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Cosas que digo por 1827kratSN

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Notas del fanfic:

El premio para la ganadora del juego en "Problemas de clase". Espero que todos lo disfruten ^^

 

 

Un festejo puede hacerse de diferentes formas y utilizando diferentes opciones. Una cena, un paseo, comprar algo o simplemente no hacer nada más que descansar en casa. Cada persona lo interpreta de acuerdo a su perspectiva… excepto Vongola, ellos lo hacen de la forma tradicional, lo más típico y definido específicamente para exteriorizar la alegría que tenía el líder. El motivo en esa ocasión fue simple: la victoria en la batalla de los representantes; donde una maldición fue rota y alguien demostró su linaje exclusivo heredado por Giotto, primer Vongola

Excusas. Simples excusas.

La carta tenía el sello oficial de esa mafia poderosa, se adjuntaban los pasajes necesarios para que el sucesor y sus guardianes, así como cierto tutor espartano, viajaran a Italia nuevamente, pero esta vez con la única intensión de… “festejar”. Cierto castaño leía la carta que explicaba la situación mientras su rostro adquiría una mueca incómoda, porque estaba consciente de que la palabra “fiesta” en Vongola, siempre estaba ligada a “raros concursos”, o si lo ponía en palabras bonitas: problemas.

 

 

—Hay que hacer las maletas — pero claro, antes de que el castaño dijera siquiera un “¿puedo pensarlo?”, Reborn ya daba la orden en voz alta — apresúrate, dame-Tsuna

—Pe-pero…

—Avisa a los demás — el bebé ni siquiera se molestó en escuchar y su silueta desapareció por la ventana más cercana. Seguramente tendría cosas que resolver antes del viaje, así era el exarcobaleno del sol

—Yo quería descansar — Tsuna se quejaba en vano mientras posaba su mejilla en la mesa de su escritorio — No más enredos. Fue suficiente con esas batallas — hacía un berrinche en soledad porque si se atrevía a hacerlo en frente de su tutor, seguramente tendría un castigo ejemplar

 

 

Nadie tenía en cuenta su opinión en esos asuntos tan básicos, ya hasta estaba acostumbrándose a eso. Tuvo que empezar a escoger lo que se iba a poner en Italia, considerando que estaba llegando el otoño. Aunque, al final, y sin saber cómo, terminó simplemente llevando: tres trajes formales, cinco corbatas, diez camisas de colores pasteles, diez dulces de uva y solamente un pantalón jean y una polera. De eso se dio cuenta cuando, a medio camino, Lambo empezó a correr en el avión privado de los Vongola desordenando todo lo que encontraba a su paso y sí… sus “cosas” fueron reveladas. Ni siquiera tenía que preguntar quién sacó todo lo que él empacó y colocó esas cosas más “serias”. Si revisaba cuidadosamente las maletas abiertas y desordenadas, sus guardianes tenían el mismo lineamiento en cuanto a vestimenta… mejor dejaba eso de lado y detenía al travieso guardián del rayo antes del aterrizaje

Lo más raro que hicieron sus amigos al llegar era… no pelear. Tsuna se los agradecía porque él tenía que cargar a Lambo en brazos para que no se lastimara mientras bajaba de esa cosa enorme que tembló como el demonio encima del océano… pero el silencio tenía una razón y eso sólo hizo que la súper intuición del castaño saltara. Quería negarse a abrirse paso entre la barricada que sus guardianes armaron frente a él, pero al final escuchó un “kora” que lo advirtió. Los problemas estaban pactados desde ese mismo momento.

Peleas, discusiones, armas, explosiones y solamente dos limusinas. Tsuna ni siquiera supo cómo logró que, en su auto, Mukuro y Kyoya no se mataran, o que Lambo no hiciera que Verde sacara alguna cosa rara de entre sus mangas para experimentar con el pequeño. Aunque sí agradecía infinitamente que en el otro auto fuese Reborn y al menos mantuviera el orden en ese… ¡Error! A medio camino Tsuna escuchó dos disparos, insultos, una explosión y la verdad no quiso mirar, sólo sabía que él llegaría primero a la mansión Vongola. Al menos Nagi y Lal parecían llevarse bastante bien, y Fon hacía su vida más linda.

 

 

—Me alegra verte, Tsunayoshi

—Noveno — sonrió aliviado cuando al fin tocaba el suelo perteneciente a la mansión de tan agradable hombre — es decir… Timoteo-san — corrigió pues recordó el pedido del líder por ese denominativo

—Espero que te acostumbres a la mansión, después de todo, tú vivirás aquí en algún momento a futuro

—Bueno, yo… — pero antes de negarse escuchó el sonido metálico y suspiró profundamente, sabía que su paz no iba a durar mucho — disculpe, creo que debo…

—gyahaha, ¡Lambo explorará el castillo!

—Lambo espera — Tsuna ni siquiera tenía ganas de perseguirlo o elevar la voz. El cansancio del viaje, la tensión en el auto y cosas más, lo tenían sin energía

—Déjalo — el anciano rió suavemente — los demás se harán cargo de todo. Nosotros daremos un paseo por la mansión antes del festejo

—Estoy un poco perdido por el cambio de horario, ¿cuándo será la fiesta?

—Hoy en la noche, podrás descansar lo suficiente. No te preocupes — sonrisa cálida junto con una palmada en la espalda del décimo

—¿Puedo saber la hora exacta?

