¿Qué si era feliz? Claro que lo era. Tengo la vida de ensueño, una carrera universitaria, el amor de mí familia, salud, un trabajo excelente y sobre todo tengo al amor de mí vida. No puedo ser más feliz, creo tenerlo todo.
Era noche muy tarde a juzgar por mí vista de la ventana. Me acerqué hacia aquel lugar de la casa; un ventanal muy grande que daba vista hacia el pequeño jardín. Me recargue en la pared y me puse a pensar en él mientras veía aquellas pobres hojas secas tan descuidado eres.
Recuerdo cuando conocí a Jongdae en el Instituto, ambos de 11 años. Yo solía ser alguien inseguro, timido y por ende la gente se burlaba de mi. Todo era lo mismo, gente molestandome por ser como soy o cómo era "Una persona cómo tú no merece nada" esas palabras seguían doliendome a pesar de que ya pasó varios años.
Muchos diría yo.
Luego siguieron cosas peores, ya no fue algo verbal sino que también me habían golpeado hasta que un día ya no pude más y recuerdo que grité; cosa que no había podido hacer debido a esas estúpidas amenazas que ahora ya de adulto me causan risa.
Qué idiota de mi parte.
Pero cómo olvidar aquel rostro que me había salvado. Inclusive al recordar me estremezco; y lo sigo haciendo, me defendió ya que nadie tenía el valor de hacerlo tiempo atrás. Después de lo sucedido aquel día una de las cosas por las cual le amo es que siempre se preocupa por qué este bien y ese día, a pesar de no conocerme no se movió de la enfermería dónde me había llevado. Había esperado por mí y se quedó más tiempo de lo que debió. Yo no tenía fuerzas y no pude mantener una plática con el por qué al instante habia caido dormido.
Recuerdo que parecieron horas y horas de haber dormido y no era así. Sólo habían pasado 2 horas y el aún seguía ahí. Le recuerdo tomando mi mano cuando me vio que había despertado, me cuestiono sobre si me encontraba bien. Claro que me sentía bien, a pesar de haber sido nuestro mi primer encuentro me atraía pero que ingenuo fui cuando pensaba qué nadie podría amar a alguien como yo.
Era una tontería.
Y así establecimos una amistad. Un poco raro debido a que no éramos de clases iguales. Eramos y seguimos siendo opuestos. El era hablador, yo callado, el parecía un gatito, yo una ardilla, a el le gustaba cantar, a mi la fotografía, a el le encanta hacerme enojar, a mi me encanta hacerle reír.
Y de ahí nada a cambiado. A quién engañó.
A pesar de ser amigos, algunas veces nuestros comportamientos le daban a la gente que pensar. Los amigos de Jongdae me hirieron con sus malos comentarios; no se cual fue la razón, lo bueno es que actualmente ya no tiene cercanía con ellos.
Si dejamos a lado aquello, seguíamos en nuestro mundo, todo cambio para bien. Ya nadie me molestaba, ya nadie se tomaba el tiempo de herirme. Y así habían pasado nuestra juventud entre risas, malos chistes de Jong. Pero a esa edad todavía se sigue teniendo mente de niño y no había más preocupación que por jugar y la escuela.
Pasamos ya a nuestra adolescencia y con ello trae cambios. A Jong le había sentado bien la pubertad y fue y sigue siendo más alto que yo, lo cual amo. Mi único cambio había sido mi peso, pero no me preocupaba por arrglarme. Jongdae decía que al natural era guapo y que las chicas caerían por mi.
Todo cambio trae consecuencias malas o buenas. Algo que el antiguo Dae hacia pero que el actual a dejado atrás fue esa manía por atraer a la gente. Algo que le agradezco ya que mi esposo es alguien muy muy guapo. Hasta el momento en mi vida todo iba bien y no había mujeres que estaban tras de el.
Suerte la mía. Al ser sólo mío.
Al pensar en esa Liyin , hace que me ría de mí comportamiento de cuándo era un estupido adolescente. Si antes era inseguro, cuando había aparecido ella me sentía el doble, recuerdo que sus facciones era de una niña muy linda y recatada, con el plus de que tenía y seguramente sigue teniendo una voz hermosa, canta muy bien. No podía decir que no cuando era verdad.
Habia sufrido mucho por Jongdae en ese entonces, ella estaba en el mismo salón de canto que él. No era mala pero sólo no podía ser su amigo, lo intentó debido que quería que todo lo involucrado con Dae supieran de ella y que estaba luchando. Pobre de ella luchaba... en vano.
