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"Esclavo de tu amor" por ShineeLuhan

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Notas del capitulo:

Hola a todos, espero que se encuentren bien. Como se los prometí, acá esta el tercer capítulo de la historia que espero disfruten mucho. Que es lo que ledaparará ahora a nuestro bello doncel? Pues descúbranlo. Un nuevo personaje aparecerá en puertas.

 

Agradezco infinitamente todos sus comentarios al anterior capítulo, al paracer se animaron más lectoras a comentar la historia, gracias. Recuerden que sus opiniones son la gasolina de las escritoras para darle con ganas a las actualizaciones. Ya respondí todos sus RWs, si gustan pueden pasar a leerlos.

CAPITULO TRES

 

 

 

Rowen despertó un tanto desorientado, pero pasaron apenas unos instantes antes de que supiera exactamente dónde se encontraba. No podía saber cuándo exactamente se había dormido, pero había sido mucho después de la medianoche. Ahora casi podía sentir que se le helaba la sangre mientras el  miedo le traspasaba los huesos, y lo mantenía inmóvil en el lecho.

 

Una lucecita entraba por la alta ventana de la habitación, pero no era mucho más intensa que la que provenía de las velas distribuidas en distintos lugares de la pequeña recámara. Pasó largo rato antes de que él se preguntase quién había encendido esas velas y alimentado nuevamente el fuego de la chimenea. Y para el caso, ¿quién había abierto las cortinas que rodeaban la cama? Si Alexander se había atrevido a….

 

--¿Piensas quedarte acostado hasta que llegue el momento de enfrentar al sacerdote?

 

-¿Ágata?- exclamó sorprendido Rowen, al reconocer la voz de la persona por la cual sentía un gran afecto.

 

--Sí, precioso.

 

Rowen se sentó y vio a la criada, sentada sobre un baúl que no había estado allí cuando él entró por primera vez en la habitación. Era su propio baúl, y su propia doncella sentada sobre él.

 

Ágata había sido su criada desde hacía mucho tiempo, hasta donde Rowen podía recordar, y antes había servido a su madre, lady Anne. Era una mujer de cuerpo menudo, más menuda incluso que Rowen, aunque no delgada. Tenía el vientre redondo, pues a Ágata en efecto le encantaba comer. Tenía alrededor de cuarenta y cinco años, los cabellos grises y los ojos castaños de expresión cálida. Le habían permitido acompañar a Rowen durante la reclusión del doncel, tres años antes. Fue el único gesto bondadoso que Hugo D´Ambray había tenido para con su hijastro.

 

--¿Cómo llegaste aquí?- preguntó Rowen mientras paseaba la mirada por la habitación para ver si había alguien más por ahí.

 

--Cuando ayer por la mañana fue a buscarte tu hermanastro, ordenó que guardaran todas tus cosas y las trajeran aquí. Ese canalla pensaba dejarme detrás, pero yo corregí esa idea.

                          

--Él estaba muy seguro de que yo cooperaría con esta farsa- dijo amargamente Rowen.

 

--Vi a ese viejo anoche, al llegar. ¿Cómo pudiste aceptar el casamiento con eso?         

 

Rowen sintió que las lágrimas comenzaban a agolparse en sus ojos, pero las contuvo. Pero el labio inferior aún le temblaba cuando dijo:

 

--Alexander estaba golpeando a mi madre con inclemencia. Dudo de que hubiese suspendido el castigo si yo no aceptaba.

 

--Oh, mi precioso niño- exclamó Ágata, y se apresuró a abrazar a Rowen- Sabía que él era un monstruo, exactamente como su padre. Sus palabras dulces jamás me engañaron, ni siquiera cuando venía a dárselas de hombre galante y buscaba estar cerca de ti.

 

--Dios me perdone, pero ahora lo odio aún más, si eso puede ser posible. En todo esto yo no le intereso en lo absoluto; sólo le preocupa su propio beneficio egoísta.

 

--Sí, es cierto. Aquí ya están preparándose para la guerra. Dicen que este castillo estará casi vació cuando llegue el nuevo día. Tu nuevo esposo ha facilitado a todos sus caballeros y casi un millar de soldados al joven Alexander, y hay dinero suficiente para contratar a varios miles más. No pasará mucho tiempo antes de que recuperes todo lo que Fulkhurst, ese monstruo del norte, te arrebató.

