Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sensei por Sai Ki

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Esta historia nació gracias al rol que tengo actualmente con Witch, nuestros personajes se tratan con mucho respeto y esta idea surgió a partir de. La trama es completamente distinta a la de un par de músicos de vk pero creo que es bastante divertida y linda.

Decidí subirlo hasta este día por dos razones: No había tenido tiempo de escribir y porque el 17 de septiembre es fecha importante para los Number Six (ya saben, cumpleaños de Tora).

Witch-sempai, este fic va enteramente dedicado a usted. Le debía algunas respuestas por los muchos fics que usted escribió para mi en el pasado y aunque éste es corto, espero sea de su agrado ~
Debo decir también que si su Tora no fuera tan lindo, esta idea no habría nacido (?)

A todos aquellos que también disfrutan de esta pareja, los invito a darse una pequeña vuelta por mi cuenta y la de Witch para leer más de estos bobos que nos gustan tanto. ¡No se arrepentirán!

Notas del capitulo: Una vez más estoy de regreso, si, si, yo sé que he estado actualizando una vez al año pero al menos deberían agradecer que no les dejo fanfics incompletos -risas-.

Este fanfic es el primero que edito desde la laptop así que espero no tener tantos fallos como con los anteriores y también, que aunque la historia sea un poco cliché, sea de su agrado.

Aclaración: cada "escena" está separada por un "---" y los recuerdos están en cursiva ~

Notas, comentarios y demás son bien recibidos al final del capítulo

— Takashi-san !! —una vez más, el joven pelinegro corría hasta su tutor abrazándose a su cadera con una mochila a su espalda

 

— Shinji-kun.. ¿Cómo estás? —el tutor del menor palmeó su cabeza con suavidad permitiéndole el paso a su hogar, donde le impartía clases de piano.

 

— Muy bien ~ ¿Y usted? ¿Le he dicho que hoy se ve muy guapo? —mencionó con una suave sonrisa en el rostro, haciendo reír al mayor.

 

— Lo acabas de decir, Shinji-kun

 

 

 

-----

 

 

— Al parecer Sakamoto es nuestro maestro de música.. ¿Habías escuchado hablar de él? —La voz de un joven rubio llamó la atención del pelinegro que se encontraba sentado en la última butaca del salón, al parecer estaba ocupado leyendo un manga shonen.

 

— ¿Sakamoto…? ¿No es el maestro nuevo del que todos hablaban? —mencionó distraído hasta que su conversación se vio interrumpida cuando la puerta del aula fue abierta permitiendo el paso a un joven de no más treinta años con el cabello castaño algunos centímetros sobre los hombros. Vestía unos jeans negros ajustados y mocasines del mismo color, una camisa blanca hacía juego con su vestimenta.

 

Los jóvenes se acomodaron en sus asientos, especialmente las chicas que le encontraron sumamente atractivo.

 

— Buenos días, como ya saben soy su maestro de música clásica. Mi nombre es Sakamoto Takashi… —El pelinegro dejó de leer su manga en cuanto escuchó su nombre, ¿Acaso era el tutor de música de hacía diez años atrás? 

 

 

Todas las respuestas del joven pelinegro se vieron contestadas cuando el joven profesor hizo una breve reseña de su vida, trabajaba de tutor para costearse los gastos de su vivienda y había estudiado en una prestigiosa universidad. Incluso Shinji logró distinguir ciertos rasgos del rostro ajeno como la forma de su nariz.

 

Cuando Takashi pasó asistencia, su mirada se cruzó con la del pelinegro y esbozó una suave sonrisa al encontrar a alguien conocido. Para sorpresa de ambos, aún se recordaban lo suficiente para hacer sus corazones latir con fuerza.

 

¿Cómo era posible después de tanto tiempo? 

 

 

---

 

— Takashi-san.. ¿Alguna vez ha besado a alguien?  —preguntó el más joven una vez terminó su pequeña pieza en el piano, aún con algunos errores.

 

— ¿A qué se debe esa pregunta, mi pequeño Shinji? ¿Viste una película? —le miró de reojo en el banquillo, mientras buscaba los ejercicios a practicar ese día.

 

— Quiero besarlo..  —el silencio se apoderó de ambos. Era una tarde soleada y el sol se colaba por la ventana que Takashi usualmente dejaba abierta para dejar que sus alumnos se sintieran más cómodos mientras practicaban. La brisa daba movilidad a sus dedos.

