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"Esclavo de tu amor" por ShineeLuhan

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Notas del capitulo:

¡Nuevo capítulo en puerta! Espero lo disfruten mucho. Al fin sabremos la reacción de Rowen cuando esté en frente del señor de Fulkhurst. Algunas cosas pasarán que las sorprenderán mucho.


Recibí muchos comentarios…¡Gracias!!!! No sabía que la historia gustara tanto, pero ahora lo sé.  Y créanme que la continuaré hasta finalizarla sabiendo que tengo el apoyo indiscutible de todas ustedes.  Espero lo sigan haciendo ya que sus opiniones son muy importantes y valiosas para mí. Recuerden que son como una especie de paga para las escritoras que amamos escribir historias homoeróticas.


Sin retrasarlas más, las dejo con la lectura de hoy.

CAPITULO ONCE

 

 

 

Rowen no rogó a John Giffard que no lo llevase ante la presencia de su amo. Eso no tenía ningún sentido. Si el buen hombre no lo llevaba, vendría alguien para obligarlo. De todos modos, necesitaba defenderse. Además, si se opusiera, John sufriría un terrible castigo a causa suya, y eso no podía permitírselo. Lo único que recordaba de Fulkhurst era su corpulencia y ese tajo cruel que tenía en lugar de la boca y esa helada frialdad en la voz cuando él ordenó que lo metiesen en la mazmorra.

 

Apenas prestó atención al Gran Salón mientras lo atravesaba. Era media tarde, de modo que no había mucha gente alrededor; casi todos eran criados que ejecutaban alguna tarea, y unos pocos soldados y algunos caballeros de estatura no muy elevada.

 

Lo llevaron a la gran sala personal del señor del castillo. Era una amplia habitación después del corredor. Estaba iluminada por la luz del sol que entraba por dos grandes ventanales, uno a cada lado de la habitación. La amplia cama tenía cuatro postes y un fino dosel. Estaba dispuesta contra la pared de piedra que dividía la sala, de modo que en invierno contase con el calor suplementario de la gran estufa que calentaba la pared.

 

Había otras cosas que observar también, pero Rowen estaba tan impresionado por lo que parecía una pila de cadenas depositadas en el centro de la cama, que no prestó atención al hombre que se encontraba de pie del lado opuesto del lecho, hasta que éste rodeó la cama y se acercó.

 

Su estatura misma lo proclamaba, si no era suficiente con su fina túnica negra y sus calzas; y también su identidad se expresaba en la boca, esa boca fina que dibujaba un gesto cruel. Rowen necesitó un momento más para percibir los cabellos rubios, no del todo castaños sino más bien dorados, y después los ojos con sus matices plateados y emocionales.

 

El doncel lo miró con ojos muy grandes, y la palabra “tú” se formó en sus labios sin que se oyera el más mínimo sonido, y después un mar de piadosa oscuridad se lo tragó.

 

--Vamos, vamos- gruñó John mientras lo sostenía un momento antes de que Rowen cayese al piso, desmayado.

 

William saltó hacia adelante y casi lo arrancó de los brazos de John. Lo llevó a la cama y lo depositó allí. Una de las manos pequeñas de Rowen fue a descansar sobre la cadena que estaba al lado. La sentiría al despertar de seguro. William sonrió con malignidad.

 

--No imagino cuál fue la causa del desmayo, mi señor- dijo John con vozansiosa- Estuvo comiendo bastante bien.

 

William no apartó los ojos del doncel de los cabellos de lino.

 

--De modo que lo mimaste. ¿No tiene mordeduras de rata que mancillen esa piel nívea y tan suave?

 

La respuesta de John fue tan solo un rezongo ruidoso. William conocía a su hombre. John era conocido por su corazón blando y su actitud gentil frente a todas las criaturas vivas.