 

--No fui yo la víctima- exclamó Rowen- ¿Y crees que Alexander me devolverá mis tierras? Las recuperara, y cuando Lyons muera también se apoderará de mí, para casarme otra vez en la ocasión en que se encuentre en aprietos nuevamente.

 

--De modo que ése es su plan. ¿eh?- preguntó indignada Ágata.

 

--Por lo menos, es lo que me confesó. Pero entretanto, tengo que quedar embarazado de modo que las tierras de Lyons pasen también a manos de Alexander- Rowen emitió una risa entrecortada- Ágata, ¿un hombre tan viejo aún puede procrear?

 

La doncella emitió un carraspeo.

 

--Eso es lo que querrían creer los hombres, pero es casi imposible. De todos modos, anoche escuché muchas historias acerca del modo en que ese señor trató de tener otro hijo para reemplazar a los que se le murieron en la guerra. Ha tenido cuatro esposos donceles en los últimos tiempos, y eso sin contar las seis esposas mujeres que tuvo en su juventud.

 

--¿Y qué les sucedió a tantas mujeres y, por supuesto a los donceles?

 

--Las esposas de los primeros tiempos, murieron por diferentes causas, pero los criados afirman que la mayoría en circunstancias sospechosas. En cambio, repudió a los esposos recientes. Eran todos donceles inocentes, pero él dijo otra cosa cuando no le dieron un hijo que deseaba con la rapidez esperada. Querido, eso es todo lo que desea de ti. Tal parece, que ese hombre se informó bastante bien acerca de que los donceles pueden procrear más rápidamente que las mujeres.

 

--De modo que si no le doy un hijo, es posible que me repudie dentro de un año. No me extraña que Alexander me haya asegurado que no estaría casado por mucho tiempo.

 

--No. Por otra parte, este anciano no durará ni siquiera un año, si quieres conocer mi opinión, claro está. Hace cinco años que hubiera debido morir. Si aún conserva la vida, sólo puede ser gracias a un pacto con el diablo.

 

--Calla, Ágata- murmuró Rowen, persignándose, a pesar de que coincidía con su criada. El propio Rowen ya había pensado que el viejo señor ya se parecía a un cadáver. Ágata lo miró con el entrecejo fruncido.

 

--¿Realmente piensas casarte con lord Lyons?

 

--Lo preguntas como si tuviera alternativa.

 

--Sí, la tienes. Podríamos asesinarlo.

 

Rowen frunció el entrecejo al ver que sus esperanzas renacían en un instante, y se esfumaban al segundo siguiente.

 

--¿No crees que también he contemplado esa posibilidad? Pero si echo a perder de ese modo los planes de Alexander, es muy probable que mate a golpes a mi madre, enfurecido por mi actitud. No estoy dispuesto a correr ese riesgo, por más tentador que éste fuera.

 

--No, por supuesto que no- concordó Ágata. Amaba tanto a la madre como al hijo de ésta, y no podía soportar la idea de que cualquiera de ellos sufriese, en vista de que la propia Ágata poseía cierto conocimiento de las hierbas y podía impedir ese fatídico hecho- Si tienes que soportar el matrimonio, habrá que aceptarlo, pero no necesitas entregar tu cuerpo y tu lecho a ese viejo lascivo. Podemos reducirlo a la impotencia….

 

Rowen desechó la idea antes de que su criada la expresara.

 

--Alexander se sentirá satisfecho únicamente si ve sangre en las sábanas.

 

--No es necesario que sea la tuya, mi niño.

 

Rowen no había pensado en eso. ¿Quizá no necesitaba sufrir el contacto con esos dedos arrugados y retorcidos, ese aliento fétido, ni la repugnancia que le agitaba el alma? Si por lo menos….Se estremeció interiormente. Ese mar de reflexiones jamás lo había ayudado, y tampoco lo ayudaría ahora.

