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Luchando por lo que amas 2.0 por Neo neru

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Notas del fanfic:

Según yo iba  sólo a corregir ortografía, pero me di cuenta que escribía con la cola(?), y casi, casi rehice el capítulo. Si desean ver la historia original y completa, revisen entre mis fanfics, ahí está...mal escrito, pero ahi está(?)

Nota: Con los asgardianos, cada año biológico, representa 150 años humanos. Es decir, si se ven de quince años, multipliquen 15 por 150...esa es su edad real.

Nota 2: entren y den su like

Notas del capitulo:

Espero les guste la corrección, los quiero mucho

Empecemos esta historia en Asgard, reino donde los Aesirs, fuertes dioses de la guerra, gobiernan. O al menos así son en su mayoría, pues en esta naranjosa tarde de verano, conoceremos a su “sensual” excepción, así se autonombraría nuestro antipático personaje.

Loki, un joven de15 años de edad, de apariencia delgada y pequeña a comparación de los habitantes del lugar; se encontraba sentado en lo más alto del Valhala, en la orilla de un balcón en la sala de banquetes, donde se observaba el atardecer. Él era el menor de los hijos de Odín, y por ende, la nueva ilusión de la familia pues pronto entraría a lo que conocemos como preparatoria, para convertirse en el mejor guerrero de todos, o intentarlo. Odín tenía la esperanza de que su hijo se compusiera, sin embargo, Loki tenía planes completamente diferentes.

El menor miraba pedazos de pergamino que formaban folletos, analizando propiamente, cual sería lo mejor para su futuro. PEORTH “escuela del conocimiento oculto”, LAGU “escuela del conocimiento intuitivo” eran las dos principales opciones en las que anhelaba entrar, no sólo porque el estaba sediento de conocimiento , lo cual es redundante, viendo los evidentes nombres de dichos colegios, sino porque ambos institutos tenían las dos bibliotecas ¡MÁS! Grandes de todo el universo, según él, claro.  Sin embargo, no era del todo exageración, pues podía confiar que al menos podría encontrar lecturas de los nueve reinos.

En ese momento de calma,  escuchó un fuerte grito.

–¡LOKI!– sonó la voz juvenil.

El mencionado voltea, y siente un fuerte golpe retumbar su cabeza, incluso pudo sentir sus orejas destaparse de tremendo porrazo que había recibido. Abrió sus ojos, estando tirado en el suelo evidentemente, ya que su pequeño cuerpo no soportó tal impacto. Su mirada trataba de enfocar, todo era borroso, hasta que pudo ubicar un par de orbes azules; tenía la visita de nada más ni nada menos, que Thor, el Dios favorito de todos, ¡ALTO!, fuerte y musculoso, no el más listo, evidentemente pero sí el hijo pródigo.

Un sonido semejante a un burbujeo, suena, era la presión arterial de Loki subiendo. Su mirada se fijaba en su hermano mayor, el cual tragó saliva pesadamente, era evidente que su hermanito no estaba contento de verle.

–Loki perdón, ¿estas bien?–pronunció tras carraspear, no quería que su voz temblara, viéndose intimidado por la pequeña garrapata que era su hermanito.

Loki bufó, refunfuñando para sí mismo. Empezó a recoger los panfletos. Se puso de pie, sacudiéndose mientras tenía la frente en alto, y decidió retirarse sin pronunciar palabra, sólo mostrando la altanería y elegante orgullo, con el que se le caracterizaba, pero su “fabulosa” salida, fue interrumpida por Padre de Todo, quien entró con el propósito de hablar con sus hijos.

–Hijos, por fin los encuentro–habló tras un suspiro. Loki sólo arqueó una ceja, mientras Thor tomaba el frisbee con el que había golpeado a su hermano.

–Padre, ¿acaso nos ha estado buscando?–dijo Loki, sin poder evitar recalcar lo obvio. Entendía que Padre buscara a su hermano, sin embargo veía que también lo buscaba a él, cosa que le extrañaba verdaderamente.

 Odín bufó una leve risa, con una mueca ladina mientras asentía. Se encaminó a la silla que encabezaba la gran mesa, haciendo un ademán con ambos brazos, para indicar a sus hijos que se sentaran a su lado. Éstos se miraban con un deje de duda, sobre todo el menor, pero terminando obedeciendo al gran Padre de Todo.

–¿Para qué nos solicita, padre?– pronuncio Loki, tratando de que su serena y elegante voz, no rayaran en lo altanero, pues pese a su mal humor, debía cuidar su lengua.