 

William se había sentido furioso consigo mismo después de enviar la orden de que sólo John Giffard debía ocuparse de vigilar a su prisionero. Pero no envió una contraorden tampoco. No deseaba que Rowen sufriera, hasta que él mismo estuviese allí para hacerlo sufrir. Y no quería que el cuerpo pequeño y delicado se dañase a causa de las privaciones, en vista de lo que él mismo se proponía por hacerle. Pero sobre todo, no quería que otro hombre lo tocase…salvo él, por lo menos hasta que supiese que aquel insensato había tenido éxito con el robo de su simiente. De acuerdo con la versión de John, el doncel había tenido rotundo éxito.

 

--Mi señor, es un jovencito muy suave y dulce. ¿Qué hizo para merecer la mazmorra?

 

--Cometió un delito contra mi persona, algo tan grave que no puedo ni siquiera mencionarlo.

 

--¡Sin duda alguna!

 

--John, permitiste que esa bonita cara te engañase. No es más que un doncel codicioso dispuesto a hacerlo todo, por atroz que sea, para alcanzar su meta. Posee una decisión obstinada, digna de un verdadero hombre. Él….- se detuvo, al advertir que estaba diciendo más de lo que era necesario decir. No necesitaba explicar sus motivos a otro hombre y menos a su carcelero- Lo he despojado del título que obtuvo al casarse con Rupert Lyons, de modo que no continúes tratándolo como si fuese de la realeza. Y no necesitas preocuparte más por él. No regresará a la mazmorra….por ahora.

 

William sintió que John necesitaba discutir, aunque no miró al hombre para comprobarlo. Más valía que John no sobrepasara sus límites esta vez, y John seguramente lo advirtió, pues se retiró en silencio de la habitación sin decir una sola palabra más. William continuó mirando fijamente a su prisionero, sin preocuparse de que el desmayo de Rowen pudiera privarlo de su venganza. Ahora que finalmente había llegado el momento, él podía mostrarse paciente, aunque hasta ahora no lo hubiera sido.

 

Sin embargo, se había mantenido alejado con toda intención, pues sabía muy bien que no podía estar allí sin comenzar a gozar de la venganza que había elegido para ese insolente chiquillo. Pero eso por sí mismo no serviría de mucho. Tenía que saber primero si su prisionero había tenido éxito en su plan inspirado por la codicia.

 

Ahora sabía a qué atenerse, y eso determinaba que el delito que ese doncel había cometido en contra suya fuese todavía más grave. Si William había contemplado la posibilidad de atenuar el castigo, el hecho de que estuviese ahora embarazado resolvía la cuestión, y determinaba que la furia de William se renovase, y con mayor intensidad. Ese doncel llevaba en el vientre a su hijo…¡Y no tenía derecho a eso!

 

William percibió el momento mismo en que Rowen lo había reconocido, y vio que el temor que eso le inspiraba había provocado el desmayo. Ese temor lo regocijaba. No había estado seguro de que éste lo hubiese reconocido con la armadura que Robert le había prestado para ocultar su identidad, cuando se enfrentaron en el patio de Ginza. Ahora sabía que el doncel no lo había reconocido en ese momento. Pero ahora, Rowen sabía a qué atenerse. Y quizás a esta altura de las cosas, el muchachito había aprendido qué clase de hombre era él. Seguramente se había enterado de su reputación de hombre decidido a destruir absolutamente a quien cometiese la insensatez de apoderarse de lo que le pertenecía por derecho. Si bien antes nunca hubiese intentado vengarse de un doncel no importaba ahora. Sólo necesitaba decidir cuál era la represalia que le convenía más para una persona como él…un ser especial…con un don especial…y poseedor de una belleza etérea y cautivadora; y había tenido tiempo de sobra para decidirlo mientras buscaba a su prometida Isabella.