 

--Lord Lyons quizás esté preparado para descender a la tumba, pero eso no significa que sea estúpido. Si no recuerda haber consumado el matrimonio, ¿no es posible que quiera repetir el intento la mañana siguiente?- el doncel se estremeció ante la idea misma- Prefiero sufrir este horror en la oscuridad de la noche y no a la luz del día. Ágata, no creo que pueda soportar ver que me toca, además de sentirlo.

 

--Muy bien, querido. En ese caso, te prepararé una bebida. No te dormirás, pero estarás al borde de la inconsciencia, pues no sabrás lo que sucede alrededor de ti, y por lo tanto no te importará lo que ese viejo depravado te haga.

 

Rowen frunció el entrecejo. No estaba seguro de que deseara perder completamente la capacidad de sentir cuando estuviera cerca de Rupert Lyons. Ya la situación misma lo colocaba en condiciones de impotencia; el brebaje acentuaría ese estado, pero…¿qué era mejor?....¿no saber, o simplemente no ver?

 

--¿Cuánto tiempo duraría tu brebaje?- preguntó con expresión reflexiva.

 

--Unas pocas horas. Lo suficiente para permitir que él haga lo que hará.

 

--¿Y si él lo bebe por error?

 

--No lo perjudicará. Si aún así puede proceder, lo hará. Simplemente, no lo recordará.

 

Rowen gimió, y se recostó sobre la cama.

 

--En ese caso, tendré que soportarlo de nuevo por la mañana.

 

--No, ¿por qué tiene que haber un error? Dejaré el brebaje en la recámara nupcial, ya mezclado con tu vino. Servirán el tuyo, preparándolo para que lo bebas, pero no harán lo mismo con la de él. Limítate a beberlo apenas llegues. No importa quién esté contigo, nadie te reprochará que intentes fortalecerte para lo que debes soportar.

 

--Si es así, cualquier cosa será mejor que…

                                                                         

Rowen se interrumpió cuando oyó la llamada a la puerta, pero no era Alexander, como él había temido. Entraron los criados, en números considerable, con jarras de agua, una bandeja con pan y queso, y una túnica nupcial de color crema. Explicaron a Rowen que lord Lyons deseaba que lo llevara puesto, si es que no tenía nada apropiado para ponerse para la ceremonia. Se le dijo también, o mejor dicho escuchó murmurar a las criadas, que los dos últimos esposos también habían usado esa misma túnica. Lord Lyons era un hombre generoso, que no estimaba en gastos; pero por otra parte, la túnica en cuestión demostraba qué poco se preocupaba por los sentimientos de Rowen.

 

Cuando una de las criadas sostuvo a Rowen por el talle para que se examinase mejor, el doncel dijo:

 

--¿Por qué no? Los otros esposos tuvieron la suerte de escapar de él. Tal vez a mí me corresponda la misma suerte.

 

Hubo un silencio inquieto durante un momento, y Rowen comprendió que hubiera debido mantener en reserva sus pensamientos. Después de todo, esas criadas pertenecían al señor del castillo. Pero él no había hecho otra cosa que transmitirles su franqueza, y pronto oyó una risita nerviosa, y después, otra, y comprobó que en general las criadas coincidían con él, pues todas odiaban al hombre que habría de convertirse en el esposo de Rowen en unas cuantas horas más.

 

 

CONTINUARÁ

 

 

Notas finales:

Bueno ahí tienen al nuevo personaje, la nana de Rowen. Que suerte que después de tantas injusticias por parte del miserable de Alexander, sin contar con el depravado esposo de Rowen, haya si quiera una pequeña luz de esperanza y consuelo para nuestro doncelito. Ágata hará todo lo posible para ayudar a su lindo niño en safar la noche de bodas con su enclencle y viejo esposo...Lo conseguirá??? Eso descúbranlo el próximo jueves, en donde al fin sabremos si se casa o no nuestro protagonista.

 

Gracias por leer y espero que comenten que les pareció el capítulo. Y antes de despedirme, quería hacerles una pregunta....¿Desean que los capítulos sean más extensos o los prefieren ni tan cortos ni tan largos? Por favor, háganme llegar sus respuestas, sí? Bye y tengan una bonita semana.

 

Y a todas aquellas lectoras mexicanas...¡Fuerza, que toda latinoamerica está con el pueblo Mexicano!!!!!


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