–Hijos  míos, espero ansíen la escuela. Sobre todo tu Thor, que has brindado tu tiempo con paciencia, para entrar a la par de tu hermano–habló con orgullo, pensando que Thor sería una buena influencia para su hijo menor–. Su madre y yo hemos finalizado su inscripción, la mejor escuela de Asgard los recibirá. Serán no sólo los mejores guerreros, sino que…

–¿¡En qué colegio estaremos!?– interrumpió alegremente Thor, mientras que Loki, su mueca se volvía en completo desconcierto.

–Bueno hijo, en la escuela que estarán es….

–Sí hijo, ellos, como tus compañeros de batalla, deben estar contigo. Ustedes hijos, entrarán a Tir “el espíritu deportivo”. La primera escuela que se alzó en Asgard, donde los mejores guerreros se han forjado…

Loki sintió que su estómago se volcaba, miraba atento a su padre, deseando que en cualquier momento se riera de esta cruel broma…pero no, no parecía estar bromeando.  Apretó la mandíbula conteniéndose, buscando en su cabeza la manera más prudente de expresarse.

–Padre pero…¿por qué? Es que yo tenía algunas escuelas en las que deseaba entrar y pues pensé que te agradaría la idea de….–Loki empezó a ordenar sus folletos, abriéndolos para entregárselos. Trataba de sonreír, aunque fuese un poco, sólo un momento…deseaba convencer y mostrar a su padre que estaba seguro de su futuro.

–Hijo no necesito verlos, tu madre y yo, decidimos tu futuro. Tal vez no lo entiendas ahora, pero esto será lo mejor para ti. Seguro te volverás un guerrero casi tan fuerte como tu hermano, podrán ir a misiones juntos y saber el espíritu del compañerismo. Esta escuela es lo que necesitas–dijo Odin, mientras daba una palmada amistosa en la espalda.

Loki no borraba la sonrisa que se le quedó congelada tras las palabras de su padre, no podía evitar apretar los puños arrugando los folletos, musitando un “está bien, padre”. Se tragaba evidentemente el coraje, se puso de pie, haciendo que el sonido de la silla sonara más rígido de lo usual.

–Bueno padre–dijo ya de pie, sin dejar esa dulce y falsa mueca–, sí eso es todo, me retiro.

Odin asintió,  cegado de las mentiras de su hijo, sin embargo, Thor pese a su escasa inteligencia, leía perfectamente a su hermano menor. Loki caminó a la salida, expresando su tristeza y cierta resignación al darle la espalda; Thor le miró con tristeza y evidente preocupación.

–Uh, bueno…sí eso era todo–carraspeó Thor, con cierto nervio–, creo que mejor me retiro, podría aprovechar de entrenar…pero sé que prefieres que pase tiempo con mi hermano, es decir, alguien debe prepararlo para la escuela ¿no?–balbuceó sin control alguno, carraspeó un poco, notando que estaba de pie–. Sí, eh…adiós–cortó de inmediato, saliendo de ahí, antes que su padre exclamara algo.

Loki estaba en su habitación, sentado en su escritorio, frente a un gran ventanal. Ojeaba un libro de hechizos, dedicado especialmente a la herbolaria. Practicaba con una maceta, una mano sostenía el libro y la otra, trazaba runas en el aire sobre donde debería haber una planta. Una orquídea empezó a emerger de poco a poco, era una flor que encontraba interesante, pues sólo crecía en las exóticas selvas de Midgard; sin embargo, la planta pereció cuando una lágrima corrió por la mejilla de nuestro Dios. Se limpió inmediatamente, carraspeando avergonzado. Miró la planta, causando que su frustración aumentara, y la concentración se fueran al diablo.

–Maldita sea con este día–bufó para sí mismo, mientras tallaba su cara–. Debería ser un malcriado, pero cómo lo seré, ¡sino consigo nada de lo que quiero! Nada podría ser peor, ¡MENTIRA! Mi orquídea se murió, y sigo teniendo esta costumbre de hablar solo–se quejó dejando caer su cabeza sobre el escritorio. Estaba decidido en ahogarse sobre sus penas, y probablemente desfallecer en su llanto y vómito, el típico drama de una quinceañera. Su drama fue interrumpido, al oír Thor

–Hermanito, ¿estas bien?–preguntó con notable preocupación, recargándose un poco en la puerta.

Loki  miraba a la puerta, teniendo su mejilla recargada en el escritorio. El burbujeo sonaba nuevamente, la presión se le estaba subiendo junto con la bilis, empezaba a tener un tic facial, pero pese a eso, cambió su cara de desprecio a una mueca de completa felicidad. Se puso de pie, y abrió la puerta lo suficiente para asomar su rostro.