 

—Debemos repasar las últimas melodías, Shinji-kun —Takashi intentó ignorar al menor quien ahora le miraba con incertidumbre. Era bastante difícil sabiendo lo terco que era el menor.

 

—Podemos repasar después de un beso —mencionó en un tono inocente aún cuando se había acercado al mayor para buscar su mirada. ¿No le estaba tomando en serio? ¡Él tenía curiosidad!

 

—¿Si lo hago.. prometes practicar? —sabía que estaba a punto de cruzar la línea entre alumno-maestro, incluso el latido de su corazón se había acelerado mientras intentaba parecer firme ante la mirada atigrada del más joven. ¿En verdad iba a besar a un niño de diez años?

 

Shinji asintió en respuesta cerrando sus ojos cuando el mayor se acercó a su rostro, sintiendo un suave tacto sobre sus labios que duró apenas tres segundos. Para Shinji había sido un beso especial, después de todo no había besado a nadie más. Para Takashi, había sido especial también sin embargo, sus pensamientos lo traicionaban a cada segundo “Esto definitivamente está mal”

 

 

---

 

—Hey, Shinji-kun.. qué sorpresa verlo estudiando aquí —mencionó el castaño con una jovial sonrisa mientras guardaba las hojas de asistencia de los muchos grupos a quienes impartía clases.

 

—Al final la música llamó mi atención más de lo que esperaba.. supongo que debería darle las gracias por eso —mencionó el pelinegro mirando a su ex-tutor con una sutil sonrisa pintada en los labios, no podía evitarlo, estaba feliz de volver a verlo.

 

—Aun así es una carrera muy difícil, tan solo mírame... he terminado dando clases en una universidad —mencionó con gracia caminando al lado del más joven, ahora que ambos se dirigían a la salida del salón de clases. 

 

—Usted siempre fue bueno enseñando, no me sorprende demasiado. ¿Tiene clases? —preguntó al mirar el reloj en su muñeca maldiciendo mentalmente el tener que cortar su conversación con el castaño.

 

—En realidad es mi hora del desayuno, supongo que te tienes que ir a clases... Nos veremos la siguiente clase, asegúrate de hacer tus tareas  —se despidió de Shinji con una sonrisa imperceptible perdiéndose entre los alumnos que dirigían sus pasos a la cafetería.

 

 

 

 

 

—¿Se conocían? —preguntó el amigo de Shinji quien había estado todo el tiempo esperándolos en la puerta. Atento a cualquier cosa que decían ¡Vamos! Que su amigo se había pasado toda la clase con la mirada sobre el nuevo maestro.

 

—Era mi tutor de piano cuando estaba en primaria —mencionó caminando hacia las escaleras que los conducirían a su siguiente salón. Su mirada brillaba al decir eso.

 

—¿El tutor con el que… descubriste tu lado gay interior? —la pregunta opuesta hizo soltar una carcajada al más alto, quién no especificó nada realmente, simplemente se mantuvo perdido en sus pensamientos — porque si es así deberías ser más discreto, no me sorprendería si alguien más notara cómo te le quedabas viendo.

 

—No me interesa que alguien más lo note, además no creo que siquiera se acuerde de eso. Ambos éramos unos idiotas en aquel entonces.. no teníamos conciencia de lo que pasaba

 

—Tenía veinte cuando te daba clases, ¿cómo puedes decir que no sabía lo que hacía? Prácticamente era un pedófilo!

 

—No es como que hubiéramos tenido sexo baka-Hiroto.. pero supongo que en aquel entonces sólo lo hacía para que yo practicara..  —el más bajo de los dos le miró de reojo, pues si bien su amigo no le había dado detalles de aquella pasada “relación” podía percibir lo mucho que el pelinegro había querido a su tutor.

 

 

Pero en realidad lo único que Shinji recordaba era lo mucho que admiraba a su tutor en aquel entonces, si eso era amor ¿Cómo podía saberlo? Era muy joven en aquel entonces para entenderlo.

 

 

---

 

— Veo que has aprendido bien pequeño Shinji, me sorprende lo mucho que has avanzado.. ¿Te gusta la música o simplemente el piano? —como era costumbre del mayor, hablaba con el más joven cuando éste tomaba el refrigerio que le mandaba su madre en su pequeña mochila. Siempre le causaba ternura verlo comer un sandwich sentado en el banquillo del piano.