 

Había sido un intento inútil. Cuando uno de sus mensajeros llegó para informarle que su futura esposa no había llegado a Fulkhurst, William se sintió agradecido porque tenía un motivo para retrasar su propia llegada a su castillo. Pero la búsqueda de Isabella había sido una causa de frustración. Ella hubiera podido seguir muchos caminos distintos para llegar a Fulkhurst. Finalmente, había dejado la búsqueda de la dama a cargo del padre de ésta, que ciertamente estaba más preocupado por su desaparición que el propio William. Y eso también lo había irritado, porque dedicaba más tiempo a pensar en su prisionero que tenía en su mazmorra, cuando hubiera debido preocuparse sólo por su bella prometida que había desaparecido.

 

Rowen suspiró, y William contuvo la respiración, esperando, deseando que su prisionero abriera esos hermosos y grandes ojos color zafiro. Tenía los labios entreabiertos. William recordaba la desbordante sensualidad de esos labios, la calidez contra su propia piel siempre que el doncel había tenido que esforzarse más para provocar la respuesta de su cuerpo masculino. Los cabellos de lino estaban reunidos en dos gruesas coletas, una bajo la cabeza, la otra cruzándole los pezones. William recordó esos pezones, sonrosados y tentadores, aunque él mismo nunca había podido tocarlos o saborearlos. Dos pezones que se le revelaban sólo para inflamar aún más sus sentidos, para contribuir a su derrota. Ahora podía tocarlos….sentirlos…saborearlos, y necesitaba esforzarse mucho para no desgarrarle de un golpe la túnica que traía puesta. Pero todavía no. Todavía no. Era necesario que el doncel tuviese cabal conciencia de todo lo que él le haría, del mismo modo que él había sufrido dolorosamente con todo lo que éste le había hecho.

 

Rowen se estiró, de su garganta brotó un sonido suave, y después se le aquietó el cuerpo, excepto en la mano. William observó los dedos de la mano que descansaban sobre las cadenas y que de seguro sentían los fríos eslabones del hierro; y William observó el entrecejo fruncido del chiquillo, que le deformaba la frente, mientras el doncel se preguntaba qué era lo que estaba tocando.

 

--Un recuerdo- explicó William- De Ginza.

 

Rowen abrió muy grande los ojos, unos ojos enormes que dominaban su cara pequeña y ovalada. Emitió otro sonido, como si estuviera sofocándose. Su miedo era evidente, pero era excesivo, y se parecía más bien al terror. William se enfurecería si él se desmayaba otra vez.

 

Rowen en verdad deseaba desmayarse. ¡Por Dios! no podía extrañar que él hubiese pasado esas semanas encerrado en una mazmorra. El asunto nada tenía que ver con sus posesiones. Rowen estaba destinado a morir, pero no por mera privación, como había pensado desde un principio. Recordó el odio de ese hombre, y comprendió que él probablemente lo torturaría hasta destruirlo. Ahora sabía por qué ese hombre había luchado con tanta violencia contra la violación. No era un villano que sintiese respeto por él ni por nadie, sino un poderoso señor, un hombre a quien nadie se atrevía a tratar como ellos lo habían tratado. Y Alexander, ese estúpido absoluto, ni siquiera sabía que había capturado a su peor enemigo. Fulkhurst probablemente ignoraba quién era su actual prisionero.

 

Entonces, una risa burbujeó en su garganta. Rowen no pudo contenerla. Si ya no había perdido la razón, pronto llegaría a eso. Y ese hombre estaba allí, de pie al lado de la cama, mirándolo con el ceño fruncido. ¿Rowen lo había creído apuesto? Eso era una ilusión. Esa boca, esos fríos ojos. Era una pesadilla viviente, la pesadilla de Rowen, un hombre que expresaba crueldad en cada línea de la cara.

 

Rowen comenzó a temblar a causa de la reacción. William maldijo horriblemente y llevó su mano a la garganta de Rowen y la apretó con fuerza. Los ojos del joven se agrandaron todavía más.

 

--Si te desmayas de nuevo, te castigaré- gruño éste.

 

¿Eso estaba destinado a tranquilizarlo? De todos modos, William lo soltó y se apartó de la cama. Para defenderse mejor, Rowen lo observó, pero el hombre se limitó a acercarse a la chimenea y permaneció allí de pie, mirando las cenizas.