–Sí hermano ,claro, estoy perfectamente bien. No sé el porqué piensas lo contrario–Thor esbozó una sonrisa al escuchar a su hermanito, dejando que éste continuara–.Digo, qué más cosas podrían pasar en este hermoso día ,digo…fui golpeado en la cabeza, mi padre decidió mi futuro, donde probablemente sufra el usual acoso que se recibe en la preparatoria, mi orquídea se marchito y…..a  claro….¡ESTARE TODOS MIS ESTUDIOS JUNTO A TI!, ¿¡QUÁ TE HACE PENSAR QUE NO ESTOY DE MARAVILLA!?

La cara se transformó de completa felicidad, a una furia indescriptible. Furia que evidentemente, el rubio no captó.

–No estoy seguro, pero… ¿eso fue sarcasmo?

Loki estaba a nada de tener un hernia. Apretó sus labios, sintiendo cómo las venas de su frente y cuello, estaban a punto de estallar. Soltó la puerta, para empujar a Thor, en vano, queriéndolo quitar para poder cerrar bien la puerta, pero nada lograba moverlo.

 –¡LARGATE LARGATE! –gritó Loki, creando na enorme rabieta.

Thor ladea la cabeza, mirando a su hermano ciertamente enternecido. Sus muecas y su cara roja, le causaban cierta gracia. El rubio entró como si nada, e incluso se sentó en su cama. Los ojos azules de Thor se posaban fijamente en Loki, analizándolo a detalle, un instinto le gritaba…instinto que le obligó a tomar a su hermano del brazo, tirándolo en la cama y conteniéndolo, para aparentemente detener la rabieta y calmar su alma. Thor pegó su cuerpo, conteniéndolo de mejor manera; su mirada incomodó a Loki, además de su manera tan brusca y sugerente de tomarle.

–¿Qué rayos haces?–su voz salió más aguda de lo que esperaba–Thor, me estás lastimando–gimoteó apenas, desvió su rostro, pues por alguna razón, no podía sostener la mirada de su hermano.

–Calmando tu rabieta–habló seriamente, sin siquiera parpadear. Apreciaba el momento de poderlo ver de cerca, y no sólo como un voyerista escondido a lo lejos.

Thor se removió, acomodando su rodilla sobre la cama, sin querer, rozando la entrepierna de Loki, el cual sólo se tensó, abriendo los ojos que casi se salían de su orbita. La respiración del menor empezaba a subir y a bajar con brusquedad, Thor se ruborizaba por la vista. Sus manos se deslizaron, estirando los brazos de Loki para poder dirigirse a entrelazar sus dedos con los de su hermano. Acercó su rostro más y más, su nariz pasó por su cuello, cabello, mejilla…hasta poder posar su frente en la ajena. Loki estaba en modo piedra, estupefacto, sin saber qué hacer; apenas reaccionó cuando Thor alejó una mano, para poder tomar su rostro, Loki estiró su brazo sin dejarlo de ver, tomando un objeto…un libro seguramente, su mente ni siquiera procesaba lo que había tomado, pero lo que sí procesó, fue el acto de golpearlo fuertemente en la cabeza, logrando tirarlo de la cama. Loki se levantó apenas pudo, para correr, pero Thor le tomó del tobillo para detenerlo; Loki azotó en el piso, golpeándose fuertemente. Pateó a su hermano, lográndose liberar para salir de ahí.

Loki corrió y corrió, su mente estaba completamente nublada. Se detuvo cuando sus piernas no pudieron más, pues estas temblaban de la impresión; estaba fuera del palacio, en los jardines, jadeante y recargándose en uno de los pilares. Palmeó su rostro, cerrando los ojos, dejando rojos sus mejillas; parecía que trataba de despertar de una pesadilla, pesadilla que para su mala suerte, era su realidad.

Los sentimientos de Loki empezaban a quebrarse, tenía un cúmulo de sentimiento. Tomó una bocanada de aire, aguantando la respiración, sin embargo, eso no paró el comienzo de su imparable hipo. Se deslizó por el pilar, sentándose y abrazando sus rodillas.

–Hijo, ¿estás bien?– se oyó la voz de Frigga, dulce, suave y gentil, sólo como el de una madre sabía. Loki se sobresaltó, arrinconándose al alzar su rostro, encontrándose con su gentil mano que alzaba su mentón. La mujer notó el golpe en su rostro.

– Loki, ¿qué pasó? –musitó de manera tranquila y serena. Loki sólo desvió la mirada con un deje de vergüenza,  no deseando hablar del asunto.

– No ha sido nada madre, he sido torpe–musitó tratando de mostrar esa falsa sonrisa. Frigga suspiró con cierta resignación, oliendo las mentiras de su hijo.

–Madre, yo cuido a Loki…usted puede ir por el botiquín–habló de repente Thor, quien se asomaba por el marco del pórtico que daba a los jardines. Frigga asintió, y tras una caricia y beso a su hijo menor, se retiró.