¿Qué pensaras ahora?
Por ella saque mi lado que sentía celos. Jongdae prefería pasar más tiempo con ella, solo hablaba de ella.
Todo iba normal ese día cuando un evento estaba programado con los talentos de la escuela. No era especial, los de fotografía no tenian oportunidad Hasta el próximo año.
Ese día al llegar a casa mi madre tuvo que soportar mi mal humor. Mi mal humor por todo, por el evento, por la tipa esa, por Dae.
Mi madre sabía de mi amistad con el y como toda madre ve cosas que uno no, ella sin preguntar me afirmó que sentia algo por aquel muchacho. Quien diría que esas palabras resultaron ciertas.
Increíblemente ciertas.
No se cómo habíamos pasado esa crisis, oh lo recuerdo. Gracias amigo Changmin por abrirle los ojos a ese idiota.
Me rio ante el comportamiento que tenía Jongdae cuándo alguien que no fuese el se me acercaba y de una forma u otra corría a las personas en especial los hombres que me buscaban para una ayuda en tal tarea.
El Dae celoso.
Era lindo por una parte, pero le había reñido que ese comportamiento era grosero. Qué tonto me siento ahora; prefiero esa Linda actitud, ahora esa actitud había cambiado, creo.
Los meses habían pasado y por alguna razón ya no existieron más personas a mí alrededor. Sabía quien había sido el culpable pero no me enfadaba, lo que si hacía enojar era que yo no tuviera a nadie más pero el si podía tener a quien sea. En ese momento éramos ya adolescentes de 17 años y ahora debíamos afrontar por más problemas. En esos años ni uno había tenido más problemas de los que ya, pero no era tonto. Ambos ya no éramos niños y las cosas tenían que cambiar, antes quizá se le llamase confusión pero ya ahora no, me gustan los hombres pero en especial uno que me roba el corazón con su sonrisa de gatito.
Uno sólo, y siempre serás tú.
No sabia de sus antiguas novias, el no era una persona así. Recuerdo que siempre en las tardes cuando íbamos en bicicletas me hablaba de que esperaría por esa persona. Poco le había durado. Era tiempos muy difíciles y lo siguen siendo.
Era momento de otra etapa más juntos; La Universidad. Era la misma pero con secciones divididas por facultades, la nuestra era de artes pero cada campus para cada cosa. Al entrar a la Universidad ya no existía más Liyin. Ya no existía la vergüenza por parte de Jongdae. Se convirtió en una persona directa y amante de aquella actitud.
Aunque en la actualidad me preocupa y tengo miedo a que vuelva a aquel comportamiento.
Pasamos a nuestro segundo semestre y con ello la rebeldía. De manera sana según el, su sueño en ese momento era de que vivieramos juntos, independizarse. Y así había sido. Yo el amigo que estuvo con el siempre que según el esperaba encontrase a una mujer igual a mi. Esas palabras me habían dolido, ahora ya no.
Me tienes a mí.
Ya ambos con 18 años los problemas no se hicieron esperar, las fiestas, el alcohol y sobre todo lo que más me dolía era que traía a putas a aquel nido como yo le llamaba. No tenía vergüenza, a el no le importaba tirarse a quien sea. Me hizo llorar, su comportamiento me dañaba , había mentido.
¿Me seguirás engañado?
Ese recuerdo me trajo a la actualidad; a la realidad. El Jongdae de ahora ya es diferente , ya no existe el Jongdae inmaduro, ya no es más el adolescente que traia a cualquiera a casa. Pero estos ultimos días su actitud daba mucho que pensar habíamos pasado tantas cosas juntos y afrontar muchas también, ¿Qué había salido mal?.
¿El no poder darle lo que quiere? Imposible, el juro amarme cómo soy. Había luchado tanto por el que es el ahora el que se aleja de mi.
¿Había hecho cosas malas? No lo se. Siempre a estas horas de la ¿Madrugada ya? Me hacía estas preguntas. Moría de sueño pero debía esperar a Jong. Cada que el no llega temprano a casa traigo conmigo aquellas vivencias de niños y esos roces inocentes.
El para mí fue y será el primero en todo.
Me disponía a irme a la habitación, volteó hacia el reloj que cuelga de aquella pared azul cielo; 02:00 am. Mi mente me está dañado, hace que crea cosas que no son; mi corazón dice la verdad, el no miente.