 

— Me gusta, además Takashi-san es muy bueno conmigo ~ —ambos se miraron por un momento logrando que Shinji se sonrojara mínimamente y que Takashi simplemente acariciara su cabello para despeinarlo un poco.

 

— Date prisa con tu desayuno, si queremos impresionar a tus padres debes aprender la siguiente melodía… estoy seguro de que lo harás bien —explicó sentándose a su lado en el banquillo y limpiando las teclas con una toalla húmeda. El menor le miró con admiración, siempre era así cuando le veía tan concentrado y aún así lograba melodías hermosas, parecía no esforzarse en absoluto.

 

Takashi tenía un carisma inmenso. 

 

---

 

Con el pasar de los días Shinji se concentró únicamente en las clases de su tutor, no era que antes no lo hiciera, era que ahora tenía a alguien que lo invitaba a lograr su meta, una especie de ángel cuando más lo necesitaba.

Cuando no ponía atención a lo que Sakamoto decía, porque eran en su mayoría sermones, se perdía en cada una de sus facciones. Debía admitir que el joven era atractivo, su cabello castaño había crecido unos pocos centímetros después de tres meses y en ocasiones lo acomodaba detrás de su oreja cuando buscaba algo entre tantos libros. Los días que llevaba lentes y los acomodaba con una gracia increíble en el puente de su nariz o aquellas ocasiones en que sus miradas se cruzaban y ambos sonreían imperceptible.

 

 

Shinji comenzaba a enamorarse de Takashi.

 

 

 

 

—Shinji-kun qué alegría verlo por aquí.. ¿Podrías ayudarme con unas copias? —Takashi había encontrado al más joven caminado en los pasillos de la facultad, el pelinegro de inmediato aceptó y le ayudó a llevar algunos libros. 

Ambos se mantuvieron en silencio mientras llegaban a la biblioteca, el castaño le indicó un cubículo especial donde estaba la fotocopiadora y ambos se encerraron dentro.

 

 

Cada libro tenía un separador de diferente color, indicando las páginas a copiar así como el tema. Shinji estaba maravillado con lo ordenado que era su tutor.

 

—¿Todo bien con sus materias, Shinji-kun? Parece que se ha vuelto más callado, recuerdo que hace un tiempo usted hablaba más —mencionó risueño al recordar cómo era el más joven cuando niño, siempre preguntando curioso por cualquier cosa. Había evitado incomodar al más alto, ahora Shinji era incluso unos centímetros más alto que él siendo que su edad era menor.

 

— Estaba pensando en lo maravilloso que es usted, Takashi-san —respondió con simpleza apoyando su espalda en una de las paredes del cubículo notando como el mayor se tensaba. Esbozó una sonrisa de medio lado antes de continuar, quizás era tiempo de hacerse notar.— Yo recuerdo muchas otras cosas del pasado, por ejemplo, sus besos de recibimiento.. qué lástima que ahora no pueda ser así

 

El castaño volteó a mirarlo un tanto sorprendido, ¿Estaba escuchando bien? Todas las noches de martirizaba por haber besado a un niño menor que él y ahora parecía que a ese niño le gustaba. Rió corto al pensar en esa posibilidad, era absurdo que el pelinegro tuviera alguna clase de sentimientos por él.

 

— Está claro que no lo voy a besar Shinji, sería extraño hacerlo. Además el pasado es el pasado, no tiene nada que ver. —separó sus copias con grapas manteniendo una sonrisa burlona en sus labios. Ni siquiera entendía por qué tenía una conversación de algo que había sucedido hace apenas 10 años.

 

— Entonces usted solo besa a personas que aún no cumplen su mayoría de edad, no sabía que mi tutor favorito hubiera sido tan pervertido —le ayudó con algunos libros de regreso, acomodando todos en la mesa principal de la biblioteca para que el encargado los acomodara donde correspondían. El castaño simplemente se mantuvo en silencio con una sutil sonrisa en el rostro. ¿Cómo iba a responder a ello? No había forma de defenderse porque cualquier idea que pasaba por su mente lo hacía sonar mucho peor.