 

Visto desde atrás no era un monstruo, sino sólo un hombre. Los cabellos dorados en realidad no formaban rizos, pero se curvaban sobre el cuello. En sí, parecían blandos y suaves a la vista, aunque Rowen nunca se había atrevido a acercar tanto su mano a la cara de William, para tocarlos. Su cuerpo aún no era atractivo ante los ojos. El doncel sabía que debía ser alto, pero no había creído que lo fuera tanto. Y ahora ese hombre tenía el cuerpo tenso a causa de la emoción, y la túnica se extendía lisa sobre la espalda y los hombros anchos.

 

Pasaron los minutos, y William no se volvió para mirar a Rowen. Éste dejó de temblar y respiró hondo varias veces. Su tortura aún no comenzaría, por lo menos no sería en esa habitación. Lo había traído allí probablemente sólo para atemorizarlo….y vanagloriarse. El cautivo era ahora su carcelero, que ironía del destino….tan retorcida y humillante. 

 

--Doncel, ¿ya te calmaste?

 

¿Calmarse? Rowen jamás volvería a conocer ese estado. Pero sintió, y comprendió que Fulkhurst no podía verlo, pues al hablarle no lo había mirado.

 

--Sí.

 

--Aunque sería mi derecho, no tengo intención de matarte.

 

Rowen no había advertido que se encontraba tan tenso, rígido como el mismo hombre, hasta que se desplomó sobre el colchón, aliviado. Dadas las circunstancias, Rowen jamás habría creído que podía tener tanta suerte, y tampoco habría pensado que William demostraría un espíritu tan compasivo que le comunicase cuáles eran sus planes. Podría haberlo dejado preso del terror. Podría haber….pero aún no había concluido.

 

--Recibirás tu castigo. No lo dudes. Pero mi represalia será en especie…ojo por ojo- Se volvió para contemplar la reacción de Rowen, pero vio sólo incomprensión, de modo que se explicó de mejor manera- Así como tú y tu hermano se propusieron quitarme la vida si yo me escapaba, ahora la tuya me pertenece, y la considero de escaso valor. Recibirás el mismo trato que a mí me dieron. Te salvaste sólo porque yo deseaba saber primero hasta dónde llegaba tu culpa, y si habías tenido éxito en tu robo. Ambos sabemos que has tenido éxito. De modo que te apoderaste del hijo de mi carne, y del mismo modo te será arrebatado cuando nazca.

 

--No- dijo Rowen en voz baja.

 

--¿No?- estalló él, con un gesto de incredulidad.

 

--La posesión es nueve décimas partes de….

 

--¡No estamos hablando de bienes materiales! ¡Lo que tú me robaste es carne de mi carne!

 

¡Dios santo! ¿Cómo era posible que Rowen se hubiese atrevido a desafiarlo y a inducirlo a ese exceso de cólera? ¿Acaso estaba loco? Al paso como iban las cosas, lo estaría muy pronto. Ese hombre estaba lívido de furia, apenas a un paso de acercarse y destrozarlo. Pero Rowen no podía permitir que ese hombre incluyese al niño en su venganza.

 

Rowen continuó diciendo en voz baja, y rogando que Fulkhurst escuchara sus razones.

 

--Lo tengo, lo llevaré hasta el día de su nacimiento, y lo quiero por él mismo, y por la única razón de que será mío.

 

--Ese niño nunca será tuyo. Tú no serás nada más que un recipiente que lo alimentarás hasta que nazca.

 

Esas palabras no lo dijo gritando, sino las dijo con excesiva frialdad.

 

--¡¿Por qué lo quieres?!- gritó Rowen- Para ti no será más que un bastardo. ¿No tienes un número suficiente de bastardos para satisfacerte?

 

--Lo que es mío es mío, del mismo modo que ahora tú eres mío, y haré contigo lo que me plazca. Doncel insolente, no discutas más conmigo, porque lo lamentarás inmediatamente.

