Después de una media hora de viaje, por fin habían llegado al área de descanso de Taelpar.
Noctis estaciono el Regalia, y se bajó del auto junto a sus dos amigos mientras que Ignis seguía durmiendo;
- ¿Qué haremos con Ignis? - pregunto Prompto intentando despertar al mencionado
-Por ahora debemos registrarnos en el Hotel de paso, podremos dejarlo ahí mientras hablamos con el cazador en el Nido del Cuervo- exclamo Noctis mientras se estiraba
-Noct, - comenzó Gladio -ve a registrarnos al Hotel mientras Prompto y yo bajamos las cosas del auto
-de acuerdo- contesto el otro y se acercó a la amable señora que siempre los recibía en el mostrador.
Luego de un momento, Noctis volvió con una llave en sus manos;
-bien, aquí está la llave de la habitación… ¿Ignis no se ha despertado? - dijo el príncipe con curiosidad
-nop, - soltó Prompto – esta totalmente out
-ustedes metan las cosas en la habitación, yo me encargare de Ignis- dijo Gladio mientras abría la puerta del auto y con sumo cuidado levantaba a Ignis y lo pegaba contra su pecho
“demonios… ¿Por qué debe verse tan adorable?” pensó mientras que subía las escaleras a la habitación que les correspondía.
Cuando llegaron, dejo al chico en una de las camas y se dispuso a organizar un poco el desastre que Noctis y Prompto estaban dejando. Cuando ya hubieron bajado todo, los más jóvenes decidieron irse al Nido de Cuervo, mientras que Gladio continúo leyendo su novela.
Pasadas unas horas, Ignis comenzó a moverse, hasta que, por fin, aun con pereza, decidió abrir sus ojos,
- ¿donde estoy? - cuestiono el chico mientras que con una mano buscaba sus gafas en la mesita de noche. Gladio se levantó de su asiento y se las puso en la mano;
-estas en el Hotel de Taelpar, llegamos hace unas hora- contesto Gladio volviendo a sentarse y tomando su novela de nuevo
- ¿cómo llegue aquí? -
-yo te traje en brazos-. Al oírlo, Ignis se levantó, se sentó en el filo de la cama y junto sus manos con vergüenza;
-lo siento. - dijo con voz casada -Siento haberte causado tantos problemas
-no fue nada. - contesto el hombre con una risita nerviosa. Luego se levantó, se acercó a Ignis y con dulzura le quito las gafas de nuevo, -Ahora ve a cambiarte y recuéstate de nuevo. Ya es algo tarde, así que no haces nada estando despierto. Mañana debemos madrugar-. Ignis asintió aun con la cabeza baja y se metió en el baño.
Luego de un rato, Prompto y Noctis entraron en la habitación llenos de júbilo y riendo con alegría, cuando Gladio los miro con desaprobación;
-shhhh- dijo indicando que hicieran silencio a lo que los otros dos se callaron de inmediato
- ¿aun duerme? - pregunto el príncipe acercándose sigilosamente a su consejero real, quien no se inmuto ni un segundo ante el ruido
-hace poco se despertó. - comenzó a decir el más grande -Yo le dije que se durmiera y que se quedara tranquilo
-pobre- reacciono el rubio con cariño. Gladio choco sus manos para atraer la atención de los otros dos y ya con voz un poco más seria dijo:
-ustedes dos… vayan a dormir ya... debemos madrugar
- ¡si! - soltó Prompto y se comenzó a quitar las botas y ponerse su pijama. Gladio y Noctis hicieron los mismo.
Cuando ya estuvieron listos, Prompto y Noctis se metieron en su cama inmediatamente mientras Gladio apagaba las luces.
El hombre camino hasta su cama y al llegar vio el rostro durmiente de Ignis y suspiro con cariño,
“¡mierda! ¿porque debe verse tan bien inclusive dormido?” pensó y se acostó junto al rubio. Gladio coloco sus manos tras su nuca y se quedó mirando el techo de la habitación mientras meditaba la mejor táctica para pelear contra el Basilisco al día siguiente, cuando sintió como Ignis apoyaba su cabeza sobre su pecho desnudo, lo cual provoco que el chico mirara hacia abajo nervioso. Gladio lo miro con detenimiento. Veía como su respiración era tranquila y muy cálida, vio como el otro tenía la camisa un poco abierta, lo cual provocaba que se le viera la blanca piel de su pecho.
Gladio sonrió con cariño, bajo una de sus manos y la coloco alrededor de la cintura del otro, acercándolo aún más a su cuerpo y así sintiendo el calor que emanaba del cuerpo de Ignis. El moreno sonrió y poso sus ojos ámbar sobre el rostro del otro, luego empezó a escudriñar cada parte visible de este, desde su blanco pecho hasta sus labios rosados, los cuales roso con su dedo pulgar mientras suspiraba;
“aún no se si debo decirte lo que siento por ti Iggy” pensó Gladio mientras se volteaba un poco hacia su compañero, sin soltar su cintura y clavando sus ojos ámbar en sus labios; “¿porque debe ser tan difícil?... eres tan jodidamente sexy… y últimamente cada vez que te veo… me siento demasiado intranquilo… “
Gladio acerco su rostro al de Ignis, hasta que dejo sus narices apenas rozándose. El chico sentía la cálida respiración del otro sobre sus labios, así que cerro sus ojos y comenzó a sentir como sus dos respiraciones se unían en un solo compas. Gladio sentía como sus mejillas comenzaban a arder y se tornaban de un intenso color rojo;
-mngh… - murmuro Ignis incomodo a lo que Gladio reacciono a alejarse un poco, -… Gladdy… - exclamo en voz casi inaudible, -mmmm… -. El hombre se estremeció al oírlo y más aún por lo que sintió;
- ¡demonios! - susurro y miro el pequeño bulto que estaba creciendo en su pantalón - ¿Por qué tenía que hablar con una voz tan excitante?
Gladio se alejó de Ignis, se levantó y mirando que los otros dos chicos estuvieran dormidos, se metió en el baño de la habitación.
Ya adentro, encendió la ducha, se desvistió y se introdujo en ella. Inmediatamente se metió debajo del fuerte chorro de agua que salía de la ducha;
“!demonios!” pensó el chico al ver su gran erección “¿cómo demonios fue que paso esto solo por sentir su cuerpo tan cerca del mío?... creo que fue su respiración” pensó mientras baja su mano hasta su miembro, “o como decía mi nombre… estuve a punto de hacerlo mío… debo controlarme”
-aahh… - exclamo el chico mientras bajaba su mano hasta su miembro y empezaba ha acariciarlo con suavidad, -… di mi nombre de nuevo Iggy… - se repetía mientras masajeaba su erección de arriba hacia abajo, cada vez más y más rápido, -mngh… aahh… aahh… demonios… ¡demonios! -. Gladio seguía con ese movimiento, cada vez más rápido tanto que sentía que sus piernas ya no lo aguantaban de tanto placer, -aahh… Iggy… ¿Por qué no puedo decirte lo que siento?... aahh… aahh-. El chico se apoyó en la pared y continuo con ese movimiento hasta que sintió que se acercaba a su límite; - ¡demonios! - soltó con fuerza cuando su semen cayo sobre su mano.
Gladio lo miro avergonzado y de inmediato se lavó la mano y se continúo bañando;
-mierda… estoy totalmente jodido. - se dijo a si mismo en voz baja cuando salió de la ducha, -Espero que no me hayan escuchado-.