 

— Gracias por ayudarme Shinji-kun, me alegra que sigas siendo tan sincero, aunque podría traerte problemas algún día —mencionó en un tono de misterio palmeando su hombro justo como cuando se despedía pero el pelinegro fue más rápido y le detuvo, acercándose a sus cabellos para dejar un corto beso cerca de su frente. Takashi rezó porque nadie se percatara de ello.

 

— Solo soy sincero con usted, sensei..

 

 

---

 

 

El fin de semestre llegó, los alumnos tenían cien proyectos encima y aunque Shinji había terminado todos y cada uno de ellos, se mantenía ocupado pensando en cómo confesar sus sentimientos a Sakamoto. Porque ahora tenía claro lo que sentía por él, quería estar todo el tiempo a su lado, escuchar su maravillosa voz, mirarlo a los ojos, hacerle el amor.

 

— ¿Y si simplemente le escribes una carta? No creo que necesite un gran detalle —mencionó Hiroto después de haber pensado en el dilema de su amigo. ¿Por qué quería hacer algo tan especial si seguramente lo rechazarían?

 

— Quiero darle un detalle para que sepa que es especial. Si se lo digo como muchas de nuestras compañeras de clase, probablemente no me tome en serio —miró atento el cuaderno donde tenía anotadas algunas ideas para su “confesión”, de algún modo odiaba lo popular que era el castaño con todo el mundo.

 

— ¿Has pensado en la posibilidad de que esté casado? Tora, no estás pensando coherentemente

 

El más alto de los dos frunció los labios al escucharlo. Aunque no quisiera admitirlo, tenía razón, ¿Y qué si Sakamoto sólo lo trataba como a uno de sus muchos alumnos? De solo pensar en ello se sintió celoso.  Pero entonces ¿Qué significaban esas sonrisas entre clases?, ¿Por qué la vez que lo acompañó a sacar copias, no le apartó? “Si él tuviera a alguien más, lo diría” se convenció.

 

En su mente, Takashi era completamente fiel a sus relaciones.

 

 

— Ahh.. te ayudaré, pero si todo sale mal no me digas que no te lo advertí.

 

 

 

---

 

 

 

— Vengo a ver a Sakamoto sensei.. si, es por una materia que reprobé y quiero saber si puedo hacer un examen —la secretaria le miró con burla, era más que sabido que Sakamoto no cambiaba las calificaciones pero a Shinji eso no le importaba, sólo quería tener un momento a solas en la oficina de Takashi. Después de todo solo estaba diciendo una pequeña mentira para que lo dejaran pasar.

 

— Última oficina, está ocupado así que tendrás que esperar.

 

Shinji se sentó en una de las sillas de espera que había al lado de la puerta. Había ido hasta ahí para pedirle una cita a Takashi. “Debo estar loco” pensó mientras jugaba con sus dedos para distraerse un poco.

 

— Cuídate mucho, Naossy. Nos vemos —la voz de Takashi se hizo presente y más tarde un joven rubio salió de su oficina con una boba sonrisa en el rostro. Shinji se le quedó mirando con una expresión de desagrado y después volvió su mirada a la puerta de la oficina. Al parecer Sakamoto no se había dado cuenta de su presencia.

Se puso de pie y tocó la puerta dos veces antes de ingresar, sin esperar respuesta.

 

— ¿Se te olvidó algo, Naos..- Shinji, qué agradable verlo por aquí. ¿Qué se le ofrece?

Para el pelinegro no pasó desapercibido el ramo de flores que tenía el castaño sobre su escritorio y aunque intentó parecer tranquilo, su rostro delataba los celos que en ese momento lo invadían. Se sentó frente al escritorio manteniéndose en silencio hasta que el mayor dejó de revisar exámenes y le prestó atención.

 

— El sábado en la plaza central.. hay una exposición de música. Quería saber si quería venir conmigo.. —el pelinegro mencionó con una seguridad que en ese momento desconocía. Quizás los celos que corrían por sus venas lo volvían más directo.

 

— ¿La exposición de música clásica..? Uh, lo lamento pero fui la semana pasada —la sonrisa de Takashi era de nervios al no saber cómo rechazar la oferta del menor. Le ponía nervioso sentir su mirada y aquellos labios dulces, ligeramente abultados como cuando de niño se enojaba... ¿Cómo era que recordaba esos gestos?