 

Ésa era una promesa que Rowen no podía ignorar. Había llegado demasiado lejos, se había atrevido a enfrentarlo y a decir mucho más que lo que era sensato decir en este momento. Podía conocer íntimamente a ese hombre, pero en el fondo no lo conocía. Aún así, el tiempo lo diría, y Rowen disponía de tiempo. William le había concedido ese tiempo, le había concedido la vida. De todos modos, el tema volvería a formularse, pues el desenlace era demasiado importante para Rowen. Pero ahora el doncel podía esperar hasta que tuviese más posibilidades de vencer.

 

El señor de Fulkhurst se apartó del lecho y permaneció de pie al lado. Miró con recelo a su prisionero. Después de todo, ese hombre tenía todo el derecho del mundo de despreciarlo. Rowen deseaba cerrar los ojos a la consideración del asunto desde el punto de vista de William; pero no podía hacerlo. Deseaba también que él viese el problema desde el punto de vista de Rowen, pero ese hombre no estaba dispuesto hacer eso. Poco le importaba que su prisionero lamentara lo que había hecho en contra de su persona, y que Rowen jamás hubiera deseado haberlo hecho. De todos modos, había participado en el asunto. Por tal motivo Rowen merecía la venganza que William de Chaville exigía. Y para ser justos, él tampoco merecía tener al niño que llevaba ahora en su vientre, sobre todo si Fulkhurst consideraba que le había sido robado, como había dicho antes, sólo que….Rowen no podía mostrarse justo en lo que se refería al hijo…su hijo.

 

El joven doncel de nuevo comenzaba a sentirse tenso bajo la mirada helada del hombre, pero al fin éste dijo con burlón menosprecio:

 

--No me sorprendería que te faltase inteligencia, en vista del plan que concebiste para apropiarte de Ginza….

 

--Fue el plan de Alexander, no el mío. Él quería ese lugar, no yo.

 

--Aún continúas demostrando tu estupidez. Insensato, nunca vuelvas a interrumpirme. Y nunca me traigas excusas por lo que hiciste. Tu Alexander no fue quien se sentó en mí y me obligó a…

 

William estaba demasiado colérico como para terminar sus palabras. Rowen se apartó de nuevo cuando la piel de ese hombre se ensombreció, pero no tanto como la cruel y fiera mirada que sus ojos desprendían.

 

--¡Lo siento!- exclamó, sabiendo que era una respuesta inadecuada, pero impedido de decir otra cosa.

 

--¿Lo sientes? Te prometo que llegarás a sentirlo mucho más. Pero ahora puedes empezar a calmar mi enojo….Doncel, apenas te reconozco vestido de ese modo. Por tal motivo….quítate la ropa.

 

 

 

CONTINUARÁ….

Notas finales:

Lo sé, lo sé, lo dejé en la mejor parte…gomen…gomen. Pero con el viaje que tuve la anterior semana no me percaté que tenía escrito hasta este capítulo. Pero los demás serán más larguitos.


Al fin la pareja se volvió a encontrar. Pobre Rowen, no pudo con la gran impresión que se llevó, que hasta se desmayó en los brazos de John Giffard. Aunque William luego, luego se lo arrebató.


Qué pasará ahora??? Ojo por ojo, dijo William. ¿Eso quiere decir que el apuesto rubio hará lo mismo que le hicieron a él, y se las cobrará de la misma manera???? Después de todo, está en su derecho, ¿no? Hay Dios, no pueden perderse el siguiente capítulo del jueves, estará imperdible.


Gracias de nuevo por sus RWs y espero que vuelvan a animarse a comentar acerca de este capítulo. Nos vemos la siguiente semana y tengan unos bonitos días.


Pregunta….¿Desearían que Rowen sea un pobre prisionero sumiso y dócil, o valiente y aguerrido capaz de enfrentarse con su temible y vengativo captor? Opinen, opinen que sus respuestas pueden servir de mucha ayuda en la trama.


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