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Condena de Sangre | Vkook por SakeshiUchiha

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Me desperté lentamente ya que un terrible dolor de cabeza me perforaba las sienes. No podía reconocer el sitio donde me encontraba y el pánico se estaba apoderando de mí. ¿Qué demonios había pasado anoche? Mis últimos recuerdos eran del tipo sensual que había usado su muy habilidosa lengua sobre mi, transformándome de un tímido virgen a una total perra en celo (casi literal). Después de cierto glorioso momento, mi mente parecía borrada.
Estaba desnudo, lo cual no era una sorpresa dadas las circunstancias, pero no sentía ningún dolor en mi parte baja lo que podía significar que el encuentro con mi sexy desconocido no había pasado a mayores. Y eso me llenó de cierta decepción y quise a la vez golpearme hasta la inconsciencia por esos pensamientos. 
 
Digo, siempre quise que mi primera vez fuese especial y el acostarme con un desconocido no tenia nada de especial.
La puerta que estaba a unos pocos pasos de la cama  se abrió lentamente, dejando entrever la delgada figura de SoMin. Aún no había abierto la boca y ya podía oir sus burlas por mi penosa situación, aunque por otro lado ¿cómo mierda me había encontrado? 
 
—Antes de que preguntes, recibí un mensaje de texto que me indicó donde estabas.—dijo, intentando reprimir una carcajada—estoy segura de que no fuiste tú quien lo envió así que apresuraté y cuenta que fue lo que pasó. Pero antes vístete por favor, me estás distrayendo. 
 
—Muy graciosa, pequeña.—Tomé una almohada y la arrojé en su dirección, la cual esquivó fácilmente— En realidad no recuerdo mucho, sólo haberme ligado a un tipo muy sexy y hacer cosas, las cuales si recuerdo despertaran al amigo que tengo entre las piernas y eso es algo que ninguno de los queremos.—Podía sentir el rubor cubriendo mis mejillas al recordar a mi desconocido— Pero después de cierto momento no recuerdo nada más hasta que desperté. 
 
—Jeon imbécil Jungkook ¡debes tener cuidado! ¿Qué tal si el tipo era un violador? ¿O un ladrón de órganos?  O peor aún, ¡Jungkook todo el cuarto apesta a…!
 
SoMin apretó los labios con fuerza y puedo decir que la conozco tan bien que sabía que sólo hacía ese gesto cuando intentaba controlar sus propias palabras. Estaba agradecido de que mi amiga se preocupase tanto por mi, pero por un extraño motivo tenia el presentimientos de que con aquel extraño no correria ningún peligro. 
 
—Sí, esta bien, lo siento. La próxima vez tendré mas cuidado. Vámonos a casa por favor. De todas maneras ¿qué hora es? 
 
—Son casi las 5. Apresúrate, sabes que el sol y yo tenemos una larga relación de amor y odio. —SoMin tenía razón; a veces me sorprendía lo rápido que se enrojecía su piel cuando se exponía al sol, quizás era debido a su blanquecina piel. Hasta que la conocí jamás había conocido a una persona con una tez como la suya. 
 
—Muy bien me vestiré, pero date la vuelta. Ya viste demasiado. —SoMin volvió a soltar una de sus carcajadas mientras fingía cubrirse los ojos. Yo me limité a ignorarla mientras buscaba mi ropa por la habitación. 
 
Una vez que estuve vestido nos limitamos a salir en silencio de allí, esquivando los cuerpos que aún se encontraban danzando en el club. Era increíble como el sol estaba a punto de salir y estas personas se veían mucho mas animadas que al inicio de la noche, incluso algunas se besaban y toqueteaban sin ningún tipo de pudor. No pude evitar el sonrojarme ya que un par horas antes estuve a punto de hacer cosas mucho peores con mi desconocido. 
 
Tomamos un taxi y me permití relajarme en los asientos, mi mente no dejaba de intentar armar las piezas faltantes de mi noche; podía recordar sus besos, sus hermosas manos tocándome con delicadeza y su increíble rostro, pero por algún motivo su nombre era un misterio del cual no podía encontrar la solución. Un olor particular llamó mi atención cuando el conductor encendió el aire acondicionado; era algo atrayente, un aroma que estaba seguro de nunca haber olido antes, ningún perfume se podia comparar con este. Venía de mi camisa y podía jurar que era el olor de mi desconocido. Un dolor de cabeza me atontó por un par de segundos y su nombre vino a mi seguido de una nueva punzada: Kim Taehyung era su nombre. A mi lado pude sentir como SoMin se tensaba, sus brazos me envolvieron mientras el dolor de cabeza se intensificaba. Ella me acariciba mientras recuerdos borrosos llegaban a mí. Por alguna razón mi mente estaba luchando contra una barrera que impedía que los recuerdos salieran a flote. 
 
Cuando el taxi por fin llego a nuestro departamento, SoMin me ayudó a entrar y enseguida me dio un par de pastillas para el dolor y me ayudó a desvestirme para que entrara a la ducha. Por el rabillo del ojo pude ver como olfateaba mi camisa y su cara adquiría una total expresión de incredulidad. 
Entré a la ducha y el dolor empezó a desparecer gracias al agua fría que caía sobre mi cuerpo, me parecía una lastima tener que borrar con jabón los rastros de besos que el desconocido que ahora recordaba que se llamaba Taehyung dejo por todo mi cuerpo. Me relajé mientras le daba a mi cuerpo un muy merecido masaje. No tenía ganas de hacer mucho más, así que una vez que salí de la ducha tomé mi ropa interior y me acosté nuevamente en mi cama, Estaba seguro que soñaría con aquellos ojos que me miraron con deseo, y vaya que tuve razón. 
 