Thor se acercó a Loki, una vez su madre se había retirado. Miró a su hermano con cierto cariño, arqueando las cejas. Thor realmente no estaba consciente de lo que había hecho, sin embargo, empezaba a darse cuenta al ver a Loki temblar y bajar la mirada. Aun así, se acercó y besó su frente, pensando que su hermanito le recibiría con los brazos abiertos.

–No te das cuenta, ¿verdad?–susurró apretando sus ojos.

–¿Eh? ¿A qué te refieres?–musitó con inocencia.

–¿¡De verdad no te das cuenta?!–gruñó realmente exasperado, empujándolo para apartarlo, y haciendo que se cayera de sentón–Esas porquerías no se hacen, y menos con un hermano. No es posible que juegues con este tipo de cosas, esto no es un juego, los sentimientos no son…

Thor frunció el ceño al oir el vómito verbal de Loki. Le tomó con mucha fuerza de las muñecas, amoratándolo incluso, aprisionándolo contra el pilar. Loki ahogó un grito, y Thor planta sus labios sobre los ajenos, enrojeciéndolos por la brusca presión. Era un beso desesperado, que no era correspondido. Thor, aun incrédulamente, se separa viendo a la expectativa a su hermano; el cual tenía  la cara pálida, como si hubiese chupado un limón.

-Entonces…–trató de decir Thor, esperando haber podido calmar el enojo de su hermano.

–Eres un asco besando–aclaró primeramente, los labios de ambos se encontraban rojos, casi como una mancha amoratada–, eres un asco–volvió a repetir. Se puso de pie, sin quitar aquella mueca asqueada.

–¡Te llevo a tu cuarto!– gritó, con una tonta inocencia, queriendo seguir junto a él.

–Ah sí, y de paso puedes lamerme el trasero–dijo sarcásticamente.

–¿De verdad me dejarías?–gimoteó con emoción y ojos brillantes.

Loki achicó la mirada, frunciendo el ceño y sus labios hacia abajo. No pudo responderle, su madre estaba de regreso.

–Gracias madre–se limitó a decir, estirando su brazo, tomando el botiquiín que tenía. No quitaba la fúrica mirada  de Thor.

–¿Pasó algo?–muisitó Frigga, mirando a ambos, con un deje de confusión. Más que una respuesta, obtuvo a un Loki golpeando el rostro de Thor, con el enorme y pesado botiquín–.¡LOKI!–gritó, reprendiéndolo a la vez que se hincaba a lado del confundido Thor, que estaba aturdido por el golpe.

–¡UPS, se me resbaló!–gritó con enfado y sin una pizca de arrepentimiento.

–Traeré hielo, compórtense mientras no estoy–advirtió a ambos, señalándoles  con su dedo, de manera amenazante. Soltó un bufido, poniéndose de pie, retirándose nuevamente.

–¿A qué se debió eso?–se quejó Thor, al estar solo nuevamente. Loki tenía una lengua afilada, él era del tipo de persona que agredía con elegancia, inteligencia y de manera verbal. Era la primera vez que usaba la fuerza bruta.

–Lo mismo debería preguntar yo, pero claro, no he de sorprenderme que el bebe de Odín tome todo lo que quiere a la fuerza–bufó, se quedó callado, dándose cuenta de algo–. Uh, fue mi primer beso. Me retiro hermano–musitó lo último con una extraña pasividad, ya cansado.

–Loki…–masculló arqueando las cejas con preocupació–.Yo, yo, no quería…no lo había pensado de esa manera y…

–Thor, déjalo así, no debería extrañarme…no eres alguien que suele pensar las cosas, sólo las hace. Sólo olvídalo–musitó. Iba a dar el primer paso, pero Thor le detuvo–.¿¡Qué es lo que quieres?!–estalló nuevamente, tomó una bocanada de aire para calmarse.

–Creo que me gustas, es decir, no…Me gustas, realmente me gustas.

–No digas tonterías, a ti te gusta todo lo que se mueva o se coma–bufó sin tomarse en serio la declaración, se soltó. Thor lo volvió a tomar, abrazándolo de la cintura con un deje de inseguridad.

–Loki, hablo en serio…sí, tu me gustas, me gustas…me gustas y mucho–empezó a decir sin pena, rió apenas al darse cuenta–, me gustas, me gustas, me gustas, me gustas…¡Loki Odinson me gusta!.

Loki peló los ojos, empezó a taparle la boca, apegándose y susurrándole a gritos, que se callara.

–Thor, diablos, no digas esas cosas con tanta facilidad. No sabes lo que dices, basta…

–Loki, te convenceré de lo contrario…

Loki bufó, rodando los ojos, se apartó y decidió irse al apartar las manos de su hermano. Thor se quedó parado, solo mientras a sus espaldas empezaba a salir las estrellas y la luna… 


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