—Nueve de la mañana

 

 

Tenía alrededor de diez horas libres, ¿qué podría salir mal?...

Tal vez no debió preguntar.

 

 

Primera ruta…

 

 

Pelea entre compañeros de antaño significaba fortalecimiento de lazos.

¿Amigos? ¿Enemigos? ¿Compañeros? ¿Conocidos? Fuera lo que fueran, ellos estaban en una sola habitación donde se veían las caras directamente y los insultos o provocaciones eran el pan del día. Eso al menos hasta que fueron apartados de todos los demás y encaminados a una habitación subterránea en donde solamente los técnicos-inventores y en general, dementes, hacían gala de sus habilidades, creando aparatos que podrían ser la salvación o perdición de quien los usara

 

 

—¿En serio funcionará-kora? — Colonello junto con Reborn lideraban el grupo que seguía a ese muchacho

—Hay un 80% de posibilidad — sonreía Soichi con nerviosismo, porque sentía todas esas infantiles miradas en su espalda mientras guiaba a los antiguos arcobalenos

—Así que quieres usarnos como conejillos de indias — reclamó Reborn con seriedad y vio al pelirrojo tensarse

—El noveno quería darles un regalo — Soichi explicaba, elevando sus manos para defenderse del pequeño azabache que le apuntaba con un arma. Sabía que Reborn no tenían un carácter comprensivo, pero ¡por dios! ¡A veces ni siquiera esperaban una explicación! — y nosotros hemos trabajado duro en esta máquina… ¡Hemos hecho todo lo posible, Reborn-san!

—Calma, Reborn — Fon se mantenía en calma mientras seguía caminando por el pasillo — al menos tenemos una esperanza de volver a nuestra forma original. Hay que intentarlo

—Pues no confío mucho en estos dos — suspiraba Lal mientras seguía al otro

—Los ayudé un poco en mis tiempos libres — bostezaba Verde quien ignoraba como un rubio y un azabache acorralaban al pelirrojo contra la pared a punta de cañón — algo bien deben haber hecho, y si no, yo lo completaré en unos días

—¿Por qué no hiciste equipo con ellos desde un inicio? — Viper miraba a sus “conocidos” intentando recordar cómo demonios se veían de adultos, tal vez debería fijarse en otras cosas aparte del dinero. No, ni que fueran tan importantes — hubiese sido un ahorro de tiempo y dinero

—Tenía mis propios asuntos que atender

—Apoyo a que Skull sea el primero en entrar en el aparato-kora — retomaban su camino nuevamente. Ya amenazaron al chiquillo, seguramente pondría mayor empeño en su labor con ese incentivo

—¡Claro que no lo haré! No me presto a ser un… — se quejaba el usuario de la nube enfrentando a los demás bebés

—lo harás — un arma apuntando a la cabeza, una mirada dura y Reborn convencía a cualquiera

—¡sí senpai! — Skull era el reflejo del pánico en ese momento

 

 

Segunda ruta…

 

 

Tsuna aprendió dos importantes lecciones ese día y en tan sólo dos horas. Nunca, pero nunca, dejes que Lambo tome una taza de café destinada para Reborn, y mucho más importante que eso: jamás, nunca, definitivamente ni pienses en correr a los subterráneos buscando refugio de la furia de tu tutor, el mismo que nunca vio la travesura que podía ser limpiada simplemente pidiendo a una sirvienta otra taza. El castaño no se fijó en la ruta tomada y entró a las instalaciones donde Giannini lo tomó como sujeto de prueba de alguna cosa que mejoró

 

 

—No creo que esto sea seguro — su rostro azulado demostraba el miedo que tenía al ver sus manos y pies atados a una silla, como si fuera poco, los cientos de cables que brotaban de alguna cosa que fue puesta en su cabeza no ayudaban en nada. Claro, el que sólo estuviera iluminado por una lámpara y encerrado en un cuarto formado por vidrios blindados, tampoco era bueno para su corazón — Giannini

—Sawada-san, confíe en mí

—¿Y qué se supone que hacía esta cosa?

—Pues obviamente es… ¡oh! ya terminó de cargarse — sonreía al ver la alerta dada por un foquito en el tablero de mando — Tranquilo, Sawada-san. Sólo relájese y cuente hasta diez

—¡Pero dime qué hace esta cosa!

—Lo sabremos cuando termine de procesar la información y aplique la descarga

—¿de… descarga? — demasiado tarde. Tsuna vio unas luces encenderse originadas en un conjunto de baterías a sus pies y escuchó un sonido parecido al de un scanner, además de que sintió un leve tirón en sus cabellos — ¡Giannini! ¡Detén esto! — estuvo preso del pánico cuando vio un arco eléctrico formarse en la unión mal conectada de dos cables e intentó escapar, pero las correas de sus manos estaban bien sujetas. ¡¿Cómo diablos permitió eso?!

—La descarga será en cinco… cuatro… tres

—¡Detenlo!

—cero

—HIIIIEEE

 

 

Tal vez debería aprender a decir «no» y que esa otra persona entendiera que ese NO era NO.

 

 

Continuará…

 

 

 

Notas finales:

 

Esta historia corta es en respuesta de una de las dos ganadoras del juego propuesto en “Problemas de Clase”. Tiene cuatro capítulos cortitos para que no se aburran con un one shot demasiado largo XD

Espero que la trama les haya atraído, aunque se aun poquis ^^

Besitos~


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