Una vez que me desperté, sintiendo mi cuerpo mucho más descansado, caminé a la cocina encontrándo a SoMin sentada sobre el mesón. Por su expresión pude deducir que tenia ganas de interrogarme, y apenas abrió la boca lo comprobé:
 
—Entonces... ¿Me puedes contar exactamente lo que pasó, Jungkook? —Su tono de voz y todo su lenguaje corporal irradiaban molestia. 
 
—SoMin, ya te dije que no recuerdo nada más. Me enrollé con un tipo sexy en un bar, fuimos a la habitación, nos besamos y creo que me dormí. Luego el tipo me abandonó y llegaste tú un par de horas después, solo eso. —Le estaba mintiendo descaradamente, pero por algún motivo sabía que contarte todo con exactitud sería una mala idea. 
 
—¡¿Y entonces cómo mierda el tipo me contactó para que te fuese a buscar?! 
—SoMin baja la voz. No lo sé, supongo que nos vio juntos y al revisar mi teléfono decidió mandarte un mensaje. 
 
—¿Entonces el tipo esperó hasta que yo me alejé de ti para abordarte? ¡Eso es aun peor, Jungkook! No sabes la clase de persona que pudo ser ese tipo.
 
La voz de SoMin se volvió más ronca y me sorprendió porque, normalmente, SoMin trataba por todos los medios de no dejar que su tono de voz normal se dejase escuchar. Ella siempre decía que odiaba su voz porque era de todo menos femenina, y las raras veces que esto sucedía era cuando se encontraba totalmente molesta.
 
—Lo sé, tienes razón. Supongo que me dejé llevar y lo siento muchísimo por preocuparte. No volverá a pasar. 
 
—Más te vale o se lo diré a mi padre, y ya sabes cómo se pone cuando hacemos estupideces. —se bajó del mesón, comenzando a preparar un almuerzo tardío. 
 
Un escalofrío recorrió mi piel gracias a su amenaza; el papá de SoMin, al que consideraba como el mío propio, siempre ha sido la persona que más se ha preocupado por mi y sabía lo sobre-protector que podía ponerse en algunas situaciones. Esto sólo sucedía conmigo y a veces eso me confundía un poco, pero cuando le preguntaba al respecto él respondía que yo era mucho mas ingenuo e inocente que su hija, por lo tanto debía ser más protegido. No discutía sobre eso porque en el fondo sabía que tenía razón. 
 
Con el pasar de los días no hubo un solo momento en que no dejase de pensar en Taehyung; era algo ridículo porque solo lo había visto una sola vez en mi vida y ya ocupaba la gran mayoría de mis pensamientos, mis sueños con él eran ya una rutina que se cumplía cada noche. En cuanto a SoMin, adoptó la actitud de perro guardián y me seguía a todos lados, hasta iba conmigo a la universidad, lo cual llegaba a irritarme porque sabía lo mucho que sufría con esas exposiciones tan prolongadas al sol. Cuando intenté hablar con su padre sobre eso, él sólo me dijo que SoMin estaba tratando de cuidarme y protegerme como siempre había hecho. Yo estaba muy acostumbrado a su sobre-protección, pero esta actitud rayaba en lo ridículo, no era como si Taehyung me hubiese contactado o algo parecido, el tipo había desaparecido dejándome completamente ofuscado y con unas actitudes de acosador que sinceramente me estaban asustando. 
 
Digo, no es normal el conservar la camisa que usé el día que lo conocí sin lavar sólo porque aún conservaba su olor. Además investigué todas las redes sociales habidas y por haber esperando tener un golpe de suerte y lograr encontrarlo, consiguiendo solo frustración cuando lo único que encontré fue al cantante del grupo KARD que increíblemente tenía su mismo nombre. 
Me encontraba sentado intentando concentrarme en la película que estaba viendo junto a SoMin, pero era imposible cuando lo único que quería era el poder ver nuevamente a Taehyung. El timbre del departamento sonó despertándome de mi ensoñación, pero cuando estaba a punto de levantarme para abrir la puerta la mano de SoMin me detuvo. 
—¿A donde vas, Jungkook? —preguntó con el ceño fruncido.
 
—No lo sé, SoMin. quizás a abrirle la puerta a mi amante de cuarenta años para poder fugarnos juntos y así no volver a verte. —intente hacer una broma pero dada su expresión supe que no le pareció nada graciosa— Sólo veré quién está tocando la puerta. Quizás sea el repartidor de pizza que llevamos esperando más de veinte minutos. 
 
Asintió despacio, dejándome libre para poder abrir la puerta. Esperaba encontrar al repartidor ya que sabía que era imposible que fuese Taehyung, pero me sorprendí cuando, en vez de las opciones que mi mente estaba manejando, encontré una pequeña caja en el suelo. Me agaché a levantarla con cuidado y decidí abrirla, aunque dubitativo, cuando vi que había una tarjeta con mi nombre en ella. Creo que no me pude sorprender más cuando vi su contenido.
 

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