonó una hermosa melodía de notas altas, acto seguido de la caída de agua una cantidad empezó a levantarse para luego convertirse en un chica igual desnuda, de tez morena clara, ojos oscuros y cabello largo y negro que al final se convertía en agua y fluía de nuevo al río.

-Delaia, que bueno tenerte aquí- decía la chica morena con una sonrisa, su mirada se posó en el extraño cuerpo que la otra sostenía- ¿Qué es eso?

-Hola Loumille, tiempo sin verte, lo que tengo aquí es un cadáver humano… bueno algo así-

- sí, también lo siento, todavía su esencia está presente- aquella chica del agua cambió su mirada a una seria- sé a lo que quieres llegar, está bien… te voy a ayudar-

- Gracias, de verdad te lo agradezco- Delaia esbozaba una hermosa sonrisa.

- Pero será más efectivo si tenemos a una tercera-

- ¿Y quién sería?-

- Souseseki, llamémosla-  dicho esto Loumille y Delaia empezaron a armonizar unas notas altas y medias, después una especie de pez morado con una larga aleta de color azul subía por el río hasta llegar donde las chicas.

Aquel pez dio un salto para alargarse y distorsionarse hasta convertirse en otra chica un poco más pequeña que las anteriores, plana, de piel más blanca que Delaia con tonos azulados, cabellos castaños hasta la cintura, ojos rasgados de un color morado y unas extrañas aletas en su cuello y branquias en sus mejillas.

-Chicas, llegué lo más rápido que pude- dijo esto para posar su mirada en aquel bebe semi-muerto- muy bien hagámoslo-

Delaia entró en el rio para luego tocar el agua con su dedo índice creando un nenúfar un poco grande para colocar al cadáver, las chicas se tomaron de las manos mientras el niño se encontraba en el medio. Una hermosa canción tipo opera era entonado por aquellas extrañas mujeres;  aquella canción hizo que una luz de color plata se manifestara en el niño.

-Lo sabía- pensó Delaia- el niño es especial.

- muy bien chicas, ahora la siguiente parte- agregó Loumille

- Oh señor Hades, perdona a esta alma en pena, vuélvela a la vida como flor fresca; rogamos su misericordia, nuestra fe está en el aquí y en el ahora- recitaron este rezo en forma de canto.

Loumille arrojó un poco del agua en el niño y este empezó a recobrar color, de manera rápida empezó a llorar de manera fuerte y clara.

-¡lo hicimos!- decía Souseseki de manera muy alegre.

- Tenias razón Delaia- agregó Loumille de manera halagadora- y, ¿qué tienes pensado hacer con él?-

- Lo criaremos por 3 años, todavía está un poco débil y su esencia es muy fuerte, cualquier cazador de brujas podría encontrarlo y matarlo, después de ese tiempo se lo entregaremos a sus padres- agregó Delaia de forma decidida.

- me parece buena idea, creo que seremos buena en esto de criar niños, además contamos con la ayuda de otras ninfas, y también estamos protegidas por el hechizo del bosque- opinó Souseseki.

- Está bien, me apunto- concluyó Loumille.

Y así pasaron exactamente los 3 años, las ninfas cuidaron de Jade, jugaban con él , lo alimentaban, y le cantaban hermosas melodías antes de dormir, hasta que llego el día de entregárselo a sus padres. En una mañana las ninfas entraron a la fuerza en la casa Silverlight para luego entonar una melodía y hacer dormir a los 3 presentes, contaban con una enorme fuerza así que se los llevaron cargando hasta la cueva donde vivían, le dieron un beso en la frente a cada uno y entonaron otra melodía  para despertarlos, acto seguido los humanos quedaron aturdidos al no saber donde se encontraban.

Delaia le explicó todo lo sucedido con Jade, los cuales encendieron una luz de esperanza en la familia, pero nada estaba seguro. Acto seguido Loumille fue en busque de algo y al regresar llevaba a  un niño tomado de la mano; los Silverlight no lo podían creer aquel niño que creían muerto estaba sano y salvo. Fueron a por el niño, el cual este los reconoció inmediatamente.

-Papá, Mamá, Derek- dijo aquel chico en lagrimas.

Las ninfas y otras criaturas celebraron este encuentro con música, canto, baile y comida; aquel festejo terminó al atardecer y la familia estaba lista.

-Chicas, de verdad no sé como agradecerle- dijo Selene

- No se preocupe, estamos para servir…. Además se lo debemos a ella por salvarnos- dijo Delaia lo último en un susurro-

Delaia le dio un beso en la frente de despedida al niño y de repente sus ojos cambiaron a un verde profundo.

-Con esto podrás visitarnos- finalizó la ninfa rubia.

Cuando la familia estaba por irse…

-¡Oigan esperen!- exclamó Souseseki.

- Que pasa Souseseki- agregó Loumille

- El niño no tiene nombre, nunca se lo pusimos porque esperamos que ustedes lo hicieran- dicho esto causando sorpresa en su familia, era verdad, nunca le habían puesto un nombre.

Selene se pensó el nombre un rato hasta que su hijo la vio con esos ojos verdes.

-Jade, se llamará Jade…. Su color de ojos me acuerda al árbol donde lo enterré- dijo la albina.

- eso es un halago para mi, aquel árbol es mío… bonito nombre- finalizó delaia.

 

-Bueno hijo, termina tu cena- dijo Selene sacando a sus hijo de los recuerdos.

Notas finales:

Muchas gracias por las leidas, seran pocas pero significa algo para mi, dejen Rw por cualquier cosa.

Bye <3.


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