Suspire pesadamente. Camine hacia las escaleras pero un ruido de llaves en la puerta me despertó , estaba cansado; literal, no quería iniciar otra de las tantas peleas. Pero ya me sabía el cuento "¿Que haces despierto?, deberíamos dormir, vamos", y siempre la misma pregunta que salía de mi boca "¿Por qué tan tarde?. Todo tan monótono; ya me sabía las siguientes líneas pero que más da, tanto esperar cansa.
Veo a Jongdae entrar a la casa y no se asombra verme parado cerca del ventanal.
-¿Qué haces despierto?, deberíamos dormir, vamos.-Me toma de la muñeca y me encamina hacia las escaleras. Sigo sin decifrar el tono en que lo dice; me detengo y voltea hacía mí , como siempre .
Quiero llorar y estoy a punto. Siempre que el volteaba a verme seguía la demás platica y de mi parte sólo había un asentimiento con la cabeza y ahí terminaba todo. Pero ahora me permiti llorar, el suavizo su agarre. Se que el no tiene la culpa de nada pero soy yo el que se imagina cosas, el me ha dicho que está actitud le exaspera y que veo cosas en donde no las hay. Le creo pero el problema soy yo, siempre he sido yo. Mi inseguridad no había cambiado.
-Minseok no fue mi intención tomarte de esa manera... lo siento yo...- Le corté, aquí el que debía discurparse era yo. Lloré más fuerte, el verle de esa manera, triste y lamentándose de esa manera hicieron abrir mis ojos.
El malo aquí era yo, estaba cegado a ver lo que quería y omitir lo demás.
Era yo quien iniciaba las peleas, era yo quien no dejaba que hablará con nadie más, Era yo quien veía cosas dónde no las hay, era yo quien le hacía escena de celos cada vez que podía, Era yo quien hacía que esto se viniera abajo. Lo había visto desde mi punto de mi vista. Sólo lo bueno que quería ver.
Me tiré al piso hecho un mar de llanto. No quería que me tocará pero no podia con el, es mucho más fuerte que yo y de verdad necesitaba un abrazo.
-Jongdae Perdóname Perdóname Perdóname.- Seguía llorando ahora en sus brazos y de verdad quería cambiar. No podía hechar a la basura nuestros dos años de casados.
-Min, no tienes por qué pedir disculpas. Te amo y te amaré sólo sólo ti. Enserio que si trabajo es de más por qué. - Suspiro y levante mi mirada para observar aquellos ojos que tanto amo. -No te lo había dicho por qué era o es una sorpresa.- Me tomó del rostro y frunci el ceño. Se rió y empezó a quitar mis lágrimas con sus grandes manos.
-¿S-sorpresa?, deja de jugar.- Paso su dedo por mis labios y me tranquilice. Qué hiciera eso me calmaba.
-No estoy jugando. Se supone que debía ser una sorpresa pero para calmar a mi lindo espeso.- Me beso por toda la cara y sólo pude reír bajito.-Te lo diré en la mañana .- Ok, eso no me lo esperaba. Todo una caja de sorpresas el troll.
-¿En la mañana? ¿Por qué no ahorita.- Ya mis lagrimas habian dejado de caer ante su suave toque. Me sentía mal pero cómo reclamarme que dejara de amarme a un hombre que me ama. Es ilogico si quiera pensarlo.
-Estamos cansados, ya mañana hablaremos mejor ¿Te parece? .- No, no me parece pensé pero no podia negarme, últimamente estaba sin ánimos.
Me cargo sin siquiera esperar respuesta y subió hasta la habitación. Me poso delicadamente en la cama y me sonrió. Yo ya me encontraba en ropa para dormir así que no me preocupe de más. Vi como caminaba hacía nuestro ropero, tomo la ropa y el muy sinvergüenza se empezó a desnudar y sólo pude quedarme plasmado. Era mío y sólo mío. Suspire y deje caerme en la cama. Cerré los ojos y me dispuse a dormir, me acosté de lado y sentí sus brazos atraerme hacía el. Hace mucho que no pasaba algo así, dormiamos juntos pero no habían toques ni roces de por medio.
Deje de pensar en el pasado y aquí estábamos juntos de nuevo. Intenté dormir pero no podia la sorpresa me tenía un poco inquieto. Al parecer lo noto y me abrazo más fuerte por la cintura.
-Duerme ya, no quiero que estés sin dormir.- Me dijo pasando sus dedos lentamente por mi vientre y eso me calmo un poco.
-De acuerdo.- Sólo pude decir aquello y puse mis manos en dónde las de el.
Por fin nuestra primera noche en paz después de tantos días.