 

— De acuerdo.. —Shinji suspiró intentando controlar las ganas de matar a ese llamado Naossy, o como fuera que se llamara. Al ponerse de pie tomó el rostro de Takashi entre sus manos y besó su frente.— cuídate mucho, Sakamoto

 

 

 

 

 

 

— ¿Dices que había un ramo de flores? Te dije que era imposible Tora, no tienes oportunidad

 

— Cállate enano, estoy pensando.. quizás fue un regalo de los otros maestros o no sé, no creo que tenga novio

 

— Claro, entonces sólo se acuesta con el chico rubio de vez en cuando —respondió con ironía a pesar de recibir un golpe en uno de sus brazos. — Oye! Sabes que es cierto, ¿A ti te llama con sobrenombre? Las veces que los escuché platicar siempre te trata con respeto.. no quiero desanimarte Tora, pero tan solo piensa un poco, te lleva diez años, tiene su carrera terminada y además trabaja. Incluso hay maestras muy guapas que lo invitan a salir ¿Y crees que te va a hacer caso? ¿Qué tienes tú para ofrecer que no sea una historia de hace diez años?

 

Hiroto guardó silencio al haber dicho eso, porque era lo que pensaba pero ver a su amigo tan desanimado y probablemente enojado con él, lo hizo sentir mal. Pero quería hacerle saber que esas relaciones no funcionaban ¡Y quién mejor que él para decírselo! La última relación de Hiroto se había ido al diablo por meterse con alguien cinco años mayor y claramente no iba a dejar que su amigo pasara por lo mismo.

 

— Tienes razón.. prometo dejarlo ir —fue lo último que dijo Shinji antes de dirigirse a la salida de la universidad. Hiroto suspiró y se despidió de él con una sonrisa torcida. ¿Por qué Tora tenía que ser tan terco?

 

 

---

 

 

— ¿Qué sucede, mi pequeño Shinji? Te veo triste desde la semana pasada —el mayor se sentó al lado de su pupilo ofreciéndole una manzana que el más joven no dudó en tomar para hacerle una mordida

 

— No quiero dejar de venir.. lo voy a extrañar mucho, Takashi-san —admitió apoyando su cabeza en el hombro ajeno siendo rodeado por el mayor con cariño.

 

— Puedes seguir practicando, eres muy bueno con el piano Shinji-kun.. yo tengo otras cosas que hacer, si pudiera seguir dando clases tú serías mi alumno favorito

 

— Yo ya soy su alumno favorito —respondió abultando sus labios en señal de molestia haciendo reír por lo bajo a su tutor.— No es gracioso, yo lo quiero mucho…

 

— Lo sé Shinji.. también yo te quiero a ti —el menor volteó a mirarle y Takashi no pudo resistir la tentación de besarlo dulcemente. Habían pasado cuatro meses desde que el pequeño pelinegro le pedía besos pero había veces que no tenía conciencia y él mismo cedía a sus impulsos.

De alguna forma, Shinji le gustaba.

 

 

Al inicio pensó que el pelinegro le gustaba simplemente porque lo veía con admiración, el pequeño inflaba su ego cada segundo. Pero después Shinji comenzó a sobornarlo con besos, si el más joven no aprendía una melodía nueva cada mes sus padres dejarían de pagarle las clases y en ese entonces el dinero era esencial para seguir estudiando.
En un principio sólo lo hacía para complacer los caprichos del “pequeño niño mimado” pero con el pasar de las semanas se había descubierto sonriendo cuando estaba con él. Aún cuando le doblaba la edad podía sentir una conexión especial con ese chiquillo.

 

Cuando los sentimientos de ambos desbordaban apenas se veían, su conciencia volvió a aparecer. Eso no estaba bien, no podía mirar a un niño de diez años y sentir amor ¿Acaso era un enfermo? ¡Podía apostar porque sus padres también lo notaban! Quien sabe si el pequeño Shinji les contara de todas las veces que lo besaba.

 

 

Decidió dejar de dar clases.

 

 

Había iniciado dando clases de piano por comodidad y así tener ingresos seguros sin salir de su apartamento pero si tenía que romper con esa extraña relación, no le importaba buscar otro empleo.

Simplemente no podía continuar.

 

 

Incluso cuando eso les doliera a ambos.

Notas finales: ¿Les gustó?
¿Sintieron pena por Tora?, ¿Alguien más quiere abrazarlo y decirle que todo estará bien?

Nos leemos en el próximo capítulo

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).